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9 de diciembre de 2018

Castillo de Bled


El Castillo de Bled es una de las edificaciones más impresionantes de Eslovenia, erigida en lo alto de un acantilado de 125 metros de altura sobre el lago Bled.

La primera referencia histórica al castillo de Bled proviene del año 1011, cuando se lo mencionó en un documento de traspaso de tierras firmado por Enrique II, quien donaba el castillo a los Obispos de Brixen. Poco después, en 1278, el castillo pasó a formar parte del patrimonio de los Habsburgo.

Su torre, construida en estilo románico, es la parte más antigua que se ha conservado de la construcción original, a la que fueron agregadas varias torres durante el transcurso de la Edad Media.


A lo largo de su historia, el castillo ha ido acumulando partes y ampliaciones en diferentes estilos, dando como resultado un castillo tan extraño como único en su diseño. También cuenta con una capilla que le fue añadida en el siglo XVI y posteriormente reformada, en la que destacan sus hermosos frescos del siglo XVIII.

Las diferentes estructuras se organizan alrededor de dos patios interconectados por unas escaleras, y en su entrada principal cuenta con un puente levadizo y un foso que rodea una parte del castillo. La cara que da al lago es prácticamente inexpugnable, y no ha necesitado de medidas defensivas en toda su historia.


Durante el año 2011 se celebró el milésimo aniversario de la construcción del castillo y en la actualidad se utiliza para la organización de diferentes eventos, entre los cuales las bodas suelen ser las más comunes.


Fuente:
* Recorriendo castillos. "El castillo de Bled, en Eslovenia".


28 de octubre de 2018

Castillo de Brissac


El castillo fue mandado construir por el conde de Anjou Fulco III como una fortaleza en el siglo XI. A principios Edad Media, el Castillo de Brissac fue utilizado exclusivamente con fines militares y a menudo cambió de propietarios hasta el año 1434, cuando fue adquirido por Pierre de Brézé. De Brézé fue especialmente cercano a la corte de Carlos VII de Francia.

Pierre de Brézé remodeló el Castillo de Brissac y a día de hoy conserva únicamente dos torres góticas con matacanes de la fortaleza original.


En el año 1502 el descendiente de Pierre de Brézé, Jacques de Breeze, se hizo con el castillo tras la muerte de su padre. Desde entonces, el castillo es historia viva. En su interior tuvo lugar el asesinato de la esposa de Jacques de Breeze e hija de Carlos VII, Charlotte de Valois, al haber sido sorprendida en una aventura amorosa con uno de los amigos de Jacques. La leyenda cuenta que el fantasma de Charlotte supuestamente se puede encontrar en vagando por las salas del castillo.

Tras la desagradable muerte de su esposa, Jacques de Breeze, en el año 1.502, vendió el castilo y las tierras circundantes a René de Cossé, quien fue nombrado posteriormente gobernador de Anjou y Maine por el rey Francisco I.

Como resultado de las guerras religiosas, el Castillo de Brissac fue sitiado por Enrique VI. Cossé abandonó la fortaleza, volviendo solo en 1.620 y encontrándose el castillo severamente dañado. En un intento por recuperar la forma de la fortaleza, Cossé (para aquel entonces mariscal de Francia) le encargó el trabajo de remodelación al arquitecto Jacques Corbineau. Principalmente se reconstruyó la parte central del diseño anterior.


El castillo incorporó una gran cantidad de arte del Renacimiento italiano, inspirando a muchos arquitectos en el valle del Loira. Y a pesar de la cierta asimetría de la fachada este y del norte del castillo, no perdió ápice de su innegable atractivo.

El 12 de agosto de 1.620, el Castillo de Brissac es el lugar de otro hecho histórico para el país galo. En una de las habitaciones, el rey de Francia Luis XIII y su madre María de Médici se reconciliaron.

Tras la muerte en 1.621 de Carlos II de Cossé todos los trabajos para la reconstrucción del castillo fueron suspendidos. La reforma del castillo quedó parada y la estructura no llegó a alcanzar la altura que tenía prevista. Hasta el año 1.792 el castillo siguió siendo propiedad de la familia Cossé, la cual dio a Francia cuatro mariscales, un comandante de artillería, cinco gobernadores de París y muchos otros líderes del gobierno.


Las cámaras interiores del castillo se encuentran decoradas con vigas ricamente pintadas, paneles tallados y tapices. En las salas aún se conservan valiosos y antiguos muebles, elegantes chimeneas, armas, escudos… además de una gran colección de retratos de los miembros de las familias que habitaron en alguna ocasión el gran Castillo de Brissac.

El 3 de noviembre de 1.958, el Castillo de Brissac fue declarado monumento histórico de importancia nacional.


Fuente:
* https://castillosdefrancia.com


11 de noviembre de 2017

Castillo de Brissac


Con ambientes que reflejan el estilo propio de la Francia del siglo XVII, este castillo comenzó a edificarse en el año 1610 a pedido de Charles de Cossé, el primer duque de Brissac. Anterior a esta construcción existió allí un castillo que actuaba como fortaleza y que fue destruido.

El castillo de Brissac sufrió graves daños en la época de las Guerras de la Religión y Carlos II de Cosse lo reconstruyó con la ayuda de Enrique de Navarra quien realizó una donación para realizar las obras.

Con los acontecimiento de la Revolución Francesa sufrió nuevamente saqueos y quedó casi totalmente destruido, sometido a un arduo trabajo de restauración se logró rescatarlo y fue conservado hasta hoy, pudiendo visitarse las suites Marquis y Luiz XIII, como también las habitaciones de los Cazadores.

Adornan el lugar cristalerías venecianas, tapices persas y una gran variedad de pinturas francesas. Inclusive, posee una sala de conciertos mandada a construir por la Marquesa de Brissac, Jeanne Say, donde suelen acontecer espectáculos de ópera.

También, es conocido, según una vieja leyenda, como el lugar elegido por los espíritus de una pareja de amantes que recorren su interior y que según los dichos serían la esposa de Jaques de Breze que fue asesinada allí junto con su amante, cuando su marido descubrió el engaño.


Fuente:
*http://www.francia.net/castillo-de-brissac


23 de mayo de 2017

Castillo de Trakai


El castillo de Trakai está situado a unos 30 kilómetros de Vilnius, capital de Lituania. Parece ser que este castillo de construyó en el siglo XIV y que fue fundado por el Duque Gediminas, uno de los gobernantes del Gran Ducado de Lituania más querido por esta nación, del que se dice que se resistió a los múltiples intentos de cristianizar el país. En este castillo nació también, en 1350, Vitautas el Grande, gran Duque de Lituania, que tenía también el título de Príncipe de Trakai y que se convirtió igualmente en héroe nacional.

Del castillo de Trakai inicial en la isla se pasó posteriormente a dos castillos. Uno en la isla, y el otro en tierra firme. Fueron años de disputas intestinas en Lituania, que terminan con la conquista del castillo por parte de Vitautas el Grande, que era nieto del fundador Gediminas. Desde entonces, Trakai se convirtió de facto en la capital política del país, desde donde se decidía el futuro de Lituania, aunque la capital oficial seguía siendo Vilnius.


Al original castillo de Trakai del siglo XIV lo sustituyó una fortaleza, en el siglo XV, de ladrillo rojo, que es la que podemos ver en la actualidad. El castillo pasó durante los siglos siguientes por varias manos, siguiendo los designes del país. A partir de 1569, el Ducado de Lituania se une al Reino de Polonia y la importancia del castillo disminuye. A finales del siglo XVIII la población y toda la región es anexionada a Rusia y en el siglo XX pasó a manos alemanas, polacas, soviéticas y nuevamente alemanas, esta vez tras la invasión nazi. Pasada la Segunda Guerra Mundial, los Países Bálticos son nuevamente anexionados a la Unión Soviética, hasta que a finales del siglo XX, esta se desmiembra y Lituania alcanza definitivamente, la independencia.


En la actualidad, las salas del castillo están acondicionadas como museo en el que se exponen monedas, manuscritos y restos arqueológicos, entre otros.


Fuente:

* http://milviatges.com/2014/castell-de-trakai-lorgull-del-poble-litua#

3 de diciembre de 2016

Castillo de la Trinidad


El castillo de la Trinidad se levanta sobre la punta de la Poncella, un promontorio que controla y defiende la entrada por mar del puerto de Roses (Girona), por encima del faro.

Punta de Poncella reúne diferentes ejemplos de construcciones de control marítimo que evidencian una ocupación interrumpida desde la época medieval hasta el siglo XX. El precedente directo del castillo de la Trinidad es una torre de vigilancia construida en un momento indeterminado de la época medieval.

El castillo de la Trinidad fue construido en el año 1544 bajo el reinado del emperador Carlos V, quien colocó la primera piedra. Estaba preparado para acoger 350 hombres, víveres y munición para poder resistir un largo asedio.

Esta construcción y la Ciutadella son las dos fortalezas más importantes construidas en Cataluña dentro del vasto programa de fortificación de las fronteras peninsulares impulsado por Carlos I. Ambas formaban un conjunto defensivo fundamental en la estrategia del Imperio español de la época moderna.

El escenario bélico de la época, con la monarquía española enfrentada con el Imperio turco y la monarquía francesa, y el perfeccionamiento de la artillería, supuso una transformación radical de las fortificaciones en la primera mitad del siglo XVI. Roses fue uno de los primeros lugares donde se intervino, constituyendo un campo de pruebas donde se experimentó la nueva arquitectura militar.


Tiene planta irregular en forma de estrella de cuatro puntas, llamadas punta de Roses (el oeste), de la Trinitat (el este), de las Medes (al sur) y de Sant Pere de Rodes (al norte), con un quinta punta añadida para proteger la vía de entrada al castillo.

En el lado que da a tierra se disponían los cuerpos edificados para reforzar el sector que podía ser atacado desde las alturas del vecino monte Romo. Hacia el mar se disponían las plataformas donde se asentaban los cañones.

La fortaleza estaba organizada en tres niveles (sótano, planta principal y plantas superiores), dispuestos en forma de anfiteatro. El interior disponía de los equipamientos e instalaciones imprescindibles (cisterna, cocina, capilla, letrinas, alojamientos, prisión, etc.) para que el día a día de los hombres que formaban la guarnición estable transcurriera con un mínimo de normalidad. En tiempo de guerra la situación cambiaba radicalmente, con el incremento de soldados y la adecuación de todos los espacios para un uso exclusivamente bélico.


Después de casi 200 años de ruina y abandono, en 1991 fue adquirido por el Ayuntamiento de Roses y tras ocho años de obras (2002-2010) se ha podido recuperar el castillo a partir de los planos originales de la fortaleza.


Fuente:
* http://www.castillosnet.org/espana/informacion.php?ref=GE-CAS-039


12 de octubre de 2016

Castillo de Grajal


El castillo de Grajal de Campos, en León, es un cuadrado casi perfecto de unos 55 metros de lado y 12 de altura, con esquinas protegidas por cuatro torreones circulares de unos 10 metros de diámetro e igual altura, abarcando un total de 3500 metros cuadrados.

Levantado en recia roca silícea traída desde Velilla del Río Carrión (Palencia), su mayor particularidad la constituyen los llamados alambores, muros oblícuos en talud de hojas superpuestas diseñados así para resistir los impactos de artillería, arma que ya era masiva en el siglo XVI.

Con tres plantas originariamente, no presenta escudos por pertenecer a la Corona de Castilla.

Como fortaleza artillera dispone de toda clase de protecciones como troneras antiastillamiento, de buzón con arco superior de consolidación, en X para protección personal, laterales dominando los fosos, etc. En el ataque destacan los emplazamientos frontales para cañones de gran calibre, uno de los cuales todavía se encuentra en su lugar.

Presenta aún canales de evacuación de aguas en los taludes, más tarde extendidos por toda la península. Destacan las largas líneas de modillones de dos niveles (tres en la proximidad de los torreones), sobre la parte oblícua del talud, y los torreones salientes de gran calidad, con ménsulas, petos y coronamientos.


En general, a pesar de su deterioro, pueden admirarse los cuidados labrados de piedra en numerosos elementos de las cuatro fachadas, como merlones (almenas), gárgolas y otros remates, lo que puede dar una idea del extraordinario acabado del edificio en su construcción.

Los torreones disponen interiormente de bóvedas en magníficas estructuras de ladrillo.

La entrada se realiza por una minúscula cancilla junto al torreón noroeste. Se habla en el lugar de una gran puerta enterrada con su puente levadizo, pero las catas no lo han demostrado.

Como en casi todas las fortalezas, la leyenda menciona también túneles de comunicación con con el castillo de Altafría (Valderas), el de los Pimentel (Benavente, Zamora), con el Santuario de la Peregrina (Sahagún) y con el castillo de Cea.


Se sabe de una fortaleza romana en este lugar y de un castillo documentado en 967. El actual, del siglo XVI, se edifica a instancias de los Reyes Católicos por Hernando de Vega y Gonzalo de Ayora, ambos en el más cercano núcleo de confianza de los monarcas.

Vega, Comendador Mayor de Castilla, comandante de la Milicia de la Orden de Santiago de Guardia reforzada en las campañas de Fernando el Católico en Córdoba, fue también padre de Juan de Vega, primer Conde de Grajal.

Ayora, Coronel en Salses (Rosellón, Francia) era el mayor experto de la época en la edificación de fortificaciones artilleras, además de Cronista Real.

Entre ambos, en 1519, rehabilitan o reconstruyen el anterior castillo medieval del siglo X, inspirándose en el de Salses.

Un siglo más tarde, en 1620, comienza a ser utilizado como prisión.


Fuente:
* http://www.soyleon.es/Paginas/Comarcas/Campos/Castillo_Grajal.html


29 de mayo de 2016

Castillo de Chenonceau


Este castillo es conocido popularmente como el castillo de las mujeres porque su historia siempre estuvo ligada a las damas de la corte francesa. Es el castillo más visitado por los turistas que recorren la ruta de castillos del Loira por ser uno de los más bonitos y mejor conservados de los que por allí se encuentran.

El castillo de Chenonceaux es de estilo renacentista, construido sobre el río Cher, por Thomas Bohier y data del siglo XVI, posee unos preciosos jardines y parques. Su historia es muy curiosa, ya que Francisco I se alojó en este castillo, el cual pertenecía a uno de sus consejeros.


Más adelante, el consejero se lo tuvo que dar al rey por el pago de una deuda y el rey, a su vez, se lo regaló a Enrique II, el cual se lo regaló a su amante, Diana de Poitiers, dándole con ello el grado de Duquesa de Valentinois, la cual agrandó el castillo construyendo la parte que ahora se encuentra sobre el río, donde está la cocina y la sala de los servidores, provocando con ello la envidia de la Reina. Pero como el castillo seguía perteneciendo a la corona, a la muerte del hijo del rey la reina, Catalina de Medicis, lo recuperó, expulsando así a su amante.


El castillo hace de puente apoyado en cinco arcos. Su forma interior es rectangular y acaba con torres en los vértices, además de poseer dos plantas. Está declarado como monumento histórico por su activa presencia en la historia de Francia.



Fuente:

* http://sobrefrancia.com/2010/01/22/el-castillo-de-chenonceaux-el-puente-castillo


20 de febrero de 2016

Castillo de Santa Catalina (Jaén)


El castillo de Santa Catalina se levanta sobre un cerro (820 m. de altitud) que domina los llanos sobre el que se asienta la ciudad de Jaén, en las estribaciones de la Sierra de Jabalcuz. En su origen fue una fortaleza árabe edificada durante el reinado de Alhamar (Castillo Viejo) y reconstruido en 1246 cuando fue conquistado por Fernando III (Alcázar Nuevo), continuando las reformas Alfonso X el Santo y Fernando IV. En 1812 la ocupación francesa de las tropas de Napoleón produjo daños considerables, pero también se abordaron nuevas edificaciones como caballerizas y zonas de hospital y calabozos. Durante las guerras carlistas se efectuaron las últimas modificaciones. En 1907 el recinto fue adquirido por Manuel Ruiz de Córdoba, que fracasó en sus intentos de restauración. En el año 1948 lo compró el Ayuntamiento de Jaén que autorizó la construcción del actual Parador Nacional (año 1965) destruyendo gran parte de las estructuras históricas y arqueológicas.

El origen de su nombre rinde honor a Santa Catalina de Alejandría, patrona de la ciudad. Su aparición milagrosa al rey Fernando III el Santo fue trascendente en su decisión de conquistar esta villa a los árabes, gobernados por Almmaun I de Arjona (Alhamar).


Con la llegada de los árabes a Jaén continúa la necesidad de mantener las anteriores fortificaciones, por lo que a lo largo del siglo VIII se reconstruye una alcazaba islámica que pasará a manos cristianas cuando Fernando III conquista la plaza al rey Alhamar, en el año 1246. De las murallas musulmanas se tienen documentadas varias puertas, ya desaparecidas como la Puerta de Martos, Puerta del Sol, Puerta de Baeza, Puerta del Sol, Puerta de Granada, Puerta de Aceituno, Puerta de Noguera, Puerta del Portillo, Puerta del Portillo de San Sebastián, Puerta de Santa María y Puerta de San Agustín.

A partir de la conquista cristiana se suceden distintas fases de remodelación, conociéndose con los nombres de "Castillo Viejo", "Alcázar Nuevo" y "Alcázar de Abrehui". Fernando III mandó que se iniciaran las obras del Alcázar Nuevo en la zona Este de la fortificación, pero no será hasta los siglos XIII - XV y durante los reinados de Alfonso X el Sabio y Fernando IV cuando se intensifican las obras. Se levantan en este período las líneas de muralla que delimitan el castillo y seis torres. La Capilla de Santa Catalina se construye entre los siglos XIII y XIV.

Terminadas las guerras árabes, las murallas dejan de tener su función protectora y defensiva y pasan a ser el instrumento de control de los productos y mercancía con los que se comerciaba en la ciudad. Su acceso adquiere un carácter fiscal que benefició considerablemente a la población.

En el siglo XV el Condestable de Castilla Don Miguel Lucas de Iranzo erige al Torre del Homenaje y según algunas crónicas, se documenta el gasto de una importante cantidad (10.000 maravedíes) para realizar obras urgentes de reparación en algunas estancias del castillo. Enrique IV lo distinguió, entre otros honores, concediéndole el título de "Condestable" y el de "Alcaide de Jaén".


Ya en el siglo XIX, la invasión de España por Napoleón Bonaparte (1808) llevará al emperador francés tomar Jaén. Sus tropas se instalan en la fortaleza y realizan varias reformas de acondicionamiento, destruyendo el aljibe árabe para construir el polvorín. En esa zona hacen varias estancias para situar las caballerizas. Levantaron un hospital "a prueba de bombas", con capacidad para 50 camas. Era de dos plantas con perímetro rectangular y con diez ventanas que proporcionaban una buena ventilación. Tenía dos puertas de acceso y estaba dotada con espacio para oficinas y enfermería. También hicieron habitaciones para el gobernador y los oficiales, plaza para la colocación de los cañones, oficinas, almacenes y calabozos. En la llamada Torre de las Troneras instalaron letrinas. En sus mazmorras fueron encerrados muchos de los guerrilleros de la resistencia española. Tras la derrota en la batalla de Bailén, y antes de abandonar definitivamente la plaza, bombardearon el interior, lo que la hizo entrar en una fase de abandono y deterioro.

Las Guerras Carlistas también causaron grandes destrozos en el Castillo de Santa Catalina. Don Manuel Ruíz de Córdoba (1907) adquiere la fortaleza con intención de restaurarla, pero sin mucho éxito. La expansión de la ciudad obliga a una negligente política de demoliciones que amenaza seriamente con fulminar la entidad del recinto. Tendrá que volver a adquirirlo el Ayuntamiento (1948), pero aún así, la construcción del Parador Nacional (1965) en época franquista destruyó gran parte de sus testimonios arqueológicos. Desde entonces, es propiedad del Consistorio.


Fuente:
http://www.culturandalucia.com/JA%C3%89N/Castillo_de_Santa_Catalina_Ja%C3%A9n.htm


9 de noviembre de 2015

Castillo de Belmonte


El castillo de Belmonte se eleva en el cerro de San Cristóbal, a las afueras de la localidad de Belmonte, al suroeste de la provincia de Cuenca, distando bastante de su capital, y no muy alejada de la línea fronteriza con la provincia vecina de Toledo.

El origen del castillo de Belmonte data del siglo XII, aunque el castillo actual data del siglo XV, iniciándose su construcción comenzó en 1456. Con la guerra por el trono, será plaza dominada por Felipe V el Animoso.

Desde su construcción, y por línea directa, el castillo de Belmonte ha pertenecido siempre a la misma familia, siendo una de sus propietarias (siglo XIX) doña Eugenia de Montijo, Condesa de Teba (hija del Conde de Montijo), que se convirtió en emperatriz de Francia por su boda con el emperador Napoleón III. Esta etapa dejó su impronta en la fortaleza, pues la condesa mandó realizar una serie de reformas, con un claro matiz francés.

En el año 1936, durante la Guerra Civil, se convertiría en cuartel y cárcel. Aquí se inició su destrucción.


El recinto tiene una planta atípica: dos estructuras rectangulares con torres en sus ángulos exteriores y una tercera estructura cuadrangular (la torre del homenaje) con otras dos torres a los lados, que conforman el patio de armas en el interior de la composición, toda ella rodeada por una muralla. La puerta de entrada al edificio está enmarcada por dos torres cilíndricas, y toda la estructura está rematada con almenas y matacanes.

La torre del homenaje se encuentra desmochada. El resto remata en una cornisa con matacanes. Aparecen algunos vanos o saeteras, pero en general no proliferan mucho a lo largo del edificio.

Cabe destacar la muralla en forma zig-zag, sorteando los ángulos que le impidan mayor visibilidad. También destacan las techumbres de estilo mudéjar y las yeserías con proliferación de elementos góticos decorando las escasas ventanas, de las que dispone el edificio. El escudo de los Pacheco es otro de los elementos dignos de mención.


El material utilizado para esta impresionante obra constructiva es la piedra. Se trabaja con sillarejo, es decir, con piedra rusticamente labrada. En el interior nos encontramos con la utilización de madera para la realización de sus techos que se extiende por varias dependencias.

En la actualidad, el castillo pertenece a la Casa Ducal de Peñaranda-Montijo, formada por el duque de Peñaranda (y conde de Montijo) y sus tres hermanos, por línea directa.


Fuente:
* http://www.castillosnet.org/espana/informacion.php?ref=CU-CAS-003

Fotografías:
* Carmen Calero


4 de octubre de 2015

Castillo de Báguena


El castillo de Báguena se alza sobre un pequeño montículo próximo a la localidad del mismo nombre, en la provincia de Teruel. Sobre los restos de un asentamiento íbero levantaron los musulmanes el castillo de Báguena, que tras la reconquista pasaría a manos de la Orden del Temple, y a partir de ese momento fue surgiendo el pueblo. Entre 1336 y 1344 Pedro IV el Ceremonioso ordenó la reparación de la fortaleza.


El hecho histórico más importante sucedido en este castillo fue el acontecido en 1363, cuando su alcaide, Miguel de Bernabé, rehusó el ofrecimiento de rendición concedido por el rey castellano Pedro I, prefiriendo morir quemado antes que rendir la plaza. Su cuerpo fue encontrado calcinado, pero con un brazo incorrupto sosteniendo las llaves de la fortaleza.


El castillo ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de su historia, siendo en su mayoría del siglo XIV los restos que han llegado hasta nuestros días. Tan sólo quedan dos torres de diferentes épocas, restos de algunos lienzos de la muralla, parte del aljibe, y restos de lo que sería un cobertizo para la guardia.

La torre mejor conservada es gótica, su planta es cuadrada, de unos 8 metros de lado, y cuenta con un acceso con arco apuntado. A unos 20 metros de la primera se encuentra la segunda torre, de la que apenas queda más que la base, también de planta cuadrada pero de menor tamaño.

Se encuentra en estado de ruina, aunque se han realizado obras de restauración y consolidación, sobre todo de la torre más entera.


Fuentes:
* http://www.castillosnet.org/espana/index.php
* Fotos: Luis Puey Vílchez


24 de junio de 2015

Castillo de Sax


Situado en el Valle del Vinalopó (Alicante), el castillo de Sax fue construido en lo alto de una encrespada roca caliza de paredes verticales y escasa anchura que, en ocasiones, ha originado desprendimientos sobre el pueblo, extendido a la solana de la Peña.

Tiene una planta alargada con dos recintos diferenciados: del occidental apenas quedan restos, mientras que el oriental está delimitado por dos torres de planta cuadrangular. Todo el conjunto está trabajado en mampostería y tiene similitudes con los cercanos castillos de Villena, Almansa, Chinchilla y Belmonte. No en vano, todos pertenecieron a los Señores de la Villa y Castillo de Sax.

Durante el Señorío de los Pacheco, a mediados del siglo XV, el castillo experimentó una intensa actividad constructiva. De aquí la presencia de las armas nobiliarias del primer Marqués.
Durante la última restauración realizada en los años 1998 y 1999, se reconstruyó parte de las puertas de acceso. Las cerámicas documentadas en la ladera de la peña fechan el inicio de su construcción a finales del siglo X, siendo los árabes quienes realizaron las primeras construcciones aprovechando el promontorio montañoso donde todavía permanecen los aljibes y la Torre Oriental.


Los conflictos fronterizos entre Castilla y Aragón en la primera mitad del siglo XIV supusieron obras de reforma en la vieja fortaleza islámica sajeña. Se edificó una nueva torre maestra, creando dos espacios separados en la cresta de la Peña, uno inferior (a modo de albacar) y otro superior (donde se integra la torre de tapial). La Torre Maestra tiene tres plantas de sillería encadenadas por escaleras talladas en la roca, empinadas y angostas.


El Castillo de Sax es la pieza clave en la defensa del Valle del Vinalopó y último reducto con cierta autonomía logística y táctica de la zona. En su cara oeste se puede observar con nitidez cuatro impactos de proyectiles, de una bombarda de calibre medio, posiblemente de munición de piedra. Estos impactos tienen su origen en el asedio que sufrió la fortaleza por parte del Conde de Cocentaina en las Guerras del Marquesado. Allí se enfrentaron al Marqués de Villena, partidario de "Juana la Beltraneja", con las tropas que defendía a Isabel la Católica. Los disparos se dirigieron a los ángulos de la torre, con el fin de causar los mayores daños posibles, intentando provocar su derrumbe, táctica de ataque frecuente en la época, también documentada en el Castillo de la Atalaya de Villena. La efectividad fue nula, pues la torre resistió muy bien la embestida.

En el año 2001, obtuvo la declaración de Bien de Interés Cultural con rango de "monumento".


Fuente:
Alicantevivo.org

21 de febrero de 2015

Castillo de Tossa


Tossa de Mar, la antigua Turissa romana y de tradición pesquera, es uno de los rincones más bellos de la costa brava. Cuenta con una ciudad antigua, la Vila Vella, situada en una ladera y declarada monumento nacional. El castillo y el amurallamiento general de la Vila Vella datan del siglo XII al XIV.

Los documentos de época medieval que hablan de Tossa hablan de cuando el conde Miró, conde de Cerdaña y Besalú, cede al Monasterio de santa maría de Ripoll los derechos de Tossa. Posteriormente Ramón Berenguer III y el Papa Urbano II con su bula confirmaron los antiguos derechos que el Monasterio de Ripoll había adquirido históricamente sobre Tossa.

Los primeros datos sobre el castillo de Tossa se refieren al año 1187 en la carta pobla de la población. En 1189 Alfonso el casto ordenó que cualquiera que pescara en el término del castillo de Tossa debería pagar tributo al monasterio de Ripoll.

En el Libre de Feyts d'armes de Catalunya se señala cómo entraron muy violentamente en 1285 las tropas francesas.

Es de señalar que en 1420 los pescadores se niegan a pagar el tributo de pesca, denominado "castellatge del peix" al monasterio de Ripoll, si Pere de Riera, su baile, no prestaba los debidos servicios de vigilancia del castillo.

El castillo de Tossa es importante por el papel decisivo frente a los piratas. Dado su lugar privilegiado de emplazamiento, podía defender la bahía.


Fuente:
Arteguias

3 de mayo de 2014

Castillo de Malbork


El castillo de Malbork está situado en el margen derecho del río Nogat (afluente del Vístula), en Polonia. Fue fundado por la Orden de los Caballeros Teutónicos en 1274 con el nombre de su patrona, la Virgen María.

El castillo es la fortaleza gótica más grande de Europa y se erigió para ser la sede de la Orden Teutónica en el siglo XIV. La favorable posición del castillo junto al río Nogat y el terreno relativamente llano que le rodea favorecieron el acceso fácil de barcazas y buques de carga. Durante el gobierno de Prusia, la Orden Teutónica cobraba peajes a los barcos que pasaban, al igual que otros castillos a lo largo del río, imponiendo un monopolio en el comercio de ámbar. Cuando la ciudad entró a formar parte de la Liga Hanseática, muchas de las reuniones de la Liga se celebraron en el castillo.


El castillo fue asediado en 1410 en el sitio de Mariemburgo, después de la Batalla de Grünwald, pero no fue tomado. Durante la guerra de los Trece Años (1454-1466), el castillo resistió hasta que, finalmente, en 1466 pasó a dominio polaco como parte de la provincia de Prusia Real.

Antes de la Primera Partición de Polonia de 1772, Malbork se utilizó como una de las residencias de los Reyes de Polonia. Como parte de Prusia, pasó a tener un uso militar. El castillo estaba en proceso de restauración cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. En 1945, el 50% del castillo estaba destruido como resultado de la contienda. Desde entonces se han llevado extensas labores de restauración, pero la catedral, restaurada totalmente antes de la guerra y destruida durante ella, permanece en ruinas.

Malbork está formado por tres secciones diferentes: el castillo alto, medio y bajo, separados por fosos y torres. El castillo llegó a albergar 3000 soldados. Las murallas exteriores del castillo rodean una superficie de 210.000 m², cuatro veces más que el castillo de Windsor.


Fuente:
Wikipedia

8 de febrero de 2014

Castillo de Gormaz


El castillo de Gormaz (Soria) es el más largo de Europa. Se levanta sobre una empinada cresta, desde la que se dominan los extensos campos vecinos, y que permite una mejor defensa.

Se construye en los primeros años de la Reconquista aprovechando las ruinas de algún castro romano o edificación visigoda. Será asaltada, una y otra vez, por musulmanes y cristianos, lo que promoverá más de una restauración y ampliación.


En el año 940, por ejemplo, las tropas de Abderraman III dan muerte al conde de Gormaz y se dirigen a la fortaleza, donde acampan sin intentar siquiera atacarla: el castillo era inexpugnable.

Constituye sin duda no sólo el máximo exponente de la arquitectura militar Soriana, sino también de la Península. Fue frontera de Al Andalus con los reinos cristianos. Ya en el poema del Cid se le menciona como “Castiello tan Fourt”.

En su construcción se utilizaron las técnicas orientales de los Aglabitas de Bagdad y de los Túnidas de Tostat, mucho más perfectas y superiores a las que utilizaban los cristianos.

El recinto amurallado de aproximadamente 1.200 metros de forma longitudinal y eje este-oeste le hacen ser el mayor castillo de la Europa Occidental.


Se distribuye en dos zonas claramente diferenciadas, el Alcázar, al este, protegido por recios muros y torreones, presenta una entrada acodada y amplios restos arquitectónicas inferiores entre los que sobresale un gran aljibe abovedado.

El perímetro está reforzado y protegido por 28 torreones y su comunicación con el exterior se realizaría por las dos magníficas puertas Califales y las dos Portonas secundarias que todavía se reconocen.

Fue reedificado por el General Galib entre 956 y 966; en el 975 lo asaltó Ramiro III de León, para ser, tras numerosos aconteceres históricos, Señorío del Cid, del Obispo de Osma y de los Marqueses de Camarasa.


Fuente:
www.sorianitelaimaginas.com

11 de septiembre de 2013

Castillo de Cuéllar


El Castillo de Cuéllar o Castillo de los Duques de Alburquerque se encuentra en la villa de Cuéllar, provincia de Segovia. Está bien conservado y se compone de una mezcla de distintos estilos arquitectónicos, que abarcan desde el siglo XIII al XVIII, aunque predominan el gótico y el renacentista. Se trata de una edificación militar que a partir del siglo XVI se sometió a obras de ampliación y transformación, convirtiéndose en un suntuoso palacio, propiedad del Ducado de Alburquerque. En sus diferentes etapas constructivas trabajaron maestros como Juan Guas, Hanequin de Bruselas y su hijo Hanequin de Cuéllar, Juan y Rodrigo Gil de Hontañón, así como Juan Gil de Hontañón "el mozo" o Juan de Álava entre otros.


Entre sus antiguos propietarios, destacan don Álvaro de Luna y Beltrán de la Cueva, así como los sucesivos duques de Alburquerque. Sus huéspedes más ilustres fueron los reyes de Castilla, como Juan I y su esposa la reina Leonor, que falleció en él, o María de Molina, que se refugió en este castillo cuando su reino la rechazaba. También destacan las figuras del pintor Francisco Javier Parcerisa, el escritor José de Espronceda, el general Joseph Léopold Sigisbert Hugo o Arthur Wellesley, duque de Wellington, que estuvo acuartelado en el castillo con una guarnición de su ejército durante la Guerra de la Independencia Española.


Fue residencia habitual de los duques de Alburquerque durante siglos, hasta que se trasladan junto a la Corte a Madrid, convirtiéndolo en palacio de recreo y vacaciones, desvinculándose así lentamente del edificio, hecho que se acentúa más aún cuando la línea primogénita del ducado se extingue, y la titularidad pasa a la familia Osorio, descendientes de Ambrosio Spinola, marqués de los Balbases. A finales del siglo XIX el edificio se encontraba prácticamente abandonado, y fue víctima del pillaje. En 1938 se instaló en él un penal para presos políticos, al que se incorpora después un sanatorio para presos tuberculosos, retomando más tarde su utilización como penal que funcionó hasta 1966.

En 1972 interviene la Dirección General de Bellas Artes, llevando a cabo una intensiva restauración, para instaurar en él un centro de Formación Profesional, que tras las nuevas legislaciones de Educación, se convierte en instituto de Educación Secundaria Obligatoria, actividad para la que es utilizado actualmente, entre otros usos. Es Bien de Interés Cultural desde el 3 de junio de 1931.


Fuente:
Wikipedia

3 de julio de 2013

Castillo de Eramprunyà


El castillo de Eramprunyà se encuentra en el término municipal de Gavà en la comarca catalana del Baix Llobregat. Fue la sede de un término (el término del castillo de Eramprunyà) en época medieval que llegó a controlar los actuales territorios de Gavà, Begas, Castelldefels, Sant Climent de Llobregat, Viladecans y una parte de Sant Boi de Llobregat.

Las primeras noticias que nos han llegado del castillo datan del año 957, momento en que el castillo era propiedad de los condes de Barcelona. Posteriormente lo cedieron a Gombau de Besora. En el siglo XIII lo compró el rey Jaume I. Años más tarde, concretamente en 1323, Jaume II se lo vendió para recaudar dinero para la conquista de Córcega y Cerdeña. En 1897 lo adquirió el banquero Manel Girona.


Pese al estado de abandono y de ruina, se pueden distinguir claramente los dos recintos en que estaba dividido el castillo. El superior, o sobirà, es dónde se encontraban las edificaciones nobles. En el inferior o jussà encontramos el cementerio, la iglesia de Sant Miquel y la cisterna. Los dos recintos están comunicados por una pasarela de madera, que sustituye al puente de piedra que había.


El recinto soberano estaba rodeado por muros que en muchos tramos tenía 50 cm de espesor, hechos con pequeños sillares. El baluarte que defendía el portal tenía un espesor de 90 cm en paramento más meridional.


Fuentes:
- www.aldeaglobal.net
- Wikipedia

25 de abril de 2013

Torre de los Valdés




La torre de los Valdés se encuentra unida al palacio de los condes de Miranda en el centro de la localidad de Salas, provincia de Asturias. La localidad de Salas se encuentra en la parte norte de la provincia, situada en el camino entre Luarca y Oviedo, y constituye un punto decisivo en las comunicaciones de esta zona del Principado, además de ser una merecida parada de descanso en el recorrido de la ruta del Camino de Santiago.

La historia de este castillo es poco conocida. Hay documentos que hablan de la existencia de una torre y un castillo desde 1124. Según los entendidos, se podría hablar de castillos construidos con un material perecedero como la madera, pero esto es poco probable debido a la climatología que caracteriza a esta zona asturiana. Pudo haber una primera etapa donde predominarán las torres de escasas dimensiones que dieran lugar, posteriormente, a los castillos.

Lo más curioso de este edificio, frente a otro tipo de castillos que se ubican en el promontorio de un valle dominando el terreno circundante, es que esta fortaleza está plenamente integrada en la población que le da su nombre y unida, a la vez, a otras estructuras arquitectónicas que la rodean como es el caso del palacio anexo.


Las defensas son las típicas de todas estos edificios fortificados. La torre contenía un foso y un puente levadizo. Las saeteras, las almenas de forma piramidal y los garitones completan todo un entramado destinado a dar una mayor protección al edificio y a las estancias circundantes.

La torre del homenaje está unida al Palacio de los condes de Miranda. Su planta es cuadrada y presenta 8 m de anchura y 16 m de altura. Tiene 5 pisos que se comunican por una escalera de caracol. Las techumbres son de madera menos la del último piso que está rematado con una cubierta abovedada. Posee saeteras, almenas, garitones y una terraza que completa su decoración.


En la actualidad, su estado es bastante bueno: la torre conserva muy bien su estructura y el palacio se mantiene intacto. Hay que destacar que, a causa del color de la piedra, la parte vieja se distingue de las construcciones modernas. En la parte más antigua se puede apreciar la huella que ha dejado el paso del tiempo.


Fuente:
CastillosNet

8 de abril de 2013

Castillo de Granadilla




El castillo de Granadilla se encuentra junto al embalse de Gabriel y Galán, en el término municipal de Zarza de Granadilla, provincia de Cáceres.


Se cree que fue mandado construir por el primer Gran Duque de Alba don García Álvarez de Toledo en la segunda mitad del siglo XV, aunque no se ha podido determinar el autor de tan singular traza y magnífica obra, de inequívoca influencia italiana. Por los únicos datos existentes hasta ahora, parece cierto que los artífices de la obra fueron Juan Carrera, De Troya, y Tomás Bretón.


El castillo de Granadilla es una curiosa y espectacular fortaleza por su forma y disposición. Está constituido por un recinto cuadrado al que se adosan torreones semicilíndricos en medio de sus cara planas. Fue construido junto a la muralla de origen almohade, posiblemente sobre las ruinas de alguna fortificación musulmana anterior.


Ha sido restaurado y se encuentra en buen estado. Es propiedad del Confederación Hidrográfica del Tajo, y se utiliza como Centro de Vigilancia Rural contra Incendios. Fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1980.


Fuente:
CastillosNet

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