6 de febrero de 2013

La pesca en el Imperio Romano

La importancia de la pesca se incrementó durante el Imperio Romano. Varrón nos cuenta como la cría de peces era muy lucrativa para las personas que se decidían a construir viveros. La técnica se basaba en desviar agua del mar para alimentar arroyos privados o estanques. Plinio también nos da cuenta de esta actividad, nos relata como en la costa meridional de la península Ibérica, especialmente en Carteia (Cádiz), se excavaban viveros en la roca natural para mantener los peces vivos y controlar su cría. Hasta tal punto tenía importancia esta actividad, que el famoso historiador romano nos dice que a la muerte de Lúcullo, un criador napolitano, sus viveros se cotizaban a cuatro millones de sestercios, lo que es una cifra nada desdeñable.

Tenemos datos sobre la actividad pesquera en Sicilia, donde Plinio nos da cuenta de la obtención de coral en las islas Eolias y en Drapanum; Plutarco menciona sus famosas anguilas; Marcial, Quintiliano o Macrobio nos hablan de sus lampreas y Juvenal, del salmonete, que se pescaba entre las rocas y se vendía en los mercados de Roma a un precio muy alto, un sestercio la libra. Tenemos información sobre la captura de venderas en Tyndaris (Plinio), arenques (Pólux), atún en Cephaleodium (Silio Itálico) o el escarus que menciona Petronio en su Satiricón. Como se ve, una amplia variedad de especies que hacían de los caladeros sicilianos un lugar muy atractivo para los pescadores, que se contaban por cientos y se agrupaban en cofradías, como relatan las crónicas. Para conseguir comerciar con el pescado fresco, se transportaba vivo hasta Roma donde era almacenado en estanques de agua salada en el llamado Forum Piscarium, nombre que recibía el mercado de pescado en la capital del Imperio.

En Egipto, la variedad de especies era también muy importante. Plinio, en su Historia Natural, nos dice que el siluro llegaba a alcanzar precios altísimos y se utilizaba en medicina, como el coracimo o el myax. También eran muy apreciados los moluscos. Juvenal nos explica que, en Roma, la venta ambulante de pescado procedente de Egipto era habitual. Se conserva abundante documentación sobre la actividad pesquera en esta región entre los siglos I y III d.C. En ellos podemos saber que existían impuestos que grababan la pesca, que se necesitaba una licencia renovable para ejercer la actividad, que los pescadores se agrupaban en cofradías, que existían inspectores que controlaban las entregas de pesca o ciertas prohibiciones sobre la venta de algunas especies en mercados.

Disponemos también de información sobre las especialidades de otras zonas del Imperio, como el garum de Leptis Magna, en Tripolitana (actual Libia); las anguilas del río Orontes y del lago Apamea (en Siria); las abundantes especies del Jordán o de las asociaciones de pescadores del lago Tiberíades.

En Asia Menor, las costas de la Propóntide, el Bósforo y el Ponto Euxino seguían repletas de pesquerías, como en época helenística. El geógrafo griego Estrabón nos dice que se capturaban atunes, lenguados y rodaballos y que los bancos más importantes se encontraban en Trapezunte, Farnacia, Sínope, Bizancio y Calcedonia, haciendo referencia también a los caracoles del Helesponto. Para el médico Galeno, el pescado fresco del Ponto era el de mayor calidad. Plinio vuelve a mencionar los mejillones de Cícico, de Grynium y de Myrinas; las veneras de Mitilene y de Quíos. Polibio señala que las mejores esponjas se capturaban en las cercanías de Antidrellus, en Licia; también eran valoradas las de Rodas y, en menor medida, las del Helesponto.


Fuente:
Mediterráneo Antiguo

4 comentarios :

  1. Una actividad muy antigua a veces poco estudiada, ya que casi todos los manuales de historia antigua se centran mucho más en las actividades agropecuarias.
    Un saludo.

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  2. Esos manuales no solo se centran en la agricultura Cayetano, ademas tambien tratan temas como la estrategia militar, las conquistas de los imperios, pero es muy cierto que no se habla mucho de la pesca en ese tiempo.
    http://dominaelartedepescar.com/blog

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  3. El modelo ideal de feminidad se representa en la antigüedad habitualmente a través de una mujer hilando. Podemos ver en diferentes representaciones artísticas tanto en obras de teatro, en relatos de historia, y objetos de la vida cotidiana como vasijas, vasos, espejos, ánforas mosaicos, pinturas murales relieves o estelas funerarias a mujeres con el huso https://noticiasdelloretdemar.es/carta-de-responsabilidad/

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