A finales del siglo VIII, Carlomagno pretende conquistar Sajonia (para su reino y para Dios) cueste lo que cueste y su conquista comporta la evangelización obligatoria. El rey de los francos era un auténtico integrista de la fe católica.
Un joven monje benedictino llamado Angus de Metz recibe la orden de partir hacia tierras sajonas acompañado de otros oscuros e inquietantes religiosos. Tienen una misión, que consiste en eliminar a otro monje llamado Remigio considerado hereje por el simple hecho de pensar por sí mismo. Remigio en realidad no era un hereje, sino que evangelizaba de otra forma, ganándose la confianza de los nobles sajones, conviviendo con ellos y respetándolos. Para ello crea la Orden de la Espada, una hermandad de señores sajones considerada herética por no ajustarse a los intereses políticos y económicos de la Iglesia.
Una vez encuentran a Remigio, el jefe de la expedición muere y el supuesto hereje envía a Angus de Metz a casa de un importante duque sajón con la misión de educar al hijo de éste, Widukind, quien acabaría convirtiéndose en líder de los sajones en su lucha contra los ejércitos de Carlomagno. Durante los años que pasa con Widukind, Angus aprende a convivir con los rituales paganos de los sajones y con su forma de entender el mundo, a la vez que su fe se tambalea.
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Creo que se ha publicado hace nada, apenas unos meses. Promete ser interesante. El nombre del monje benedictino, Angus de Metz, me suena mucho a otro monje, en este caso franciscano, de "El nombre de la rosa".
ResponderEliminarUn saludo.
Tienes razón, uno no puede dejar de acordarse de nuestro querido Adso de Melk.
ResponderEliminarHe leído el El Evangelio de la Espada y me ha parecido una novela tremenda. La influencia de Eco es una "interpolatio" al estilo medieval, como una especie de referencia didáctica hecha a drede, para servirse de la idea que representa el monje de fe irreductible, pero en mi opinión la novela tiene personalidad propia. Sobretodo la parte de los "oscuros e inquietantes" monjes que describe Kassiopea, y la constante referencia a Joseph Conrad y su viaje al corazón de las tinieblas... Lo bueno es que está en formato electrónico por todas partes aunque una vez empezado decidí pasarme al papel.
Creo que publican un blog con notas complementarias interesantes:
http://widukindus.blogspot.com/
Yo la he leído en formato electrónico. Me gusta más el papel pero me compré el lector hace poco y hay que amortizarlo.
ResponderEliminarLa novela está muy bien. Quizá el monje es el prototipo de monje con el cerebro lavado que encontramos en muchos relatos medievales, pero está muy bien.
Siempre intolerante, o casi siempre, la Iglesia, implantando sus creencias a fuerza de asesinatos y conspiraciones, haciendo en su provecho lo que hipócritamente condenaba en los otros; algo más inteligente, Remigio valora el acercamiento y cierta tolerancia y respeto hacia quienes pretende evangelizar.Señal de que su cerebro aun funcionaba por sí mismo .
ResponderEliminarLa leere con gusto, si va en el tono de El nombre de la Rosa, novela que disfruté.
Disculpa Cayetano, pero Adso de Melk era benedictino también. Creo recordar que el franciscano era su maestro Guillermo...
ResponderEliminarTambién soy de los que dan el voto a favor de El Evangelio de la Espada. Es una rareza entre tanta multirepetición de temática en novela histórica. Me sorprendió que el autor fuera o fuese español.