8 de febrero de 2015

Historia de la jeringuilla

Jeringa proviene del latín siringa y a su vez este del griego syrinx, tubo. Consiste en un émbolo insertado en un tubo que tiene una pequeña apertura en uno de sus extremos por donde se expulsa el contenido de dicho tubo.

Desde la antigüedad se reflexionaba en la forma de introducir sustancias en el interior del organismo a través de la piel, directamente en los músculos o la sangre.

El primer antecedente de la jeringa primitiva se remonta al siglo IX, en que el cirujano egipcio Ammar Ali al-Mawsili técnicamente inventó la primera de ellas usando un tubo de vidrio hueco aplicando succión con el objetivo de remover las cataratas de los ojos de un paciente, práctica que continuó en uso hasta el año 1230.

Los griegos inventaron un rudimentario instrumento que consistía en una vejiga con una caña, que hacia finales del siglo XV se transformo en las famosas lavativas.

Los primeros intentos de utilizar algo similar a una jeringa se realizaron en el siglo XVII cuando se intentó inocular medicamentos analgésicos justo en el lugar donde se localizaba el dolor.

El famoso arquitecto y científico inglés Sir Christopher Wren, conocido por el diseño de la Catedral de San Pablo en Londres, inspirado en la Basílica de San Pedro de Roma, en el año 1656, mientras se encontrada ingresado en un hospital y no podía ingerir alimentos, comenzó a imaginar el diseño de la jeringa hipodérmica.

Comenzó estudiando los trabajos de famoso anatomista Andrés Vesalius, considerado del padre de la anatomía moderna y una vez que completó los conocimientos que necesitaba, llegó a la conclusión de que los alimentos absorbidos en el tracto digestivo son llevados por la vía sanguínea a todos los órganos del sistema, por lo tanto, si se ponía la sustancia directa en un vaso sanguíneo, rápidamente se tendría el efecto esperado, de esta reflexión y de su ingenio surge la primera jeringa hipodérmica.

Jeringuilla francesa del siglo XVII

Con el concepto claro se le ocurrió utilizar una pluma de ave que biselada en un extremo y atándole al extremo opuesto una vejiga de un pequeño mamífero resulto el equivalente de la jeringa rudimentaria, ésta fue llevada por la goma del opio, más agua de la llave y puesta en vena hizo nacer una manera científica y útil de sustituir la vía oral.

Con respecto al uso de la jeringa en el tratamiento ginecológico, en 1776 el Dr Hunter en Londres se había servido de una jeringa calentada para extraer el semen del marido de una de sus pacientes que padecía hipospadia (mal formación congénita de la uretra masculina que drena hacia abajo y no hacia delante como es normalmente) y logró practicar una inseminación artificial satisfactoriamente.

En 1809 el médico francés François Magendie demostró por primera vez que era posible introducir medicamentos a través de la piel.

En 1836 el médico francés Lafargue introdujo morfina bajo la piel mediante el empleo de una lanceta que colocaba en posición casi horizontal.

Siguiendo esta línea de desarrollo en el año 1839, los doctores Taylor y Washington, de Nueva York, presentaron por primera vez la forma de introducir una solución de morfina en los tejidos mediante la jeringa de Anel, la cual fue predecesora del actual instrumento hipodérmico.

El anhelado objetivo se logró definitivamente a mediados del siglo XIX, en el año 1849 por el Dr Alexander Wood secretario del Real Colegio de Médicos de Edimburgo, en el Reino Unido, había estado experimentando con una aguja hueca para la administración de fármacos en el torrente sanguíneo, se le ocurrió poner un punto cortante en la extremidad de la jeringa para introducirla debajo de la piel sin necesidad de hacer incisión para aplicar el fármaco, como se hacia hasta ese momento.

Obtuvo por su descubrimiento un reconocimiento internacional, pero desafortunadamente su esposa que padecía de cáncer murió de una sobredosis de morfina.

En 1851 el cirujano Charles Pravaz de Lyon en Francia, diseño una jeringa hipodérmica en la que la dosificación se conseguía dando vueltas al eje de un pistón.

Una jeringa algo diferente fue la de Barthelemy por su pequeño tamaño y división centesimal utilizada para inyectar medicamentos de pequeñas dosis como la insulina y la tuberculina.

El inglés Williams Ferguson simplificó la jeringa y el fabricante Luer la industrializó, muchas dificultades que habían afrontado los que aplicaban transfusiones de sangre desaparecieron con la invención de la jeringa hipodérmica.
La jeringa facilitó el uso de la morfina y en la guerra civil de los Estados Unidos se utilizaba para cualquier tipo de dolor por lo que muchos soldados regresaron a sus casas adictos a la morfina, se calcula que la contienda creó más de un millón y medio de morfinómanos.

En la guerra Franco-Prusiana en 1870 sucedió algo similar y se creó el termino de «la enfermedad del soldado» y la medicina se encontró con el problema de desintoxicar a millones de adictos que como heridos de guerra habían utilizado altas dosis de morfina.

En el año 1950 el estadounidense Arthur Smith patentó una jeringa desechable y cuatro años después se creó la primera jeringa desechable que podía ser producida masivamente.


Fuente:
Canarias7.es

6 comentarios :

  1. Fascinante, fascinante obrigada por tão maravilhosa leitura!!

    ResponderEliminar
  2. Curiosa y documentada historia.
    Recuerdo cuando era niño y venía a casa el "practicante" con esa enorme jeringuilla de cristal que daba miedo y la caja metálica en la que vertía algo de alcohol para quemarlo y así esterilizar las agujas. ¡Qué tiempos!
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  3. Creo que se valoran poco descubrimientos como este, que han hecho por la medicina muchisismo sin ser medicamentos puros y duros.

    ResponderEliminar
  4. Muy ineresante, yo, comon soy diabético estoy muy familiarizado con las jeringuillas, cuando empecé utilizaba unas de cristal, que había que desinfectar cada vez, luego vinieron las de plástico de un solo uso, y ahora las plumas de insulina, cómodas, prácticas y manejables.

    ResponderEliminar
  5. Hola, hace unos años escribí sobre este tema, pongo el enlace para que quién quiera pueda ver fotos de los modelos más interesantes de mi colección. Un abrazo y buena entrada.
    http://enfermero9.blogspot.com.es/2011/04/jeringas-un-poco-de-historia.html

    ResponderEliminar
  6. Enhorabuena por el artículo. Me gustaría recomendarte, de parte del equipo de Déjà Vu, uno de nuestros artículos relacionado con el concepto de "cisnes negros" de Nassim Nicholas Taleb que detalla la importancia del descubrimiento de la penicilina para el mundo de la medicina.

    http://dejavu-revistahistoria.es/arteyciencia.php

    Espero que te guste y que nos comentes lo que quieras por facebook o twitter en Déjà Vu Historia o @DejaVu_Historia

    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario.

Creative Commons License
Paseando Por la Historia está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España.