26 de mayo de 2011

Espartaco

Espartaco (Tracia, 113 a. C. - Lucania, 71 a. C.) fue un esclavo tracio que, según fuentes romanas, dirigió la rebelión más importante contra la República romana en suelo itálico (conocida como III Guerra Servil, Guerra de los Esclavos o Guerra de los Gladiadores), hecho ocurrido entre los años 73 a. C. y 71 a. C.

De acuerdo con las vagas referencias de los historiadores romanos Apiano y Floro, Espartaco era originario de Tracia, en la actual Bulgaria. Militó en las auxilia, las tropas auxiliares de Roma, de las que desertó. Su corpulencia y aptitud para el combate le posibilitaron seguir vivo, dado que en ese siglo Roma disfrutaba con delirio del deporte nacional: las luchas de gladiadores. Espartaco cubría a la perfección ese perfil demandado por la plebe. Tres eran los principales tipos de hombres que eran alistados en cualquier escuela de gladiadores: reos de guerra, hombres libres buscadores de fortunas y, finalmente, convictos que lo eran por diferentes motivos. Lo llevaron a la escuela de gladiadores de Capua de Léntulo Batiato, lugar tradicional para los placeres y ampliamente difundido gracias a la estancia del general cartaginés Aníbal.

En la escuela de Léntulo Batiato, se entrenaba a los gladiadores en el brutal arte de sobrevivir a costa de la vida de sus rivales. Según Plutarco, que describió las condiciones de ésta escuela un siglo más tarde, decía que las condiciones eran especialmente duras, y se mantenía a los gladiadores en un estrecho confinamiento.Se describe a Espartaco como un hombre culto, inteligente y justo.

Con frecuencia, estos grupos de luchadores escogidos viajaban a la capital romana dispuestos a participar en los sangrientos eventos circenses. Según la leyenda, en uno de estos mortíferos desplazamientos, Espartaco reconoció entre la muchedumbre a su propia hermana convertida en vulgar prostituta al servicio de las legiones. Este doloroso trance terminó por enervar el ánimo del guerrero que, con gran determinación, comenzó a urdir un definitivo plan de rebelión.

En el año 73 a.C., con 40 años recién cumplidos, clamó por la justicia y la libertad; no quería ver cómo su brazo aniquilaba a más compañeros, ni tampoco quería morir divirtiendo al populacho. Fue así como, en un gesto sin precedentes similares en el mundo antiguo, inició un levantamiento en toda regla. Unos 74 hombres, encabezados por Espartaco, Crixo y Enomao (estos dos últimos de origen galo) huyeron de la ciudad armados con todo lo que encontraron. Se retiraron al monte Vesubio, desde donde empezaron a llevar a cabo acciones de pillaje contra las localidades vecinas.

Al tener conocimiento del motín, los romanos, sin dar gran importancia a este incidente, enviaron desde Capua una pequeña brigada de soldados, que fue derrotada. Rápidamente los esclavos sustituyeron sus armas de gladiadores con verdaderas armaduras romanas. En consecuencia, los romanos se alarmaron y enviaron una unidad de 3.000 hombres al mando de Claudio Glabro.

Contrario a la doctrina militar romana, e infravalorando completamente a los esclavos, Claudio Glabro estableció su campamento al pie de la montaña, donde descendía el único camino proveniente de la cúspide, sin establecer una valla de protección. Al tener conocimiento de este hecho, Espartaco adoptó un brillante plan. Hizo descender a sus hombres por la parte más escarpada del volcán, atados por cuerdas a la cepa de una vid silvestre, cayendo por sorpresa sobre los soldados romanos, causándoles numerosas bajas y obligando a los supervivientes a darse a la fuga desordenadamente, dejando el campamento en manos de los esclavos. Era la primera gran victoria de Espartaco, la Batalla del Vesubio.

Después de diversas batallas, en el año 71 a. C., en Apulia, se libró la última batalla (llamada por algunos historiadores batalla del Río Silario). Antes de la misma le llevaron su caballo a Espartaco, y él lo mató con su espada, diciendo: "La victoria me dará bastantes caballos de entre los enemigos, y si soy derrotado, ya no lo necesitaré." Decidió combatir a pie con todos los demás. Los esclavos, impulsados por el ejemplo de Espartaco, dispuestos a vender cara su derrota y jamás volver a servir a los romanos, pelearon desesperadamente, pero no pudieron resistir la superioridad de las legiones romanas fogueadas en las campañas de Hispania. 60.000 esclavos, entre ellos Espartaco -quien, herido en una pierna durante la batalla, llegó a luchar de rodillas-, cayeron en la batalla; en cambio los romanos solo perdieron 1.000 hombres.

No se pudo localizar el cadáver de Espartaco. Los romanos hicieron 6.000 prisioneros, y decidieron dar al mundo una lección: todos los esclavos prisioneros fueron crucificados a lo largo del tramo de la Vía Apia entre Capua y Roma, separados uno del otro unos 10 m aproximadamente.

Varinia, mujer de Espartaco y su hijo, fueron capturados, pero decidieron liberarla y
enviarla a la Galia Transalpina, con una gran suma de dinero. Tras su muerte, Espartaco se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad, aunque nunca combatió la esclavitud como tal. Fue un gran guerrero y un líder carismático. La imagen de Espartaco como libertador de las masas oprimidas explica que, ya en el siglo XX, diera nombre al periódico de Karl Liebknecht y a la corriente comunista que éste lideró durante la revolución alemana de 1918-19 (los «espartaquistas»).

Fuentes:

-http://jlgarcia.galeon.com
-Artículo “Espartaco, el gladiador que se rebeló contra Roma”, de Juan Antonio Cebrián.
- Wikipedia


4 comentarios :

  1. Un símbolo para todos los explotados y humillados del mundo. Una leyenda con mucho de ficción gracias a la literatura y al cine.
    Saludos.

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  2. Es mi heroe favorito, un rebelde contra la injusticia

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  3. No conocia la verdadera historia de este hombre, habia visto la pelicula antigua y ya veo que no se una adapacion fiel a la historia.

    Gracias por ilustrarnos. Un saludo

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  4. Un mito histórico más en nuestro haber.

    Un saludo.

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