Aunque los métodos de tortura variaban según la época y los países donde funcionó la inquisición, en España -de acuerdo al código de Instrucciones de Tomás de Torquemada- la tortura se desarrollaba en cinco etapas:
La primera etapa era la amenaza, la cual consistía en describirle al prisionero la terrible tortura que le esperaba de manos de sus crueles verdugos.
La segunda etapa era el trayecto hacia la cámara de tortura. Lenta y ceremonialmente, se conducía al prisionero a aquella tétrica habitación, alumbrada por velas y el brillo de braseros que guardaban su cruel significado. Al desdichado se le daba tiempo suficiente para que contemplara esa habitación de dolor; los instrumentos listos para su uso, una o dos víctimas recibiendo ya la atención de sus verdugos (su apariencia calculada para causar terror, con capuchones negros sobre su cabeza y éstos con dos pequeños orificios para ver a sus víctimas), y poder escuchar los terribles quejidos de dolor y gritos de agonía.
La tercera etapa era aún más terrible -cada etapa estaba diseñada para ser más alarmante que la anterior- pues al prisionero se le desnudaba de sus ropas con violencia y se le preparaba, ahora sí, para la tortura.
La cuarta etapa consistía en mostrarle el instrumento de tortura que sería utilizado, y sujetar su cuerpo desnudo a éste, dándole tiempo suficiente para imaginarse la agonía que le esperaba.
Si el prisionero pasaba la cuarta etapa sin confesar y sin dar el nombre de otros pecadores, es que era un verdadero valiente; y entonces no había nada más que esperar y se pasaba a la última etapa. Los instrumentos se salpicaban con agua bendita y la tortura física empezaba. Por ley estaba prohibida la repetición de la tortura sobre una persona, de manera que si la víctima había soportado la tortura y mantenido su inocencia, entonces ésta no debía ser torturada otra vez. Los inquisidores, no obstante, encontraron una fácil salida a esto. Ya que ellos afirmaban que en realidad no repetían la tortura sino más bien la continuaban día tras día, y cualquier intervalo lo consideraban técnicamente como una mera suspensión.
Así también estaba prohibido por la ley de la Iglesia causar la muerte de la víctima mediante la tortura. Por lo tanto, si la víctima moría, el inquisidor responsable debía entonces buscar la inmediata absolución a través de su compañero sacerdote. Y así, una vez absuelto de todo pecado o culpa, éste podía volver a su diversión favorita: torturar a sus semejantes.
Fuente:
La “santa” inquisición – Martín Careaga
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Aparte de sus métodos inhumanos y terribles, este tribunal llamado del Santo Oficio tuvo mucha culpa del atraso de nuestro país por el miedo que había a innovar o proponer nuevas ideas sin convertirse en objetivo de los inquisidores, y si no que se lo digan a Olavide, Aranda o Jovellanos.
ResponderEliminarUn saludo.
En aquella época la tortura coo herramienta para conseguir confesiones estaba instaurada en todo el mundo, en todos los reinos y estados desde la Edad Media. Era un método habitual de la "policía" de la época para conseguir pruebas mediante las confesiones de los sospechosos. No era un método exclusivo del tribunal de la Inquisición.
ResponderEliminarPor otra parte los religiosos no prácticaban la tortura y no estaban presentes durante esas sesiones tan brutales, los oficiales recogían el testimonio y se lo enviaban a los inquisidores para que los estudiasen.
La mayoría de inquisidores eran eruditos y estudiosos en su época, gente importante, no cafres asesinos sádicos como se les quiere siempre presentar.
Podremos estar más o menos de acuerdo en los objetivos del Tribunal o en sus sentencias que destilaban un fanatismo religioso incomprensible en la actualidad pero de ahí a ponerles como si fuesen Fredy Krugger's hay un abismo.
Igualmente estaría muy bien que publicasen un enlace donde poder leer ese "código de Instrucciones de Tomás de Torquemada". Que, la verdad, me suena a patraña.
Buscando en internet sólo he encontrado este enlace sobre "Instrucciones de Tomás de Torquemada":
http://www.gabrielbernat.es/espana/inquisicion/ie/organizacion/torquemada/instrucciones/instrucciones.html
y no son más que temas jurídicos aburridos donde no hay carnaza para mostrar al personal.
Saludos.
www.historiadelnuevomundo.com
Si los que saben supiesen todo lo que les falta saber y los que no sabemos empezásemos a intentar saber, no estaríamos hablando de lo que ya no tiene solución para empezar a solucionar lo que si la tiene. Un gran beso.
ResponderEliminarOli, probablemente la tortura también la utilizaban otras instituciones, pero es que esta entrada trata sobre la Inquisición.
ResponderEliminarLas Instrucciones de Torquemada no son ninguna patraña, quizás en otra ocasión dedicaremos una entrada a tan "santo" personaje (responsable de miles de muertes) y sus instrucciones. También hablaremos de los instrumentos utilizados por la Inquisición para torturar a cualquiera que osara pensar por su cuenta. Si el tema da para mucho.
Freddy Krugger?? Ese sí que es un santo comparado con estos.
La historia no se puede negar aunque no nos guste. La Inquisición torturó y mató, eso es un hecho probado. Claro que no eran los curas los que ejecutaban las penas, ellos sentenciaban y el reo era entregado al poder secular. Pero eran responsables directos de esas muertes.
Puedo entender que quieras defender a la Iglesia y lo respeto (aunque no lo comparto), pero la historia es la historia.
Un saludo.