Político y abogado, Adolfo Suárez fue el primer presidente democrático del gobierno de España de 1976 hasta su dimisión presentada el 29 de enero del 1981. Suárez ha fallecido hoy en Madrid a los 81 años, después de haber vivido sus últimos años alejado de la vida pública a causa del Alzheimer que padecía. Aunque se vio obligado a dimitir como presidente del Gobierno español, siempre será recordado por ser uno de los grandes artífices de la Transición española.
Adolfo Suárez nació en 1932 en Cebreros (Ávila). Se licenció en Derecho por la Universidad de Salamanca. Después de ostentar diferentes cargos dentro de las estructuras del régimen franquista, fue nombrado gobernador civil de Segovia en 1968. Un año después, fue nombrado director general de Radio Televisión Española, cargo en el que permaneció hasta 1973.
En abril de 1975 fue nombrado vicesecretario general del Movimiento y el 11 de diciembre del mismo año entró en el primer Gobierno de Arias Navarro, formado después de la muerte de Franco, como ministro secretario general del Movimiento. Sin embargo, el Gobierno español del último presidente de la dictadura no contó con los apoyos suficientes y no supo emprender el proceso de reformas que el país necesitaba y Arias Navarro presentó su dimisión. Entonces el rey Juan Carlos encargó a Suárez formar el gabinete.
Su nombramiento, el 3 de julio de 1976, cuando era prácticamente un desconocido para la mayoría de los españoles, generó dudas y críticas. Para los sectores conservadores, el elegido era demasiado joven e inexperto. Para la oposición, demasiado vinculado al régimen anterior.
Desmantelamiento del régimen
Pese a todo, Adolfo Suárez, con las armas del diálogo y el consenso, supo reunir un grupo de políticos de su generación, desde antiguos falangistas hasta socialdemócratas, y desmanteló el régimen franquista. Sus primeros 11 meses de gobierno estuvieron marcados por la Ley para la Reforma Política, que después de ser aprobada en noviembre de 1976, supuso el 'suicidio político' de las Cortes franquistas. La respuesta posterior de los españoles en referendum popular fue contundente: el 94,1% dijo sí.
Suárez y Gutiérrez Mellado |
Su decisión de nombrar al teniente Gutiérrez Mellado vicepresidente del Gobierno español, fue clave para controlar a las altas esferas militares y disipar el peligro golpista del ejército. Sin embargo, el proceso de reforma también se veía amenazado por la violencia de los grupos terroristas nacionalistas como ETA, o de extrema izquierda como el GRAPO.
El año clave fue 1977, cuando Suárez fue elegido el 15 de junio por los ciudadanos presidente del Gobierno español en las primeras elecciones generales que celebraba España desde 1936, al frente de Unión de Centro Democrático (UCD), que aglutinaba a los aperturistas del franquismo con algunos elementos democráticos de la antigua oposición.
PCE y Constitución
El 9 de abril de 1977, Suárez legalizó el Partido Comunista de España (PCE), con Santiago Carrillo al frente. Una decisión que le valió las críticas del ejército y de los sectores más conservadores.
Después de las elecciones, los dos grandes desafíos de Suárez consistían en redactar la Constitución y enfrentarse al terrorismo de ETA y al peligro golpista. Las Cortes resultantes de las elecciones de 1977 aprobaron la Carta Magna, que el pueblo español ratificó el 6 de diciembre de 1978.
El 3 de marzo de 1979, Adolfo Suárez ganaba por segunda vez unas elecciones generales y empezaba así su tercer y último mandato como presidente del Gobierno español, que estaría marcado por las críticas y por el ascenso de la izquierda, que se hizo con los principales ayuntamientos del país después de los primeros comicios municipales, en abril de ese mismo año.
En el centro de los problemas políticos que hubo de afrontar Suárez, estaban las divergencias y luchas en el seno de la UCD y la presión del PSOE de Felipe González, que se erigía en la gran alternativa del Gobierno español. La difícil situación económica y la moción de censura que presentó el PSOE contra el presidente en la primavera de 1980, que no prosperó, contribuyeron a su desgaste.
Finalmente, el 29 de enero de 1981 Adolfo Suárez presentó su dimisión. Ese mismo año, el rey le concedió el título de Duque de Suárez por su papel en la Transición.
Adolfo Suárez y Santiago Carrillo |
El 23-F
Apenas quedaban unos minutos para que su período como presidente terminara, pero la historia aún le deparaba a Adolfo Suárez una última crisis a la que enfrentarse.
El 23 de febrero de 1981 en el Congreso de los diputados se votaba la investidura como presidente de España de Leopoldo Calvo-Sotelo. Tres días antes, el 20 de enero, Calvo-Sotelo no había conseguido la mayoría necesaria para la investidura, motivo por el cual se celebraba aquella segunda sesión, que el teniente coronel Antonio Tejero interrumpió con la intención de iniciar un golpe de Estado.
El papel que jugó el todavía presidente del Gobierno Adolfo Suárez fue el de la dignidad y el del enfrentamiento pacífico con los asaltantes. Entonces, tan sólo Santiago Carrillo y Adolfo Suárez permanecieron sentados en sus escaños mientras el resto de diputados se echaba al suelo al oír los disparos al aire de los asaltantes.
Precisamente fue Suárez el que acudió a socorrer al valiente general Gutiérrez Mellado cuando, al enfrentarse y ordenar a Tejero que dejara las armas, fue zarandeado por los guardias civiles que acompañaban al golpista. Tras una hora de encierro en el Congreso Adolfo Suárez se levantó de su escaño y pidió hablar con el responsable de la fuerza asaltante. En respuesta se oyeron gritos como el famoso "¡se siente, coño!".
Suárez expresidente
Después de abandonar el Gobierno, Suárez también dejó la UCD y fundó el Centro Democrático y Social (CDS), que en las elecciones de 1982 sólo obtuvo dos diputados. En las posteriores elecciones de 1986 y 1989 Suárez revalidó su escaño como diputado por Madrid. Pero finalmente en 1991 dimitió como presidente de su partido y anunció su retirada de la vida política.
En 1996 recibió el premio Príncipe de Asturias de la Concordia por su contribución a la Transición española. Su trayectoria política le hizo merecedor de otras condecoraciones, como la Gran Cruz del Mérito Civil, la Gran Cruz de Isabel la Católica, la Gran Cruz de la Orden de la Libertad de Portugal o el Collar de la Orden del Toisón de Oro.
Fuentes:
- El Periódico
- www.europapress.cat
- 20 Minutos
No se como finalmente lo vera la historia.
ResponderEliminarComo yo no me llamo historia digo que Suarez es el culpable de todo el desastre que estamos viviendo en España.
Tuvo en sus manos una sociedad unida, deseosa de pasar pagina para encarar el futuro de todos y en vez de aceptar ese hecho creo las autonomias y vacio España
No se si la historia lo condenara
YO SI lo hago.
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es
Gepeetto, no lo pedía Suarez lo pedía la sociedad española, no te equivoques, sólo llevó a cabo lo que la sociedad pedía: Libertad, te parece poco?
ResponderEliminarEdy, no te esfuerces. El Gepetto este es un facha, que siempre que comenta lo hace en la misma línea. Aún está esperando a ver si Franco resucita.
ResponderEliminarEdy
ResponderEliminarDe eso nada, la sociedad española queria cambio, pero no sabia cual, excepto que NO queria comunistas y socialistas dando de nuevo la matraca en plan 1936.
Suarez engaño a todo el mundo, engaño a Torcuato, engaño a Frtaga y engaño a todas las cortes de la epoca propiniendoles algo que de ninguna manera pensaba cumplir.
Los españoles ni querian ni quieren las autonomias, esos entes estupidos creados para destrozar la fuerza de los españoles y para dar de comer a todos los mangantes que desde siempre ha tenido España, pero a los que nunca se les dio poder hasta la llegada del principal, Adolfo Suarez.
Suares pese a todo lo que ahoira se cuenta , destrozo la unidad naciona, solto a los asesinos de una eta practicamente derrotada por la fuerza de las armas, no unio nada, todo lo contraio
Lo malo es que el enorme lavado de cerebro actual hace de un enano un gigante
Una persona sin igual, el político clave para un momento clave. Reconciliador, fiel, pragmático, luchador...muchos son los adjetivos que se le pueden atribuir. España pierde a un espejo en el que mirarse.
ResponderEliminarUN saludo desde reinado de Carlos II.
El último demócrata.
ResponderEliminarSus méritos se han puesto de manifiesto profusamente, pero antes sirvió a un régimen criminal cuando podía haberse apartado o mostrado su oposición a él. Así estuvo en el puesto adecuado para ocupar el lugar que le llevó a la Presidencia del Gobierno.
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