31 de octubre de 2009

La Revolución Industrial I: transformaciones agrarias y desarrollo de la industria

La Revolución Industrial se inició en Gran Bretaña entre el último tercio del siglo XVIII y la primera mitad del XIX. Antes tuvieron lugar una serie de transformaciones en la agricultura, como los cambios en el sistema de cultivo, la introducción de nuevas máquinas y la nueva estructura de la propiedad. La rotación de cultivos, conocida como sistema Norfolk, permitió suprimir el barbecho. La introducción de nuevos métodos de siembra, nuevas herramientas y nuevos cultivos, peromitieron aumentar y diversificar la producción de alimentos. También surgió el cercamiento de tierras que hasta entonces habían sido comunales (openfields), por lo que los campesinos pobres tuvieron que vender sus propiedades y convertirse en jornaleros a cambio de un salario. Muchos se vieron obligados a emigrar a las ciudades. El aumento de la oferta de alimentos hizo posible un crecimiento demográfico. Las grandes hambrunas desaparecieron y la población, mejor alimentada, tuvo mayor resistencia ante las enfermedades y epidemias. La natalidad se elevó debido a la disminución de la edad de matrimonio y del número de célibes. La reducción de la tasa de mortalidad fue el resultado de una mejor alimentación y de avances médicos e higiénicos. La esperanza de vida creció notablemente. En la industria, se produjo la sustitución de las fuentes animadas de energía (hombres, animales) por inanimadas (energía hidráulica, carbón), y la concentración de obreros en edificios destinados a la producción. La producción artesanal fue sustituida por el sistema fabril. La mecanización se inició con la lanzadera volante de John Kay, las nuevas hiladoras y los telares mecánicos, pero sin duda alguna el símbolo de la Revolución Industrial fue la máquina de vapor, patentada por James Watt en 1769. Todo esto provocó el aumento de la productividad, y la producción permitió abaratar los costes y disminuir los precios. El sector emblemático de la Revolución Industrial fue la industria algodonera. Hasta el siglo XVIII los tejidos de algodón se importaban de la India, pero en 1750 se prohibió la entrada en Gran Bretaña de tejidos de algodón estampados (indianas). La industria textil británica conoció una expansión sin precedentes. El segundo sector decisivo fue el del carbón y la siderurgia. El carbón alimentó la máquina de vapor y desempeñó un papel imprescindible en el proceso siderúrgico. La producción de carbón aumentó de manera considerable. La demanda creciente de hierro estimuló la búsqueda de un combustible menos costoso y se sustituyó el carbón vegetal por el carbón de coque. La siderurgia permitió emplear el hierro en múltiples instrumentos y, sobre todo, fabricar máquinas más precisas y duraderas. El mayor impulso a la siderurgia provino de la gran demanda de hierro que comportó la construcción de la red ferroviaria (1830). La industria química quedó profundamente transformada ante las necesidades del textil (tintes y blanqueadores). La metalurgia fue otro sector de elevado crecimiento. Su impulso provino de las necesidades del textil, pero la difusión de la mecanización hizo que se consolidara este nuevo sector. A mediados del siglo XVIII se mejoraron los caminos y se construyeron canales. El ferrocarril provocó una verdadera revolución en el transporte por su rapidez, su capacidad de carga, su menor coste y su mayor seguridad. El ferrocarril surge sobre la base del sistema tradicional de arrastrar vagonetas sobre carriles mediante el tiro de animales. Stephenson inventó en 1829 la locomotora. La primera línea de ferrocarril unió Liverpool y Manchester en 1830. La mejora de las infraestructuras y el transporte hizo posible la economía de mercado, en la que se produce no para el autoconsumo, sino para la venta. A finales del siglo XVIII y a los largo del XIX el proceso industrializador se expandió por el continente europeo. En la Europa meridional el crecimiento industrial fue más tardío y lento (Italia, España).

30 de octubre de 2009

Leonardo Da Vinci

Leonardo nació en 1452 a las afueras de la aldea italiana de Vinci. Su nombre proclama su procedencia. Era hijo natural, lo que condicionaría su existencia. El ser bastardo le privó de aprender griego y latín, lenguas en las que estaban escritos todos los libros de su tiempo, pero él hizo de esto una ventaja. Su carencia de formación académica tuvo otro efecto. Dado que nadie lo había corregido escribía con la mano izquierda, y lo que es más misterioso: al revés, lo que podría ser un signo temprano de lo hermético que llegaría a ser. Leonardo se crió explorando la campiña que circundaba Vinci. Su curiosidad por el mundo natural era inagotable y lo estudiaba. Le obsesionaban el movimiento del agua, los ciclos de crecimiento de las plantas, el comportamiento de los seres vivos, y, sobre todo, las maravillas del vuelo. Durante toda su vida observó el vuelo de las aves, las dibujó compulsivamente y comenzó a establecer los principios de la aerodinámica. Una de las mayores obsesiones de su vida fue construir un aparato que permitiese volar al hombre. Conocemos los pensamientos que ocupaban su mente gracias a sus escritos. Nos legó 6.000 páginas de bocetos y notas, algunas de las cuales se encuentran recopiladas en cuadernos. El más conocido de los ingenios que Leonardo concibió para volar es el llamado 'ornitóptero', que esencialmente consiste en un hombre batiendo un par de alas. Aunque parece bastante excéntrico, entre sus dibujos hay algunos que podrían funcionar.
Ornitóptero
La despreocupada infancia de Leonardo concluyó a comienzos de la década de 1460, cuando su padre lo sacó de su casa de Vinci y se lo llevó a Florencia. Para un niño de la Toscana debía ser un lugar extraordinario. Florencia era el centro del Renacimiento. Durante la vida de Leonardo, Gütenberg imprimiría el primer libro y Cristóbal Colón descubriría el Nuevo Mundo. No obstante, el Renacimiento fue una era de conflictos y encarnizada violencia. La vida podía ser breve y brutal. La violencia de su época provocaba en él sentimientos encontrados, pero a pesar de ello inventó armas y máquinas de guerra para algunos de los peores tiranos de entonces. Leonardo ensalzaba las virtudes de la paz, mas contribuyó al desarrollo del arte bélico. Su padre lo mandó a Florencia a encontrar trabajo. Dada su condición de hijo ilegítimo, Da Vinci no podía aspirar a hacerse médico o abogado. Su padre esperaba que llegase a ser artista, y lo colocó de aprendiz en el taller de Andrea del Verrocchio, uno de los mejores escultores y artesanos de la época. El aprendizaje de Leonardo duró varios años. Se crió en el estudio del maestro y se empeñó en crear obras maestras.
Andrea del Verrocchio
Con veintipocos años tuvo por fin su oportunidad. Verrocchio había recibido un importante encargo, un "bautismo de Cristo". El maestro pintó las figuras principales y dejó los personajes secundarios para sus ayudantes. A Leonardo le encomendó el ángel de la izquierda. Su trabajo dejó tan atónitos a sus compañeros como a su propio maestro, el gran Verrocchio. Pero cuando la carrera de Leonardo comenzaba a despegar, se vio envuelto en un escándalo sexual que a punto estuvo de coatarle la vida. Es muy posible que Leonardo fuese homosexual. Sin duda alguna, le obsesionaba el desnudo masculino y le placía la compañía de jóvenes hermosos. En Florencia la homosexualidad era ilegal y se castigaba con la muerte. En las murallas de la ciudad se encontraban las famosas 'vocce della verità', las bocas de la verdad. Los ciudadanos que deseasen verter acusaciones anónimas contra sus vecinos podían depositarlas allí, y en abril de 1476 uno de estos delatores acusó a Leonardo de sodomía. Leonardo pasó varias semanas de zozobra mientras se recopilaban pruebas contra él. Por una cuestión de buena suerte, uno de sus amigos resultó ser el hijo de un poderoso noble, lo que probablemente contribuyó a que recibiese una condena muy liviana. Fue absuelto a cambio de recibir una pequeña paliza. En 1482, a la edad de 30 años, hizo el equipaje inopinadamente, se marchó de Florencia y se dirigió a otra importante urbe: MIlán. El duque de Milán era Ludovico Sforza, uno de los tiranos más temidos y odiados de toda Italia. Leonardo llegó al castillo de los Sforza con la esperanza de caerles en gracia. Sin embargo tuvo que andarse con sumo cuidado. Ludovico 'el moro' era un snob que se había rodeado de genealogistas y astrólogos, así como del acostumbrado grupo de artistas e ingenieros. Era tan peligroso como iluso. Encargó un árbol genealógico que debía rastrear los orígenes de su estirpe, no ya hasta la realeza sino hasta los propios dioses.
Ludovico Sforza
Como a cualquier otro gobernante renacentista, al duque le interesaban sobre todo las máquinas de guerra. Leonardo apeló tanto a su vanidad como a sus necesidades militares. El duque lo contrató pero no como ingeniero militar. Empezó a trabajar por un magro sueldo inferior al del bufón de la corte, a cambio de proyectar el drenaje del baño de la duquesa y la instalación de un sistema de calefacción central. También se le encomendó la organización de las celebraciones del duque. Se encargaba de diseñar las máscaras, los disfraces y los artefactos mecánicos que hacían las delicias de los convidados. Pero Leonardo tenía mayores ambiciones que limitarse a satisfacer los triviales caprichos del duque. Tanto en su etapa milanesa como durante el resto de su vida trabajó también por cuenta propia, ampliando los límites de la ciencia y realizando descubrimientos en una portentosa variedad de ámbitos.
Hombre de Vitruvio
Durante los años que pasó en Milán dio rienda suelta a su imaginación y realizó algunos descubrimientos notables. Fue uno de los primeros en investigar cómo ven nuestros ojos. Concibió colosales obras de ingeniería y mecánica. Ideó máquinas para excavar grandes extensiones de terreno. Desarrolló nuevos métodos agrícolas de irrigación y un amplio abanico de ingenios bélicos. Concluyó que la luz se refleja en unas minúsculas partículas de la atmósfera y que por eso el cielo es azul. Estudió el cuerpo humano y con el tiempo descubriría que el endurecimiento de las arterias provoca enfermedades cardíacas y la muerte. Durante su estancia en Milán, Leonardo tomó como aprendiz a un muchacho llamado Giacomo Caprotti. Según sus propias palabras, el primer día el chico le robó dinero, comió con desenfreno y rompió varios objetos, por lo que lo apodó 'Salai' (pequeño diablo). Era totalmente indulgente con el chico, de dudosa reputación, pero perdonable y encantador. Salai ocupa el espacio emocional más importante de la vida de Leonardo. Leonardo logró finalizar un par de pinturas importantes: 'La Virgen de las Rocas' y el retrato de una amante del duque, 'La dama del armiño', una de las obras cumbre del retrato renacentista. En sus cuadernos hay planos de ingeniosas y temibles máquinas de guerra, como una gigantesca ballesta. Ideó una enorme guadaña concebida para cortar las piernas de los enemigos. Pero quizá su proyecto más enigmático sea lo que parece ser un precursor del tanque, que no se inventó hasta la I Guerra Mundial. En 1495, Da Vinci llevaba trece años trabajando para Ludovico Sforza. Pese a la informalidad de Leonardo el duque decidió confiarle un importante encargo. Le pidió que pintase una "última cena" para el refectorio del convento de Santa María de las Gracias. Se trataba de un tema pintado en numerosas ocasiones, pero Leonardo lo haría de un modo muy diferente. Se le ocurrió captar la reacción de los discípulos en el momento en que Jesús les decía: "uno de vosotros me traicionará". Unos años después de terminada la obra, bajo su superficie empezaron a aparecer unas grietas casi imperceptibles. Bajo el yeso afloraba la humedad causando daños. No obstante, la obra aún conserca parte de su fuerza original. En la frontera se concentraban millares de soldados franceses preparados para invadir Milán. Al cabo de pocos meses, Leonardo huiría de la ciudad y se vería obligado a trabajar para unos señores a cuyo lado Ludovico Sforza era un santo. Habría asimismo conflictos con el nuevo Papa, y su fama de ser el más célebre pintor de Italia se vería desafiada por un émulo que le odiaba y le despreciaba: un rival llamado Miguel Ángel. En 1502 conoce a Caterina Sforza, que según algunos pudo ser la modelo de 'La Gioconda', pintura ejecutada en 1503 y que se ha convertido en el cuadro más famoso del mundo. Leonardo Da Vinci falleció el 2 de mayo de 1519 en el castillo de Clos Lucé (Francia) y fue enterrado en la capilla de Saint Hubert, en el castillo de Amboise.

29 de octubre de 2009

Las Waffen SS

La década de 1930 fue un período de gran agitación en Alemania. En los años subsiguientes a la I Guerra Mundial, la economía se había colapsado y el período de malestar social que siguió a la inflación catastrófica de los años 20, hizo saltar a primera plana al partido nazi. Esa ideología depravada, venía asociada con toda una serie de organizaciones subsidiarias cuyos nombres se han quedado grabados eternamente en la conciencia de la humanidad: las Juventudes Hitlerianas, la Gestapo, la Liga de las Chicas Alemanas, la SA, y sobre todo, el cuerpo de las SS. Las SS se convertirían en una leyenda en la vorágine de la II Guerra Mundial. Era un cuerpo de voluntarios. Aquellos nacidos en 1928 se habían alistado, en apariencia como voluntarios, pero en realidad era una orden. Adolf Hitler desconfiaba profundamente del viejo orden establecido en las fuerzas armadas alemanas. En la I Guerra Mundial había combatido bien y estaba orgulloso de haber cumplido con su deber, pero no pasó del rango de cabo. Hitler había obtenido poder político en las urnas, sin embargo nunca fue capaz de establecer un vínculo de confianza con las fuerzas armadas. Siempre se había considerado inferior al cuerpo de oficiales, y con buen juicio, no se fiaba de sus móviles. Como resultado de esta desconfianza entre él y el ejército creyó necesario rodearse de sus propios partidarios armados, que en caso de necesidad pudieran enfrentarse al ejército. Las SA eran las tropas de asalto nazis que habían logrado hacerse con el poder durante los años 20 a fuerza de la intimidación, sin embargo no tenían armas. Adolf Hitler veía enemigos potenciales en todos los sitios, y desconfiaba no sólo del engranaje militar, sino también de las SA. En consecuencia, empezó a formar su propio ejército dentro del partido. El cuerpo de las SS, el brazo armado del partido nazi, se convertiría en un ejército en miniatura; su lealtad sería exclusivamente hacia Hitler. Aunque Hitler había prometido a los dirigentes de las fuerzas armadas alemanas que no tenía la intención de crear un ejército armado para el partido nazi, eso era lo que precisamente iban a ser las SS. Hitler era un mentiroso compulsivo, y no tenía reparos en declarar descaradamente lo opuesto a lo que verdaderamente se proponía. Con el tiempo las SS se habían ampliado formando un ejército en miniatura organizado en más de veinte divisiones y que contaba con casi un millón de hombres. La piedra angular para todo este monstruoso edificio era la guardia personal de Hitler. Este cuerpo de élite de nazis acérrimos había sido elegido para ser la fuerza militar favorita de Adolf Hitler, en un intento de replicar la guardia pretoriana de César o la antigua guardia de Napoleón. Con sus flamantes uniformes y su reputación elitista, muchos de los jóvenes de Alemania aspiraban naturalmente a formar parte de las SS. Sin embargo, las SS hacían una cuidadosa selección admitiendo sólo a aquellos que pudieran probar su ascendencia aria. Aunque el cuerpo se componía inicialmente de “voluntarios”, algunos jóvenes alemanes tuvieron la suerte de que no los obligaron a alistarse, sin embargo hubo otros que acabaron uniéndose a la fuerza. Aunque las divisiones de las SS estaban en teoría bajo el control del ejército alemán, se distinguían del resto de las fuerzas armadas normales. Una característica diferenciadora era que desde el comienzo de la guerra estuvieron dispuestos a llevar uniformes de camuflaje. Al principio el resto de las fuerzas armadas se burlaban de este característico atuendo de batalla, sin embargo no tardó en demostrar su eficacia durante las campañas de Polonia. Bajo la dirección de un reconocido matón nazi, las SS desempeñaron un importante papel en las campañas libradas en los Países Bajos y Francia, en mayo de 1940. Incluso desde el principio, el cuerpo logró labrarse una reputación de ser una fuerza militar eficientísima. Empezaron a ganarse a regañadientes el respeto de sus compañeros de las fuerzas armadas, pero fue en el frente ruso donde las SS probarían su valía en el ardor de la batalla. Desde el principio combatieron allí donde la lucha era más encarnizada. Naturalmente se produjeron numerosas bajas y una necesidad constante de reponer tropas. Uno de los primeros triunfos de las SS durante la terrible campaña de Rusia fue su intervención para salvar a un número de divisiones de las fuerzas armadas, que habían sido rodeadas por los rusos. Se ha dicho siempre que las SS recibían un trato preferente y el mejor equipo. Naturalmente esto creaba resentimiento entre los otros soldados, y aunque siempre tuvieron una reputación siniestra muchos civiles creían realmente que las tropas de Hitler les habían liberado. En 1944 se les unió una división de las Juventudes Hitlerianas. Esto hacían un total de 12 divisiones armadas. Dentro del mundo de locura del Tercer Reich, los secuaces de Hitler competían entre sí por el poder político, y Himmler, como jefe de las SS quería crear no sólo un ejército nazi encarnado por dicho cuerpo, sino también una aviación propia que rivalizaría con la Luftwaffe. Incluso estaba previsto que tendría sus propios aviones nazis. El absurdo plan de Himmler incluía además un avión suicida. A medida que la campaña aérea aliada empezaba a tener éxito los alemanes empezaron a trabajar en la construcción de un caza propulsado por cohetes, diseñado para chocar contra los aviones aliados mientras que el piloto, en teoría, escapaba en paracaídas. Cuando el reflujo de la II Guerra Mundial se volvió contra Alemania, las SS seguían luchando su amarga guerra contra los rusos, pero aunque tuvieran los días contados muchos se resistían a claudicar. Con la victoria aliada en el conflicto bélico era comprensible que el mundo civilizado no quisiera que se volvieran a repetir los sucesos de la II Guerra Mundial. Por esa razón, los rusos y los aliados se ocuparon en gran medida de “desnazificar” a los supervivientes de la guerra. Se identificó y separó a los hombres de las SS para un tratamiento especial. En el período subsiguiente a la guerra muchos de ellos fueron fusilados de plano. Los que tuvieron más suerte fueron capturados, sin embargo con los campos de concentración rusos esperándoles, esta era una suerte un tanto precaria. Junto a los hombres de las SS, también fueron arrastrados por error a los campos muchos soldados normales del ejército. Muchos hombres de las filas del ejército escaparon a la muerte por muy poco. Acusados de los terribles crímenes del Tercer Reich, muchos hombres de las SS fueron enviados a los mismos campos de concentración que habían albergado anteriormente a las víctimas del régimen nazi. Es comprensible que los rusos fueran tan implacables debido a los hechos sucedidos durante esos cuatro largos y horribles años de guerra en Rusia, pero muchos supervivientes de las SS pagaron un alto precio por creer en Hitler. Tuvieron que soportar la agonía de tener que quedarse en Rusia mientras otros prisioneros eran libres de volver con sus familias. Era lógico que los aliados victoriosos quisieran asegurarse a toda costa de que no se iba a permitir al espectro del nazismo elevarse de entre sus cenizas. Según cuenta la historia, la operación para destruir hasta el último vestigio de la ideología nazi fue un éxito rotundo.

27 de octubre de 2009

STONEHENGE

Época: hacia 2900-1600 a.C. Localización: Sur de Inglaterra “Asimismo, el informe concluía que éstas procedían de allí (Irlanda), pero ¿qué barco y qué carro fueron capaces de transportarlas por mar y por tierra? Creo que pocos hombres hay capaces de imaginarlo.” William Harrison, 1577. Stonehenge es un monumento megalítico de la Edad del Bronce situado cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire. El origen y la finalidad de Stonehenge han dado pie a lo largo de los siglos a todo tipo de estudios y especulaciones. El círculo de antas, con los imponentes trilitos destacando por encima de las más modestas piedras azules situadas en derredor, plantea a todo aquel que lo contempla la misma pregunta: ¿cómo se llegó a construir semejante monumento? En sus inicios, el primer Stonehenge (hacia el 2950 a. C) poseía una estructura mucho más modesta que la actual, compuesta por un terraplén y un foso anexo de forma circular con un diámetro total de unos 110 m, y una anilla de agujeros para estacas (los llamados “Hoyos de Aubrey”) justo en el margen interior. El foso se llenó de sedimentos y el terraplén se fue erosionando hasta que se introdujo una estructura de madera. Nos encontramos ante el segundo Stonehenge y de él sólo nos han llegado las huellas dejadas por los agujeros excavados en la creta donde iban las estacas, de ahí que no resulte nada fácil reconstruirse estructura. no sería nada descabellado pensar que fue en realidad una mera obra de madera compuesta de troncos verticales rematados con dinteles. Las obras del tercer Stonehenge se remontan al año 255 a.C. y supusieron la incorporación de las piedras azules y, más tarde, las imponentes antas. En ese sentido, uno no puede evitar preguntarse cómo se construyó este auténtico hito de la ingeniería antigua, de una complejidad infinitamente superior a la del foso y el terraplén del primer Stonehenge, o el armazón de madera de la segunda fase. El primer reto fue el traslado de los megalitos, aspecto que cobró especial interés en 1923, cuando se demostró que las piedras azules provenían de los montes Preseli, al sudeste de Gales, a 240 km de distancia. Por qué se llevaron dichos bloques hasta Stonehenge sigue siendo todavía un misterio, no así el modo en que se transportaron, para el que los expertos aventuran ciertas hipótesis demostradas con la práctica. Los megalitos más pequeños son las piedras azules y poseen un peso medio de 1,5 toneladas, y las más grande es de unos 2 m. Se cree que se transportaron por medio de patines de madera tirados a rastras hasta Milford Haven, desde donde se llevarían por el río en unas almadías hasta unos 3 km de Stonehenge. Desde allí se llevaron a rastras otra vez hasta el emplazamiento. El transporte de las enormes antas fue más penoso, pues la más grande pesa 40 toneladas y tiene 9 m de largo, y a pesar de que no venían de tan lejos como las piedras azules (en concreto de Marlborough Downs, a unos 30 km). En 1994, se llevó a cabo un experimento que consistía en desplazar una réplica de cemento de un anta original firmemente sujeta a un patín de madera que se desplazaba por entre dos raíles de madera también. Un equipo de 130 personas fue capaz de desplazarlo, pero eso no quita mérito alguno al extraordinario esfuerzo que supuso mover cada una de las ochenta antas del monumento, hazaña ésta que los cronistas de la Edad Media atribuían a la mágica intervención del legendario Merlín. La elevación de los megalitos no fue menos ardua que su transporte. No obstante, se ha comprobado que es posible hacerlo con un equipo menor a 150 personas con técnicas apropiadas (un sistema de contrapesos y andamios). A simple vista, los megalitos presentan un aspecto algo basto, apenas trabajado. Pero si se observan de cerca, se puede ver como están cuidadosamente decorados con centenares de motivos circulares, labrados con los extremos de las mazas de piedra. Son varios los detalles ornamentales presentes, por ejemplo, los márgenes de las antas no son del todo paralelos, sino que están abultados y hacia dentro, en lo que bien podría ser una versión primitiva de la entasis empleada por los griegos para evitar la ilusión óptica de ensanchamiento en una columna alta. De igual modo, los dinteles no son meros bloques rectangulares, sino que tienen las caras ligeramente curvadas y se ensamblaban entre ellos mediante la técnica del machihembrado para dar una apariencia circular al conjunto. Queda claro, pues, que el Stonehenge no era un simple montón de piedras, sino una estructura perfectamente modelada y trabajada. La finalidad que tuvo la construcción de este gran monumento se ignora, pero se supone que se utilizaba como templo religioso, monumento funerario u observatorio astronómico que servía para predecir estaciones. Han sido encontrados 240 entierros de restos humanos previamente cremados, datados entre el año 3030 y 2340 a.C. Dado el poco número de entierros para un período tan largo, se estima que no se trata de un cementerio para la generalidad de los muertos sino para determinadas personas escogidas. Durante los años 60, fue cobrando fuerza la teoría de que Stonehenge era como una especie de observatorio astronómico que reproducía toda una serie de combinaciones entre la Luna y las estrellas (incluido el Sol) que, según parece, permitían conocer con antelación los eclipses y realizar cualquier tipo de cálculos sobre el calendario. Estas hipótesis son, en su mayoría, insostenibles, si bien no se puede negar la vinculación que existe entre el solsticio de verano y el monumento. Los constructores debieron de observar paso a paso la evolución del Sol durante la primera mitad del verano a medida que el astro, al salir por el este, se desplazaba hacia el norte. Una vez alcanzado el punto más meridional, fijaron una línea y colocaron las piedras azules y las antas alrededor de este eje solar. Y ese componente, entre místico y romántico del solsticio de verano, continúa congregando en Stonehenge a cientos de personas año tras año.

26 de octubre de 2009

Las primeras armas químicas de la historia

Las armas químicas, según los estudios que se han realizado sobre una veintena de soldados romanos hallados en Dura-Europos (Siria), no son algo inherente al siglo XX. Los restos de estos soldados pertenecen al siglo III d.C. Según parece, los persas, en su asedio a la ciudad, cavaron un túnel por debajo de sus murallas para poder entrar en ella. Pero los romanos, imaginando la estrategia de los Persas, cavaron por su parte otro túnel para poder sorprender a los Persas cuando intentaran entrar por ese lugar. Pero los Persas no eran precisamente tontos, y cuando los soldados Romanos entraron en el túnel, prendieron fuego a una masa compuesta de betún y cristales de azufre, creando una nube tóxica en el interior del túnel que acabó con la vida de los soldados en cuestión de minutos. Simon James, el arqueólogo estadounidense que dirige la excavación, ha señalado que para que un grupo de soldados romanos muriera al unísono en un espacio de esas características fue necesario que o bien los persas fueran unos superhombres o emplearon un arma realmente letal. Tras estos sucesos, la ciudad fue conquistada por los Persas, y la mayoría de su población asesinada o llevada a Persia como esclavos. Dura-Europos, situada en las orillas del río Eufrates, fue conquistada por los romanos, que construyeron allí una fortaleza. Hacia el 256, la ciudad fue sitiada por las tropas del Imperio persa, bajo la dinastía sasánida (226-651). Ningún texto antiguo relata el enfrentamiento, del que hoy en día se tiene constancia gracias a las excavaciones arqueológicas, iniciadas en los años 20. (Fuente consultada: Tejiendo el mundo)

25 de octubre de 2009

Tecnología romana

En la década de los 40 del siglo XX fue inventado el traje de baño llamado 'bikini'. Pocos se dieron cuenta de que los romanos habían tenido la misma idea 2.000 años antes, como demuestra este mosaico de la Villa del Casale cercana a Roma. Pero éste no es un ejemplo aislado; muchos avances tecnológicos como el hormigón armado, los bisturís y los grandes estadios deportivos no son inventos modernos. Los romanos ya los conocían. Para desvelar los misterios de la tecnología de Roma, basta con fijarse en una ciudad como Nueva York. Dinámica, bulliciosa, ocupada por millones de personas. La vida de la gente depende de la tecnología: calefacción central, dobles ventanas, retretes y agua potable en todos los grifos. La ciudad presume de un complejo entramado de carreteras, apartamentos, estadios deportivos y servicios médicos de última generación, pero ninguna de estas ideas es nueva; todas fueron desarrolladas por los romanos 2.000 años antes. En muchos sentidos, sin el ingenio romano la vida moderna no sería todo lo moderna que hoy es. El Imperio Romano dominó Europa durante más de 500 años, desde el año 31 a.C. hasta su caída en el 476 d.C. pero para que Roma y su imperio sobrevivieran los romanos debieron de resolver muchos de los problemas que hoy afronta cualquier ciudad moderna; fue así como pusieron los cimientos del futuro. Imaginemos que nos encontramos dentro de un inmenso estadio deportivo, rodeados de miles de seguidores que animan a su jugador preferido. Para el hincha apasionado es una cuestión de vida o muerte. En el Coliseo romano el ambiente no debía de ser muy distinto; la diferencia es que allí la muerte súbita no era un mero juego de palabras. Lo único que podía ser distino a cualquier evento deportivo actual es el olor, porque lo que se olía allí era sangre real. El Coliseo romano era un elegante edificio de cuatro pisos. Los romanos no hacían nada a medias; en sus 487 metros de largo por 155 de ancho podrían aparcarse cuatro aviones Jumbo. Su capacidad era de 50.000 espectadores y es el más grande de los anfiteatros romanos. Si se construía otro mayor, se corría el riesgo de que los espectadores de la última fila no tuviesen una visión perfecta del espectáculo, así que el Coliseo es tan grande como lo permite la vista. Incluso para los estándares actuales se trata de un gran proyecto arquitectónico. En él se emplearon alrededor de nueve años, miles de trabajadores, cien mil toneladas de piedra caliza y trescientas toneladas de hierro para sostenerlo todo. Los muros interiores y exteriores están hechos a base de roca. Buena parte de su fortaleza estructural se debe a lo moderno y avanzado del hormigón utilizado. Los romanos no inventaron el hormigón; tomaron prestada la idea, al igual que muchas otras, de civilizaciones a las que conquistaron, como los etruscos, quienes mezclaban cal, agua, arena y pequeñas piedras para hacer mortero de cal, aunque no era muy duradero, con el tiempo acababa derrumbándose. Los romanos solucionaron esto añadiendo un nuevo ingrediente que hacía su hormigón más consistente; un ingrediente forjado en el corazón de un volcán: la puzolana, una ceniza volcánica que se encuentra en las laderas del Vesubio, al sur de Italia. Al añadir puzolana al mortero de cal las moléculas de calcio quedan perfectamente ligadas. La prodigiosa técnica romana creó una mezcla tan versátil que incluso solidificaba bajo el agua. Los romanos llamaron a su milagroso compuesto caementum, es decir, cemento. Incluso si se le añadía un conglomerado de piedra a la mezcla se podía fabricar un hormigón más resistente y adaptable. Los cimientos que sostienen el Coliseo, hechos de cemento y piedra tienen una profundidad de 12 metros. Los espectadores accedían al anfiteatro por una de sus 76 entradas, un sistema bastante parecido al de los estadios actuales. El laberinto de túneles y jaulas bajo el suelo de madera del estadio permitía albergar miles de fieras y gladiadores que aguardaban para entregarse a una lucha a vida o muerte. El perfeccionamiento del hormigón es uno de los avances tecnológicos más significativos que los romanos legaron al mundo. Sin embargo, la ingeniería romana llegó a superarse a sí misma y alcanzó su mayor logro con el Panteón. Algunos expertos consideran que esta es una de las edificaciones más trascendentales de la historia. Construido en el año 118 d.C. como templo dedicado a dioses que hoy nadie venera, pero que todavía nos sobrecoge y sorprende. Cuando los arquitectos del emperador Adriano comenzaron a diseñar un nuevo templo dedicado a los doce dioses más importantes del culto romano, tuvieron que idear una estructura imponente. Se decidieron por una vasta cúpula de 43 metros de diámetro, que en el siglo II debió suponer una tarea ingente. Una cúpula maciza hecha de hormigón uniforme podría resultar demasiado pesada para sostenerse por sí misma; se necesitaba un material lo suficientemente ligero y resistente como para cubrir ese enorme hueco. Para construirla, un equipo de carpinteros elaboró un armazón de madera. A continuación los albañiles lo cubrieron con hormigón que ellos mismos alzaban en moldes circulares desde la base. Una vez retirado el armazón de madera se corría el riesgo de que la estructura se derrumbase, sobre todo si se utilizaba hormigón normal. Gracias a su pericia, los albañiles romanos llegaron a una ingeniosa solución: añadir al hormigón piedras cada vez más ligeras a medida que la cúpula ascendía, reduciendo así el peso de la carga. En la parte más alta se añadió piedra pómez, una roca volcánica capaz de flotar en el agua. En el vértice se dejó un agujero de 9 metros llamado oculus. El Panteón es uno de los edificios más extraordinarios jamás construidos. Los arquitectos romanos fueron los primeros en resolver un problema al que se enfrentan la mayoría de urbanitas actuales: la falta de espacio. La mayoría de ciudades romanas se construían dentro de murallas defensivas, lo que limitaba el espacio disponible para construir, por lo que la única salida era construir hacia arriba. Ya en las primeras épocas de la historia de Roma había edificios de apartamentos de varias plantas. Una vez más, el elemento clave es el hormigón. Los pisos de los romanos, por dentro guardaban mucho parecido con los actuales. Los mejores tenían cocina, salón y un retrete, pero el gran invento de los romanos es el cristal en las ventanas. No habría sido posible sin la invención del soplado de vidrio que tiene lugar a mediados del siglo I a.C., pero no se conformaron con eso. Si se tiene un sólo cristal, la luz entra pero el calor se escapa, así que los romanos inventaron la doble ventana. El término 'plomería' (fontanería) proviene de la palabra latina 'plumbus' que significa 'plomo'. Los técnicos romanos descubrieron una forma de fabricar tuberías moldeando láminas de plomo batido en un molde de madera. Los baños romanos cuentan con otro invento muy conocido: los retretes. La intimidad no era demasiado importante en tiempos de los romanos y las letrinas eran tanto para hombres como para mujeres; se sentaban unos al lado de otros sin ningún tipo de separación. La limpieza sí que era importante, y aunque no disponían de papel higiénico se limpiaban con una esponja húmeda atada a un palo; lo que no se sabe es si cada uno se llevaba su propia esponja o si la compartían. La creciente demanda de agua en el año I sirvió de acicate a los romanos para lograr sus mayores descubrimientos en ingeniería. Necesitaban una forma de llevar a la ciudad el agua de los manantiales que se encontraban a varios kilómetros y se sirvieron de la gravedad. Ya en el año 97 d.C. nueve acueductos transportaban casi 950 millones de litros de agua al día desde los manantiales de las montañas. En los acueductos, el agua se mueve únicamente por el efecto de la gravedad. El extremo que estaba en la fuente tenía que estar más alto que el de la ciudad y tenía que haber un plano inclinado constante durante todo el trayecto; la pendiente media rondaba en torno al 0,5%. Casi toda el agua fluía por túneles y depresiones, pero cuando encontraba algún obstáculo en el terreno construían partes elevadas para mantener el grado de inclinación correcto y permitir que el agua fluyera libremente. Sólo 47 kilómetros de los 418 que miden los acueductos de Roma son subterráneos. En los acueductos romanos el agua no fluye por una acequia abierta en lo alto, sino que lo hace por un canal cubierto que la protege de la contaminación. En la antigua Roma el sistema de recogida de aguas fecales creado por los ingenieros eliminaba la amenaza de las enfermedades. Los romanos tenían una industria médica, con el mismo tipo de técnicas que tenemos en la actualidad: anestesia e incluso cirugía plástica. La medicina romana se dividía en diferentes especialidades como farmacia, medicina y cirugía. Tenían incluso anestesistas que usaban opio y mandrágora blanca sintetizadas de flores y raíces. Puede que sus conocimientos de la anestesia fueran limitados, pero su capacidad para diseñar y construir instrumentos quirúrgicos no lo era. El instrumental romano es la base de todo el instrumental moderno. Los romanos realizaban operaciones de cataratas, del cerebro y extirpaban venas varicosas. Practicaban la cesárea, no como se hace ahora sino con un procedimiento más rudimentario para extraer el bebé a una madre moribunda, no la inventaron ellos como se cree erróneamente. Para proteger al Imperio Roma entrena al ejército más disciplinado y eficaz que haya visto el mundo y lo equipa con el armamento más avanzado. Los ingenieros militares daban forma a metales y maderas para crear devastadoras armas de guerra. El arma principal del soldado de infantería romano era una temida espada llamada gladius. La hoja de doble filo medía casi 46 cm. de longitud y acababa en una afilada punta, pero si una espada podía ser letal de cerca, su lanza, el pilum, podía matar a cierta distancia. Era un arma diseñada para atravesar a la gente, para atravesar la armadura y los escudos. Proteger a los soldados era tan importante como equiparlos para el ataque. Los primeros soldados romanos llevaban unas cotas de malla llamadas lorica hamata, hileras de arandelas macizas de bronce o hierro que se unen a unas anillas ribeteadas dispuestas horizontalmente, pero que eran muy vulnerables. Los armeros romanos inventaron un tipo de protección muy superior; se trataba de placas articuladas llamadas lorica segmentata, y eran unas placas de hierro superpuestas fijadas con tiras de cuero, bastante más ligeras que la cota de malla. Los escudos de las legiones romanas estaban hechos de contrachapado.

24 de octubre de 2009

Origen del budismo

En el año 563 a.C. nació un príncipe en una ciudad cerca de los Himalayas, al norte de la India. Esa ciudad, Lumbini, está ahora en el país de Nepal. Según la leyenda, el nacimiento de este príncipe conocido como Siddharta Gautama estuvo rodeado de milagros. Un vidente vaticinó que se presentaba en su futuro una encrucijada: Siddharta llegaría a ser o un gobernante mundial, o si alguna vez veía juntos o por separado un viejo decrépito, un enfermo, un cadáver y un monje, se convertiría en un buscador errante de la verdad y en un 'buda', un iluminado. Su padre, el rajá, no quería que su hijo se convirtiera en un guía espiritual, de modo que el príncipe fue educado en el lujo palaciego y protegido del conocimiento del mundo exterior. Se casó joven y tuvo un hijo. Al final, sin embargo, salió a las calles a mezclarse con la gente y por primera vez contempló la vejez, la enfermedad y la muerte. Indagó la naturaleza de la vejez, la enfermedad, el dolor y la muerte. Siddharta entonces acudió a un santón hindú y quedó profundamente impresionado por su calma y su naturaleza pacífica. Como resultado de este encuentro, a la edad de 29 años Siddharta abandonó su hogar, a su esposa e hijo y la esperanza del poder y la gloria terrenos. Se echó a los caminos de la India en busca de la verdad sobre la existencia humana. La religión predominante en la India en esa época era el hinduismo, una religión que adoraba a muchos dioses y que creía que llevar una vida de austeridad extrema era el camino para alcanzar el mérito espiritual. Mientras vagaba vestido de harapos y sin dinero, Siddharta se encontró con más santones hindúes que le impresionaron profundamente con sus vidas sencillas de oración y meditación. Vivían como ascetas habiendo dedicado sus vidas totalmente a Dios. Se pasó cinco años practicando austeridades extremas, comiendo a veces un simple grano de arroz al día y viviendo a la intemperie. Al final de esta época se dio cuenta de que no estaba más cerca de su meta de alcanzar el conocimiento y la sabiduría; abandonó el camino austero y se sentó a la sombra de una higuera a meditar. Dijo:
“Que mi piel se seque, mis manos se entumezcan y mis huesos se descompongan. Hasta que no haya logrado la comprensión no me levantaré de aquí”
Era su 35 cumpleaños y durante siete semanas se sentó a meditar hasta que por fin su plegaria fue escuchada. Esta es la historia que se cuenta de los comienzos del viaje espiritual de una persona. Un viaje que dio origen a la religión del 'budismo'. Un sendero que rechaza por una parte la abnegación, y por otra la autoindulgencia. Mientras se hallaba meditando, Siddharta tuvo una visión: vio seres desfilando y reencarnándose. Algunos en circunstancias felices y otros en circunstancias miserables de acuerdo con la ley universal del karma, según la cual cada acto bueno o malo será recompensado o castigado en esta vida o en alguna otra reencarnación. Al crecer como hindú, Siddharta aceptó la doctrina de la reencarnación. Vio este ciclo de renacimiento como una fuente de sufrimiento humano: el nacimiento es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, la vida misma es sufrimiento. El final de este sufrimiento, pues, era el nirvana, es decir, escapar del renacimiento. El nirvana no se podía alcanzar en este mundo, pero logrando un estado de bienaventuranza, el gozo de no preocuparse más por el propio 'yo', una persona podía escapar al dolor de la vida. Como Buda, “el iluminado”, Siddharta Gautama comenzó su enseñanza. En su primer sermón, cerca de Benarés en la India, enseñó lo que él había descubierto que era la noble verdad del camino que conduce al cese del dolor, el “noble camino óctuple”:
  1. Visión recta
  2. Intención recta
  3. Discurso recto
  4. Acción recta
  5. Ocupación recta
  6. Esfuerzo recto
  7. Atención recta
  8. Concentración recta
El resto de su vida Buda viajó de aldea en aldea enseñando su camino óctuple. Murió a la edad de 80 años en casa de un amigo que le había servido sin saberlo una comida preparada con setas venenosas. Mucho después de la muerte de Buda, sus enseñanzas fueron reunidas por sus seguidores en una colección titulada 'tres cestos', porque la escritura se hizo sobre hojas de palmera como las que se usaban para hacer cestos. Después de su muerte sus discípulos continuaron su obra, y este amplio fervor religioso supuso una efusión creativa de grandes obras de arte. Actualmente, la pintura 'tanka' es una bella forma de arte budista. Estas pinturas representan acontecimientos de la vida de Buda y se utilizan como objetos de meditación. Algunas pinturas tanka se realizan con tanto detalle que son pintadas con un pincel de un sólo pelo. Los artistas tanka de Nepal comienzan a pintar a una edad muy temprana con diseños más sencillos. Las estatuas de metal de Buda son también una forma popular de arte. Se funden en latón o bronce y después se terminan cuidadosamente a mano. Los animales figuran de forma prominente en la fe budista, reflejando la creencia de que toda vida es sagrada. Son tema de la escultura pero también se encuentran en templos donde se les alimenta y se les cuida con esmero. Los misioneros budistas llevaron la historia y las enseñanzas de Buda por todo el mundo. Hoy, más de 250 millones de personas siguen su camino hacia la iluminación.

23 de octubre de 2009

El legado del templario - Trilogía de las cruzadas (Jan Guillou)

En el año de gracia de 1150 nace, en la tierra de Gothia, Arn Magnusson, hijo de dos importantes estirpes emparentadas con los linajes reales noruegos y suecos. Acogido por los monjes cistercienses de Varnhem, recibe la mejor educación espiritual y terrenal de su época, y aprende también el manejo del arco y la espada. Años más tarde, como castigo por una pasión carnal, Arn es condenado por la Iglesia a convertirse en caballero templario en Tierra Santa. Comienza su camino a Jerusalén y diez años después, convertido ya en un aguerrido veterano de los cruzados, salva la vida a Saladino, el hombre que ha jurado liberar la Ciudad Santa de los invasores francos. Desde que Arn salió camino a su penitencia en Palestina, ha aprendido a entender y respetar a aquellos contra los que debe luchar. Mientras, en su Suecia natal, sigue la sangrienta lucha por el poder entre los linajes de Sverker y de Erik. Allí, Cecilia, su amor adolescente, ha sido recluida en un convento como castigo y reza por el regreso de Arn a casa. En 1192, Arn vuelve a su tierra con grandes proyectos y una enorme fortuna para realizarlos. Ansía reencontrarse con su amada para formar una familia y desea la paz entre los linajes enfrentados. Gracias a todo lo que Arn ha aprendido en sus años de exilio y al grupo de constructores, artesanos y médicos, tanto cristianos como sarracenos que se ha traído consigo, en esta magnífica historia vivimos la creación del reino de Suecia y el inicio de una nueva época en toda Europa. Se pueden encontrar las tres partes de la trilogía por separado, aunque yo la tengo toda en un sólo tomo. Son casi 1.300 páginas pero vale la pena.

22 de octubre de 2009

La masonería, hermandad secreta

La masonería o francmasonería para algunos es un club social inofensivo con cierto gusto por los espectáculos pomposos. Para otros es una conspiración siniestra con juramentos sangrientos y una red secreta de hombres poderosos e influyentes. Increíblemente poderosos en su momento, los masones tuvieron un papel crucial en el nacimiento de las naciones, pero su historia también tiene un lado oscuro; un lado que conduce a la conspiración, al secuestro, al asesinato y al ultraje nacional.
“Con esto juro solemnemente proteger, bajo no menos pena de que me corten el cuello, me arranquen la lengua desde la raíz, o me entierren cerca del nivel del agua, donde la marea sube y baja”
Todos los que se unían a la hermandad de los masones hacían este juramento. Catorce presidentes de los Estados Unidos lo hicieron, entre ellos Gerald Ford, Harry Truman, Franklin Roosevelt, Andrew Jackson y George Washington. A lo largo de la historia americana hombres poderosos y de gran influencia han pertenecido a la hermandad de los masones. La fraternidad jugó un papel muy importante pero muy poco conocido en la mismísima revolución americana. Los símbolos de los francmasones están por todas partes; el monumento a Washington está repleto de piedras que contienen inscripciones masónicas, y el Capitolio de los EE.UU tuvo una inauguración masónica. Vemos símbolos masónicos en los billetes de dólar actuales. La masonería es una organización de orígenes misteriosos. Tradicionalmente se ha conocido como una fraternidad de hombres ligados a juramentos y rituales secretos, cuyos objetivos eran mejorar la moralidad y fomentar la hermandad a través de la historia. Esta hermandad también ha reunido a eruditos y hombres de influencia a favor de causas comunes. El compromiso decisivo de los francmasones empezó con la fundación de los EE.UU. En una noche de diciembre de 1773, un grupo de patriotas disfrazados de indios abordaron los barcos atrapados en el puerto de Boston. Lanzaron al mar baúles de té británico como protesta por los altos impuestos que Inglaterra aplicaba a las colonias americanas. Lo que pasó a conocerse como “la fiesta del té de Boston” acabó por conducir al inicio de la Guerra de Independencia de América. Muchos eruditos creen que los masones estuvieron involucrados en la “fiesta del té”. Los hermanos se reunían en la taberna de Green Dragon, donde es más que probable que planearan el golpe. Su antiguo líder fue Paul Ridier, un artista patriota que realizó un grabado de la masacre de Boston. Otro hermano fue Joseph Warren, que murió como un héroe en la batalla de Bunker Hill. La mayoría de los que firmaron la declaración de independencia de los Estados Unidos pertenecían a la fraternidad, como por ejemplo Benjamin Franklin y John Hancock.
“Creemos que estas verdades son evidentes por sí solas. Que todos los hombres son iguales y que todos están dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables, entre los que se encuentran la vida, la libertad y la lucha por la felicidad”
Estos ideales son básicos en la forma de entender el mundo de los masones. La francmasonería fue practicada en las colonias americanas por oficiales de alto rango del ejército británico y otros nobles desde el año 1700. En los años anteriores a la revolución se creó una fraternidad menos exclusiva, aunque igualmente muy respetable en la que se aceptaban hombres con menos educación, sin riquezas y sin influencias. ¿Qué se escondía tras las creencias y los rituales masónicos? Aunque los masones solían aparecer cada vez con más frecuencia en la vida pública, sus rituales se seguían celebrando a puerta cerrada manteniéndose en secreto para todos menos para los iniciados. En el año 1880 un joven escéptico de un pequeño pueblo en Nueva York, describió cómo él también fue arrastrado hacia la fraternidad: “He oído breves comentarios de su maravillosa naturaleza. Sin embargo mi madre cree que se trata de magia negra y me aconseja que me aleje de esa malvada sociedad. Algo parecido a un deseo oculto surgió en mi mente y me empujaba a mirar dentro de la logia. Estoy decidido. Arriesgaré mi vida y solicitaré la admisión”. El joven quedó profundamente impresionado por lo que vio. Algunas características de los ritos masónicos tienen casi 700 años de antigüedad. Las señales y las contraseñas tienen sus orígenes en las prácticas de los masones constructores medievales, que construyeron los grandes castillos y catedrales de Europa. Como los grandes artesanos, pertenecían a un gremio donde los secretos del oficio se guardaban con mucho recelo. Pero a finales del siglo XVII este gremio medieval sufrió una profunda y misteriosa transformación. Las logias empezaron a admitir miembros que no ejercían el oficio de la construcción. La sociedad empezó a centrarse en ideales espirituales y éticos, y las herramientas de los masones se convirtieron en símbolos de un estilo de vida iluminado.
“Las escrituras sagradas rigen nuestra fe. La escuadra rige nuestras acciones, y el compás nos mantiene dentro de nuestra debida relación con la humanidad. Las luces menores son el Sol, que gobierna el día, y la Luna, que gobierna la noche”
Convertirse en un masón se entendía ahora como el viaje metafórico de la oscuridad a la luz. Los rituales se celebraron por primera vez durante la ‘era de la iluminación’, época en la que el rígido, jerárquico y religioso modo de entender el mundo empezaba a desmoronarse. La masonería no se decantaba por ningún credo religioso específico, pero sí ponía especial énfasis en la fraternidad, el honor y el amor por el prójimo. Aunque parezca extraño esta sociedad ultrarracionalista empezó a inventar un pasado quimérico y místico. Los símbolos son las herramientas de los masones. Cada símbolo indica un camino hacia la iluminación, una de las formas de completar el templo de nuestra propia alma.

21 de octubre de 2009

Alarico I y la epopeya de los godos

Alarico I el Grande
De lo más profundo de los bosques nórdicos surgieron los bárbaros, para azote y devastación del gran imperio hegemónico, el Imperio Romano. Entre esos bárbaros había tribus sobresalientes, pero una destacaba sobremanera. Dicen los cronistas que era la tribu más civilizada de los bárbaros. Su nombre, Godos. Los godos fueron fuertes, siempre abocados a la única causa de la supervivencia nomadeando por buena parte del territorio europeo, siempre agrupados cumpliendo con la ley germánica. Grandes jefes seguidos por sus familias se movían por Europa y el objetivo siempre era el mismo: Roma. Los godos iban a la vanguardia de aquellas tropas, y su eterno héroe e iniciador de una gran saga no fue otro que Alarico I, el gran jefe de los Baltingos. Posiblemente, los godos saltaron a tierra desde una isla sueca llamada Gotland en el año 50 a.C., más o menos al mismo tiempo que Roma vencía a los galos. Su propósito inicial era dominar las riberas del Vístula. Allí se establecen en tres grupos diferenciados: “tribu de los bosques”, “tribu de las rocas” y “tribu de las llanuras”. Lucharon contra los gépidos y contra los vándalos, todos se aliaron con todos y avanzaron inexorablemente por el continente europeo. Durante siglos, fueron vagando por el continente, vadeando grandes ríos como el Volga o el Vístula hasta que finalmente llegaron al Danubio. Y el Danubio les gustó, y por allí deambularon durante siglos. En el siglo III ya habían creado dos grandes grupos: por un lado los ostrogodos que buscaron acomodo en Ucrania, por otro los visigodos que se establecieron en los Balcanes. Desde el año 332 empezó una extraña relación con el Imperio Romano, que pronto traería consecuencias. En el siglo IV el Imperio Romano ya estaba haciendo todo lo necesario para caer. Las diferentes incursiones bárbaras comenzaban a hacer estragos; Roma luchaba con unos, pactaba con otros y se aliaba con el resto. Los visigodos, por civilizados y condescendientes, habían sido los llamados a establecer ese contacto con los romanos. Durante años, muchos generales visigodos fueron ocupando cargos en las legiones romanas. Algún visigodo llegó a ser Magister Militum, gran general de las legiones. Roma estaba muy necesitada de efectivos, de tropas auxiliares que la pudieran surtir de soldados, pero con los godos la situación era complicada; a veces se pactaba, a veces se luchaba en común, pero otras veces el desencuentro era inevitable. Los visigodos estaban en contacto con el Imperio Romano de Oriente y en uno de los múltiples desencuentros se produjo la enorme batalla de Adrianápolis, en el año 378. Allí, los romanos orientales vieron perder nada más y nada menos que a un emperador; la caballería visigoda pasó por encima de las legiones romanas. Los visigodos camparon a sus anchas; durante cinco años la devastación fue total en la Península Balcánica. La hordas visigodas hicieron acopio de fuerza e inundaron con sus lanzas todo el territorio griego. A todo esto, ya había nacido en la desembocadura del Danubio un pequeño, llamado a ser uno de los grandes líderes de los visigodos: Alarico, perteneciente al clan de los ‘Balta’. Todo esto, en un contexto terrible también para los propios bárbaros, porque desde las estepas más orientales llegaba el ímpetu de los jinetes hunos, también los bárbaros sufrieron su azote. Alarico vio cómo su pueblo combatía a los romanos y también intentaba frenar a los hunos; raro era el año en el que no había una guerra, un hecho terrible o una hambruna. Los visigodos se fueron haciendo fuertes, había que sobrevivir a toda costa; los linajes godos debían mantenerse y pronto alguien debería asumir el mando. En el siglo IV los godos fueron cristianizados y se aferraron a la fe, pero bajo una tendencia herética: el arrianismo. Aunque arrianos, eran cristianos al fin y al cabo, y el emperador Teodosio no les hizo ascos y comenzó a pactar con ellos ya que la situación de los romanos era muy delicada. Los visigodos eran fuertes y además acostumbrados a luchar a la manera germánica, eran tremendos y rotundos guerreros. En el año 394 Alarico tiene 24 años. Era alto y atractivo, manejaba la espada a la perfección, disparaba el arco con certeza y acometía con ímpetu con su lanza, además de ser un espléndido jinete. Representaba el ideal de la belleza y de la valentía de los godos. Asumió entonces el mando único de las tribus visigodas; nacía la epopeya de los visigodos. Pero surgieron una vez más los desencuentros y Roma se convirtió de nuevo en el enemigo. En el año 395, aquel joven líder fue elevado a la categoría de rey, y es considerado el primer gran caudillo de los visigodos. Alarico consiguió dinero de Roma que le fue entregado para evitar sus saqueos. Agrupó a los suyos, les entrenó y les dotó del mejor armamento de la época a costa del erario público de Roma. A la muerte del emperador Teodosio, el Imperio Romano estaba dividido en dos: el Imperio de Oriente y el de Occidente, que heredaron sus hijos Arcadio y Honorio respectivamente. Honorio, rápidamente diseñó una estrategia para quedarse con el Imperio de Oriente, y en esa estrategia entraban los visigodos, con los cuales pactó para ocupar el territorio de su hermano.
Honorio
En el año 400, Alarico se siente muy perjudicado por algunos honorarios que no habían llegado desde Roma, por lo que toma una decisión: invadir la península italiana y tomar y saquear Roma. Los romanos ni en sueños podían imaginar que hordas bárbaras pudieran llegar hasta las mismas puertas de Roma. En otoño de ese año, la hueste visigoda entra a sangre y fuego en Italia. Las ciudades van cayendo y los romanos están estupefactos. Durante un año y medio Alarico y los suyos van estrechando el cerco en torno a la capital romana, pero los romanos aún podían dar mucha guerra y llegado el momento arremetieron contra los visigodos cerca del río Po. Fue un choque brutal en el que la caballería visigoda se estrelló contra los escudos de las legiones. Alarico no pudo más que replegar lo que quedaba de su ejército e intentar una retirada honrosa, pero fue perseguido por los romanos hasta que volvieron a entablar batalla cerca de Verona. Los visigodos habían sido vencidos pero aún seguían en Italia, por lo que se les entregó una auténtica fortuna a cambio de su total retirada. Alarico cogió el dinero y se fue. En el año 404, el emperador Honorio sueña con arrebatar el Imperio de Oriente a su hermano Arcadio, por lo que vuelve a llamar a Alarico para pactar con él. En el 408 se iba a dar el golpe definitivo a Oriente, para lo que se empiezan a desviar tropas desde Hispania y las Galias. Cuando están organizándose, llega la noticia de que Arcadio ha muerto y Honorio ordena paralizar la campaña. A Alarico le habían prometido 1.814 kilos de oro pero Honorio se desentiende, siempre subestimando el poder de los bárbaros. También manda asesinar a su mejor general, Estilicón, porque sospecha que le pueda traicionar, lo que provoca que 30.000 de sus soldados se pasen al bando visigodo. Por fin los visigodos irrumpen en Italia ya para quedarse. Alarico sitia la ciudad de Roma y pretende rendirla por hambre. A cambio de no asolar la Ciudad Eterna exige un tributo, y los romanos, atemorizados, pagan, por lo que levanta el sitio y se va. Se dirige a Rávena a entrevistarse con Honorio. El visigodo sólo quiere que se le cedan unos territorios (en la actual Austria) para establecerse permanentemente y fundar allí su país. Honorio, subestimando una vez más a Alarico, se ríe de él y deniega su petición. El 24 de agosto del año 410 Alarico ordena a sus tropas tomar al asalto la ciudad de Roma. Amante de la belleza y consciente de que podría llegar a ser el primer emperador de origen bárbaro, ordena que no se arrase ningún templo cristiano ni se destruya ningún símbolo emblemático de la ciudad. Miles de romanos son pasados a cuchillo y los visigodos hacen acopio de todo el botín que pueden. Tras seis días y seis noches los visigodos abandonan Roma cargados de tesoros. Llevan como rehén a Gala Placidia, hermana de Honorio y Arcadio.
Gala Placidia
Alarico quería ser el nuevo emperador romano, pero sabía que para eso debía abastecer a sus hombres. El norte de África era el granero del Imperio, así que fletó una importante flota para que sus hombres tomaran al asalto también aquellas tierras, pero fue hundida por las tormentas y la campaña del norte de África no se pudo llevara cabo. Mientras, los visigodos iban arrasando una a una las ciudades de toda Italia. Pero ¿quién podría detener al gran Alarico? ni las legiones, ni los dioses. Estando el rey a las puertas de Cosenza dispuesto a tomar la ciudad, la enfermedad se adueñó de él. El gran rey, el héroe eterno de los visigodos, murió entre convulsiones y fiebres. Los visigodos le lloraron; era el primero al que habían seguido como gran líder de todos. Los bárbaros sabían que el cadáver de Alarico sería pieza codiciada por los romanos. Los principales generales ordenaron a los miles de esclavos que llevaban cavar hasta desviar el cauce del río, creando muros de contención. En el cauce que quedó seco cavaron una fosa y allí, entre rezos mortuorios y homenajes, depositaron el cuerpo de Alarico. Cuando finalizaron el entierro ordenaron derribar los muros de contención y las aguas del río volvieron a ocupar su cauce natural. Los generales ordenaron matar a los esclavos que habían participado en la obra. Desde entonces la tumba de Alarico está perdida. Se decidió buscar un nuevo rey. A partir de entonces los reyes se proclamarían de forma electiva. Los mejores guerreros se reunieron en torno a los líderes, y todos se fijaron en el gran príncipe Ataúlfo, primo y cuñado de Alarico. Fue elegido por su entrega y su valor, y para continuar la dinastía de los baltingos. Ataúlfo era consciente de que no podían sostener la situación en Italia, y tras pactar con los romanos se retiró hacia las Galias. Allí pactó con los generales romanos de provincias y consiguió crear el reino de Tolosa. En el año 414 Ataúlfo ponía pie en las tierras de Hispania, aunque los visigodos no se quedarían aquí hasta años más tarde.
Ataúlfo

20 de octubre de 2009

Las Reinas Negras

En las profundidades del corazón de África se alzaba antaño un reino, cuya leyenda esconde historias que aún hoy están rodeadas de misterio. Durante 2.000 años los faraones egipcios sembraron de guerras la tiera del sur, la antigua Nubia. Egipto no cesó en su deseo de conseguir oro y riquezas, esclavizando a la población. Pero a medida que el poder de los faraones se disipaba un nuevo y gran poder crecía, el de un reino olvidado hoy en día, un reino de mujeres. ¿Quiénes fueron las poderosas y desconocidas ‘Reinas Negras’? En la actualidad los arqueólogos trabajan para desenterrar los secretos de una cultura que floreció durante siete siglos a orillas del Nilo medio. Los investigadores retiran el velo del olvido que cubría los palacios y pirámides del corazón de África. El reino de aquellas prominentes y olvidadas dirigentes se alzaba en el actual Sudán, en el centro de África. Meroe era su capital, y Gebel Barkal su montaña sagrada. La leyenda cuenta que el áspid de Egipto surgió de esta montaña sagrada en la aurora de los tiempos. El áspid fue la madre de todos los dioses; su cuerpo petrificado se convirtió en lugar de peregrinaje. Hoy aún resiste, convertida en una roca de 60 metros de altura. Hace 2.000 años las reinas africanas oraban en ese mismo lugar. La serpiente del poder coronaba su frente. El templo de Mut fue excavado en las profundidades de la montaña sagrada, justo debajo de la serpiente de piedra. Unos relieves terriblemente erosionados decoran las paredes de piedra. Desde el flanco de la montaña se alza la Serpiente del Poder coronada por el Sol, fuente de vida; divinidades ancestrales del amanecer de los tiempos. Aquí se unieron las Reinas Negras con la diosa Mut, esposa del creador del mundo, Amón. Las Reinas Negras debían peregrinar por lo menos una vez en la vida hasta la montaña sagrada para legitimar su poder. ¿Qué clase de fuerza emanaba de esta montaña? Hace 2.000 años se erigió en Naga el templo de Amón. Las ruinas se conservan en buen estado; en las columnas de arenisca aún se reconocen a pesar del desgaste los símbolos y los relieves de las Reinas Negras. Las sacerdotisas africanas rezaban a Amón en las salas del templo, pero al pueblo no le estaba permitida la entrada. Las reinas de Meroe adoptaron muchos dioses de la cultura egipcia para luego africanizar su forma, pero los faraones impusieron por la fuerza su cultura a los pueblos africanos. Durante dos siglos las tierras sureñas de Nubia sufrieron la presión de Egipto. Para el faraón Tutmosis III, esta parte de África 1.500 años antes de las Reinas Negras era sólo una fuente de materias primas; el granero de su próspero imperio. Tutmosis III se limitó a coger todo aquello que deseaba; sus ansias por los fornidos esclavos negros del sur eran irrefrenables y cientos de miles de ellos fueron llevados al norte. El oro de los faraones procedía de las minas de Nubia; los esclavos negros lo extraían y lo transportaban río arriba. Una y otra vez las legiones de los faraones regresaban al sur, sembrando miedo y desesperación. El faraón Sesostris había declarado no exento de cierta soberbia: “Al ser atacados, los nubios suplican misericordia. No son un pueblo que merezca respeto alguno”. Ramsés II se hizo pintar en un relieve pegando a un hombre negro. El oro, los esclavos y el poder era lo único que importaba. Pero cuando el poder de los faraones se debilitó los pueblos africanos se rebelaron. Desde el 200 a.C. las Reinas Negras dominaron las tierras de Meroe. Sus arqueros más veloces protegían las principales rutas comerciales. El reino de las Reinas negras se situaba justamente en el cruce de las dos principales rutas que atravesaban el continente. El Nilo desempeñaba un papel esencial, asegurando en medio del desierto una fuente inagotable de agua dulce, permitiendo la supervivencia y la fertilidad. Hacia finales del siglo I a.C. los romanos invadieron Egipto y a continuación enviaron sus tropas hacia las tierras de las Reinas Negras. Esto no asustó a la reina Amanishakheto que con gran valentía hizo frente al invasor. Estas mujeres no eran sólo las reinas de Meroe, sino que eran guerreras, sacerdotisas y madres. Tenían responsabilidades sociales. Para las legiones romanas la expedición al sur fue una experiencia desastrosa. En la capital de Meroe se encontró un busto de bronce del emperador Augusto, ¿se trataba tal vez de un trofeo de guerra? Amanishakheto estableció una frontera y dejó que los cuerpos sin vida de los legionarios se pudrieran en el desierto. Al final, Roma se vio obligada a firmar la paz. Realmente se sabe muy poco de la historia de Meroe, y en la actualidad la escritura meroítica aún no ha sido descifrada. Los expertos apuntan que podría ser una peculiar mezcla de elementos egipcios y africanos. Según la tradición africana la mujer era el centro de la familia. Al igual que los dioses tenía la capacidad de generar vida. La madre era la propietaria de todo y sus hijas eran las herederas.

19 de octubre de 2009

“El Nacimiento de Venus”

“El nacimiento de Venus” es una pintura de Sandro Botticelli (1445 - 1510) y representa una de las obras cumbres del maestro italiano. Está ejecutada al temple sobre lienzo y mide 184,5 centímetros de alto por 285,5 cm de ancho. Fue pintada para un miembro de la familia Médici, para decorar uno de sus palacios de ocio en el campo y se conserva en la Galería de los Uffizi, Florencia. Botticelli fue un pintor florentino de la segunda mitad del Quattrocento, que se preocupó más acerca de la representación de temas relacionados con el neoplatonismo predominante en la época, que por las búsquedas de la corriente denominada “científica”, centrada en resolver problemas de orden estrictamente formal. El tema de la obra es mitológico: según cuenta la leyenda Venus, diosa del amor, nació de los genitales del dios Urano, cortados por su hijo Crono y luego arrojados al mar. El título de la obra no es, por lo tanto, exacto, ya que el cuadro no representa el momento del nacimiento de la diosa, sino que muestra la llegada de Venus, sobre una concha, a la playa de Chipre. Sobre una enorme concha, aparece la blanquecina y esbelta figura de la diosa del amor con sus largos cabellos en dorados tirabuzones, mecidos por el viento. La mano izquierda recoge un bucle de pelo con el que tapa su pubis. El brazo y la mano derecha tratan de velar sus pechos. En la izquierda de la escena, aparecen fundidos en un cálido abrazo las figuras de Aura, diosa de la brisa y de Céfiro, dios del viento. En tierra, a la derecha, aparece una de las tres Horas, diosas griegas de las estaciones, concretamente la de la Primavera, con su vestido decorado con motivos florales. Pretende arropar a la diosa con un manto de púrpura también florido. Están representados los tres elementos esenciales de la materia: aire, tierra y agua. El desnudo femenino considerado pecaminoso en el arte medieval cristiano, se recupera en el Renacimiento como símbolo de inmaterialidad. La Venus no representa amor carnal o placer sensual sino que se acerca más a ideal de inteligencia pura o suprema sabiduría. Con todo, es una obra de incuestionable belleza, a pesar de un cierto primitivismo, de un autor como Botticelli, que de alguna forma, fue eclipsado por genios de la talla de Miguel Ángel o de Leonardo de Vinci.

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