29 de abril de 2013

Volkssturm, la milicia popular alemana

Tras el desembarco en Normandía y con la guerra prácticamente perdida, Hitler intenta una solución desesperada para evitar la derrota definitiva de Alemania. El 25 de septiembre de 1944 decreta la movilización de todos los varones de entre 16 y 60 años que no estén sirviendo en el ejército y que sean capaces de llevar un arma. Esta milicia sería llamada Volkssturm "tormenta del pueblo" y estuvo inspirada en los Landsturm, milicias que lucharon a principios del siglo XIX contra las tropas napoleónicas invasoras.

A pesar de que el decreto obligaba a varones entre 16 y 60 años se alistaron muchos niños entre 13 y 15, hombres mayores de 60 y muchas mujeres. A todos estos reclutas se les entregaba una cartilla militar que les daba la categoría de soldados, y debían asumir las mismas obligaciones que la Wehrmacht. Para reclutar a los miembros del Volkssturm se establecieron tres criterios:
  1. Los hombres nacidos entre 1884 y 1924, es decir que contaban entre 20 y 60 años, la mayoría de los cuales habían combatido en la gran guerra.
  2. Hombres nacidos entre 1884 y 1924 que por tratarse de obreros especializados de la industria no estuvieran prestando servicio en el ejército.
  3. Hombres nacidos entre 1925 y 1928 que no estuvieran prestando servicio ya.
Muchos de los hombres de esta milicia popular tenían experiencia de combate, ya que habían luchado en las trincheras de la Primera Guerra Mundial, pero aún así el entrenamiento fue corto e ineficiente, en algunos casos apenas dos semanas debido a la delicada situación en ambos frentes con lo que muchos reclutas fueron enviados a luchar sin la preparación adecuada, lo que provocó muchas bajas de hombres que no sabían ni manejar sus propias armas. Los reclutas recibían una instrucción intensa de 48 horas en las que se esperaba que aprendiesen el manejo de diversas armas como rifles, lanzagranadas, minas o los famosos panzerfaust. A veces la situación les obligaba a recibir instrucción en el propio frente lo que reducía aún mas si cabe sus posibilidades de sobrevivir.

El armamento para equipar el Volkssturm se obtuvo de las armas provenientes del desarme de los italianos, de armas capturadas en otros frentes, armas de caza y armas deportivas. ninguna unidad estaba armada con fusiles reglamentarios, ya que éstos eran para la Wehrmacht. El Volkssturm recibió cien mil lanzagranadas (Panzerfaust) dados de baja por la Wehrmacht, más de ochocientos mil morteros, doscientas miil ametralladoras ligeras, veintiséis mil ametralladoras pesadas y seis mil cañones antiaéreos. Sin embargo gran parte de este armamento provenía de material reconstruido, que normalmente era desmantelado para seleccionar piezas para ser reutilizado o reciclado. El mayor obstáculo era la escasez de munición.

El equipamiento a nivel de uniforme fue tremendamente variado, ya que las industrias de guerra se veían imposibilitadas de darles una uniformidad en regla adecuada a sus necesidades, por lo que se recurrió a la improvisación. Solo fue estándar el brazalete que todos sus miembros lucían.

Aunque se había previsto que con posterioridad fueran entregados uniformes grises del NSDAP y el mismo modelo de casco usado por las tropas de montaña, éstos fueron escasamente proporcionados a los milicianos que usaban su ropa de civil, monos o ropa de trabajo de los diferentes oficios de los que provenían los reclutas, uniformes anticuados de la Gran Guerra o uniformes fruto de donaciones particulares. Los jóvenes pertenecientes a las Juventudes Hitlerianas llevaban sus uniformes marrones lo que a veces provocaba confusiones con los soldados del ejército rojo, que en principio no les disparaban al creerles compañeros.


Fuentes:
- ArteHistoria
- Historia, guerras y armas
- La Segunda Guerra Mundial

25 de abril de 2013

Torre de los Valdés




La torre de los Valdés se encuentra unida al palacio de los condes de Miranda en el centro de la localidad de Salas, provincia de Asturias. La localidad de Salas se encuentra en la parte norte de la provincia, situada en el camino entre Luarca y Oviedo, y constituye un punto decisivo en las comunicaciones de esta zona del Principado, además de ser una merecida parada de descanso en el recorrido de la ruta del Camino de Santiago.

La historia de este castillo es poco conocida. Hay documentos que hablan de la existencia de una torre y un castillo desde 1124. Según los entendidos, se podría hablar de castillos construidos con un material perecedero como la madera, pero esto es poco probable debido a la climatología que caracteriza a esta zona asturiana. Pudo haber una primera etapa donde predominarán las torres de escasas dimensiones que dieran lugar, posteriormente, a los castillos.

Lo más curioso de este edificio, frente a otro tipo de castillos que se ubican en el promontorio de un valle dominando el terreno circundante, es que esta fortaleza está plenamente integrada en la población que le da su nombre y unida, a la vez, a otras estructuras arquitectónicas que la rodean como es el caso del palacio anexo.


Las defensas son las típicas de todas estos edificios fortificados. La torre contenía un foso y un puente levadizo. Las saeteras, las almenas de forma piramidal y los garitones completan todo un entramado destinado a dar una mayor protección al edificio y a las estancias circundantes.

La torre del homenaje está unida al Palacio de los condes de Miranda. Su planta es cuadrada y presenta 8 m de anchura y 16 m de altura. Tiene 5 pisos que se comunican por una escalera de caracol. Las techumbres son de madera menos la del último piso que está rematado con una cubierta abovedada. Posee saeteras, almenas, garitones y una terraza que completa su decoración.


En la actualidad, su estado es bastante bueno: la torre conserva muy bien su estructura y el palacio se mantiene intacto. Hay que destacar que, a causa del color de la piedra, la parte vieja se distingue de las construcciones modernas. En la parte más antigua se puede apreciar la huella que ha dejado el paso del tiempo.


Fuente:
CastillosNet

18 de abril de 2013

Algunas novelas históricas



Los reyes malditos II. La reina estrangulada (Maurice Druon)

Una de las mejores sagas de la novela histórica, Los reyes malditos.

Tras veintinueve años de gobierno, el Rey de Hierro acaba de morir, siete meses más tarde que el papa Clemente V y cuando han transcurrido seis de la muerte de Guillermo de Nogaret. Parecía cumplirse la maldición lanzada desde las llamas de la hoguera por el jefe de los templarios, que emplazaba a los tres a comparecer ante el tribunal de Dios antes de un año. A Felipe el Hermoso le sucedía en el trono de Francia Luis X, príncipe de pobre inteligencia, cuya esposa Margarita de Borgoña estaba encarcelada, acusada de adulterio. Dos grupos antagónicos se disputarán el poder en una lucha sin cuartel, mientras el pueblo espera un nuevo Papa y se ve acosado por la miseria...


La diamantista de la emperatriz (Pilar de Arístegui)

La diamantista de la emperatriz cuenta la historia de una joven toledana del siglo XVI, hija de un maestro orfebre, que, tras sufrir una gran tragedia en su vida, se refugia en el trabajo para aliviar su dolor. Esta dedicación a la profesión heredada de su padre será la que le abrirá la puerta a la gran oportunidad de su vida, la oportunidad de vivir un sinfín de experiencias, aunque no todas serán buenas.



Tiempo de cenizas (Jorge Molist)

En pleno Renacimiento, Joan y Anna, alejados de su tierra de origen, consiguen regentar una librería que se convierte en el centro de las intrigas de Roma. El establecimiento es un símbolo del clan español de los Borgia, que gobierna la ciudad con mano de hierro, y, por lo tanto, un objetivo a destruir por las grandes familias romanas que urden la caída del papa Alejandro VI y de sus ambiciosos hijos Juan, César y Lucrecia.

Joan y Anna son felices a pesar de las traiciones, complots, adulterios, guerras y asesinatos que los rodean. Sin embargo, Juan Borgia, un joven que no acepta negativas y en el que su padre, el papa, ha delegado todo su poder, se encapricha de Anna.

A partir de este momento el matrimonio deberá enfrentarse también al poder de sus protectores, los Borgia, para salvar su amor, su familia y su dignidad.

Este es el inicio de una gesta que llevará al librero a luchar junto al Gran Capitán por la conquista de Nápoles, a convertirse en fraile para derrocar a Savonarola en Florencia, a enfrentarse a la Inquisición y a la peste en España, a luchar contra naves corsarias en el Mediterráneo y a participar en las miserias, la gloria y la caída de unos personajes fascinantes y únicos: los Borgia.


La reina descalza (Ildefonso Falcones)

«Canta hasta que la boca te sepa a sangre...»En enero de 1748, una mujer negra deambula por las calles de Sevilla. Atrás ha dejado un pasado esclavo en la lejana Cuba, el hijo al que nunca volverá a ver y un largo viaje en barco hasta las costas españolas. Caridad ya no tiene un amo que le dé órdenes, pero tampoco un lugar donde cobijarse cuando se cruza en su camino Milagros Carmona, una joven gitana de Triana por cuyas venas corre la sangre de la rebeldía y el arte de los de su raza.Las dos mujeres se convierten en inseparables y, entre zarabandas y fandangos, la gitana confiesa a su nueva amiga su amor por el apuesto y arrogante Pedro García, de quien la separan antiguos odios entre ambas familias. Por su parte, Caridad se esfuerza por acallar el sentimiento que está naciendo en su corazón hacia Melchor Vega, el abuelo de Milagros, un hombre desafiante, bribón y seductor aunque también firme defensor del honor y la lealtad para con los suyos.Pero cuando un mandato real convierte a todos los gitanos en proscritos, la vida de Milagros y Caridad da un trágico vuelco. Aunque sus caminos se separan, el destino volverá a unirlas en un Madrid donde confluyen contrabandistas y cómicos, nobles y villanos; un Madrid que se rinde a la pasión que emana de las voces y bailes de esa raza de príncipes descalzos.Ildefonso Falcones nos propone un viaje a una época apasionante, teñida por los prejuicios y la intolerancia.Desde Sevilla hasta Madrid, desde el tumultuoso bullicio de la gitanería hasta los teatros señoriales de la capital, los lectores disfrutarán de un fresco histórico poblado por personajes que viven, aman, sufren y pelean por lo que creen justo. Fiel reflejo de unos hombres y mujeres que no agacharon la cabeza y que alzaron la voz para enfrentarse al orden establecido.

14 de abril de 2013

Los papiros más antiguos hallados hasta el momento




Un equipo de arqueólogos ha descubierto en Egipto un puerto histórico en la costa del mar Rojo con los papiros más antiguos hallados hasta el momento, informó en un comunicado el Ministerio de Estado para las Antigüedades.

El puerto, que se remonta a la época del faraón Keops, el segundo rey de la IV dinastía que reinó hace más de 4.500 años, se ubica en la zona de Wadi al Gurf a 180 kilómetros al sur de la ciudad de Suez, en el este de Egipto.

En él, se han encontrado cuarenta papiros con inscripciones jeroglíficas, que documentan la vida cotidiana de los egipcios, algunos de los cuales llevan fecha del año 27 del reinado de Keops.

En la nota, el ministro de Estado egipcio para las Antigüedades, Mohamed Ibrahim, explicó que esos textos incluyen registros mensuales con el número de trabajadores en el puerto y ofrecen detalles sobre sus vidas.

El arqueólogo francés Pierre Tallet, director del equipo galo que ha colaborado con arqueólogos egipcios en las excavaciones, agregó que en los papiros se refleja el estilo de vida de los ciudadanos en la antigüedad, sus derechos y obligaciones.

Los documentos han sido trasladados al Museo de Suez para que sean estudiados.

El puerto, al que llegaban barcos con bronce y metales procedentes de la península del Sinaí, cuenta con un muelle, donde se han descubierto varias anclas de piedra.

Asimismo, hay restos de habitaciones en las que se alojaban los trabajadores del puerto y 30 cuevas excavadas en la roca, junto a bloques de piedra empleados para cerrarlas con el nombre de Keops escrito en tinta roja.

También se han hallado cuerdas de embarcaciones y herramientas usadas para cortarlas.


Fuente:
20 Minutos

11 de abril de 2013

La mujer en el Tercer Reich

Con la llegada de Hitler al poder, el Ministerio de Propaganda ideó una campaña para que conocidas mujeres alemanas de la época coparan las portadas de todas las publicaciones. La intención era que el gran público viera el papel que iba a tener la mujer en la nueva sociedad que se estaba gestando.

Pero la realidad era otra. Los líderes nacionalsocialistas dejaban claro el tipo de mujer ideal para el pueblo alemán. Debía ser rubia con ojos azules e ir peinada con un moño o unas trenzas. El rostro no debía ocultarse bajo maquillajes ni adornos. Preferiblemente la mujer debía tener caderas anchas para facilitar el parto, ya que la finalidad última de cada mujer era casarse y tener cuantos más hijos mejor. Tampoco debía fumar: "La mujer alemana no fuma", podía leerse en carteles repartidos por distintos establecimientos públicos.

En 1934 se institucionalizó el 'Día de la Maternidad', fijado el 12 de agosto (nacimiento de la madre de Hitler), y más tarde se impuso el reparto de las 'Cruces de Honor de la Madre Alemana' en función de los hijos habidos.

Una de las metas del régimen era la de glorificar a la madre prolífica. Para alcanzar esta meta era necesario apartar a la mujer del mundo laboral, por lo que se creó un amplio abanico de ayudas familiares. Las mujeres que abandonaban su puesto de trabajo para casarse podían recibir préstamos de hasta 1.000 marcos (el salario medio de un año), que se cancelaban en un 25% por cada hijo que nacía. Además, las facturas de los servicios básicos podían reducirse hasta en un 50% por las mismas razones. Entre 1933 y 1937 la natalidad aumentó en un 40%.

Algunas maestras se acogieron a tales medidas, lo que redujo el número de profesoras en la enseñanza básica en más de un 20%. De la universidad desaparecieron casi por completo. Peor fue la centralización de los contenidos lectivos. Se intentó dirigir a las alumnas hacia "enseñanzas que les eran propias", como Enfermería o Ciencias Domésticas. Las ingenierías les estaban vedadas. Para compensarlo se crearon organismos específicamente femeninos, como el Instituto de la Moda que tuvo gran éxito.

Como miembros de la Juventud Hitleriana, a los 10 años las niñas ingresaban en la Liga de Muchachas Jóvenes, pasando a los 15 propiamente a la BDM, la Liga de las Jóvenes Alemanas. Durante su estancia, además de las clases de formación política y salud racial, las chicas recibían nociones de economía doméstica, puericultura o dietética.

En 1935 se reinstauró el servicio militar y al año siguiente se prolongó el tiempo en filas, lo que provocó que poco a poco las mujeres volvieran a integrarse en el mercado laboral, pero casi nunca en puestos de responsabilidad y siempre con sueldos más bajos que los hombres.

La llegada de la guerra cambió la mentalidad de la mujer alemana. Al principio, el régimen se opuso a la incorporación de la mujer al esfuerzo de guerra, pero el creciente número de bajas condujo a la incorporación de muchas mujeres al esfuerzo bélico desde finales de 1943, aunque no como combatientes sino en tareas auxiliares.

Con la guerra la imagen de la mujer alemana cambió. Ahora aparecía a menudo ataviada con un mono de trabajo y un cigarrillo en la comisura de los labios. Trabajaba en fábricas y talleres o desescombrando las ciudades derruidas.

La mujer alemana se desinhibió. Las relaciones sexuales con trabajadores extranjeros, penadas, aumentaron sin cesar sobre todo en el entorno rural. A falta de hombres jóvenes, crecieron las relaciones entre muchachas y hombres maduros.

Pero el cambio más significativo se dio en Berlín el 27 de febrero de 1943. Este día fueron arrestados los últimos judíos que quedaban en la capital. La mayoría no habían sido deportados por estar casados con una mujer aria. Cuando corrió la voz, sus esposas se presentaron en el lugar donde estaban retenidos para pedir su liberación. Lo hicieron durante días, a pesar de la presencia de la Gestapo. Por fin, Joseph Goebbels accedió a su liberación. Muchos sobrevivieron gracias a este acto de resistencia.


Fuente:
Historia y Vida nº 539, reportaje de Sergi Vich Sáez

Para saber más:
Libro: Historia social del Tercer Reich (Richard Grunberger)

8 de abril de 2013

Castillo de Granadilla




El castillo de Granadilla se encuentra junto al embalse de Gabriel y Galán, en el término municipal de Zarza de Granadilla, provincia de Cáceres.


Se cree que fue mandado construir por el primer Gran Duque de Alba don García Álvarez de Toledo en la segunda mitad del siglo XV, aunque no se ha podido determinar el autor de tan singular traza y magnífica obra, de inequívoca influencia italiana. Por los únicos datos existentes hasta ahora, parece cierto que los artífices de la obra fueron Juan Carrera, De Troya, y Tomás Bretón.


El castillo de Granadilla es una curiosa y espectacular fortaleza por su forma y disposición. Está constituido por un recinto cuadrado al que se adosan torreones semicilíndricos en medio de sus cara planas. Fue construido junto a la muralla de origen almohade, posiblemente sobre las ruinas de alguna fortificación musulmana anterior.


Ha sido restaurado y se encuentra en buen estado. Es propiedad del Confederación Hidrográfica del Tajo, y se utiliza como Centro de Vigilancia Rural contra Incendios. Fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1980.


Fuente:
CastillosNet

5 de abril de 2013

La astronomía sumeria

La astronomía está considerada como la ciencia más antigua de todas. Los sumerios, a partir de la observación de su entorno, desarrollaron una visión del universo. Pensaban que la tierra flotaba en el centro de un gran mar llamado Nammu. Nammu era el origen de la creación. De él salieron los peces, las fieras, el cielo y la tierra. Un buen día, cielo y tierra se separaron. Por un lado, el cielo se encarnó en el Dios An, y la tierra en la diosa Ki. Ambos fecundaron un hijo llamado Entil, que fue el responsable de la atmósfera, del viento y de la tormenta.

Todo esto tenía lugar dentro de una gran cúpula de latón. En la base se encontraba el gran mar. En el medio, estaba flotando la tierra, plana por supuesto. En el Este y el Oeste había cadenas montañosas, por detrás de las cuales salían y se ponían el Sol y la Luna. Debajo de la tierra había un submundo donde iban a parar las almas de los muertos, algo así como el infierno.

El estudio del cielo les llevó a pensar que la cúpula de latón no era única. Veían que, al fondo del todo, había una serie de puntitos de luz que no se movían. Pensaron que todas estas estrellas debían estar en una capa muy lejana. En otra más próxima se encontraban una serie de estrellas que se movían con independencia de los elementos ubicados en cúpulas del fondo. Se trataba de los planetas. Los sumerios fueron los primeros en identificar que había “estrellas errantes” que, durante todo el año avanzaban en una dirección pero, durante algún tiempo, deshacían el camino andado y retrocedían (movimiento retrógrado). En cúpulas más cercadas a nosotros estaban el Sol y la Luna.

Un hecho curioso es que, aunque descubrieron cinco planetas (Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno) no consiguieron identificar que los dos planetas interiores aparecían tanto por la mañana como por la noche. De hecho, pensaron que eran diferentes según el momento en el que apareciesen.
El estudio del movimiento de los cuerpos celestes les ayudó a definir la eclíptica, que es la ruta que sigue el Sol a lo largo del firmamento. Gracias a este movimiento desarrollaron un calendario solar, que se dividía en dos estaciones: verano e invierno. El verano empezaba en el equinoccio de primavera y el invierno en el de otoño. El día de Año Nuevo, uno de los más importantes para esta civilización, tenía lugar en el equinoccio de primavera.

También crearon un calendario lunar. Gracias a él, asignaron 12 meses al año. Y, para ajustar este calendario con el solar, añadían un mes extra cada cuatro años. Prestaron especial atención al estudio de la Luna, llegando incluso a predecir cuándo tendrían lugar los eclipses.

Mucha gente piensa que el origen de las constelaciones a la debemos al pueblo griego. En realidad, fueron los sumerios quienes dividieron la eclíptica en 12 partes, y asignaron un símbolo a cada una de ellas.

Los primeros mapas celestes también corrieron a cargo del pueblo sumerio y bautizaron las estrellas más brillantes del firmamento.
Esta civilización es una de las más antiguas que se conocen y aún así destacaron en aritmética, geometría y álgebra. Desarrollaron tablas de multiplicar, se han descubierto textos en los que se plantean ejercicios geométricos y hasta divisiones. También ellos les debemos la creación del ábaco y las magnitudes. Era tal su dominio de las matemáticas que asignaron 360° a la circunferencia y dividieron el día en 24 horas. Cada hora la dividieron en 60 minutos y cada minuto en 60 segundos.

Este pueblo tan avanzado asentó las bases de la cultura clásica. Pueblos como los Babilonios, Egipcios o Griegos tomaron parte de sus conocimientos.


Fuente:
AstroFácil

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