Aznar Galíndez |
Pallars-Ribagorça fue conquistado directamente por los condes de Tolosa. No encontramos condes propios hasta Ramón II, que gobernó desde el 872 hasta el 920. A su muerte el condado se dividió, yendo Pallars y Ribagorça cada uno por su lado. En el siglo XI surgirían dos condados nuevos: el de Pallars Jussà y el de Pallars Sobirà. Ribagorça ya había iniciado su acercamiento a Aragón.
En el Rosellón ejercía de conde Gaucelmo, que también lo fue del condado de Ampurias. Adversario de Luis el Piadoso, acabó mal: fue decapitado en el año 834. En su lugar se promovió a los hermanos Suñer y Alarico, también de la casa de Carcasona, que gobernaron conjuntamente. Suñer gobernó solo a la muerte de Alarico y, hacia el 848, con su desaparición, los condados se separaron: Rosellón pasó a los condes francos, mientras que Ampurias fue entregado a los hijos de Suñer.
En el 878 el Rosellón fue entregado a Miró el Viejo, hermano de Wifredo el Velloso, y a su muerte volvería a unirse al condado de Ampurias bajo el poder de Suñer II.
Wifredo el Velloso |
El condado de Carcasona estaba formado por la capital y el territorio circundante, dentro de la Septimania. Carlomagno confió el condado al conde Bellón, de ascendencia visigoda, probablemente del Conflent. De esta casa salieron Sunifredo I y Suñer I que eran hijos de Bellón.
Sunifredo I se casó con Ermesenda, con la cual tuvo a Wifredo el Velloso y a Miró el Viejo, que serán los condes que acabarán gobernando Barcelona, Gerona, Cerdaña, Urgel y Rosellón. De la rama de Suñer I y de su hijo Suñer II saldrían los condes de Ampurias. Excepto los condados de Pallars-Ribagorça, que seguían en la órbita de Tolosa, la mayor parte de la Cataluña condal estaba bajo el dominio de los descendientes de la casa de Carcasona, de clara raíz indígena o, si se prefiere, catalana.
La grave situación creada por las peleas entre los francos dejó a Wifredo el Velloso en una posición excepcional para iniciar una nueva dinastía. En el año 870 se le concedieron los condados de Urgel, Cerdaña y Conflent. Ocho años más tarde se sumaron los de Barcelona-Gerona. Tenía a mano todos los elementos para convertirse en el primer conde con dinastía propia, dominando un extenso territorio.
En la Gesta comitum se dice: "He aquí cómo el condado de Barcelona pasó de la potestad real a manos de nuestros condes barceloneses".
Wifredo el Velloso supo aprovechar la oportunidad.
Fuente:
Breu història de Catalunya - Jesús Mestre i Godes
Una serie muy interesante sobre los antiquísimos condados catalanes que se han convertido hoy en parte del mito del nacionalismo catalán, aunque como vemos su origen fue muy diverso, nacidos de la necesidad del Imperio de los francos por proteger sus fronteras más alejadas, Cataluña la Vieja se convirtió en una franja fronteriza de contención contra el Islam. No fue hasta la llegada de Wilfedo el Velloso cuando los mismo toman un carácter puramente "catalán" o mejor dicho, hispano-godo, asemejándose así un poco más al reino asturiano o los condados castellanos fundados por la nobleza goda.
ResponderEliminarUn período muy desconocido por su lejanía en el tiempo, la confisión de las fuentes y la intromisión de la política que siempre es una enemiga de la historia. Se agradece esta visión de rigos.
Un abrazo.
Muy buena segunda parte sobre el origen de Cataluña. Deben ser los historiadores y no los políticos con sus intereses partidistas los que, como dice Carolvs, expliquen el origen de esa realidad que hoy llamamos Cataluña y que no existió siempre, debiendo su origen a la necesidad de establecer un "tapón" o "cordón sanitario" frente a las intrusiones árabes.
ResponderEliminarUn saludo.