El asunto del collar de María Antonieta fue una estafa perpetrada contra el cardenal de Rohan, en la que se vio implicada la propia reina.
Jeanne Valois de la Motte, hija de un noble venido a menos, había nacido en la miseria y era obligada por su madre a ejercer la mendicidad. En una ocasión, mientras pedía limosna cerca de París, Jeanne se cruzó con la marquesa de Boulainvilliers, a la que relató su historia. La marquesa se apiadó de ella y le encontró plaza en un internado para hijas de nobles pobres, donde se la educó para ser monja. Pero Jeanne era ambiciosa y el ambiente religioso no iba con ella, de modo que con 22 años escapó del internado y conoció a un oficial del ejército llamado Nicolás de la Motte, con el que se casó.
De la Motte también era pobre, por lo que Jeanne decide utilizar su ascendencia noble para escalar puestos en la sociedad y acude de nuevo a su antigua protectora, la marquesa de Boulainvilliers, quien le presenta al cardenal de Rohan, el clérigo más poderoso de la Corte de Versalles, pero al que la reina aborrecía.
Jeanne se las ingenia para introducirse en Versalles como supuesta condesa de Valois aunque sin conseguir llegar hasta la reina, y hace creer al cardenal que por su mediación conseguirá recuperar el favor perdido ante la soberana, a cambio de que la ayude económicamente. A partir de ese momento el cardenal de Rohan no deja de desembolsar ingentes cantidades de dinero para pagar las deudas contraídas por la supuesta condesa y su esposo.
Por aquél entonces, los joyeros de la corte Charles Boehmer y Marc Bassenge, se ven en un gran aprieto económico. Luis XV había encargado para su amante Madame du Barry un soberbio collar de diamantes a estos dos joyeros. Sin embargo, la muerte de Luis XV frustró la operación, y los joyeros tuvieron que quedarse con el costosísimo collar. Desesperados, lo habían ofrecido a la corte de España, y, ante la negativa de Carlos III a pagar los dos millones de libras que pedían por él, de nuevo a Versalles, en donde el collar había despertado la admiración de María Antonieta ya en 1782, quien, por lo demás, tampoco se hallaba en condiciones de desembolsar el millón setecientas mil libras que habían pedido los joyeros. Incapaces de vender el collar pese a rebajar fabulosamente el precio, los joyeros estaban a punto de deshacer el collar cuando su existencia llegó a oídos de la condesa Jeanne de Valois de la Motte.
Usando su nombre y supuesta amistad con la reina, la condesa consigue que los dos joyeros le muestren el collar. Ensimismada ante tal magnificencia, la condesa decide hacerse con el collar por medio del cardenal. Le hace saber que la reina, antes de la reconciliación, necesita un último favor del cardenal: desea comprar un lujoso collar, pero carece de efectivo para ello; propone al cardenal de Rohan que lo compre en su nombre, y que posteriormente ella le abonará el coste del collar conforme lleguen los plazos; esto es, plantea al cardenal de Rohan que actúe como su avalista y testaferro en la compra del collar.
El cardenal accede, compra el collar por un millón seiscientas mil libras pagaderas a dos años en cuatro plazos semestrales, y se lo entrega a la de la Motte, quien, a su vez, se lo da en presencia del cardenal, y en medio de un gran secreto, a un supuesto lacayo de la reina (en realidad un cómplice).
Conforme se acerca el día del primer pago, la condesa se va dando cuenta de que el joyero va a exigir el pago. Desesperada, decide destaparles a los joyeros el fraude: les envía una carta en la que reconoce que la garantía de pago que el cardenal posee en nombre de la reina es falsa, pero que el cardenal, siendo rico, puede pagarles él mismo el collar. Sin embargo, los joyeros desconfían del cardenal, que siempre anda endeudado, y desesperados como están, se presentan ante la reina, creyendo que es ella la que posee el collar.
Boehmer se presenta en Versalles, María Antonieta lo recibe, y en menos de un minuto descubre el joyero que la reina ni tiene el collar, ni ha sabido nunca nada del asunto. Al interrogar a Boehmer, descubre que el collar fue comprado por el cardenal de Rohan en su nombre; María Antonieta, que, por influencia de su madre desprecia profundamente a de Rohan, se siente ultrajada por esa estratagema, en la que cree ver una venganza del propio cardenal, a quien considera su enemigo. No se muestra dispuesta a pasar por alto cómo de Rohan ha usado, supuestamente, su nombre en su propio provecho, mezclándola en una estafa.
Así, la reina María Antonieta informa de manera casi inmediata a su marido Luis XVI, y le exige que actúe inmediatamente contra el cardenal de Rohan, a quien acusa de haber usurpado su buen nombre. Al día siguiente, el 15 de agosto, cuando el cardenal –que es capellán del rey- se prepara para celebrar con gran ceremonia la fiesta de la Asunción es detenido.
Al detener al cardenal de Rohan de manera pública estalla un gran escándalo. La nobleza francesa, desde siempre enemistada con la reina, se siente atacada e insultada por tal maniobra. El cardenal de Rohan es miembro de una de las primeras familias de Francia, y el trato que ha recibido, siendo detenido de manera pública como a un vulgar ladrón, indigna profundamente a la nobleza. Finalmente es procesado y absuelto, hecho que provoca la indignación de la reina, que ve el asunto como una venganza de la nobleza contra ella.
La condesa de Valois también es detenida y condenada a cadena perpetua, aunque logra escapar y huye a Inglaterra.
Fuentes:
- Bloglujo
- Wikipedia
- Carla Montero Manglano
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Un asunto muy serio mientras el pueblo francés pasaba grandes penurias. Las consecuencias serán nefastas para más de uno. La ostentación, las mals artes y el derroche no son buenos compañeros en épocas de crisis.
ResponderEliminarUn saludo.
ese nunca fue el collar de maria antonieta, ese collar fue un regalo del rey Luis XV encargó a los joyeros Boehmer y Bassenge, para su amante oficial Madame du Barry, pero lamentablemente a causa de la muerte del rey, acusan a marie falsamente acusada de haber sobornado al cardenal de Rohan para adquirir la joya en su nombre
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