10 de marzo de 2011

La lucha por Mesopotamia entre semitas y no semitas

Entre los pueblos de origen no semita que invadieron Mesopotamia se encontraban también elementos indoeuropeos. Desde Asia Menor llegaron los hititas que, bajo el mando de Murshili I avanzaron hasta la cuenca del Eufrates, atravesaron las regiones pobladas por los hurritas y hacia el año 1530 a.C. conquistaron la ciudad de Babilonia. Los hititas abandonaron de nuevo Mesopotamia y fueron los casitas, procedentes de los montes Zagros, los que se adentraron en su lugar en Babilonia. Estos dominaron el país durante cuatro siglos, mezclándose finalmente con la población semita autóctona, a la que se sometieron en el campo lingüístico y cultural. El acadio se convirtió incluso, en aquella época, en la lengua diplomática de todo el Oriente Próximo.

Entre tanto, también los vecinos del norte de Babilonia, los asirios, se habían hecho fuertes. Estos consiguieron, en la primera mitad del primer milenio a.C. dominar todo el Oriente Próximo y, temporalmente, incluso también Egipto.


Las victorias militares llevaron a Asiria numerosos prisioneros y así, sobre el suelo mesopotámico, coexistieron urarteos, escitas y cimerios, entre otros. Muy importante fue también el papel del estado Mitanni, principalmente en cuanto atañe al florecimiento del reino asirio, en los siglos XV y XIV a.C. Su civilización, principalmente hurrita pero en la que se perciben también influencias arias, amorreas y babilonias, influyó grandemente en los asirios.

Desde finales del segundo milenio a.C. los arameos ejercieron una gran influencia en Mesopotamia, especialmente en el terreno cultural. A mediados del primer milenio a.C. se puede hablar ya de una arameización del país. Finalmente, el arameo acabó suplantando la lengua acadia, siendo incluso sustituidas las típicas tablillas de barro por pergaminos y papiros.

Pero los arameos no fueron los últimos habitantes de la antigua Mesopotamia. Asiria fue saqueada por los medos que, con la ayuda de los babilonios, conquistaron el país hacia finales del siglo VIII a.C. Los babilonios, libres ya de la dominación asiria, vivieron un renacimiento que duró un siglo. Durante este último siglo de independencia política de Babilonia tuvo lugar una doble deportación de judíos desde Palestina. Babilonia les ofreció el aspecto de una enorme ciudad comercial y de un mercado donde se encontraban y mezclaban miembros de las más diversas razas y pueblos. El relato bíblico de la confusión de las lenguas "bajo la Torre de Babel" correspondería exactamente a la situación misma que los judíos vivieron aquí.

En el año 539 a.C. los persas pusieron fin definitivamente a la independencia babilónica. Pero la dominación persa en Mesopotamia no supuso el exterminio de la población semita autóctona sino su mezcla con el pueblo ario. Mesopotamia continuó atrayendo a otros pueblos por sus riquezas naturales y por su enclave dentro del Próximo Oriente.


Fuente:
Sociedad y cultura en la antigua Mesopotamia - Josef Klima

1 comentario :

  1. Y de entre todos esos pueblos los más temibles, brutos y sanguinarios (ver arte)eran sin duda los asirios.
    Un saludo.

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