El campo de exterminio de Sobibor se construyó en marzo de 1942, a unos setenta kilómetros al sur de Varsovia, junto a la vía férrea que comunicaba Chelm y Wodlawa, en la que se construyó una desviación que llegaba directamente al campo. Ocupaba un área de unos 600 x 400 metros, divididos en cuatro secciones: un área de recepción, donde los trenes dejaban a los prisioneros (conocida como Campo II); un área donde se encontraban además los talleres y los barracones (Campo I); un área de administración o Vorlager, donde estaban las oficinas y las viviendas de los guardias; y por último, más apartada, el área de exterminio, con las cámaras de gas, las fosas comunes y los crematorios. Las tres áreas estaban rodeadas por alambradas y vegetación, para que desde cada una de ellas no fueran visibles las demás. El área de recepción se comunicaba con las cámaras de gas mediante un estrecho pasillo vallado al que llamaban "el tubo". Se encargaban de la vigilancia del campo una veintena de agentes de las SS y un destacamento auxiliar de aproximadamente un centenar de hombres, en su mayor parte ucranianos.
En mayo de 1942 comenzaron a llegar los primeros contingentes de prisioneros, fundamentalmente judíos: polacos, alemanes, holandeses, franceses, checos... aunque también fueron enviados a Sobibor prisioneros de guerra capturados en el frente oriental y gitanos. Llegaban a un ritmo de unos dos mil diarios, de los que unos pocos, los que estaban en mejor forma física, eran seleccionados para trabajar en el campo. El resto eran enviados inmediatamente a las cámaras de gas.
El 23 de septiembre de 1943 llegó al campo el primer tren con judíos soviéticos, procedentes del gueto de Minsk. Unas 2000 personas, de las que unas 80 fueron seleccionados como trabajadores y el resto, enviados al exterminio. Pero los nazis, llevados por su desprecio hacia los judíos, habían cometido un error: no hacer distinciones entre los recién llegados. Hasta entonces al campo habían llegado fundamentalmente civiles; pero entre aquellos judíos soviéticos había un grupo de soldados del ejército rojo; entre ellos, Sasha Pechersky.
La rebelión del ghetto de Varsovia llega a oídos de los sonderkommandos de Sobibor y les pone en alerta. Sabiendo que el fin estaba cerca, se organizan para sublevarse ante la inevitable muerte. Prefieren morir en el intento de fuga antes que ir a las cámaras de gas como corderos.
El hijo de un rabino judío y polaco, León Feldhendler, disponía de libertad de movimiento por Sobibor y se encargo de organizar un grupo de prisioneros dispuestos a sublevarse contra los guardias y escapar. Para ello León Feldhendler, conocedor de todas las instalaciones del campo, proporcionó información a Pechersky que coordinó todo el plan de rebelión y fuga.
Sasha simuló mantener relaciones con una de las prisioneras judías que trabajaban en el campo llamada Luka lo que le permitió tener acceso directo a la zona femenina y preparar desde allí toda la revuelta. El 13 de Octubre de 1943 se liberarían pero casualmente la mañana de ese día se encontraron con la llegada de tropas SS y abortaron la intentona hasta el día siguiente.
León Feldhendler |
Todo estaba listo. El 14 de Octubre de 1943 y con el pretexto de que los SS del campo se probasen joyas del taller de orfebrería o trajes de la sastrería, los guardias eran llamados a lugares apartados en donde eran acuchillados y así obtener las escasas armas que llevaban.
Preparados para la liberación y armados de algunas hachas, cuchillos y pistolas tras haber acabado con 11 soldados y oficiales SS y un número no determinado de soldados ucranianos, los 600 prisioneros del campo se lanzan a la vez contra la puerta principal y las alambradas del campo derribándolas con troncos de madera para intentar llegar a los bosques que se encuentran a unos 500 metros.
Por lo inesperado de la fuga los guardias tardan en reaccionar y permiten que unos 300 prisioneros alcanzasen el bosque; otros 100 prisioneros morirían por las ráfagas de las ametralladoras de las garitas o por las minas colocadas en el perímetro; el resto serían asesinados directamente.
Los 300 prisioneros liberados que escaparon se dividieron en grupos que se esparcieron para atravesar la frontera rusa y unirse a la guerrilla como fue el caso de Sasha o esconderse hasta el fin de la guerra.
Tras esta fuga masiva de los prisioneros, la única de todo el sistema concentracionario, la SS destruyó las instalaciones y plantó árboles en los terrenos para intentar ocultar lo sucedido. No pudieron tapar su crimen, los sobrevivientes darían testimonio de lo ocurrido en Sobibor.
Se estima que en este campo murieron asesinados más de 260.000 judíos.
Fuentes:
- La Escalera de Iakob
- Historia virtual del Holocausto
Interesantisimo, desconocia esta historia e incluso desconocia que hubiera habido prisioneros que se hubieran fugado de los campos de concentracion nazis. Esto tiene gran merito, no solo por el exito de vencer a los guardias y huir, sino por hacerlo tras estar en un tiempo en condiciones infrahumanas, trabajando de manera forzada y comiendo muy poco. Mucho, mucho merito.
ResponderEliminarIntersante publicación, sabía al respcto sobre la fuga de los prisiones y la metodología aplicada.
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