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14 de junio de 2016

El 'Águila de sangre' ¿mito o realidad?

En los últimos 50 años, la historia de los vikingos ha pasado por varias revisiones que han atenuado su violenta fama. Antes de esto, la historia los presentaba como bárbaros que asesinaban y destruían otros pueblos. La fama de los vikingos empezó a cambiar cuando Peter Sawyer publicó, en 1962, el libro The Age of Vikings, en el que redime al pueblo vikingo.

Las conquistas de los nórdicos son bien reconocidas -navegaron hasta el continente americano e incluso hay quien los señala como agentes que impulsaron la economía-. En realidad, los vikingos construyeron una civilización, tenían granjas y eran grandes maestros trabajando el metal, aunque no dejaban de ser enemigos imparables y codiciosos. ¿Cómo acabaron ideando una tortura tan brutal como el Águila de Sangre?

El Águila de Sangre era un método de tortura y ejecución mencionado en algunas sagas nórdicas. Consistía en practicar una o dos incisiones en la espalda de la víctima viva, para partir y sacar las costillas y extraer los pulmones a través del orificio, de forma que quedaban colgantes en la espalda como unas alas sangrantes. Algunos aseguran que las heridas se cubrían con sal para hacer más doloroso aún el trance.

Esta tortura la encontramos en la saga Orkneyinga, en la Knútsdrápa, o en la más conocida Crónica Anglosajona. Algunas de sus víctimas habrían sido Edmundo el Mártir rey de Anglia oriental, Halfdan Hárfagri de Noruega o el conocidísimo rey Aelle de Northumbria.

Representación del 'Águila de Sangre'

La autenticidad y veracidad de esta práctica ha sido muy cuestionada por historiadores y expertos lingüistas, ya que a día de hoy no existen evidencias arqueológicas que sustenten la práctica del Águila de Sangre. Todo lo que tenemos sobre esta tortura proviene de las sagas que beben, en su mayoría, de la tradición oral que pasó durante siglos de boca en boca y que lo que buscaba era ensalzar las figuras heroicas del ideario escandinavo.

Según la Crónica Anglosajona del año 867, el rey Aelle de Northumbria moriría a manos de Ivar el Deshuesado, quien le aplicó esta tortura. La leyenda que ha llegado hasta nuestros días cuenta cómo Aelle acabó con el rey vikingo Ragnar Lodbrok al arrojarlo a un pozo lleno de serpientes venenosas, negándole así el honor de morir en combate y, por lo tanto, de entrar en el Valhalla. Esto provocó la ira de los hijos de Ragnar, quienes pondrían rumbo a Inglaterra, donde Ivar el Deshuesado vengaría la muerte de su padre practicándo a Aelle el Águila de Sangre.

Los escaldos escandinavos utilizaban figuras literarias muy rebuscadas llamadas kennings, que servían para ensalzar hechos banales o poco atractivos. Esta forma de narrar era conocida por los vikingos. Sin embargo, con el tiempo las historias pasaron de generación en generación y de boca en boca, los vikingos se cristianizaron y olvidaron el arte de la escáldica y los significados de estas metáforas. Transcripciones y malas traducciones derivaron en un mito que, según muestran los análisis históricos, tiene pocos visos de ser real. El mito se propagó y todos dieron por sentado que el Águila de Sangre fue una práctica habitual de los vikingos.

Piedra rúnica Stora Hammars I. Gotland (Suecia)

Algunos historiadores han querido ver en la piedra rúnica Stora Hammars I hallada en Gotland (Suecia) la imagen de un Águila de Sangre en proceso. En la piedra podemos ver a un hombre boca abajo y a otro hombre sobre él con algún tipo de objeto punzante que, presumiblemente, podría haber utilizado sobre su espalda. Sin embargo, sabemos que los vikingos aunque sí sacrificaban humanos no tenían por norma torturalos antes. Los sacrificios eran limpios y generalmente se practicaban con esclavos.


Fuentes:
* https://thevalkyriesvigil.com/2013/11/15/el-aguila-de-sangre-o-aguila-sangrienta
* http://marcianosmx.com/aguila-de-sangre-vikingos


21 de mayo de 2016

Un horno en Canadá, nueva prueba de la presencia de vikingos en América

Un hogar de piedra para fundir mineral de hierro ha sido descubierto en Point Rosee, una estrecha península situada en la costa atlántica de Canadá. El hallazgo, hecho gracias a unas imágenes de satélite, parece indicar la existencia de un asentamiento vikingo en el continente americano.

El hierro era un material muy utilizado por los vikingos e imprescindible para construir sus barcos. Siglos antes de que Cristóbal Colón descubriese el Nuevo Mundo a la civilización europea, los vikingos ya habían hecho diversas incursiones a través del Atlántico. Un espacio arqueológico descubierto a mediados del siglo XX, el yacimiento de Anse aux Meadows, ha demostrado que los pueblos nórdicos fueron capaces de recorrer grandes distancias por tierras extrañas. No obstante, aún se tienen muy pocos datos de las incursiones de los exploradores escandinavos debido a que sus materiales de construcción no han perdurado.


Fuente:

* Noves proves dels víkings a Amèrica. Sàpiens nº 168


1 de noviembre de 2015

Alvilda, la princesa pirata

Alvilda fue una princesa danesa que vivió en lo que hoy es Suecia. Existen dudas sobre su existencia real. De hecho, la fecha en la que reinó no ha podido ser verificada. Casi todo lo que sabemos de ella hoy en día está basado en los relatos de los bardos.

Parece ser que Alvilda vivió en el siglo V y era hija del rey Syward de Gotland. En esa época, los enfrentamientos entre clanes eran frecuentes, con el fin de controlar provisiones y zonas estratégicas. Alvilda vivió esa situación desde su infancia y quiso convertirse en una líder que luchase por defender sus territorios.

Tras varias negativas, obtuvo el permiso de su padre para convertirse en guerrera. Se entrenó duramente y se puso al frente de un grupo de mujeres que no dudarían en dar su vida por defender a su princesa. No tardó este grupo en atemorizar a las poblaciones cercanas, ganando tal fama que incluso el rey de Dinamarca quiso casar a su hijo Alf con la princesa Alvilda.

Esta idea no gustó a la princesa, por lo que se negó y huyó para que no le obligaran a casarse. En esta huida contó con el apoyo de sus guerreras, de manera que lograron una embarcación y pusieron rumbo a lo desconocido. No tardarían en llegar a una isla que creían desierta, pero pronto descubrieron que estaba habitada por un grupo de piratas que habían perdido a su líder en una batalla, de manera que Alvilda, gracias a su genio y fuerza tomaría el lugar de éste. Sembraron el pánico con sus ataques a los barcos que trataban de comerciar en la zona y los frecuentes asaltos a las poblaciones costeras, lo que enfureció al rey danés, que mandó a su hijo en busca de estos piratas.

Llegó el enfrentamiento entre ambas flotas y la lucha se convirtió en una masacre, en la que Alvilda y Alf deberían encontrarse. Ambos luchaban con fiereza hasta que Alvilda perdió su espada. Alf llegó a un acuerdo con ella, perdonándoles la vida si cesaban en su actividad, a lo que según unas fuentes accedió. Según otras, no solo accedió, sino que se casó con el príncipe muy a su pesar.


(Otras fuentes cuentan que Alvilda vivía encerrada por su padre en una torre bajo la vigilancia de una serpiente de dos cabezas y que quería forzarla a casarse con el hijo del rey de Dinamarca, algo que ella no consentiría, escapándose y convirtiéndose en guerrera casi por obligación).


Fuentes:
* http://www.thepirateking.com/bios/alvilda.htm
* http://www.aulafacil.com/articulos/cultura-hoy/t2765/alvilda-mujer-pirata-o-leyenda


26 de octubre de 2015

Los berserkers, guerreros de Odín

No está claro de dónde proviene el término berserker. Hay quien defiende que viene de berr (desnudo) y sekr (prenda similar a la camisa), de manera que significaría "sin camisa", en relación a su falta de atuendo durante la batalla, ya que las únicas prendas que vestían eran pieles de animales, como osos o lobos.

En la sociedad vikinga, los berserkers eran admirados, respetados y buscados como mercenarios, piratas e incluso soldados reales. Eran lo mejor de lo mejor entre los guerreros, ya que eran valientes y usaban estrategias de combate. Eran utilizados como un cuerpo de élite a los que enviar como avanzadilla. Sin embargo, no todo el mundo aplaudía las acciones de los berserkers: agricultores, artesanos y otros pequeños propietarios los temían. Para ellos, estos guerreros representaban la locura y la perversión sexual. De hecho, los berserkers eran psicológicamente inestables. En diversos documentos, como la Saga de Egil, se demuestra que no se podían controlar fuera del campo de batalla. Egil, por ejemplo, mató a una sirvienta después de haber tenido un episodio de rabia sin motivo aparente. El poeta islandés Snorri Sturluson (1179-1241) hizo una descripción de los berserkers en su saga Ynglinga:
"Sus hombres (de Odín) se precipitaban sin armadura, eran tan locos como perros o lobos, mordían sus escudos y eran fuertes como osos o bueyes salvajes, mataban gente de un golpe y no los podían vencer ni el fuego ni el hierro".
Se conoce que muchos berserkers cuando iban en barco al lugar donde iban a combatir, estaban tan impacientes por pelear y era tal su furor, que se lanzaban al agua para llegar antes, ahogándose muchos por no saber nadar.

Esta indiferencia al dolor se debería, según se cree, al consumo de hongos alucinógenos o a la ingesta de pan o cerveza contaminados por un hongo conocido como "cornezuelo del centeno", con altos compuestos de ácido lisérgico. Además, también consumían plantas como el beleño negro o la belladona, que hacían sentirse ingrávido y manifestar una gran furia y violencia. Los alcaloides de la belladona son altamente tóxicos, lo que motivaría que después del arrebato de invencibilidad se volvieran tremendamente débiles.

Los berserkers eran un arma de doble filo. Por un lado eran el cuerpo de élite de algunos reyes, pero por otro lado, algunos iban por su cuenta retando a la gente a pelear. Además, incluso en tiempos de paz, el berserker podía entrar inesperadamente en trance y no distinguir amigos de enemigos, lo que resultaba un gran peligro, y en muchas ocasiones se recurría a su destierro en tiempos de paz, para volver a incluirlos en el ejército en tiempos de guerra.

La muerte del berserker era una fiesta. El guerrero era conducido a una gran barcaza de madera en la cual iniciaría el viaje al Valhalla. Se dejaba llevar por la corriente mientras ardía. Muchas esposas de estos guerreros se introducían vivas en esas barcas y atravesaban su pecho con una espada, para poder alcanzar así la misma suerte que sus maridos.

En el año 1015, el jarl Eirik Hakonsson de Noruega declaraba a los berserkers fuera de la ley, algo que se volvió a repetir en la ley escrita de Islandia, por lo que hacia el siglo XII los berserkers habían desaparecido.


Fuentes:
* http://www.lagranepoca.com/ciencia-y-tecnologia/explorando-enigmas/12477-los-berserkers-vikingos-guerreros-feroces-o-locos-drogados.html
* http://marcianosmx.com/berserkers-guerreros
* http://artenordico.blogspot.com.es/2012/05/berserkir-y-ulfhednar-los-guerreros-de.html
* http://todohistoria.100foros.com/los-berserkerentre-la-leyenda-y-la-realidad-vt7.html


30 de agosto de 2015

El alfabeto rúnico

En torno al siglo II, los pueblos del Norte crearon un sistema propio de escritura alfabética llamado rúnico que probablemente estaba basado en el alfabeto latino, dada la gran semejanza existente entre algunos de los símbolos. Se creó para realizar inscripciones sobre hueso, madera, piedra y metales.

En la época vikinga, se realizaron escritos sobre piedras que conmemoraban las grandes victorias y empresas marineras de guerreros y monarcas de prestigio. Con más de 3.000, Suecia posee el mayor número de inscripciones en piedra. Los vikingos realizaron runas en Gran Bretaña e Irlanda. En Dublín se han encontrado unas 15 piezas que se suman al pequeño número de runas descubiertas en Irlanda, bastante menos que las localizadas en la isla de Man, que destaca por la trintena de piedras conmemorativas que se han hallado en su territorio.

Existen muchas variaciones del alfabeto rúnico entre las que destacan la Futhark escandinava y el Futhorc británico.

En la mitología nórdica se atribuye el descubrimiento de las runas a Odín, dios de la guerra. Según cuenta la leyenda Odín estuvo colgado del árbol de la vida, Yggdrasil, durante 9 días y 9 noches, atravesado por su propia lanza y sin probar comida ni bebida. Después de lo cual consiguió descifrar el poder de las runas.

El uso de la escritura rúnica fue desapareciendo a lo largo del siglo XI, cuando la Iglesia introdujo progresivamente el alfabeto latino.


Fuentes:
* Muy Historia Nº 66. El alfabeto rúnico
* http://historiageneral.com/2012/04/16/el-alfabeto-runico/
* http://www.tierraquebrada.com/2014/que-son-las-runas/


15 de noviembre de 2014

A qué jugaban los vikingos

Los vikingos, muy ocupados con sus viajes de saqueo, también tenían tiempo para entretenerse. Inventaron un juego de mesa llamado Hnefa-Tafl, que significa Juego del rey. Este juego aparece mencionado en las sagas y triunfaba entre la nobleza vikinga. Es un juego de habilidad en el que un rey debe escapar de un ejército sitiador.

El Hnefa-Tafl surgió en los países escandinavos. Probablemente se desarrolló a partir de un juego de guerra romano llamado Latronculorum ludus, que a su vez proviene de un juego griego llamado Petteia.

En su variante escandinava el Hnefa-Tafl fue exportado a través del comercio y la invasión, llegando a las islas británicas, Islandia, Francia, Alemania, Ucrania y Groenlandia. Ha habido numerosos hallazgos de tableros y piezas en todo el norte de Europa. El juego mantuvo su apogeo hasta la llegada del ajedrez.


Con el fin de la Era Vikinga, llegó la decadencia del Hnefa-Tafl. Fue reemplazado por el ajedrez como el juego de mesa preferido entre la nobleza y los intelectuales. En el siglo XII se hizo muy popular el juego de las damas, reemplazando al Hnefa-Tafl entre las clases que no podían permitirse el lujo de tener un ajedrez.



Fuentes:
- La mano blanca de la luna
- Hnefatafl-The Game of the Vikings

5 de octubre de 2014

Batalla del Puente Stamford, el principio del fin de la Era Vikinga


Esta batalla tuvo lugar el 25 de septiembre de 1066 entre los ingleses de Wessex y los noruegos comandados por Harald III. A pesar de su importancia, esta batalla no fue la única de este periodo, sino que forma parte de un conjunto de tensiones internas y luchas por el poder a nivel internacional, que pasando por aquí acaba por desembocar en la famosa Batalla de Hastings.

Todo este conflicto se originó tras la muerte, en enero de 1066, de Eduardo el Confesor, rey de Inglaterra, sin haber dejado ningún sucesor designado, lo que provocó que tres bandos distintos reclamasen su derecho al trono:
-Harold Godwinson, conde de Wessex, título que heredó de su padre Godwin, hombre de confianza del rey que incluso desposó a este con su hija Edith.
-Harald III o Harald Hardrada ("el Despiadado", "el de la mano dura").
-Guillermo el Bastardo, llamado así por ser hijo de Roberto I el Diablo y la aldeana Arlette de Falaise, fue duque de Normandía desde los ocho años, cuando su padre, el anterior duque, murió volviendo de su peregrinaje a Tierra Santa.

El día siguiente de la muerte del rey Eduardo, Harold Godwinson se autoproclamó rey de Inglaterra. Su ejército constaba de una tropa de élite llamada Housecarls y de soldados comunes denominados Fyrd. Harold Godwinson, esperando el ataque de Guillermo el Bastardo, mandó a todas sus tropas a defender la costa sur de Gran Bretaña, suponiendo que el ataque llegaría por el Canal de la Mancha. Pero Guillermo no atacó, y el 8 de septiembre se le acabaron los víveres y el dinero, debiendo mandar a sus tropas de vuelta a Londres. Harald decidió aprovechar la situación y atacar el norte de Inglaterra, en Yorkshire. Un hermano de Godwinson, Tostig, se unió a los vikingos.

Godwinson reunió a su ejército y marchó 200 millas, de Londres a York, en sólo cinco días. Su plan era emboscar a Harald, ya que éste no esperaba el ataque ni tenía protección. El ejército sajón estaba aproximándose al campamento de Hardrade, en la otra orilla del río Derwent, en Stamford Bridge. Harald divisó las tropas enemigas y mandó a un contingente de su ejército a combatirlas, mientras él y el resto de sus tropas tenían tiempo para formar filas.

Las tropas de Godwinson vencieron muy fácilmente a las de Hardrade; el plan de Harald había fracasado. Según la Crónica anglosajona, el puente fue defendido por un enorme y altísimo berserker noruego (temibles guerreros vikingos de más de 2 metros de altura, que combatían semidesnudos y en una especie de estado de trance, muy fieros y violentos), armado únicamente con un hacha. Aterrorizó al ejército anglosajón y defendió el puente durante una hora, hasta que un soldado sajón pudo cruzar el río gracias a un leño que encontró en la orilla y mató al berserker con su lanza, tras lo cual el ejército de Godwinson pudo cruzar el puente.

La defensa del berserker permitió que el ejército de Hardrade se recuperara y formara filas. Después de una breve tregua, Godwinson cargó de nuevo. Pero los housecarls no entraron en combate, sólo los fyrd, los cuales, tras un corto combate huyeron. Hardrade pensó que había ganado y rompió filas, abalanzándose sobre los sajones. Pero los fyrd dieron media vuelta y, junto con los housecarls que habían quedado con Harold, rodearon a los vikingos. Hardrade había caído en la trampa.

Se produjo un feroz combate donde Harald murió por un flechazo en la garganta. Un soldado le preguntó si estaba malherido y el rey vikingo respondió: "Es sólo una pequeña flecha, pero está cumpliendo su trabajo". Harald Hardrade murió y los vikingos fueron derrotados.

Esta batalla marcó el fin de las grandes invasiones vikingas, aunque aún hubo otra protagonizada por el rey de Dinamarca, Svein Strithsson en 1075. La acción de Harald Hardrade no puede considerarse en rigor un intento de invasión, sino de acceder al trono al que creía tener derecho.

Las consecuencias de esta batalla fueron una mayor estabilidad en Europa, pero también produjo un importante desgaste en las tropas sajonas, ya que después de esta batalla, Guillermo el Bastardo invadió Inglaterra, pasando a ser llamado Guillermo el Conquistador.

En la actualidad, en el pueblo de Stamford Bridge se eleva un monumento conmemorativo de la batalla.



Fuentes:
- artenordico.blogspot.com
- Halcones en la Historia

1 de julio de 2014

Vikingos. Granjeros y colonizadores

¿Por qué los vikingos tuvieron tanto éxito como comerciantes? Por un lado, su pericia como marineros era indiscutible. El barco, además de ser una herramienta imprescindible para la expansión y el comercio, era un elemento ritual de primer orden que los escandinavos aprendían a dominar y respetar desde bien pequeños. Eran hábiles constructores y desarrollaron técnicas e instrumentos de navegación, entre los cueles destaca una versión primitiva de la brújula solar, que les permitía guiarse en medio del océano.

Por otro lado, fue fundamental el papel de los asentamientos a lo largo de su historia. Ya fuera en las proximidades de la actual Kiev, en Normandía, Irlanda o Groenlandia, los colonos nórdicos echaron raíces lejos de casa para hacer fortuna en un mundo nuevo. Hombres, mujeres, niños y ganado poblaron tierras fértiles y cercanas a la costa donde importaron su modo de vida basado en granjas de animales de pastoreo. En cada zona que colonizaban tenían acceso a recursos y rutas comerciales exclusivas, de las cuales podían aprovecharse otros compatriotas vikingos en sus idas y venidas.


Aunque ciertas materias primas como los huesos de ballena eran muy apreciadas, la base del comercio escandinavo continuaba siendo el oro y la plata, que conseguían los colonizadores nórdicos ya fuera como pago para evitar ataques o mediante saqueos, y los esclavos.

Para hacernos una idea, las sagas vikingas describen el día a día de uno de estos colonos, Svein Asleifarson, asentado en la isla de Gairsay, al norte de Escocia. Según esta fuente esctrita, al inicio de la primavera sembraba y a mediados del verano segaba la cosecha. Entremedio hacía salidas para saquear Irlanda, lo que llamaba "viajes de primavera y otoño". El invierno lo pasaba tranquilo en Gairsay, con ochenta hombres comiendo y bebiendo en su gran salón.


La vida social de los vikingos no podría entenderse sin sus grandes salones. El gobernante de cada clan, que era elegido por su valor, carisma o méritos en el campo de batalla, ofrecía banquetes espectaculares en ocasiones señaladas.

Los salones eran edificios largos con paredes de madera y techos resistentes. Los guerreros se sentaban alrededor de un gran brasero donde hervían ollas con la comida. Los esclavos servían en grandes bandejas frutos secos, pan, queso, pescado y si era un día especial, carne de caballo o de cordero. Todo lo que sobraba se conservaba con sal.

No faltaba la cerveza, que se conseguía a partir de la fermentación de los azúcares de la miel. Esta bebida tenía también connotaciones rituales, ya que según la mitología nórdica Odín se la entregó a los hombres transformado en águila, después de robar el secreto a los enanos.


Fuente:
Víctor Farradellas, "Víkings, un poble entre dos mons". Sàpiens nº142

Para saber más:
La comida y la bebida en la vida del vikingo

9 de junio de 2014

De Midgard al Valhalla

Yggdrasil
La cosmovisión medieval de los escandinavos era muy rica y compleja. Cada pueblo tenía predilección por unos dioses diferentes, con ritos diferentes, dentro de un panteón gobernado por Odín. La mitología nórdica está llena de seres fantásticos y criaturas mágicas que conviven con dioses, gigantes y humanos en un gran árbol primigenio, Yggdrasil. Conectados a esta fuente de vida hay nueve mundos donde residen todos los seres de la creación.

Asgard es el espacio donde reposaban los dioses y Midgard la tierra donde vivían los hombres. Los vikingos creían que se encontraban atrapados en medio de una lucha encarnizada entre los gigantes y los dioses, hasta el día que llegase el Ragnarök, la destrucción final, que daría paso a un nuevo orden. Mientras, vivían sin miedo anhelando una muerte honorable que los hiciera dignos de llegar al Valhalla, la gran sala comunal de Asgard, en una próxima vida.

Los custodios de esta rica mitología eran los skalds, poetas que perpetuaban los relatos transmitiéndolos oralmente. También recitaban las gestas de los antepasados, a medio camino entre la realidad y la leyenda, dentro de los grandes salones. Aunque no cantaban, a veces se acompañaban de una lira.

Cada señor que quería hacerse notar, se encargaba de tener un skald en su entorno para que documentase sus gestas. A medida que el sistema político escandinavo fue cambiando hacia un gran reino unificado, esta función se convirtió en muy valiosa. Con la llegada del papel, fueron los primeros en poner por escrito todo este conocimiento, hecho que los convirtió en los mejores cronistas de la época vikinga.

Por otro lado, si los señores no tenían suficiente con las glosas de un skald, siempre podían dejar su testimonio grabado sobre una piedra. Era frecuente encontrar en lugares de paso habituales o en rincones emblemáticos una gran piedra decorada con grabados que incorporaba un texto en alfabeto rúnico, conmemorando las gestas de su patrocinador o haciendo mención a la vida de personas desaparecidas.


De estas piedras rúnicas, sólo en Suecia hay cerca de 3.500 de las 6.000 que se conservan.


Fuente:
Víctor Farradellas, "Víkings, un poble entre dos mons". Sàpiens nº142

Para saber más:
Mitología vikinga, su religión y sus costumbres

5 de mayo de 2014

Las mujeres vikingas y el comercio

Aunque no lo parezca, en el mundo vikingo el comercio no era sólo cosa de hombres. Las evidencias arqueológicas y los escritos medievales dan a entender el papel de las mujeres en el comercio y en la administración de los bienes. Era habitual que las mujeres se quedasen a cargo de la granja familiar cuando los hombres se embarcaban en sus largas travesías, y esto incluía hacerse cargo de los negocios. Además, cuando algunas de estas mujeres se quedaban viudas, el comercio era una buena forma de ganarse la vida. Este fue el caso de Frideburg, una viuda rica que se convirtió al cristianismo y que viajó por la actual Suecia junto a su hija Catla para hacer crecer las riquezas familiares, según cuentan las crónicas de algunos monjes establecidos en la zona.

Otra prueba de la importancia de las mujeres en la administración de bienes, es el hallazgo de llaves de bronce en muchas sepulturas femeninas. Objeto habitual en las tumbas de vikingos adinerados, las llaves eran un símbolo de poder característico de esta cultura.

Algunas de estas tumbas eran realmente lujosas, como la de la reina de Oseberg, en la cual se encontró uno de los barcos mejor conservados de la época vikinga. La sepultura estaba decorada con sedas y tapices importados, un carro entero -el único que se conserva completo- y diversas figuras de madera.

Los análisis de ADN han confirmado que la reina se alimentaba de carne, todo un lujo en un mundo en el que sus habitantes comían habitualmente pescado.

Como curiosidad añadida, los estudios odontológicos revelan que utilizaba mondadientes metálicos para limpiarse los dientes, una muestra única de higiene bucal en pleno siglo IX.


Fuente:
Víctor Farradellas, Víkings un poble entre dos mons. Sàpiens nº 142.

Para saber más:
La importancia de las mujeres vikingas

17 de enero de 2014

Ragnar Lodbrok, caudillo vikingo semilegendario

Travis Fimmel es Ragnar Lodbrok en la serie 'Vikings'
Ragnar Lodbrok fue un rey semilegendario de Suecia y Dinamarca que reinó en el siglo IX (c. 840). Según el cronista danés Saxo Grammaticus, Ragnar pertenecía a la línea real de la casa de los Ynglings. Ahí, junto a las sagas islandesas, se le considera hijo de Sigurd Ring, rey de Suecia y conquistador de Dinamarca. No hay acuerdo de cuál era la capital de sus dominios, ni en que país residía normalmente.

A pesar de aparecer como un héroe local, no hay demasiadas biografías suyas, apenas se pueden hallar algunas menciones en las sagas. La datación de su reinado es incierta: algunas fuentes lo sitúan entre 750 y 794, otras de 860 a 865 y otras más problables entre 835 y su muerte en 865. Tampoco se sabe si fue reconocido como rey durante todo ese tiempo.

Ragnar era pagano devoto y, de acuerdo a las leyendas nórdicas, pretendía ser descendiente del dios Odín. Por ello no tenía reparos en atacar a las ciudades cristianas en fiestas sagradas (de hecho lo prefería, pues la sorpresa era mayor y los soldados solían estar en el templo). Se le ha vinculado en matrimonio con dos famosas guerreras, o skjaldmö: Lathgertha en Gesta Danorum, y Aslaug según la saga Völsunga.

Pasó buena parte de su vida en expediciones vikingas arrasando ciudades de la Europa cristiana y solía aceptar el pago de un rescate o tributo (danegeld) para dejar en paz a los pueblos atacados y abandonar sus tierras.

Saxo Grammaticus en su Gesta Danorum cita dos importantes incursiones a principios de la década de 840 de Ragnar en el mar Báltico, el primero contra los dominios de los semigalianos que Saxo denomina «hellespontianos», y el segundo contra curonios y sambianos. Tras vencer a los semigalianos, de regreso a Dinamarca, atacó las costas de Sambia y el reino de los curonios forzando a sus habitantes a reconocerle como conquistador para evitar la devastación.

Aproximadamente en 845, era ya uno de los mayores caudillos vikingos, preocupado por la falta de ocupación de sus hijos. Temía que los hombres de armas de su reino, sin enemigos, cometieran alguna estupidez que fuera contraproducente para su reinado. Por ello lanzó una ofensiva con 120 barcos y 5.000 hombres contra el reino de Francia. Probablemente desembarcó en el estuario del Sena y asoló la parte occidental del Imperio Franco.

Un histórico Ragnar Lodbrok aparece como jarl de la corte de Horik I (814-854) de Dinamarca, participó en el asedio de París el 28 de marzo de 845. Carlos el Calvo, nieto de Carlomagno, tuvo que pagar por la ciudad un danegeld (tributo) de 7.000 libras de oro y plata para evitar el pillaje. Este acuerdo no le impidió atacar otras partes de Francia, siendo árdua la tarea de expulsarle.

Tras Francia, las Islas Británicas atrajeron su atención. En 865, desembarcó en Northumbria, en la costa noreste de Inglaterra, donde fue derrotado por Ælla de Northumbria. Fue atrapado por el rey de los anglos, y ejecutado de manera horrible, arrojado a un pozo de serpientes venenosas. Sus últimas palabras fueron que sus cachorros lo vengarían. Estos eran sus hijos Björn, Ivar, Halfdan y Ubbe.


Fuente:
Julio C.C. Blog

1 de noviembre de 2013

El asalto a Lindisfarne, comienzo de la era vikinga en Europa

Monasterio de Lindisfarne
El monasterio de Lindisfarne fue fundado por el monje irlandés San Aidan, que en el año 636 llegó a Northumbria, al noreste de Gran Bretaña, por encargo del rey Oswald con la misión de evangelizarla. Su ubicación en una pequeña isla, conocida hoy como Holy Island, que las mareas unía y separaba de la costa según su flujo, aseguraba el aislamiento y recogimiento que una comunidad monástica de la época andaba buscando.

Con los años, el monasterio se consolidó como una importante base de operaciones de la comunidad cristiana del norte de Inglaterra, con un creciente flujo de entrada en la comunidad de monjes deseosos de extender su religión por aquellas inhóspitas tierras. Su miembro más ilustre fue San Cuthbert, primero monje, abad del monasterio después, y finalmente obispo.

De su scriptorium salieron en los primeros años del S. VIII los famosos Evangelios de Lindisfarne, una copia en latín manuscrita e ilustrada de los textos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan. En la segunda mitad del siglo X al texto latino se añadieron comentarios en lengua anglosajona (el inglés antiguo), lo que los convirtió en la copia en inglés más antigua de las Sagradas Escrituras.

Según refiere la Crónica anglosajona, en los primeros meses del año 793 las gentes de Northumbria asistieron a una sucesión de inquietantes prodigios seguidos de una gran hambruna. Violentos tornados se abatieron sobre el país, en el cielo se vieron dragones de fuego y en York cayeron gotas de sangre del tejado de la iglesia de San Pedro. Aquellos signos turbadores se concretaron el 8 de junio, cuando en las costas del país aparecieron unos barcos desconocidos.


Los tripulantes de los barcos eran piratas noruegos, y su objetivo no era otro que el antiguo y prestigioso monasterio de la isla de Lindisfarne. Los vikingos, paganos, asesinaron a los monjes, se hicieron con sus ropas y se adueñaron del tesoro del monasterio, mataron el ganado de la isla y todo lo llevaron, junto con numerosos cautivos, a bordo de sus naves. Luego prendieron fuego a los edificios y abandonaron el lugar dejándolo devastado.


El saqueo de Lindisfarne causó gran conmoción en Europa. Alcuino de York, eclesiástico y consejero del rey franco Carlomagno, escribió al obispo Higbald, en Northumbria: «Vuestros trágicos padecimientos me llenan de dolor, puesto que los paganos han profanado el santuario de Dios, han derramado la sangre de los santos alrededor del altar, han arrasado la casa de nuestra esperanza y han pisoteado los cuerpos de los santos como estiércol en la calle». Y se preguntaba: «¿Es el comienzo de un gran sufrimiento o bien el resultado de los pecados de quienes viven allí?»

El asalto a Lindisfarne dio comienzo a la era vikinga en Europa. En Gran Bretaña, donde el reino de Wessex acababa de afirmar su supremacía sobre los otros reinos de la isla, las correrías de noruegos y daneses dieron paso en la segunda mitad del siglo IX a la conquista del territorio y al cobro de tributos, el danegeld, por parte de los daneses. Aunque Alfredo de Wessex los derrotó en Ethanburt y recuperó Londres, los daneses conservaron un amplio territorio: el Danelaw, el país del derecho danés. En él surgió el reino danés de York, la Jorvik vikinga.


Fuentes:
- José Enrique Ruiz-Domènec: Los vikingos en Inglaterra. Historia National Geographic nº107
- Historia de la Humanidad


Para saber más:
San Aidan de Lindisfarne
Evangelios de Lindisfarne
Oldnews: El primer asalto vikingo

2 de enero de 2013

Los vikingos y el cannabis

La granja Sosteli, al sur de Noruega, ofrece pruebas sólidas de que los agricultores vikingos cultivaban cannabis activamente, según un análisis reciente. Las pruebas encontradas han sido datadas entre los años 650 y 800.

Los arqueólogos creen que los agricultores vikingos depositaban el cáñamo en las ciénagas como forma de mantenerlo húmedo, facilitando así la extracción posterior de las fibras, que serían utilizadas en la fabricación de cuerdas y tejidos.

Aunque se cree que la mayor parte de estos cultivos se dedicaban a la producción textil, es posible que los vikingos también dieran al cannabis un uso medicinal y que fuera utilizado en ceremonias rituales.


Fuente:
ScienceNordic

26 de junio de 2011

Seidkonas, sacerdotisas vikingas

En la sociedad vikinga, de igual manera que cualquier jefe de una casa podía oficiar los sacrificios a modo de sacerdote, a las mujeres también se las podía considerar sacerdotisas de su propio hogar. De hecho, el telar que había en todas las casas, y que era parte del intransferible mundo femenino, estaba asociado con la buena suerte de la familia. Las mujeres nórdicas tenían rituales o conjuros para casi todas las acciones de la vida.

Pero había otra magia más especializada, como el caso del seidr, que podría definirse como una forma de chamanismo femenino practicado en el norte europeo. La palabra viene de la raíz indoeuropea sed- y, al igual que el sedere del latín, tiene el sentido de sentarse en comunión con los espíritus.

La oficiante, llamada seidkona, acompañándose de un canto llamado vardlokur o galdrakona para entrar en trance, conseguía desarrollar facultades para la sanación física, mental y espiritual, la profecía o la canalización de los dioses y diosas a través de otra persona. También algunos de los actos considerados comúnmente como maléficos, como provocar enfermedades, tormentas o la muerte.

Seidkona, según la descripción hecha en la Saga de Erik el Rojo

En la Saga de Kormak, se cita a una seidkona que realiza el sacrificio de un ganso antes de iniciar una sesión mágica. En otros escritos se mencionan similares sacrificios con animales de pelo negro. En la Saga de Orvar Odds se cita a una seidkona que es ayudada en su trance por un coro de 30 jóvenes de ambos sexos.

En la Saga de Erik el Rojo, una tal Thorbjorg llega a una casa donde es instada a hacer una profecía sobre cuándo acabaría la mala racha por la que estaba pasando Groenlandia. La saga pormenoriza su atuendo, lo que nos da una idea de que tenía que ser muy significativo: capa azul atada con tiras de cuero y adornada con gemas, capucha negra de piel de cordero forrada con piel de gato blanco; de esta misma piel son sus guantes, y no puede faltar una bolsa que cuelgue de su cinturón con todos los elementos que necesita para desarrollar sus facultades.

Para cenar le dan gachas con leche de cabra, que toma con una cuchara de latón, y un plato con corazones de las distintas clases de animales que hay en la granja, que come con un cuchillo de hija rota con el mango de colmillo de morsa con dos anillos de cobre. Pero aún falta un elemento importante: alguna mujer de la granja que sepa recitar el Vardlokur. Finalmente, puede realizar la profecía sobre el final de la epidemia y del hambre que se habían desatado aquel invierno.

Después, los asistentes acuden a ella de uno en uno, y para todos hay una respuesta. La saga asegura que hubo pocas que no sucedieron tal como ella predijo.


Fuente:
Breve historia de los vikingos - Manuel Velasco

14 de junio de 2011

La alimentación de los vikingos

Siempre que nos hablan de los vikingos nos imaginamos a esos grandes guerreros que combatían en el mar, pero no todos los vikingos fueron navegantes, los que no viajaban vivían en aldeas y llevaban una vida cotidiana como comerciantes o artesanos. Otros vivían en granjas.

Los granjeros cultivaban vegetales como arvejas y col. También recogían frutas del bosque y bayas. Como la temporada de cultivo era bastante breve y los inviernos eran largos, los granjeros tenían que asegurarse de que hubiera suficiente comida para que durara durante todo el frío invierno.

La pesca también constituía un alimento básico, los peces más comunes eran el bacalao y el salmón. Y también recogían y consumían algas del tipo Palmaria palmata, un alga de hoja muy fina, en tiras un poco separadas. Su color es rosado y presenta un regusto dulzón. Se consumía cruda o cocida.

También criaban ganado y comían carne de res y de cordero. Las ovejas y las cabras tenían la tarea primaria de producir la lana y la leche. Aunque también consumían leche de vaca.

La ganadería, la agricultura y la pesca habían sido la base de subsistencia de los habitantes de Escandinavia durante siglos, pero no era suficiente. El alimento tuvo que ser complementado con la caza de renos y ciervos. Los caballos aliviaron el transporte a los asentamientos; sin embargo no formaban parte del menú.

La bebida era el aquavit (aguardiente a base de patatas y comino) y el hidromiel o cerveza vikinga.

Los vikingos disponían de cocinas bien equipadas, con tinas grandes y pequeñas para almacenar todo tipo de alimentos. Almacenaban principalmente carne seca y productos lácteos como leche agria, queso o mantequilla.


Fuente:
Historia de la Gastronomía - Jaime Ariansen Céspedes

9 de mayo de 2011

Los vikingos y el dinero

La visión tradicional del papel de los vikingos en la historia monetaria desde el siglo VIII al XI es el de saqueadores y extorsionadores que satisfacían su sed de plata asaltando sin misericordia la riqueza de sociedades financieramente más avanzadas.

Investigaciones recientes revelan actividades más positivas en este campo, en especial su contribución al desarrollo de pueblos y del comercio. En Europa occidental la recaudación de gelds (tributos) por parte de los vikingos estimuló el desarrollo de una economía monetaria entre sus víctimas, y la exacción de tributos no excluía las relaciones comerciales. Los vikingos fueron responsables del desarrollo de rutas comerciales a través del Báltico oriental con Kiev, Rusia y Asia Central, pero la mayor parte de su beneficio procedía de la venta de esclavos raptados durante sus asaltos.

Monedas vikingas

Una vez asentados en comunidades en las tierras conquistadas, los vikingos adoptaron los sistemas monetarios existentes, o los crearon de nuevo, como en Dublín, con frecuencia utilizando a expertos nativos o importados para manejarlos.

El ímpetu inicial pudo ser el prestigio o la necesidad de hacer regalos oficiales, pero enseguida surgió el uso de moneda para propósitos fiscales y comerciales.

En su patria, los vikingos se contentaban con usar dinero extranjero y tardaron mucho en introducir monedas exclusivamente nacionales porque llevó tiempo desarrollar las instituciones necesarias para manejar con éxito el sistema. Pero las economías sedentarias no apaciguaron la energía militar de los vikingos ni terminaron con su afán expansivo, de manera que sus herederos siguieron luchando por tierra y fortuna bajo el nombre más respetable de normandos.


Fuente:
Historia del dinero - Catherine Eagleton / Jonathan Williams

25 de febrero de 2011

Vikingos en Sevilla

El primer contacto que tuvieron los vikingos con la Península Ibérica fue en la costa cantábrica, donde su intención era tomar algunos puertos para establecer allí la base de operaciones de cara a posteriores incursiones. Desde el Cantábrico bordearon la península y bajaron hacia Lisboa donde no se les pudo contener por no estar preparada la ciudad para rechazar este tipo de ataques por mar. Desde las costas portuguesas siguieron bordeando la península hasta llegar al Guadalquivir, que no dudaron en remontar ya que Sevilla era una de las ciudades más prósperas de al-Andalus.

Fue una mañana del primeros de octubre del año 844 cuando los sevillanos atisbaron aterrados las velas de las embarcaciones vikingas que se acercaban remontando el Guadalquivir. Al verlos venir, el gobernador y los altos funcionarios de la ciudad huyeron a Carmona dejando a la población desprotegida.

Los aterrorizados habitantes de Sevilla intentaron la defensa pero de nada sirvió ante la fuerza guerrera de los normandos. Siete días duró el saqueo, durante los cuales los vikingos mataron, robaron y violaron a placer sin que nadie les opusiera resistencia.


Fue tal el impacto de la tragedia, que las crónicas históricas posteriores, como la de Ibn Hayyan o al-Razi, recogen, con palabras sobrecogedoras, la viva impresión que en toda la España musulmana produjo este hecho, cuyo eco perduraría en la memoria colectiva durante mucho tiempo.

Los vikingos eran conocidos por los historiadores árabes como al-Urdumaniyyun, es decir, los normandos, aunque es mucho más frecuente encontrarlos citados como machus, es decir, “idólatras” o “los que adoran el fuego”.

En realidad existen noticias de ellos en la Península Ibérica desde el siglo anterior. En un principio se dedicaban al tráfico de esclavos que apresaban en Inglaterra e Irlanda y fue en el siglo IX cuando al negocio de los esclavos añadieron el pillaje y los saqueos. Como ha ocurrido en muchas ocasiones a lo largo de la historia los prisioneros ricos podían obtener la libertad a cambio de pagar fuertes rescates, mientras que los más pobres eran vendidos irremediablemente como esclavos.


Fuentes:
- Dossier Historia - Juan Martos Quesada
- QuHist.com

3 de febrero de 2011

La piedra solar de los vikingos

Una leyenda vinkinga habla de una ‘piedra solar’ brillante, que cuando se elevaba hacia el cielo, revelaba la posición del Sol incluso en un día nublado. Suena a magia, pero los científicos que miden las propiedades de la luz en el cielo dicen que los cristales polarizadores – que funcionan de la misma forma que la mítica piedra solar – podrían haber ayudado a los antiguos marinos a cruzar el Atlántico Norte. Una revisión de las pruebas se publica hoy en la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B.

Los vikingos, lobos de mar de Escandinavia que viajaron mucho y se asentaron en gran número en el Norte de Europa, las Islas Británicas y el Atlántico Norte alrededor del 750 – 1050 d.C, eran hábiles navegantes, capaces de cruzar miles de kilómetros de mar abierto entre Noruega, Islandia y Groenlandia. La luz diurna perpetua durante la estación de verano en el extremo norte habría evitado que usaran las estrellas como guía para sus posiciones, y la brújula magnética aún no se había introducido en Europa – en cualquier caso, habría tenido un uso limitado tan cerca del Polo Norte.

Pero las leyendas vikingas, incluyendo la saga islandesa centrada en el héroe Sigurd, apunta a que estos marinos tenían otra ayuda de navegación a su disposición: una sólarsteinn, o piedra solar.

La saga describe cómo, durante condiciones de nieve o nubes, el Rey Olaf consultaba a Sigurd sobre la posición del Sol. Para comprobar la respuesta de Sigurd, Olaf “agarraba una piedra solar, miraba al cielo y veía de dónde procedía la luz, a partir de lo cual adivinaba la posición del invisible Sol”. En 1967, Thorkild Ramskou, un arqueólogo danés, sugirió que esta piedra podría haber sido un cristal polarizador tal como el espato de Islandia, una forma transparente de calcita, que es común en Escandinavia.

La luz consiste en ondas electromagnéticas que oscilan de forma perpendicular a la dirección en la que viaja la luz. Cuando las oscilaciones apuntan todas en la misma dirección, la luz está polarizada. Un cristal polarizador tal como la calcita permite que pase a través de ella sólo la luz polarizada procedente de ciertas direcciones, y puede aparecer brillante u oscura dependiendo de cómo esté orientada respecto a la luz.

Centrados en la luz

La dispersión por las moléculas de aire en la atmósfera provoca que la luz solar se polarice, con la línea de polarización siendo tangencial a círculos centrados en el Sol. Por lo que Ramskou defendía que sosteniendo un cristal de calcita contra el cielo y rotándolo para comprobar la dirección de la polarización de la luz que pasa a través de él, los vikingos podrían haber deducido la posición del Sol, incluso cuando estaba oculto tras las nubes o niebla, o estaba justo bajo el horizonte.

Los historiadores han debatido la posibilidad desde entonces, algunos defendiendo que esta técnica habría sido inútil, dado que sólo funcionaría si el cristal se apuntase a ciertas zonas de cielo claro, y en tales condiciones sería posible estimar la posición del Sol a simple vista, por ejemplo a partir de la cobertura brillantes sobre las nubes.

Gábor Horváth, investigador óptico de la Universidad de Eötvös en Budapest, y Susanne Åkesson, ecóloga de migraciones de la Universidad de Lund en Suecia, han estado poniendo a prueba estas suposiciones desde 2005. El número especial de Philosophical Transactions of the Royal Society B en el cual aparece su revisión está dedicado a la investigación biológica sobre la luz polarizada1.

En un estudio, los investigadores tomaron fotografías de cielos parcialmente nubosos o en ocaso en el norte de Finlandia a través de una lente de ojo de pez de 180º, y pidieron a sujetos de prueba que estimasen la posición de Sol. Los errores de hasta 99º llevaron a los investigadores a concluir que los vikingos no podían haber dependido de la simple vista para evaluar la posición del Sol.

Para comprobar si las piedras solares funcionaban mejor, en 2005 midieron los patrones de polarización de todo el cielo bajo un rango de condiciones atmosféricas durante una travesía del Océano Ártico a bordo del rompehielos sueco Oden.

A través de las nubes

Los investigadores quedaron sorprendidos al encontrar que, en días nublados o condiciones totalmente cubiertas, el patrón de luz polarizada era similar al de cielos despejados. La polarización no era fuerte, pero Åkesson cree que aún así podría haber proporcionado a los navegantes vikingos una información útil.

“Probé tales cristales durante un día lluvioso y cubierto en Suecia”, comenta. “El patrón de luz variaba dependiendo de la orientación de la piedra”.

Tanto ella como Horváth están ahora planificando más experimentos para determinar si los voluntarios pueden medir con precisión la posición del Sol usando cristales en distintas condiciones atmosféricas.

Sean McGrail, que estudia la navegación antigua en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, dice que el estudio es interesante, pero que no son una prueba real para indicar si realmente los vikingos usaron dichos cristales. “Se puede demostrar cómo podrían haberlos usados, pero eso no es una prueba”, señala. “La gente ya navegaba mucho antes sin estos instrumentos”.

Los registros escritos supervivientes indican que los vikingos y los primeros navegantes medievales cruzaban el Atlántico Norte usando la posición del Sol en días claros como guía, en combinación con la posición de las líneas de costa, patrones de vuelo de las aves, rutas de migración de las ballenas y nubes lejanas sobre islas, dice Christian Keller, especialista en arqueología del Atlántico Norte en la Universidad de Oslo. “No tienes que ser un mago”, comenta. “Pero tienes que combinar una gran variedad de observaciones distintas”.

Keller dice que está “totalmente abierto” a la idea de que los vikingos también usaran piedras solares, pero está esperando pruebas arqueológicas. “Si encontramos un naufragio con un cristal a bordo, entones sería feliz”, señala.

Fuente:
http://www.nature.com/news/2011/110131/full/news.2011.58.html

15 de enero de 2011

El armamento vikingo

Por lo general, los guerreros vikingos no utilizaban armaduras que por un lado resultaban demasiado caras para el nórdico medio y, por otro, miembros de una cultura que ponía gran énfasis en el coraje en el combate no valoraba demasiado este tipo de protecciones. Sin embargo, los vikingos con recursos o más precavidos podían llevar algunas formas de armadura. La más común y cómoda estaba hecha de pieles superpuestas. Un buen conjunto de pesadas pieles y cuero endurecido podía detener flechas e incluso tajos de dagas y, a la vez, servir contra el frío del norte.
Por otro lado, los vikingos de mejor posición económica podían llevar una byrnie o cota de malla hecha de anillos metálicos entrelazados. Mientras los soldados europeos las usaban desde los pies hasta la cabeza, los nórdicos la usaban como una camisa de manga corta.

Contrariamente a lo que se cree y divulgó en el cine, los vikingos no llevaban yelmos con cuernos. En realidad, aquellos que podían permitirse alguna protección metálica para la cabeza llevaban simples cascos con protección para los ojos y una banda metálica como protector nasal.

Los que portaban espadas y hachas llevaban por lo general escudos redondos hechos a partir de tablones de madera unidos por un borde metálico circular que iba remachado. Algunas veces, la parte frontal del escudo iba cubierta con cuero pesado como protección adicional. Otras veces los pintaban de vivos colores o con símbolos guerreros, especialmente de su familia. Un escudo redondo exigía el uso completo de uno de los brazos del guerrero, pues era muy pesado y algo inmanejable pero proporcionaba gran protección y un hombre habilidoso con el escudo era muy difícil de alcanzar. Además era relativamente barato, lo que hacía muy populares a los escudos entre los invasores vikingos de recursos limitados.

Entre los piratas vikingos la espada y el hacha eran las armas preferidas. A diferencia de los europeos, no prestaban atención al combate a caballo, por lo que las armas más importantes eran las utilizadas en la pelea cuerpo a cuerpo.
La daga de veinte a cincuenta centímetros de largo era una herramienta de trabajo y también un arma muy utilizada. Por su parte, las espadas eran sencillas y prácticas, con una hoja de doble filo, un pequeño travesaño y una empuñadura para usar con una mano. No estaban demasiado afiladas, pues se usaban para golpear las armaduras más que para cortar. Los herreros vikingos las forjaban con un procedimiento de diseño entrelazado con repetidas mezclas de hierro y acero.
La espada vikinga era un arma ligera de una mano usada para dar cortes y pegar tajos, casi siempre combinándose con saltos y esquives rápidos.

Los vikingos, admiradores de la fuerza, eran muy propensos al uso del hacha que servía como una útil herramienta de trabajo y como una temible y eficaz arma en la batalla. Acompañando al escudo y manejada con una sola mano, estaba fabricada con hierro, a veces con una delgada franja de acero en el filo. Su mango de más de un metro de largo permitía ejercer una gran fuerza en los golpes y fue aumentando de tamaño, peso y efectividad a lo largo de la historia. El hacha de batalla escandinava tenía un saliente al final de la hoja que era muy útil en el combate naval y servía como gancho para clavarla y trepar a las naves enemigas. Este particular saliente dio origen a la llamada "hacha de abordaje".
Las hachas arrojadizas no eran muy frecuentes debido a su costo y a la dificultad que entrañaba manejarlas con efectividad. Eran muy peligrosas y espectaculares, pero requerían de una gran fuerza y habilidad para ser lanzadas correctamente.
Por el contrario, la lanza era un arma muy habitual entre los nórdicos y tenía un gran valor en el combate naval. Usadas para la caza y la pesca tanto como para la batalla, eran básicamente armas arrojadizas o para clavarse en distancias cortas.

Otra arma muy común entre los vikingos era el poderoso martillo, debido a que requería un escaso mantenimiento y se podía fabricar a bajo costo. Al igual que el hacha, el martillo de guerra tenía una única cabeza golpeadora colocada sobre un mango de sesenta a noventa centímetros de longitud. Los nórdicos lo apreciaban por su contundencia a la hora de pulverizar los huesos de los oponentes, por mucha armadura que llevaran encima.

Los vikingos utilizaban el típico arco de caza aunque era una habilidad de combate secundaria pues, al no establecer formaciones, eran raros los grupos organizados de arqueros. Su uso estaba más extendido en el combate naval para atacar a un velero que se aproximara.


Fuente:
Breve historia de los piratas - Silvia Miguens

7 de enero de 2011

Los combates vikingos

Aunque sean conocidos por sus saqueos en tierra, los combates entre vikingos acostumbraban a tomar la forma de batallas navales. Cada contrincante desplegaba su flota en hilera, con los mejores barcos en el centro, de los que destacaba el del líder, que navegaba en el mayor navío de todos. Las dos hileras enemigas chocaban frontalmente, y como los barcos vikingos eran incapaces, al contrario de sus homónimos mediterráneos, de embestir con el espolón, la única táctica que usaban para derrotar al contrario era la del abordaje. Antes del mismo, las tripulaciones de los barcos se cubrían con grandes escudos para evitar los proyectiles enemigos, de los que destacaban piedras y flechas.

En tierra, los escandinavos eran más sofisticados. Al desembarcar en territorio enemigo, la primera cosa que hacían los guerreros vikingos era construir un pequeño fuerte. De este modo fortificaban el lugar de desembarco, que era dejado con una pequeña guarnición que podía defender los barcos y suministros en caso de ser atacados por los enemigos. Con esta base asegurada los guerreros se lanzaban a saquear los territorios circundantes, aunque en caso de presencia enemiga militar podían formar una línea de batalla para derrotar a los oponentes.

El despliegue normal en estas ocasiones era similar al de la falange griega, formada por cinco o seis hileras de guerreros protegidos por grandes escudos, si bien en lugar de lanzas estaban equipados con grandes espadas o hachas. Su táctica tampoco tenía excesivas florituras, pues consistía en cargas frontales para aterrorizar al enemigo, confiando en su ferocidad para ganar el enfrentamiento. No es de extrañar que los vikingos difícilmente vencieran a contrincantes dotados de caballería, debido a que la suya propia era virtualmente inexistente, y su muralla de escudos era, por lo tanto, muy vulnerable a flanqueos y envolvimientos enemigos.

En la Inglaterra del siglo IX no existían ejércitos capaces de enfrentarse a los temibles vikingos. Por ese motivo, hacia el 860, estos invasores procedentes de Escandinavia empezaron a establecerse en la isla conquistando buena parte del centro.

Por otra parte, aunque Inglaterra fue su principal objetivo, los vikingos también se lanzaron a conquistar otras zonas más lejanas, como Irlanda, el norte del continente Europeo y Rusia. Su espíritu aventurero se hace patente en estas expediciones, y su fama de excelentes guerreros les valió numerosos empleos como tropas mercenarias. Así, los sucesivos príncipes rusos usaban vikingos en sus campañas, y los cedían además a sus aliados.

Un caso especial es el de la guardia personal del emperador bizantino, la Guardia Varega. Debido a las intrigas de la corte de Constantinopla el emperador Basilio II contrató en el siglo IX a 6.000 vikingos, los llamados Portadores del Hacha, que pasaron a formar la élite del ejército durante los siguientes trescientos años.


Fuente:
Breve historia de la guerra antigua y medieval - F. Xavier Hernández Cardona / Xavier Rubio Campillo

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