22 de abril de 2010

Astronomía en el antiguo Egipto

Las primeras observaciones sistemáticas de los cuerpos celestes efectuadas por los egipcios, marcaron el inicio de una nueva etapa en la astronomía sin telescopio. Las condiciones para ello eran propicias. Un cielo sin nubes, un país amplio, llano y próximo al ecuador que permitía la ubicación exacta de los puntos cardinales a partir de la intersección de la trayectoria del sol con el horizonte. Templos construidos en el tercer milenio a.C. poseen ya una orientación astronómica en función de los puntos cardinales. Más tarde fueron introducidos nuevos ordenamientos orientados hacia determinadas constelaciones, como por ejemplo la Osa Menor y la Osa Mayor. También encontramos templos y pirámides cuyos ejes están orientados hacia determinadas estrellas, tales como Sirio, Canopo y Arturo. El estudio de las estrellas condujo también a que los egipcios terminaran creando una formidable confusión de calendarios. Cuando descubrieron, por ejemplo, que las crecidas anuales del Nilo se correspondían con el nacimiento de Sirio comenzaron a convivir con dos calendarios, uno de 360 días y cinco días aumentados a fin de año y que eran considerados de mal augurio, y el año de Sirio, de 365 días y un cuarto. Para evitar días adicionales acabaron aceptando que los dos calendarios sólo concordaran a intervalos de 1.460 años. Como la conmemoración de ciertas fechas, por ejemplo la "fiesta de la cosecha" se realizaban siguiendo el año de Sirio, y otras como la de "año nuevo" continuaban siguiendo el calendario antiguo, sólo los especialistas eran capaces de entender la cronología egipcia.

De esta forma, la casta sacerdotal que conocía los dos calendarios, se transformó en una clase privilegiada que se opuso durante milenios a toda propuesta de reforma calendaria. Hasta los mismos reyes eran obligados a jurar antes de su coronación que no introducirían días adicionales. El culto a los astros también estaba profundamente arraigado entre el pueblo, que poblaba la estrecha franja de tierra fértil entre el desierto y las aguas del Nilo. Durante las crecidas el toro Apis era conducido en procesión solemne hasta las márgenes del río, a cuyas aguas sagradas se arrojaban una taza de oro y otra de plata, símbolos del sol y de la luna. El propio Nilo era también de origen celeste. La simbolización de la luna por medio de los cuernos del toro se remonta a la Edad de Piedra. No sólo la diosa Isis, que simboliza en realidad a Sirio, fue representada como vaca. Tabién su hermano, el juez universal Osiris en realidad símbolo de Orión, fue venerado en la figura del toro. Los egipcios esperaban ser acogidos entre las estrellas después de su muerte. Muy pronto comenzaron a ordenar las estrellas y constelaciones que adornaban las paredes de muchos sarcófago. En forma diferente a nuestro círculo zodiacal que divide la elíptica en 12 casas, los egipcios subdividían las estrellas en 36 grupos, una reminiscencia de la subdivisión originaria del año de 360 días en semanas de 10 días.

5 comentarios :

  1. Hay pocos temas en los que no indagaran estos egipcios.

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  2. Muy avanzado fue este pueblo en muchas materias científicas, como la astronomía o las matemáticas. De hecho parece ser que el número "Pi" era conocido por las proporciones utilizadas en las pirámides.
    Un saludo.

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  3. Parece ser que la Gran Pirámide de Keops tiene una base de 230,38 m de longitud y una altura de 146,6 m. Si tomamos dos veces la longitud de la base, y la dividimos por su altura, obtenemos el valor de 3,14.

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  4. Cayetano, es impresionante la cantidad de conocimientos que tenían los egipcios en muchas materias.

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