24 de septiembre de 2015

Personajes históricos: Carlos I

Carlos I de España y V de Alemania
El 24 de febrero de 1500, fecha en que los estados flamencos celebraban su día en Prinsenhof, cerca de Gante, el archiduque Felipe el Hermoso y la archiduquesa Juana, más tarde llamada la Loca, rendían pleitesía al nuevo rey de Francia, Luis XII, a pesar del enfado del emperador Maximiliano y de los Reyes Católicos. En medio de la ceremonia, Juana corrió al evacuador (un excusado especial) y se encerró en él sin que Felipe se inmutara. Al cabo de una espera excesiva las damas de honor, alarmadas, hicieron derribar la puerta, y Juana mostró la razón de su encierro. Sola y sin ayuda había dado a luz a su segundo hijo. Lo bautizaron con el nombre de Carlos en honor a Carlos el Temerario, bisabuelo del niño.

Carlos era español por su madre Juana de Castilla y por sus abuelos Fernando e Isabel, los Reyes Católicos; alemán, por su abuelo paterno el emperador Maximiliano y borgoñón por su padre Felipe I el Hermoso y por su abuela María de Borgoña, esposa de Maximiliano I.

Carlos tuvo una esmerada educación. En 1505 su padre nombró como maestro del pequeño al español Luis de Vaca. Es evidente que Felipe el Hermoso ya estaba preparando a su hijo para que un día heredara la monarquía hispánica, máxime si se tiene en cuenta que en estas fechas ya había fallecido Isabel la Católica. En 1511, ya conde de Flandes, Carlos es puesto por la regente Margarita, bajo las enseñanzas de Adriano de Utrecht. Este personaje se convirtió en uno de los más importantes de la vida de Carlos y sin duda, en su profesor más influyente.

Pasó su infancia en los Países Bajos, y en sus estudios siempre mostró gran afición por las lenguas, las matemáticas, la geografía y, sobre todo, la historia. Paralelamente, sus educadores no olvidaron que un hombre llamado a tan altos designios debía poseer un organismo robusto, de modo que estimularon los ejercicios físicos del joven Carlos, quien sobresalía en la equitación y en la caza, al tiempo que se mostraba singularmente diestro en el manejo de la ballesta.

En 1509 Guillermo de Croy, Señor de Chièvres, sucedió a su primo, el príncipe de Chimay, como chambelán del conde Carlos. Chièvres se convertiría desde ese momento en uno de los consejeros más importantes de Carlos y en pieza fundamental de su política.

El 5 de enero de 1515 Carlos fue declarado mayor de edad, gracias a las gestiones que Chièvres realizó ante el emperador Maximiliano. En ese momento acabó la regencia de su tía Margarita, y Carlos se hizo con las riendas de los Países Bajos. Chièvres se convirtió entonces en el privado de Carlos, el único que tendría en su vida. De los consejeros de Margarita, Carlos conservó a Mercurio de Gattinara, otra de las piezas fundamentales de su política.

Cuando Carlos se hizo cargo del gobierno se produjo un cambio fundamental en la política exterior, pasándose de la hostilidad que Margarita había mantenido con Francia, a una alianza en toda regla. Esta alianza fue sancionada en 1516 en el tratado de Noyon, por el que Carlos se reconocía vasallo de Francia por sus señoríos de Flandes y Artois.

Juana la Loca con sus hijos
En 1516, con la muerte de su abuelo Fernando el Católico, se convirtió en Carlos I de España, pese a la oposición de los partidarios de su hermano, el príncipe Fernando, educado en España. Si bien Castilla dio su consentimiento al nombramiento de Carlos como rey de España, Aragón puso como condición que el nuevo rey jurara su Constitución en Zaragoza, lo que significaba que el monarca debía trasladarse de Flandes a España. Su viaje se retrasó de forma injustificada durante varios meses, y en este interregno había ejercido la más alta magistratura en España el cardenal Jiménez de Cisneros. Este último emprendió viaje, para recibirle, a las playas de Asturias, pero cayó enfermo y hubo de refugiarse en el monasterio de San Francisco de Aguilera, donde recibió la noticia de la llegada del rey con un séquito extranjero. El 18 de septiembre de 1517, después de una dificultosa travesía, Carlos V desembarcaba en el puerto asturiano de Villaviciosa. Lo acompañaban su hermana Leonor, el señor de Chièvres, el canciller de Borgoña y numerosos nobles flamencos.

Cisneros mandó con urgencia una recomendación al monarca rogándole que despidiese a su séquito, temeroso, y con razón, de que ello no haría sino irritar a los cortesanos españoles. Desatendiendo tan prudentes consejos, Carlos mantuvo a su lado a sus amigos y se dirigió a Tordesillas, donde estaba recluida su madre. Obtuvo de ella que abdicara en su favor, formalidad sin la cual le hubiese sido imposible gobernar. Antes de llegar a Valladolid, Carlos recibió la noticia de la muerte de Cisneros. El cardenal había muerto sin lograr entrevistarse con el mozo flamenco y atribulado por un inminente porvenir que él, mejor que nadie, preveía conflictivo.

De todos los países que heredó, España fue el más difícil de consolidar bajo su dominio. Carlos se propuso reinar con el exclusivo apoyo de sus compatriotas, repartiendo entre ellos prebendas y altos cargos, lo cual indignó sobremanera a la nobleza local. El partido formado alrededor de su hermano Fernando, su condición de extranjero y el desconocimiento de la lengua castellana pesaron en su contra. Los tropiezos comenzaron inmediatamente después de que la ciudad de Valladolid recibiese con grandes agasajos, fiestas, justas y torneos al monarca extranjero. En febrero de 1518, durante la primera reunión de las cortes castellanas, se exigió al rey el respeto de las leyes de Castilla y que aprendiera el castellano. Carlos no dudó en aceptar estas exigencias, pero a cambio pidió y obtuvo un sustancioso crédito de 600.000 ducados. Las cortes de Aragón se demoraron hasta enero del año siguiente para reconocerlo como rey, y lo hicieron junto a su madre. También le concedieron un crédito de 200.000 ducados.

En las cortes de Cataluña las negociaciones fueron más arduas. El rey se encontraba aún en Barcelona cuando recibió la noticia de que el 28 de junio había sido elegido emperador con el nombre de Carlos V. El título imperial le era imprescindible para llevar a cabo el gobierno de las numerosas posesiones bajo el signo de la unidad. La corona de su abuelo paterno, el emperador Maximiliano, no era hereditaria sino electiva, y la Dieta reunida en Francfort, tras la renuncia de Federico el Prudente, hizo recaer la designación en su persona. Para conseguirla, Carlos había invertido un millón de florines, la mitad del cual fue financiado por los banqueros Fugger, quienes vieron en él la clave del desarrollo económico de Europa.

Carlos regresó a Castilla a fin de preparar la coronación imperial y solicitar un nuevo crédito. La existencia de una fuerte oposición a concedérselo, que encabezaba Toledo, lo llevó a convocar las cortes en Santiago y a continuarlas en La Coruña. La multiplicación de oportunidades facilitada por los consiguientes aplazamientos de las sesiones y el curso itinerante de las mismas allanó las reticencias al crear el clima adecuado que permitió que los representantes de las ciudades fueran presionados y sobornados para la causa del rey. Después de violentas discusiones, los procuradores traicionaron el mandato de sus ciudades y otorgaron el nuevo empréstito. Tras esta votación, la mayoría no regresó a sus ciudades, y quienes lo hicieron fueron ejecutados. Carlos salió de España dejando tras de sí al reino castellano sumido en la «guerra de las Comunidades». Nunca recogió el dinero del préstamo.

El desprecio que los asesores flamencos del rey mostraban por los españoles, el favoritismo en el nombramiento de extranjeros para desempeñar cargos públicos de importancia, las grandes cantidades de dinero sacadas del reino y la designación de Adriano de Utrecht como regente durante la ausencia del rey fueron algunas de las causas de la revuelta de los comuneros. Ésta fue en un principio una verdadera rebelión contra la aristocracia terrateniente y el despotismo real. Fue ante todo una defensa de la dignidad y los intereses castellanos nacida como un movimiento burgués.

El 23 de octubre de 1520, Carlos V fue coronado emperador en la ciudad de Aquisgrán. En una ceremonia de gran pompa, le fue colocada la casulla de Carlomagno y recibió su legendaria espada Joyeuse, la corona, el cetro y el globo. A sus veinte años era el jefe de la cristiandad.

Isabel de Portugal
Carlos V regresó a España en 1522, una vez sofocada la rebelión comunera, y permaneció en el país durante los siete años siguientes. Durante esa etapa realizó un gran esfuerzo para comprender el carácter español y acercarse a las preocupaciones de sus súbditos. Aprendió a hablar el castellano e hizo de él el idioma de la corte. Los pasos políticos que dio en este periodo tendían a congraciarse con los españoles, a pesar de que ya no existía un peligro real para la corona. Su boda en 1526 con su prima Isabel, hija del rey de Portugal Manuel I, fue bien recibida. Igualmente lo fue, al año siguiente, el nacimiento del primogénito, el futuro Felipe II. Los españoles empezaron a reconocer en Carlos a un rey con autoridad moral, que aceptaba paulatinamente y de buen grado la españolización de su administración imperial.

Tanto en España como en sus otros reinos, el gobierno de Carlos V constituyó una monarquía personal ejercida a través de instituciones centralizadas, pero no unificadas. De este modo el monarca, antes que rey de España, lo era de Castilla, Aragón, etc., y su poder estaba condicionado por las leyes locales. Carlos se valió del Consejo Real, heredado de sus abuelos, los Reyes Católicos, y lo reorganizó en consejos especiales, según las distintas tareas administrativas. Había dos tipos de consejos, el de Estado y los que integraban el cuerpo administrativo propiamente dicho. La modernización de los órganos de gobierno requirió, conforme a los criterios del emperador, la progresiva exclusión de los consejos de los miembros de la nobleza y del clero, incluyendo en su lugar a consejeros procedentes de la clase media y juristas. Como dato revelador, en las cortes de Toledo de 1538 fueron expulsados nobles y eclesiásticos con el pretexto de su oposición a la sisa, impuesto directo sobre el consumo de carne, harina y otros alimentos.

Felipe II
En la práctica, Carlos V tenía contacto con los consejos a través de sus secretarios, motivo por el cual la figura de éstos cobró gran importancia durante su reinado. Como los otros órganos de gobierno, las secretarías se asentaban sobre criterios nacionales y no imperiales. Entre la masa de secretarios de Carlos, destacaron Francisco de los Cobos y Nicholas de Perrenot, señor de Granvelle. Carlos tuvo siempre plena conciencia del poder y las banderías de los secretarios. Así, cuando en 1543 dejó a su hijo Felipe como regente de España, le remitió las famosas Instrucciones Secretas de Carlos V a Felipe II, verdadero compendio de consejos para gobernar un imperio, en las que le indicaba cómo valerse de las rivalidades de los consejeros y de sus ambiciones personales. Asimismo, en ellas recomendaba a su hijo que no otorgara cargo importante alguno a ningún grande de España; sólo debía utilizarlos para asuntos militares.

Las guerras, las continuas amenazas y la mala situación financiera hicieron que el emperador abdicara en Bruselas el 25 de octubre de 1555, dejando el imperio alemán y las propiedades de los Austrias en Alemania a su hermano Fernando. Al año siguiente cedería a su hijo Felipe II España y sus colonias, Italia y los Países Bajos. Después se retiró al monasterio de Yuste en Extremadura, donde murió el 21 de septiembre de 1558.


Fuentes:
* http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=carlos-i-rey-de-espanna-y-v-emperador-de-alemania
* http://www.biografiasyvidas.com/monografia/carlos_v/
* http://www.cervantesvirtual.com/bib/historia/monarquia/carlos1.shtml


2 comentarios :

  1. Pocas vidas más completas e importantes en la historia de España que la de Carlos I. Rey universal que tuvo que vivir la conversión de la monarquía medieval a la moderna sin que nadie supiera muy bien como hacerlo; tuvo errores, por supuesto, pero en mi opinión es el mejor rey de la historia de España

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  2. Como decía la gente educada de hace tiempo, pero que confundía la "V" con una forma de tratamiento: Carlos primero de España y "usted" de Alemania.
    A ver lo que da de sí la serie. De momento la sigo.
    Un saludo.

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