27 de octubre de 2009
STONEHENGE
Época: hacia 2900-1600 a.C.
Localización: Sur de Inglaterra
“Asimismo, el informe concluía que éstas procedían de allí (Irlanda), pero ¿qué barco y qué carro fueron capaces de transportarlas por mar y por tierra? Creo que pocos hombres hay capaces de imaginarlo.” William Harrison, 1577.
Stonehenge es un monumento megalítico de la Edad del Bronce situado cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire. El origen y la finalidad de Stonehenge han dado pie a lo largo de los siglos a todo tipo de estudios y especulaciones. El círculo de antas, con los imponentes trilitos destacando por encima de las más modestas piedras azules situadas en derredor, plantea a todo aquel que lo contempla la misma pregunta: ¿cómo se llegó a construir semejante monumento?
En sus inicios, el primer Stonehenge (hacia el 2950 a. C) poseía una estructura mucho más modesta que la actual, compuesta por un terraplén y un foso anexo de forma circular con un diámetro total de unos 110 m, y una anilla de agujeros para estacas (los llamados “Hoyos de Aubrey”) justo en el margen interior.
El foso se llenó de sedimentos y el terraplén se fue erosionando hasta que se introdujo una estructura de madera. Nos encontramos ante el segundo Stonehenge y de él sólo nos han llegado las huellas dejadas por los agujeros excavados en la creta donde iban las estacas, de ahí que no resulte nada fácil reconstruirse estructura. no sería nada descabellado pensar que fue en realidad una mera obra de madera compuesta de troncos verticales rematados con dinteles.
Las obras del tercer Stonehenge se remontan al año 255 a.C. y supusieron la incorporación de las piedras azules y, más tarde, las imponentes antas. En ese sentido, uno no puede evitar preguntarse cómo se construyó este auténtico hito de la ingeniería antigua, de una complejidad infinitamente superior a la del foso y el terraplén del primer Stonehenge, o el armazón de madera de la segunda fase.
El primer reto fue el traslado de los megalitos, aspecto que cobró especial interés en 1923, cuando se demostró que las piedras azules provenían de los montes Preseli, al sudeste de Gales, a 240 km de distancia. Por qué se llevaron dichos bloques hasta Stonehenge sigue siendo todavía un misterio, no así el modo en que se transportaron, para el que los expertos aventuran ciertas hipótesis demostradas con la práctica. Los megalitos más pequeños son las piedras azules y poseen un peso medio de 1,5 toneladas, y las más grande es de unos 2 m. Se cree que se transportaron por medio de patines de madera tirados a rastras hasta Milford Haven, desde donde se llevarían por el río en unas almadías hasta unos 3 km de Stonehenge. Desde allí se llevaron a rastras otra vez hasta el emplazamiento.
El transporte de las enormes antas fue más penoso, pues la más grande pesa 40 toneladas y tiene 9 m de largo, y a pesar de que no venían de tan lejos como las piedras azules (en concreto de Marlborough Downs, a unos 30 km). En 1994, se llevó a cabo un experimento que consistía en desplazar una réplica de cemento de un anta original firmemente sujeta a un patín de madera que se desplazaba por entre dos raíles de madera también. Un equipo de 130 personas fue capaz de desplazarlo, pero eso no quita mérito alguno al extraordinario esfuerzo que supuso mover cada una de las ochenta antas del monumento, hazaña ésta que los cronistas de la Edad Media atribuían a la mágica intervención del legendario Merlín.
La elevación de los megalitos no fue menos ardua que su transporte. No obstante, se ha comprobado que es posible hacerlo con un equipo menor a 150 personas con técnicas apropiadas (un sistema de contrapesos y andamios).
A simple vista, los megalitos presentan un aspecto algo basto, apenas trabajado. Pero si se observan de cerca, se puede ver como están cuidadosamente decorados con centenares de motivos circulares, labrados con los extremos de las mazas de piedra. Son varios los detalles ornamentales presentes, por ejemplo, los márgenes de las antas no son del todo paralelos, sino que están abultados y hacia dentro, en lo que bien podría ser una versión primitiva de la entasis empleada por los griegos para evitar la ilusión óptica de ensanchamiento en una columna alta. De igual modo, los dinteles no son meros bloques rectangulares, sino que tienen las caras ligeramente curvadas y se ensamblaban entre ellos mediante la técnica del machihembrado para dar una apariencia circular al conjunto. Queda claro, pues, que el Stonehenge no era un simple montón de piedras, sino una estructura perfectamente modelada y trabajada.
La finalidad que tuvo la construcción de este gran monumento se ignora, pero se supone que se utilizaba como templo religioso, monumento funerario u observatorio astronómico que servía para predecir estaciones. Han sido encontrados 240 entierros de restos humanos previamente cremados, datados entre el año 3030 y 2340 a.C. Dado el poco número de entierros para un período tan largo, se estima que no se trata de un cementerio para la generalidad de los muertos sino para determinadas personas escogidas.
Durante los años 60, fue cobrando fuerza la teoría de que Stonehenge era como una especie de observatorio astronómico que reproducía toda una serie de combinaciones entre la Luna y las estrellas (incluido el Sol) que, según parece, permitían conocer con antelación los eclipses y realizar cualquier tipo de cálculos sobre el calendario. Estas hipótesis son, en su mayoría, insostenibles, si bien no se puede negar la vinculación que existe entre el solsticio de verano y el monumento. Los constructores debieron de observar paso a paso la evolución del Sol durante la primera mitad del verano a medida que el astro, al salir por el este, se desplazaba hacia el norte. Una vez alcanzado el punto más meridional, fijaron una línea y colocaron las piedras azules y las antas alrededor de este eje solar. Y ese componente, entre místico y romántico del solsticio de verano, continúa congregando en Stonehenge a cientos de personas año tras año.
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Interesantisimo, madame. Un lugar de lo mas misterioso. Es posible que fuera a la vez todas las cosas que se proponen: un observatorio astronomico, actividad que estaría intimamente ligada a la religion, pues sería llevada a cabo por sacerdotes, y tal vez fueran estos los unicos que tenian derecho a ser enterrados alli. Quien sabe. Ojala se vayan descubriendo mas cosas.
ResponderEliminarfeliz tarde
bisous
Qué misterio, eh? Qué sería en realidad?
ResponderEliminarLa verdad es que estremece que hace tanto tiempo se tuvieran ya esos conocimientos técnicos y quizá astronómicos, rodeados por un aura de misterio, en la disposición de los megalitos, algo más que un simple monumento funerario.
ResponderEliminarMuy interesante la entrada.
Un saludo.
Es un monumento impresionante. De esos que te dejan la boca abierta, intrigado y maravillado.
ResponderEliminarSaludos
Muy interesante.
ResponderEliminarPrecisamente esta semana hablaba de este monumento a mis alumnos de 1º de ESO y daban ideas de cómo habrían podido ser movidas las piedras... Se ve que estas cosas les llaman la atención, si bien al final alguno me acaba diciendo que los extraterrestres no andaban lejos...
Un saludo.