30 de junio de 2010

El capricho de Egilona

La reina Egilona, viuda de Don Rodrigo, último rey visigodo de Toledo, se casó con el hijo del moro Muza, Abd-el-Aziz, virrey de al-Ándalus, y le intentó convencer para que adoptase la ceremonia bizantina de adoración al emperador. Sin embargo, no era posible adorar a un rey en tierras musulmanas, ya que el Corán dice bien claro que solamente hay que adorar a Dios. Pero Egilona estaba firmemente decidida a implantar en su corte musulmana de Sevilla el ceremonial de prosternación ante el rey que Leovigildo había instaurado en la corte goda de Toledo, como parte del proceso de romanización.

En Bizancio, el emperador era el representante de Dios en la tierra y todo cuanto le rodeaba se consideraba sagrado, tan sagrado como los objetos de un templo, y su sacrosanta persona se mostraba velada y mayestática ante sus súbditos. Los godos no habían llegado a tanto, pero sí mostraban sumisión y adoración ante sus reyes.

Y comoquiera que el recto virrey se negara espantado a emular a los emperadores bizantinos, a los que sin duda tenía por paganos e idólatras, la señora Egilona ideó una ingeniosa estratagema para conseguir su propósito. Si los visitantes no se postraban cara al suelo a adorar a su esposo, al menos se inclinarían profundamente al acceder a su presencia.
El invento de la reina goda consistió en una puerta de acceso al aposento del príncipe más baja que la estatura normal de una persona, lo que obligaba al visitante a entrar encorvado y con la cabeza inclinada. Lógicamente, una vez dentro del recinto, el visitante enderezaría totalmente su postura, pero ella se hacía la ilusión de que habían rendido a su esposo el homenaje romano de adoratio.

También consiguió Egilona convencer a Abd-el-Aziz para que luciera una corona real, cosa a la que él en principio se negó por no contravenir la ley coránica, pero al menos aceptó, ante los ruegos persistentes de ella, en tocarse con una diadema en la intimidad. Y aquello les costó a él la vida y a ella el trono, porque una aristócrata visigoda casada asimismo con un jefe musulmán quiso que su esposo emulase a Abd-el-Aziz y declaró haberle visto lucir la diadema a pesar de la prohibición del Corán.

El asunto de la corona junto con el de la inclinación obligada por la puerta baja llevó a los restantes jefes a creer que el príncipe se había convertido al cristianismo, se lo hicieron saber al califa y éste envió un sicario encargado de acabar con su vida en el momento más propicio, que se presentó aquel mismo año 716, mientras Abd-el-Aziz oraba en la mezquita.

No sabemos en realidad si hubo un objetivo secreto tras la insistencia de Egilona que costó la vida a su esposo, aunque las leyendas cristianas aseguran que realmente se convirtió al cristianismo. Sólo sabemos que él murió y que ella desapareció de la escena. También sabemos que un romance describe el puñal ensangrentado en la mano de Habib, íntimo amigo de Abd-el-Aziz, obligado por el califa a ejecutar al que, por un capricho de su esposa cristiana, creyeron traidor a la fe y a la ley.


Fuente:
Historia medieval del sexo y del erotismo - Ana Martos


29 de junio de 2010

La tumba de Maia, la nodriza de Tutankamón

Uno de los más importantes hallazgos (realizado en 1996) es el de la tumba de Maia, que fue la nodriza de Tutankhamon. La inscripción que el arqueólogo francés Alain Zivie descubrió en su tumba lo confirma: "Real nodriza que alimentó el cuerpo de dios". Ese dios no era otro que el joven faraón Tutankamón. El hallazgo de la tumba ocurrió al excavar centímetro a centímetro la necrópolis de Saqqara, complejo funerario que se extiende a lo largo de siete kilómetros sobre la orilla occidental del Nilo y fue la principal necrópolis de Memphis, cuando ésta era la gloriosa capital del Primer Periodo Dinástico (2920-2557 a.C). La tumba es la única en la que aparece el rostro de Tutankamón lejos del complejo funerario de Tebas. Y la única consagrada por entero a una mujer que no pertenece a la realeza. Es muy extraño que los antiguos egipcios dedicaran una tumba a una mujer que no era esposa o madre de un rey, un hecho que abre los interrogantes sobre la madre real del joven faraón. Esta tumba también es importante por haber sido encontrada allí en el 2001 la primera momia de león preservada en perfectas condiciones, algo que parece confirmar la buena reputación de la que gozaban estos animales entre los antiguos egipcios. Las antiguas inscripciones egipcias hacen mención acerca de la crianza y la sepultura de estos animales, sin embargo nunca antes se habían encontrado restos de leones. El completo y perfecto esqueleto de león fue encontrado en un área de la tumba dedicada a la diosa gata Bastet. Esta sección también contenía enormes cantidades de huesos humanos y animales, incluyendo los de muchos gatos. Los huesos del león no fueron envueltos en vendajes de lino, más común en las momias humanas. Pero su posición, así como también su colorido y los depósitos minerales encontrados en su superficie, son similares a los encontrados en otros felinos momificados. La conservación del león es excelente, excepto porque el cráneo está parcialmente aplastado. A diferencia de sus pequeños primos, no hay evidencia de que la gran bestia fuera sacrificada. El estudio de los dientes revela que el león llegó a viejo y fue mantenido en cautividad. Se conoce la afición del faraón Tutankamón a la caza de leones, entre otros animales, en sus carrozas. Algunos científicos creen que el joven faraón perdió la vida al caer de una carroza mientras cazaba en el desierto. Unos estudios con rayos "X" tomados a la momia del faraón en 1968 indicaban que había una inflamación en la base del cráneo, por lo que se estimaba que el joven murió de un golpe en la cabeza, pero unos estudios con tomografía computerizada (TC) han revelado después que el faraón sufrió una fractura en la pierna izquierda por encima de la rodilla antes de morir. Podría ser que una infección en esta fractura le provocara la muerte y que el león encontrado en la tumba de su nodriza, podría ser el ejemplar que quería cazar en el momento del accidente. Fuentes consultadas: http://www.elpais.com/articulo/cultura/expedicion/francesa/descubre/primera/momia/leon/Egipto/elpepicul/20040116elpepicul_3/Tes/ http://www.sitiosargentina.com.ar/notas/notas_viejas/525.htm http://www.elmundo.es/magazine/num120/textos/egipto1.html http://www.20minutos.es/noticia/294523/l/

28 de junio de 2010

Las vivencias espirituales durante el Siglo de Oro

Pocas épocas han vivido una tensión emocional y espiritual tan intensa como el Siglo de Oro. La contrarreforma, reacción de la Iglesia Católica contra la reforma protestante, cobró en España caracteres singulares. A las directrices del Concilio de Trento se sumaba la acción de la Inquisición. La espiritualidad y el sentimiento religioso alcanzaron durante estos siglos una extraordinaria complejidad y riqueza.

Encontramos una sorprendente amalgama de modos de sentir la piedad que en ocasiones son francamente contradictorios. Desde el espíritu militante de la Compañía de Jesús, que adopta unas formas de expresión combativas, fiel reflejo de la contrarreforma, al intimismo místico, búsqueda personal e individualizada de una unión trascendente con Dios. Asimismo cobraron gran auge en aquella época los comportamientos extremos o desviados.
En los escándalos a que daban lugar estos modos de proceder se aludía con frecuencia a la complicidad del diablo, lo que nos lleva a otra constante en la religiosidad del Siglo de Oro, la obsesión por el diablo; aunque no fue, ni mucho menos, algo exclusivo de la espiritualidad española, sino que estuvo extraordinariamente extendida por toda Europa.

En estrecha relación con el diablo están los innumerables casos de brujería y posesión diabólica, que daban lugar en el primer caso a persecuciones implacables que terminaban en multitudinarios Autos de Fe, donde se juzgaba y ejecutaba a los culpables de prácticas brujeriles, y en el segundo caso, a la actuación de exorcistas para expulsar a los demonios de aquellas personas de las que se habían poseído. El propio rey Carlos II fue objeto de exorcismos, pues se llegó a considerar que las enfermedades que padecía y sus dificultades para engendrar un heredero se debían a un fenómeno de posesión diabólica.

Hoy sería posible valorar lo que fue la espiritualidad española en el Siglo de Oro a través de la obra de sus pintores y escultores, ya que sirvió de soporte a las directrices marcadas por la Iglesia Católica en el terreno de las prácticas religiosas. Se buscó, frente al intimismo protestante, una religión colectiva y volcada hacia el exterior, siendo el objetivo básico proyectar fuera de los templos las vivencias religiosas e incluso llegar a establecer una relación entre lo religioso y los quehaceres y realidades de cada día.

En este terreno, Ribera, el gran artista valenciano, pintó una larga serie de imágenes de santos que, captados en el momento más doloroso de su martirio, resultaron ser magníficos objetos de la devoción popular.

Ribera

Por su parte, los pinceles de Zurbarán reflejaron de forma insuperable otra de las más importantes realidades religiosas: el misticismo y la proliferación de las órdenes regulares, tan abundantes que en el siglo XVII se pusieron numerosos obstáculos a la fundación de nuevos conventos.

Zurbarán

Otro de los grandes temas pictóricos fue la Inmaculada Concepción, cuya defensa llegó entonces hasta el punto de convertirse en una cuestión nacional; en España la Concepción Inmaculada de María fue asumida como dogma de fe antes de ser declarada como tal por la Iglesia. La imagen de la Inmaculada se convirtió en tema obligado para pintores y escultores, y Murillo simbolizó como nadie estos sentimientos de devota piedad.

Murillo

Las procesiones como manifestación de sentimientos religiosos y de fervor popular que, además, estaban apoyadas por la jerarquía eclesiástica recibieron un notable impulso, cobrando en el tránsito del siglo XVI al XVII un inusitado vigor. Constituían un espectáculo a cielo abierto en el que participaba casi la totalidad de la población y cuyo centro era una imagen, por lo general escultórica, que se sacaba en procesión.
A la escultura española del barroco se le suele dar el nombre de imaginería por su abundante producción de imágenes religiosas. Desde un punto de vista material se trata de tallas en madera policromada cuya fuerza expresiva era muy grande.

Imaginería barroca

La muerte resultó extremadamente familiar a los españoles del Siglo de Oro. La Iglesia luchó por todos los medios contra determinados excesos vitalistas, defendiendo que la vida era un valle de lágrimas y en todo caso una preparación para el más allá al que todos debían llegar en las mejores condiciones. También la muerte, como los santos, los frailes o la Inmaculada, tuvo su pintor: es el sevillano Valdés Leal, quien vivió, siendo joven, la terrible mortandad que la peste causó en su ciudad y esta experiencia debió de marcarle de forma indeleble. Sus cuadros son una crítica demoledora a las vanidades terrenales.

Valdés Leal

Lo cotidiano de la muerte a lo largo del Siglo de Oro permite hablar de una cultura "necrófila"; pero como reacción a esta presencia continua de lo macabro, la vida se mostró también en todo su esplendor, como una auténtica fiesta.


Fuente:
Así vivían en el Siglo de Oro - José Calvo


27 de junio de 2010

El calendario druídico celta

Los druidas se encargaban de las averiguaciones astrológicas y astronómicas necesarias para calcular los ciclos del año. El suyo no era un año exacto como el nuestro regido por el calendario Gregoriano. Si bien contemplaban períodos de tiempo que podríamos interpretar como nuestros actuales meses, los suyos son tiempos en relación directa con la naturaleza de los ciclos terrestres.

En general, el calendario druida o celta es lunar por lo que cada uno de los tiempos viene marcado por las fases de nuestro satélite. Dado que la mitología céltica está compuesta por los dioses de la oscuridad y de la luz, esto se traspasa también al calendario de manera que cada uno de los meses contaba con su mitad de luz y su mitad de oscuridad. El medio mes positivo y luminoso se establecía cuando la luna estaba en cuarto creciente y concluía en llena. La otra mitad del mes, que era el tiempo oscuro, decadente y negativo, estaba vinculado a la fase de la luna menguante y luna nueva. Si bien este calendario permitía la instauración de meses y cada uno de éstos se correspondería, en teoría, con una letra del alfabeto del Ogham y con el nombre de un árbol, lo que prevalecía eran las cuatro festividades sagradas.

Cada tribu hacía sus más y sus menos en lo que a nomenclaturas mensuales se refiere. Quizá no se llame igual un mes en Bretaña, que en Irlanda, que en la Galia. Lo que sí debemos considerar como comunitario es que el medio mes de oscuridad servía para la invocación y resolución de los tremas nefastos y que el tiempo de luz se consideraba de suerte y regocijo. Otro aspecto común sería el nombre de las festividades.

Los celtas conocían gracias a los menhires y otros monumentos líticos, el tiempo que tardaba la Tierra en recorrer la órbita alrededor del Sol, lo que les servía a los druidas para aconsejar a su pueblo las fechas adecuadas para la siembra y la cosecha. Dado que existe una diferencia entre el tiempo que transcurre por el calendario solar del que acontece a través del lunar, los sacerdotes celtas compensaron esta diferencia con un mes extraordinario que duraba treinta noches y que se debía aplicar cada tres años. Debido a que el cómputo del tiempo se establecía por noches en lugar de días, los druidas podían así rendir tributo a sus cosmogonías recordando perpetuamente que primero fue la noche y después aconteció la luz del día.

De igual forma que los meses disponen de dos tiempos, los años también contenían una mitad de oscuridad y otra de luminosidad. La primera, la mitad que correspondía a las tinieblas y al tiempo gris u oscuro comenzaba justo al terminarse la festividad de Shamain que en nuestro calendario Gregoriano se correspondería con el 2 de noviembre, dado que la fiesta mencionada se celebraba en el actual 1 de noviembre. La mitad del año oscuro se perpetuaba hasta que llegaba la primavera y era con la celebración de la festividad de Beltaine cuando las tinieblas desaparecían definitivamente y surgía la luz. La citada fiesta se correspondería con el actual 1 de mayo.

Para compensar estos dos tiempos existía un punto álgido o intermedio. Entre el 2 de noviembre y el 1 de mayo acontecía Imbole que se correspondería con el actual 2 de febrero y se interpretaba que este día, de la luz, la oscuridad había llegado al máximo y desde aquel momento comenzaba a brillar tímidamente prendiéndose así el indicio de la luz. La otra jornada intermedia, en este caso dentro del tiempo de luz, se correspondía con la festividad de Lugnasad, el actual 1 de agosto. Esta jornada, también festiva, marcaba el cénit de la luz que poco a poco menguaría.

Al margen de esta división anual los druidas contemplaban también lo que denominaban el ciclo estelar que duraba cuarenta y seis meses lunares, es decir 19 años, y la Era Druídica que abarcaba un total de 630 años.


Fuente:
El libro de los celtas - Pedro Palao Pons


26 de junio de 2010

El anarquismo

El anarquismo no tiene un cuerpo doctrinario tan homogéneo como el marxismo. Detrás del término anarquismo se agrupan toda una serie de propuestas que responden al pensamiento individual de sus ideólogos. En general todas critican la sociedad capitalista y proponen un modelo alternativo basado en la ausencia de autoridad.

El primer referente del anarquismo fue Pierre-Joseph Proudhon. Consideraba la propiedad un robo y defendió un sistema social basado en el trabajo autónomo y en la expansión del mutualismo y el cooperativismo. Así, de forma gradual se superaría el capitalismo, al margen de toda organización política y de toda autoridad, y por medio de la libre asociación de los individuos. La difusión y discusión de estas ideas por activistas vinculados a las luchas reivindicativas y revolucionarias daría fuerza al anarquismo.

Mijaíl Bakunin

En esta trayectoria, el ruso Mijaíl Bakunin desempeñó un papel decisivo. Planteó que la revolución estaría protagonizada por todos los sectores oprimidos de la sociedad (campesinos, artesanos, proletariado industrial...), y sería el resultado de la lucha espontánea de las masas contra la explotación. Su objetivo era la destrucción del Estado y la creación de una sociedad igualitaria a partir de la libre asociación de las comunas, que eran las unidades asociativas más pequeñas de la sociedad. Su influencia se extendió principalmente por Suiza, Italia, Bélgica y España.

Con la base del pensamiento de estos dirigentes anarquistas se configuraba un ideario libertario que proponía la anarquía como modelo de sociedad, asentada en la libertad individual, la solidaridad social, la crítica a la propiedad privada, la defensa de la propiedad colectiva, y la oposición a todo tipo de organización jerárquica, a la religión, a la política y al Estado. Los medios para destruir el orden burgués y llegar a esta sociedad sin clases presentaron diferencias importantes entre los distintos pensadores anarquistas.


25 de junio de 2010

El Circo Máximo




El Circo Máximo, el anfiteatro más antiguo de Roma, se diseñó especialmente para las carreras de cuadrigas. Construido originalmente alrededor del año 530 a.C. medía unos 550 metros de largo por 180 metros de ancho, es decir, más del triple que el mayor campo de fútbol del mundo. Tenía la forma de una larga U. En la parte abierta de la U estaban los compartimentos para las cuadrigas, con unas puertas que se abrían todas de golpe al mismo tiempo, igual que en las carreras de caballos actuales. En el centro del anfiteatro había un largo muro, denominado spina, que las cuadrigas tenían que rodear siete veces, para totalizar una distancia de unos nueve kilómetros.

La spina era el centro de atención de todo el circo. Tenía estatuas sobre columnas, fuentes de agua perfumada, altares a los dioses e incluso un pequeño templo dedicado a la Venus del Mar, la diosa patrona de los aurigas. Los aurigas siempre quemaban incienso a esta Venus antes de comenzar una carrera. En el centro de la spina había un obelisco, traído de Egipto, coronado por una bola de oro. Esta bola relucía al sol, y era el objeto más llamativo del circo. El obeliso, excepto la bola, se encuentra hoy en día en el centro de la plaza de San Pedro en Roma, delante de la basílica.


Cerca del final de la spina había dos columnas, cada una coronada por un travesaño de mármol. En uno de los travesaños se encontraba una hilera de huevos de mármol. En el otro travesaño había una fila de delfines. Los huevos eran los símbolos de Cástor y Pólux, los gemelos divinos que eran los santos patrones de Roma, y los delfines estaban consagrados a Neptuno, el patrón de los caballos. Cada vez que las cuadrigas daban una vuelta se quitaba un huevo y un delfín, de manera que la multitud sabía cuántas vueltas quedaban por dar. En los extremos de la spina había tres conos de unos seis metros de alto adornados con bajorrelieves. Estos conos, denominados metae, actuaban de paragolpes para que la elegante spina no sufriera daños producidos por los giros de los carros. Plinio dice que los metae tenían aspecto de cipreses.

Las carreras eran gestionadas por varias grandes corporaciones que eran las empresas más lucrativas del mundo romano y que tenían miles de accionistas. Las acciones de estas compañías eran tan valiosas que pasaban de padres a hijos como posesiones de incalculable valor. Estas corporaciones tenían grandes oficinas en todas las ciudades, así como en la misma Roma.


Fuente:
Breve historia de los gladiadores - Daniel P. Mannix


24 de junio de 2010

Publicidad en la antigua Grecia

La ciudad (polis) y el comercio son los ejes de la vida económica griega. Dentro de la polis tiene un papel relevante el ágora. En torno a ella surgen los primeros soportes para mensajes y anuncios en pergaminos, piedra o madera. En el ágora se vocean los productos con abundancia de adjetivos. Nos han llegado algunos de esos discursos, como éste para la venta de un esclavo no griego, recogido por el historiador francés E. Feltaine:

"Nada me obliga a vender, ciudadanos, yo soy pobre pero no debo nada a nadie. Mirad a este joven, es blanco y bello de la cabeza a los pies. ¡Admirad sus ojos y sus cabellos negros! Oye perfectamente por sus dos orejas y ve perfectamente por sus dos ojos. Yo garantizo su frugalidad, su honradez, su docilidad. Sabe hablar un poco de griego, canta y puede alegrar una fiesta".
El intenso cultivo y el relieve social de la oratoria favorecen la aparición de los pregoneros o heraldos. No pueden ejercer esa actividad quienes no tengan buena voz y dicción clara. El kerux, heraldo, surge en principio más para labores oficiales que para anuncios comerciales. En Grecia los poetas llegan a componer textos rimados sobre productos o sobre determinados servicios para que los lean esos pregoneros.

Nos han llegado algunos mensajes publicitarios helénicos que muestran ya una cierta sofisticación en el razonamiento, como éste, en que se justifica el precio por la calidad del producto:
"Para los ojos brillantes y mejillas cual la aurora, para una hermosura eterna después de la juventud, la mujer que sabe compra los perfumes de Excliptoe, a precio muy razonable, pues lo vale su virtud".
Las calles de la ciudad griega, tan racional, carecen aún de numeración y de nombre, lo que dificulta la localización de establecimientos comerciales. Surge así la necesidad de hacerse ver. Aparecen los axones, que son postes de piedra o madera preparados para que se coloquen en ellos carteles escritos -pergaminos o papiros- con anuncios o avisos. Y los hyrbos, columnas cilíndricas con la misma utilidad. Los comerciantes comienzan a colocar en las puertas o fachadas de sus tiendas señales o símbolos sencillos de identificar con un tipo de establecimiento y fáciles de recordar. Surge, en definitiva, la enseña. En los mercados, vigilados y protegidos, cada tipo de productos tiene su lugar propio, pescados, hortalizas, vinos... Sin embargo, no faltan ni establecimientos tipo bazar, que venden productos diferentes, ni los cambistas. No obstante, conviene recordar que pese a la existencia de ágoras y mercados, la gran mayoría de la población vive de espaldas a esa incipiente publicidad y vive en régimen de autarquía: come el pan hecho con su trigo, las cebollas de su huerto y bebe la leche de sus ovejas y cabras.

En cualquier caso, la figura del comerciante y la actividad publicitaria generada por él no tienen prestigio en la sociedad griega y menudean las críticas a los mercaderes por fraudes o engaños en ventas; en la ciudad ideal de Platón ocupan el puesto más bajo de la escala social y, en el lenguaje popular, comerciar tiene el doble significado de ejercer el comercio y de falsificar o adulterar.


Fuente:
Historia de la publicidad - Antonio Checa Godoy


23 de junio de 2010

Los amuletos egipcios

De entre todos los objetos mágicos usados por los antiguos egipcios, los amuletos eran con mucho los más populares. A juzgar por el número de ellos que se han encontrado en las excavaciones, los llevaba prácticamente todo el mundo. Muchos amuletos estaban perforados para enhebrarlos en collares, pectorales, pulseras, anillos y casi cualquier tipo de adorno personal que usaran los egipcios.
Una de las palabras que tenían para designar los amuletos era "udjaou", que significaba también "redondo" o "completo"; a veces se empleaba tambiém la palabra "mekt" o "protector", lo cual sugiere en ambos casos la función de los amuletos.

Para fabricar los amuletos empleaban casi cualquier material disponible. Los mejores eran los de piedra: lapislázuli, carnalita, turquesa, feldespato, serpentina o esteatita. Y también eran apreciados los de metal, los de oro por supuesto, pero también los de cobre, bronce y hierro. Los tuvieron de madera y de hueso. Pero el material más empleado, con mucho, en la elaboración de amuletos fue la loza, que amasaban de cuarzo molido o arena con elevada proporción de cuarzo y cocían en hornos especiales para obtener la superficie vidriada.

Estos amuletos de loza se fabricaban a miles en talleres de todo Egipto. La primera fase de la producción en masa era la construcción del molde. Se elaboraba un prototipo de algún material duradero, como la piedra, y luego imprimían esta pieza sobre una pella de barro. Cocida al horno, ésta se endurecía y podía servir de molde para fabricar los amuletos. Por lo general se necesitaba que el amuleto tuviese un agujero para enhebrarlo. Para ello empapaban de masa de cuarzo un trozo de cuerda y atravesaban con éste la pieza puesta en el molde. Al cocer la pieza en el horno la cuerda se quemaba y dejaba el agujero.

La forma de los amuletos obedecía a tradiciones estrictas y seguramente los sacerdotes supervisaban la fabricación. El papiro McGregor da una lista de 75 amuletos con sus nombres y su utilidad. Este papiro forma parte del Libro de los Muertos y por tal razón especifica que los amuletos se hagan de oro, probablemente porque el metal precioso no se oxida y sería, en consecuencia, el más idóneo para proteger al difunto durante toda la eternidad.

El más abundante de los hallados en las excavaciones es el ojo de Horus, versión muy estilizada del ojo del dios halcón. El ojo de Horus era también un importante amuleto funerario.

Ojo de Horus

El amuleto en forma de ankh todavía goza de popularidad en nuestros días. Esta palabra significa, además de "vida", "espejo de mano". Tutankamón tenía un espejo en forma de ankh y cualquiera de sus contemporáneos habría entendido la alusión. Pese a su frecuente aparición en pinturas y esculturas, el ankh no fue en realidad muy usado como amuleto, siendo relativamente escasos los hallados en las excavaciones.

Ankh

Quizás la razón de que el ankh no fuese más popular como amuleto es que existía otro para la misma función: el escarabeo, labrado en forma de Scarabeus sacer, coleóptero que ha recibido su nombre de aquél. Los egipcios eran muy aficionados a los juegos de palabras y los jeroglíficos que designaban el escarabajo, que se pronunciaba kheper, también podían significar "existir", así que si uno llevaba un escarabeo podía estar seguro de que viviría mucho tiempo. Otro motivo de la especial consideración que merecía el escarabajo a los antiguos egipcios era la creencia de que procreaba sin la unión de macho y hembra. Este error se debía a que nunca los habían visto copular. Después de la fertilización la hembra pone los huevos en un poco de estiércol y lo echa a rodar hasta darle forma de pelota. De este modo se asegura la alimentación de la progenie, y como esa era la única parte del ciclo reproductivo que llegaron a observar los egipcios, creían que el escarabajo se asemejaba a su dios Atum en lo de tener hijos sin el concurso de una pareja femenina.
Los escarabeos se fabricaban de diferentes materiales, de los cuales los más comunes eran la loza y la piedra.

Escarabeo

Otro tipo de amuletos al que pocas veces se alude ya que nadie sabe a qué objetos representan ni cómo se usaban, son las bolas de barro conteniendo objetos mágicos. Estos curiosos fetiches se encuentran sólo en las sepulturas, por lo que se supone que servían a algún tipo de función protectora para el difunto, sin que se sepa exactamente cuál.


Fuente:
Los misterios del antiguo Egipto - Bob Brier


Descubren en Roma los retratos más antiguos de los apóstoles




Los retratos más antiguos que se conocen de los apóstoles, de finales del siglo IV, han sido descubiertos en las catacumbas de Santa Tecla en Roma, según ha anunciado el responsable de las excavaciones arqueológicas de este sitio, Fabricio Visconti.

Los rostros de San Pedro, San Pablo, San Andrés y San Juan están en el techo de una pequeña sala funeraria en ocres y rojos, que se encuentra en las catacumbas de Santa Tecla, a unos 500 metros de la Basílica de San Pablo. Estas catacumbas fueron construidas a petición de una «nobildonna» (mujer perteneciente a una familia noble, pero sin título de nobleza).

El culto a los apóstoles

«Este descubrimiento demuestra la propagación del culto a los apóstoles en los orígenes del cristianismo», dijo a la prensa Barbara Mazzei, directora de la restauración de la cámara funeraria, durante una visita organizada por el Vaticano. «En el caso de San Andrés y San Juan, se trata de las representaciones más antiguas», mientras que en el caso de San Pedro, aunque existen representaciones suyas desde mediados del siglo cuarto, «nunca habíamos tenido ocasión de verlo en forma de retrato», dijo Visconti. El descubrimiento del retrato de San Pablo fue anunciado ya hace un año por «L'Osservatore Romano», el periódico del Vaticano.

Los descubrimientos, realizados durante la restauración de las catacumbas después de dos años de investigación, han sido posibles mediante el uso de una técnica novedosa que emplea el láser para eliminar los depósitos de calcio que cubren los murales. La estructura de las catacumbas se encuentra en un edificio que data de 1950 y cuya construcción está dañada, pero afortunadamente no los tesoros arqueológicos que alberga, dijeron los expertos.


Fuente:
ABC

22 de junio de 2010

La noble virgen Benedicta

La historia de esta doncella nos sitúa en el mediodía de la Península Ibérica, pues se halla recogida en los capítulos de la Vida de San Fructuoso de Braga, que hacen referencia a la época entre 645 y 655, en la que el célebre asceta visigodo permaneció en el valle del Guadalquivir.

Benedicta pertenecía probablemente a una familia de la antigua aristocracia romana. El nombre de la virgen, si era el suyo originario y no uno nuevo tomado al consagrar su vida a Dios, constituiría un indicio más de su ascendencia hispánica.

Benedicta era la prometida de un "gardingo" de la Corte, uno de los jóvenes godos de noble ascendencia que se hallaban vinculados al monarca por una especial relación de fidelidad dentro del marco institucional militar. Las uniones matrimoniales mixtas entre godos e hispano-romanos eran frecuentes en la España del siglo VII, cuando convertidos los visigodos al catolicismo, había quedado definitivamente superada la vieja barrera religiosa.

La celebración de la boda entre los prometidos estaría ya próxima cuando un acontecimiento, tan extraordinario como inesperado, echó por tierra los planes previstos: la llama del amor divino prendió en el corazón de Benedicta, exigiéndole la entrega total de su existencia al servicio de Dios. La virgen, perpleja ante la difícil situación en que se hallaba, pero resuelta a responder a cualquier coste al llamamiento de lo alto, no encontró ante sí otro camino que el de la huida. Y como mujer valerosa que era, pese a su juventud, abandonó la casa paterna y se adentró en busca de refugio por las soledades del yermo.

La relación entre la vocación religiosa de Benedicta y la presencia de San Fructuoso en la región no ofrece lugar a dudas. La "Vida" se hace eco del fenómeno de entusiasmo religioso que provocó la presencia del santo en la Bética. Fue una conmoción que arrasó al ascetismo a auténticas muchedumbres, hasta tales extremos que llegó a cundir la alarma entre los "duques" del ejército, los cuales pidieron al rey la adopción de medidas para contener tan multitudinaria "huida del siglo"; pues de no ponerse remedio -advertían los jefes de la milicia- "habría sentado plaza un innumerable ejército de monjes", y no podrían encontrarse soldados cuando hubiera necesidad de reclutarlos para alguna campaña militar. Mas no fueron solamente hombres, sino también mujeres quienes se sintieron arrebatar por la llamada divina: "no solo se inflamaron los entusiasmos varoniles, sino también los femeninos", comenta el biógrafo de San Fructuoso. Entre todas las mujeres, Benedicta respondió a la primera llamada, y se convirtió antes que ninguna en discípula del asceta visigodo.


Fructuoso y sus monjes residían en un monasterio de grandes dimensiones emplazado a nueve millas de la costa oceánica. Hasta aquellos parajes llegó, dirigida por Dios, la joven Benedicta, que no osó acercarse al recinto monástico y por mediación de unos mensajeros suplicó a Fructuoso que le mostrara el camino de la salvación y dirigiese por él su alma en busca del Señor. El santo acogió benignamente estas súplicas y mandó construir en aquella soledad una cabaña para morada de Benedicta. Fructuoso enviaba diariamente a alguno de los oblatos residentes en el monasterio con las cartas espirituales destinadas a la joven; pero no se preocupaba tan sólo de nutrir su alma, sino que pensaba también en las necesidades del cuerpo; por eso, junto con las cartas le hacía llegar también el alimento necesario para su sustento.

La fama de Benedicta se propagó con rapidez y su ejemplo arrastró a muchas otras mujeres. Ochenta vírgenes se congregaron pronto en torno a Benedicta, y para ellas Fructuoso levantó un nuevo cenobio. Mas no fueron jóvenes vírgenes las únicas en llamar a la puerta de Benedicta; llegaron también mujeres casadas con sus hijas que, enardecidas de fervor religioso, habían dejado el hogar de acuerdo con sus maridos e hijos, los cuales se incorporaban a su vez a la congregación de los monjes.

En cuanto al novio abandonado, después de un tiempo de silencio recurrió a la vía judicial, y valiéndose de la influencia que le daba su estatus de gardingo planteó su caso al monarca reinante (probablemente Recesvinto) solicitando el nombramiento de un juez que investigase la cuestión y diese sobre ella su veredicto. Comparecieron pues los dos en un juicio, y el juez la vio "tan llena de Espíritu Santo" que su veredicto fue rápido y claro: "Déjala servir al Señor y búscate otra mujer".

Benedicta quedó así libre de compromisos y podía consagrar su vida plenamente a Dios. Una vida que sería ya muy breve, pues al poco tiempo la doncella murió.


Fuente:
Historia del reino visigodo español - José Orlandis


21 de junio de 2010

Historia del laxante

El primer purgante catártico que se conoce, muy popular en Mesopotamia y a lo largo del Nilo, era un aceite amarillento, extraído del ricino. El aceite de ricino no tenía sólo una función laxante, sino también como una loción emoliente para la piel y como lubricante en el ramo de la construcción, pues facilitaba el deslizamiento de los grandes bloques de piedra sobre rodillos de madera.
Resulta irónico que el mismo aceite que servía para ir al baño también se usara para desplazar grandes piedras.
En 1500 a. C., el conocimiento de los asirios en el campo de los laxantes era ya extenso. Estaban familiarizados con laxantes “formadores de bolo”, como el salvado; laxantes “salinos”, que contienen sodio e introducen agua en el intestino; y laxantes “estimulantes”, que actúan sobre la pared intestinal para promover las contracciones peristálticas que provocan la defecación. Éstas son las tres formas principales de los modernos laxantes.
Para que el sabor de los laxantes fuera más admisible a nuestro paladar, en 1905, un farmacéutico tuvo la idea de combinar un laxante con chocolate, y con ello captó la atención del mercado norteamericano.

El húngaro Max Kiss descubrió las propiedades laxantes de la fenolftaleína gracias a que este aditivo se añadía a los vinos, que provocaban algo más además de resaca al día siguiente.

Cuando Kiss emigró a Nueva York en 1905, empezó a combinar la fenolftaleína con chocolate para producir un laxante comercial. Finalmente dio a su producto el nombre de Ex-Lax, contracción de “Excelente Laxante”.

El sabor del chocolate que formaba parte del laxante fue muy bien recibido, en comparación con otros purgantes corrientes como el aceite de ricino, especialmente entre los niños.


Fuente:
Genciencia


20 de junio de 2010

El conde de Buffon

Georges-Louis Leclerc de Buffon (1707-1788) fue un naturalista francés del siglo XVIII. Leclerc, más tarde conde de Buffon, nació en Borgoña el 7 de septiembre de 1707. Sus intereses científicos se centraron en principios de las matemáticas y de las ciencias físicas, aunque también realizó investigaciones en el sector forestal y sobre otros temas prácticos.

Buffon pertenecía a un círculo de científicos franceses que abogó por lo que entonces era la nueva ciencia newtoniana, una visión mecánica del mundo que sostenía que la materia en movimiento operado por fuerzas naturales como la gravedad, podría explicar todo lo que se observa en la naturaleza.

Buffon desarrolló su interés por la historia natural después de haber sido nombrado por Luis XV en 1739 director del Jardin du Roi de París. En el siglo XVIII, las principales colecciones a menudo tenían catálogos impresos, y Buffon se propuso producir uno para la Colección Real. Fue, sin embargo, ambicioso y transformó la tarea en la creación de una historia completa de todos los animales, plantas y minerales de la naturaleza. En 1749 se publicaron los tres primeros volúmenes de su famosa Historia Natural (Histoire naturelle, générale et particulière), que se compondría de treinta y seis, publicados a lo largo de 50 años.


La Historia Natural tuvo un enorme éxito y se convirtió en una de las obras más leídas del siglo. Gracias a ella Buffon fue considerado como una de las cuatro grandes figuras de la Ilustración francesa. Los tomos fueron encuadernados en piel, tenían cientos de grabados y estaban escritos en un hermoso estilo. Por desgracia, Buffon no vivió lo suficiente para completar su estudio sobre todos los elementos de la naturaleza. A su muerte, en 1788, había publicado volúmenes sobre la historia del planeta, la historia de los seres humanos y los correspondientes a todos los cuadrúpedos, aves y minerales. Posteriormente un equipo de especialistas completó la obra.

La gran obra de Buffon consistía principalmente en artículos sobre los animales individuales, en los que intentó recopilar toda la información conocida: anatomía interna, anatomía externa, etapas de la vida, comportamiento y hábitos de reproducción, distribución geográfica, variación geográfica, valor económico y un resumen de lo que los naturalistas habían escrito hasta entonces sobre cada animal. Buffon sostenía que sólo se podría discernir el orden en la naturaleza una vez estuviese compilada toda la información.

Buffon también realizó una serie de ensayos teóricos que fueron de gran importancia histórica para las ideas sobre la evolución y el concepto de especie. Especialmente importante fue su teoría sobre la generación. Sostenía que cada individuo tiene una "fuerza de moldeado interno" responsable de su forma y función. Esta fuerza se transforma en "moléculas orgánicas" que entran en el cuerpo mediante el proceso de nutrición. La reproducción tiene lugar cuando el exceso de moléculas orgánicas resultantes del apareamiento produce un embrión primitivo.


El conde también realizó experimentos de cría en su finca. Descubrió que algunos individuos de especies diferentes pero estrechamente relacionadas producían algunos híbridos fértiles: caballo-asno, perro-lobo. A partir de estos datos concluyó que animales morfológicamente similares eran descendientes de un tronco común.

Buffon no creía que el medio ambiente pudiese alterar las formas de moldeado interno: "las ranas no pueden convertirse en caballos". Los descendientes de los caballos primitivos se convertían en diferentes especies de caballos, así como en asnos o cebras. Los perros, lobos y zorros provenían todos de los lobos primitivos

Aunque Buffon fue uno de los primeros naturalistas que creyó que para entender la naturaleza debemos considerar un cambio a través del tiempo, no creía en la extensa evolución de la vida como Charles Darwin expuso posteriormente. Buffon tuvo una importancia decisiva, no obstante, al hacer hincapié en el argumento de que para entender la vida contemporánea es necesario entender su historia pasada.


Fuente:
science.jrank.org


19 de junio de 2010

El pan en la Edad Media

Durante la Edad Media no se produjeron progresos notables en la panificación. Además del cultivo de trigo y de centeno, se continuó con el de cebada.
En Europa, el cultivo de cereales descendió, y con ello vinieron los periodos de hambre, la escasez del alimento base, la escasez del pan. En las épocas de más hambre, el pan es el alimento más preciado.

En muchos lugares de Europa los monasterios se convirtieron en los principales productores de pan.
El pan blanco, en esta época seguía siendo signo de prestigio social, sólo accesible para clases ricas y pudientes.
En el año 943, en Francia, "el mal de los ardientes" surge por el consumo del pan de centeno contaminado por el cornezuelo, hongo parásito que envenena la espiga de este cereal.
Las ciudades en la Edad Media empiezan a cobrar importancia, y ya en el siglo XII surgen los primeros gremios de artesanos de todo tipo de profesionales. Así, el gremio panadero se asocia y se constituyen como profesionales del pan. Al ser el pan alimento base de la población, en esta época, al igual que en Roma, la producción y distribución del pan esta regulada por el gobierno.
Además de ser alimento base, el pan también se utilizaba -en ambientes de clases adineradas- como plato para colocar la comida, y una vez usado se lanzaba a los pobres.


Fuente:
Alimentación Sana


18 de junio de 2010

El marxismo

El marxismo toma el nombre de Karl Marx quie, junto a Friedrich Engels, a mediados del siglo XIX, calificaron el primer pensamiento socialista de utópico y elaboraron una teoría que era un programa de acción para cambiar la sociedad: el socialismo científico. Sus palabras "los filósofos no han hecho sino interpretar el mundo de maneras diferentes, pero de lo que se trata es de transformarlo" evidencian esa voluntad. Su corpus doctrinal tuvo un primer referente en el Manifiesto Comunista, publicado en Londres en vísperas de la revolución de 1848.

El análisis de la realidad política y social, el estudio del capitalismo y la práctica política de Marx, en la organización de sociedades obreras, posibilitaron la elaboración de la teoría marxista.

Grabado alemán del s.XIX en el que se lee
la frase más conocida del Manifiesto Comunista:
"Proletarios del mundo, uníos"

El marxismo se asienta sobre tres grandes ejes:

- El análisis del pasado a través de las luchas de clases, es decir, del antagonismo entre opresores y oprimidos considerado el motor del desarrollo histórico. Esta contradicción se originaba en las relaciones sociales de cada etapa histórica: el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo, en el que la oposición básica se situaba entre la burguesía y los obreros industriales.

- La crítica del presente en función del análisis del sistema capitalista. Marx explicó en El Capital que la explotación burguesa es condición inherente al capitalismo. Es decir, el trabajo del obrero genera un beneficio superior al salario que percibe (plusvalía), que permanece en manos del capitalista, quien reinvierte una parte en mejorar los medios de producción y se apropia del resto.

Por otra parte la voluntad de incrementar el beneficio supone una constante innovación tecnológica para aumentar la producción pero ello lleva a constantes crisis de sobreproducción. De estas crisis salen reforzadas las grandes empresas eliminando a las más débiles.

- La necesidad de superar este presente se asocia a un proyecto de futuro, la sociedad comunista a la que se llegaría con la toma del poder político de los trabajadores. Se abriría de esta forma una situación transitoria de dictadura del proletariado para conseguir, más tarde, la desaparición de todas las clases y construir una sociedad igualitaria.
Manifiesto Comunista

"La historia de todas las sociedades hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases.

Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, en una palabra, opresores y oprimidos, se enfrentaron siempre; mantuvieron una lucha constante, velada unas veces y otras franca y abierta (...).

La moderna sociedad burguesa, que ha salido de entre las ruinas de la sociedad feudal, no ha abolido las contradicciones de clase. Únicamente ha sustituido las viejas clases, las viejas condiciones de opresión, las viejas formas de lucha por otras nuevas.

Nuestra época, la época de la burguesía, se distingue, sin embargo, por haber simplificado las contradicciones de clase. Toda la sociedad va dividiéndose, cada vez más, en dos grandes bandos hostiles, en dos grandes clases que se enfrentan directamente: la burguesía y el proletariado".

Karl Marx y Friedrich Engels: Manifiesto
del Partido Comunista, 1848


El carbono 14 ofrece una nueva cronología del Egipto de los faraones

Un estudio publicado hoy en la revista Science revisa la cronología precisa del Egipto de los faraones aplicando las técnicas de datación del carbono 14 a más de doscientas muestras de arte egipcio, semillas, cestería, textiles, plantas y frutas, procedentes de distintos museos de Europa y América.

La investigación. permitió situar cronológicamente con exactitud el Imperio Antiguo, que resultó más viejo que las estimaciones de fechas realizadas hasta el presente. Esta cronología científica revela también que el reino de Dyeser comenzó entre 2691 y 2525 antes de Cristo, cuando las dataciones precedentes lo ubicaban en el año 2630 antes de la era cristiana. Además, según el nuevo calendario, el Imperio Nuevo comenzó entre 1570 y 1544 aC. Hasta ahora se pensaba que había comenzado alrededor de 1500 aC.

"Por primera vez el carbono 14 es suficientemente preciso para establecer una cronología absoluta", afirma Bronk Ramsey, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), principal autor de este trabajo. "Creo que los egiptólogos se alegrarán al saber que con un pequeño equipo de investigación independiente hemos corroborado un siglo de investigaciones en tan sólo tres años de trabajo", añade.


Fuente:Muy Interesante


17 de junio de 2010

Se descubre el misterio de Caravaggio: fue sepultado en la Toscana

Los restos mortales del maestro del barroco italiano Michelangelo Merisi, conocido como Caravaggio (1571-1610), fueron sepultados en el antiguo cementerio de San Sebastián en la localidad de Porto Ercole, una pequeña y pintoresca ciudad toscana a la que fue a parar cuando se dirigía a Roma, pero la enfermedad y la muerte le impidieron llegar.

El anuncio lo hicieron en Ravena (noreste), los responsables de una compleja investigación que ha desvelado uno de los grandes misterios que envolvían la turbulenta vida del genio del claroscuro, que se vio obligado en 1606 a huir de Roma al ser condenado a muerte por el asesinato de uno de los hermanos Tomassoni.

El profesor Silvano Vincenti, responsable de la investigación histórica, explicó a Efe que todos los indicios apuntan a que el pintor padecía neurosífilis, una forma de sífilis con efectos sobre la memoria y que puede provocar delirios, además de saturnismo, enfermedad que afectaba a muchos pintores de la época, debido a la asimilación de los pigmentos del plomo.

Dos enfermedades que debilitaron el organismo de Caravaggio quien en estas condiciones no pudo superar el verano de 1610 cuando se registraron las temperaturas más elevadas de los últimos treinta años de la época y murió, dijo Vincenti.

El pasado diciembre los investigadores, provenientes de cuatro universidades italianas, exhumaron de una fosa común del cementerio de Porto Ercole, adonde en 1956 habían sido trasladados parte de los restos del viejo camposanto de San Sebastián, los huesos de una veintena de personas, entre los que se creía que podían estar los del pintor.

Los diferentes análisis aplicados a los restos determinaron que una de las muestras extraídas presentaba características atribuibles al genio milanés. Tras cerciorarse de que los huesos exhumados eran los que en el pasado fueron sepultados en el cementerio de San Sebastián, fueron sometidos a la prueba del carbono 14 que desveló que pertenecían a un individuo que vivió entre 1522 y 1647.

Otra serie de análisis evidenciaron que los restos óseos pertenecían a una persona de entre 173 y 176 centímetros de estatura y que había fallecido entre los 37 y los 43 años. Estos resultados refuerzan la teoría de que los restos hallados en el cementerio pertenecen a Caravaggio, puesto que los testimonios que han llegado hasta nuestros días le describen como una persona de complexión grande y se estima que falleció en torno a los 39 años.

Posteriormente, se intentó verificar la identidad de los restos con una prueba de ADN, para lo que se tuvo que recurrir al análisis de la descendencia de la hermana del pintor Caterina Merisi, puesto que ni el pintor ni sus hermanos varones tuvieron hijos.

La pista de Caterina Merisi resultó no ser concluyente al extinguirse la línea de sucesión, por lo que los investigadores recurrieron al análisis del ADN de personas que en la actualidad se apellidan Merisi o su derivado Merisio.

Los análisis concluyeron que las personas estudiadas con este apellido comparten una misma condición genética, explicó el profesor Giorgio Grupponi, de la Universidad de Bolonia, quien señaló que los resultados no fueron concluyentes, por lo que será necesario continuar esta línea de investigación.

Sin embargo, y a pesar de los resultados de los análisis del ADN, los investigadores concluyeron que se puede afirmar, con un 85 por ciento de probabilidad, que los restos hallados en Porto Ercole se corresponden con las características del pintor.

Si a esto se suman los documentos y descripciones históricas de las que se dispone, según Vincenti, puede afirmarse que finalmente "han sido hallados los restos de Caravaggio", poniendo fin a una de las grandes incógnitas de la historia del arte, cuando se cumplen 400 años de la muerte del artista.

Un aniversario en el que Italia se ha volcado con numerosas manifestaciones artísticas y exposiciones en homenaje al pintor, entre ellas "Caravaggio", recién concluida en Roma, la ciudad en la que adquirió la fama, y en la que se reunieron 24 de sus lienzos más importantes.


Fuente:
La Vanguardia


16 de junio de 2010

Algunos objetos cotidianos de los celtas

Los restos materiales de las culturas celtas junto con las representaciones iconográficas que de ellos nos han llegado de las culturas que con ellos convivieron, nos permiten hacernos una idea de la forma de vida que llevaron estos pueblos. Estos restos están conformados por sus aperos de labranza, sus adornos y accesorios de vestido, sus armas, su cerámica, sus vajillas y sus cacharros de cocina. Junto a lo anterior, sus manifestaciones artísticas contienen importantes datos sobre sus creencias.

Las fuentes escritas nos informan sobre las ropas que llevaban los pueblos celtas, de las que no se conservan restos por el carácter perecedero de los materiales utilizados para su fabricación. Se compondrían de una camisa de lino, unos pantalones, llamados bracae por los romanos, y los famosos sagos, capas de lana. También debieron utilizar cinturones de cuero o tela de los que no se conservan más que los broches y hebillas, y cinturones de cadenas de hierro.

Sí se han conservado, por su carácter metálico, las fíbulas usadas para asegurar las ropas, antecesoras de nuestros actuales imperdibles. Junto a ellas los adornos celtas más característicos serían los torques y los brazaletes.

El torques, collar rígido de oro, pero también de bronce o de plata, que es el común en los territorios meseteños de la Península Ibérica, sería utilizado al parecer por los jefes celtas, y aparece también en las representaciones artísticas y en ofrendas votivas. Junto a ellos, tenemos también los brazaletes, de los que se conocen fabricados de materiales como el bronce, azabache e incluso de vidrio. Otros objetos de adorno personal son los alfileres, amuletos, sortijas, pendientes, peines, espejos o estuches. La cerámica, por estar fabricada en un material duradero, es muy abundante y variada.

Fíbula

Torques

Cerámica celta

En la Europa céltica la labranza se realizaba ya, en una fecha tan temprana como el siglo V a.C. con arados de reja de hierro. También se utilizaban grandes hoces, azadas, sierras, tijeras u horcas; herramientas como martillos, limas y cinceles, y aros para toneles, de excelente factura, como los encontrados en el yacimiento de Chynov, en Bohemia.

En cuanto a las armas destacan sobre todo las espadas de hierro. Era un hierro obtenido en hornos de fuego bajo, normalmente por soldadura de varias tiras, que se endurecían en la forja por martillado. El acero de las armas de los celtíberos se obtenía golpeando en frío el acero, sin golpes fuertes ni martillos grandes, lo que le confería una excelente calidad, dado que se podía doblar una espada como un arco y volver a su estado sin deformarse. También parece ser que las piezas forjadas se enterraban durante un tiempo, y con posterioridad se desenterraban y e volvían a forjar otra vez, eliminando de este modo todas las impurezas. Las armas así obtenidas, según los autores latinos, cortaban todo lo que se ponía en su camino, carne, escudos o cascos de bronce, por lo que los romanos, en sus guerras de conquista de la Península Ibérica tuvieron que reforzar los extremos de sus escudos, e incluso adoptaron la espada hispana, llamándola gladius hispaniensis.

Gladius hispaniensis

Estas espadas se llevarían prendidas de un cinturón, en vainas normalmente metálicas, primero de bronce y después de hierro, normalmente decoradas y acabadas en una bola o una media luna. Este armamento refleja la forma de combate de estos pueblos, donde parece que primaría la confrontación individual sobre las formaciones cerradas, muy diferente al de las culturas a las que se enfrentaron, como el sistema de falanges griegas o las técnicas de las legiones romanas.


Fuente:
Los celtas: la Europa del hierro y la Península Ibérica - Pedro Damián Cano Borrego


15 de junio de 2010

Castillo de Larrés




Larrés es una localidad aragonesa de la provincia de Huesca, cercana a Sabiñánigo.
Aunque se conoce la existencia de Larrés desde el año 1035, durante el reinado del rey aragonés Ramiro I, la primera referencia escrita documentada data de octubre de 1299. La fortaleza en esa época poseía tan sólo una de la torres y era señorío de Ferrán Pérez de Pina, junto a Cartirina, Borrés, Buey y Barbenuta. Cuando muere el señor de Larrés, su hijo Rúy Ximénez de Ribas vende el castillo junto con los demás señoríos mencionados a Martín Pérez de Arbea.

Después el castillo pasara a manos de la Corona de Aragón, hasta que ésta la ceda, el 10 de febrero de 1383, por orden de Pedro IV, a Iñigo de Larrés.

Durante la rebelión de Antón de Luna, los sublevados se apoderaron del castillo. Siendo recuperado y retornando a la Corona en 1414.

La construcción actual data de finales siglo XIV, siendo posteriormente ampliada en el siglo XVI. Pasando a ser propiedad de una de las familias aragonesas de más fama de la época, los Urríes de Ayerbe, que lo mantendrán hasta finales del siglo XIX. Dejando el castillo prácticamente abandonado.

Fue puesto a la venta y comprado por el larresano, afincado en Jaca, don Sixto Antonio Belio, sus descendientes, los Castejón Royo, lo donaron a “Los Amigos del Serrablo” en 1983. Esta asociación cultural realizo las obras de restauración que posibilitan admirarlo en la actualidad. El 14 de septiembre de 1986 fue ignagurado y alberga el Museo Nacional de Dibujo.


El castillo de Larrés es de una gran importancia histórica, aunque la construcción es del siglo XIV debió utilizar parte del primitivo castillo del siglo XI. La construcción actual tenía una función más palaciega que militar.

El castillo, realizado en sillares irregulares, es de planta rectangular, de 20 por 15 metros. Posee dos torres de planta rectangular, de diferente altura, y situadas en esquinas opuestas. El remate de ambas ha sido modificado y están cubiertas a dos aguas. Ambas poseen saeteras.

La pequeña puerta de entrada es de medio punto, y posee un escudo de piedra con las barras de Aragón y está protegida con una aspillera.

En el interior hay un patio de pequeñas dimensiones, cubierto con arcos apuntados. A la izquierda tenemos la puerta de acceso a la torre más grande y una sala con una bóveda de medio cañón. Interiormente la torre tiene tres alturas, las primeras comunicadas con una escalera de madera, la tercera es accesible por una escalera de piedra insertada en el muro.

El casillo esta protegido exteriormente por una pequeña cerca defensiva que se extiende por la cara principal y uno de sus lados menores.


Fuente:
Castillos de Aragón


14 de junio de 2010

El tintorero medieval

En la Edad Media el oficio de tintorero es un oficio artesanal, distinto del de comerciante de paños o de materias colorantes. Además, está severamente reglamentado: a partir del siglo XIII, son frecuentes los textos que determinan su organización o su enseñanza, sus derechos y obligaciones, la lista de colorantes lícitos y de colorantes prohibidos. Fue una profesión siempre sospechada y en mayor o menor medida marginada.

La desconfianza suscitada por el conjunto de las labores de teñido es común a muchas sociedades desde épocas antiguas. Pero en la Europa medieval cristiana parece ser aún más fuerte que en cualquier otro lado y se manifiesta tanto en las prácticas verdaderas como en el ámbito de las leyendas y el imaginario. Abundan fuentes que ponen de relieve el carácter inquietante, si no diabólico, de ese oficio prohibido para los clérigos y desaconsejado para la gente honesta.

La industria textil es la única gran industria del Occidente medieval y en todas las ciudades pañeras los tintoreros son numerosos y están poderosamente organizados. Sin embargo, son frecuentes los conflictos que los oponen a otros cuerpos de oficios, sobre todo a los pañeros, tejedores y curtidores. En todas partes, los rígidos reglamentos profesionales reservan a los tintoreros el monopolio de las prácticas de teñido. Pero los tejedores, que no tienen derecho a teñir, lo hacen de todos modos. Eso da origen a numerosos litigios y juicios.

Con los curtidores -otros artesanos sospechosos, puesto que trabajan a partir de cadáveres de animales- los conflictos no tienen que ver con el tejido sino con el agua del río. Tintoreros y curtidores tienen una necesidad vital de ésta para ejercer sus oficios, como es el caso, por otra parte, de muchos otros artesanos. Pero el agua debe estar limpia. Ahora bien, cuando los primeros la han ensuciado con sus materias colorantes, los segundos ya no pueden utilizarla para dejar macerar sus pieles. Esto también genera conflictos y pleitos.

Los reglamentos prohíben teñir una tela o trabajar con una gama de colores para la que no se tiene licencia. En el caso de la lana, por ejemplo, a partir del siglo XII, si se es tintorero de rojo, no se puede teñir de azul y vicecersa. Por el contrario, los tintoreros de azul con frecuencia se hacen cargo de los tonos verdes y los tonos negros y los tintoreros de rojo, de la gama de los amarillos. En algunas ciudades de Alemania e Italia la especialización se lleva aún más lejos: para un mismo color, se diferencia a los tintoreros según la única materia colorante que tienen derecho a utilizar.


Esa estricta especialización de las actividades de teñido es comsecuencia de la aversión por las mezclas, heredada de la cultura bíblica, que impregna toda la sensibilidad medieval. Sus repercusiones son muchas, tanto en los ámbitos teológico y simbólico como en la vida cotidiana y la cultura material. Mezclar, remover, fusionar, amalgamar son operaciones que con frecuencia se consideran infernales, puesto que transgreden la naturaleza y el orden de las cosas querido por el Creador. Todos aquellos que se ven obligados a practicarlas debido a sus tareas profesionales (tintoreros, herreros, boticarios, alquimistas) despiertan temor o sospecha puesto que parecen hacer trampas con la materia. Por otra parte, ellos mismos dudan de si dedicarse o no a determinadas operaciones, como por ejemplo a la mezcla de dos colores para obtener un tercero. Se yuxtapone, se superpone, pero no se mezcla verdaderamente.

Antes del siglo XV, ninguna compilación de recetas para fabricar colores nos explica que para obtener el color verde haya que mezclar azul con amarillo. Los tonos verdes se obtienen de otra manera, ya sea a partir de pigmentos naturalmente verdes, ya sea sometiendo colorantes azules o grises a tratamientos que nada tienen que ver con la mezcla.

Hasta el siglo XVIII los tintoreros son artesanos misteriosos e inquietantes, temidos sobre todo porque son turbulentos, pendencieros, buscapleitos y reservados. Además, manipulan sustancias peligrosas, apestan el aire, contaminan las aguas de los ríos, son sucios, llevan ropas salpicadas y tienen las uñas y los cabellos manchados.

En la época carolingia, se pretendía que sólo las mujeres sabían teñir eficazmente, puesto que por naturaleza eran impuras y algo hechiceras. Se consideraba que los hombres eran poco habilidosos o que traían mala suerte en los procedimientos realizados para esa actividad.


Fuente:
Una historia simbólica de la Edad Media occidental - Michel Pastoureau


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