8 de septiembre de 2009
Naveta des Tudons
Las Illes Balears, y más concretamente Mallorca y Menorca, albergaron una de las sociedades megalíticas más peculiares del Mediterráneo occidental, a juzgar por la singularidad de los vestigios arqueológicos que aún se conservan.
Pese a que tradicionalmente la prehistoria más tardía del archipiélago se ha dividido en dos etapas (pretalayótico y talayótico), las corrientes más recientes tienden a establecer cuatro períodos: dolménico (2500-1600 a.C.), naviforme (1600-1000 a.C.), talayótico (1000 a.C.-450 a.C.) y postalayótico (450-200 a.C.). De entre ellos, los tres últimos sólo se han manifestado en tierras baleáricas.
Por lo que respecta a la época naviforme o navetiforme, el término en cuestión proviene de la palabra naveta, denominación con la que los menorquines se referían a la construcción más emblemática de la zona: la Naveta dels Tudons (fotos). Dicha designación, a su vez, se debe a la semejanza de este monumento funerario a una embarcación invertida.
Años atrás, la nau des Tudons se fechó entre el 1500 y el 1300 a.C. Sin embargo, las nuevas técnicas de datación, tales como el carbono 14 o la prueba de termoluminiscencia, la han reubicado en un momento mucho más reciente: 1000 a.C. La Naveta des Tudons se encuentra a pocos kilómetros de Ciutadella. Se trata de una construcción megalítica muy bien conservada, considerada como uno de los yacimientos arqueológicos más emblemáticos de Menorca y, posiblemente, el más conocido de todas las islas Baleares.
La construcción tiene unos 3.000 años de antigüedad y se utilizaba como monumento funerario colectivo. En su interior se han encontrado restos de cuerpos humanos acompañados de objetos personales, además de alguna arma y recipientes de cerámica que debían contener ofrendas. Se sabe que en el interior de la Naveta se enterraba a los miembros de una misma colectividad que, previamente, habrían sido incinerados en un lugar cercano e indeterminado. La disposición de los restos humanos en el interior del monumento demuestra la importancia que las sociedades del período naviforme conferían a la cabeza de los difuntos, ya que colocaban los cráneos de los fallecidos apilados y en el lugar más destacado del edificio: el ábside. Igualmente revelador resulta el rico ajuar funerario hallado junto a la ornamenta, consistente en punzones, armas, brazaletes, collares, colgantes, recipientes de cerámica, tapones y botones óseos. Entre las piezas recuperadas, habría que referirse a unos recipientes que contenían en su interior cabellos teñidos de rojo, lo que parece ratificar otra vez una considerable fijación por la cabeza.
Interior de la Naveta:
La construcción a base de piedras perfectamente encajadas sin ningún mortero presenta una planta con forma de herradura alargada con 13,6 m de largo y 6,40 m de ancho. La fachada, orientada al oeste, es prácticamente plana y tiene una pequeña abertura que da acceso al interior. El recinto está dividido en dos niveles mediante grandes losas horizontales muy bien trabajadas, igual que las losas que forman la cubierta.
Leyenda: En el ángulo superior izquierdo, contemplado desde la entrada, se puede apreciar que a la Naveta le falta un bloque de piedra. Según una pintoresca leyenda local, éste fue arrancado por su constructor, quien había erigido la obra para que un anciano le concediera la mano de su hija. El joven montó en cólera cuando descubrió que otro pretendiente de la chica había culminado con éxito su correspondiente desafío: cavar un pozo. Por este motivo, arrojó una piedra de la Naveta a su adversario.
Hoy por hoy, el monumento está considerado como el edificio íntegramente conservado más antiguo de Europa.
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Da escalofrios pensar en la antigüedad que tiene, madame. Es impresionante. Ya en mi epoca de estudiante me tenía fascinada. Lo que no conocia era la leyenda, que me ha encantado.
ResponderEliminarFeliz tarde, madame
Bisous
Verdad? La vi este verano y la miraba y no me podía creer lo que habían llegado a ver esas piedras.
ResponderEliminarUna pasada. Y que todavía se mantenga en pie...
ResponderEliminarEs raro que despues de tantos años no haya habido alguien que se haya llevado las piedras para uso personal
ResponderEliminarBuena entrada con buenas ilustraciones.
ResponderEliminarDespués de desarrollarse en diversos lugares la cultura megalítica o de grandes bloques de piedra llegó por fin a la península ibérica y zona insular.
La zona que tú reflejas en la entrada, la baleárica, con sus taulas, talayots y navetas o naves invertidas, presenta una originalidad que no se da en otras latitudes.
Un saludo.
Un edificio que siempre me impresionó desde niño cuando lo estudiaba en los manuales de historia. Buenos esquemas de su interior nos presentas. Debe ser una pasada verlo en la realidad. La visita a Menorca es una asignatura pendiente que tengo que realizar. Y ver otros ejemplos de megalitismo.
ResponderEliminarSaludos.
Por gente que ha estado en Menorca, tengo noticias de que existen muchos monumentos de este tipo por allí.
ResponderEliminarSalu2
Las construcciones megalíticas están llenas de misterio. Siento un gran respeto y una sensación profunda de estar ante algo sacro. Aunque quizá son imaginaciones mías... Saludos cordiales.
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