9 de agosto de 2009

Historia del vino

El vino acompaña al ser humano desde hace varios milenios. Aunque el origen exacto se discute aún, nadie duda que debe estar en algún lugar alrededor del Mediterráneo (Persia, Egipto, Grecia, Chipre). Del antiguo Egipto se han encontrado listas de vinos. Mencionaban incluso la añada, el viñedo y el nombre del viticultor en sus jarras. Los babilonios promulgaron leyes reglamentando la explotación de una tienda de vinos. Los griegos, y a continuación los romanos, reservaban al vino un lugar importante en sus vidas. Sobre todo por sus usos religiosos y rituales, el vino se convirtió en un elemento clave de la civilización occidental. Es conocido que fueron los romanos quienes extendieron el cultivo de la vid y la elaboración del vino más allá del Mare Nostrum, incluyendo, por supuesto, las provincias romanas de la Península Ibérica, de cuyos puertos zarpaban barcos cargados con ánforas llenas de vino en dirección a la metrópoli. Los romanos incorporaron a los dioses griegos adaptándolos a sus características. Así, Dioniso se convirtió en Baco, y su culto se extendió sobre todo entre las mujeres, los esclavos y los pobres, hasta el punto de que los emperadores intentaron prohibirlo sin demasiado éxito. En tiempos de los griegos, también los chinos conocían el vino, pero no lo explotaban de forma sistemática. El cultivo de la vid aparece igualmente en ciudades de Persia y de la India, aunque no deja en ellas huellas muy profundas. En cuanto a la América precolombina, sus culturas jamás descubrieron el vino pese a la existencia de civilizaciones refinadas. El cristianismo, cuyo desarrollo es indisociable del Imperio Romano, asimiló numerosos símbolos y ritos báquicos, y atrajo en los primeros tiempos a las mismas categorías de fieles. El vino de la comunión era por lo menos tan necesario en una asamblea de cristianos como la presencia de un sacerdote. Gracias a este lugar vital que ocupaba en las prácticas religiosas, el vino subsistió incluso durante el sombrío período de las invasiones bárbaras que acompañaron la decadencia de Roma. Cuando Europa consiguió salir de los tiempos de las temibles invasiones, los viñedos se encontraban alrededor de monasterios y catedrales. Los monjes no se contentaron con hacer vino: lo mejoraron. Para el hombre medieval, el vino o la cerveza no eran un lujo, eran una necesidad. Las ciudades ofrecían un agua impura y con frecuencia peligrosa. Al desempeñar el papel de antiséptico, el vino fue un elemento importante en la rudimentaria medicina de la época. Se mezclaba con el agua para hacerla bebible. Grandes cantidades de vino circulaban por aquel entonces. En el siglo XIV las exportaciones de Burdeos hacia Inglaterra eran tan importantes que su media anual no fue superada hasta 1979. Hacia finales del siglo XVIII apareció en el mercado una nueva exigencia: se pedían vinos que procuraran una experiencia estética. En Francia y en Inglaterra emergió una nueva clase social con dinero y buen gusto que estaba dispuesta a pagar lo que fuera por un gran vino. El mundo del vino tuvo que dedicar buena parte del siglo XX a reponerse de la crisis atravesada en la segunda mitad del XIX. Después de la Primera Guerra Mundial el consumo europeo alcanzó nuevos records, pero el vino, procedente del Midi francés, de La Mancha o del norte de África era mediocre. Incluso los grandes vinos se vendían a bajo precio: sus consumidores, en otro tiempo prósperos, se habían visto afectados por las guerras y la crisis. Para los productores, el fin del siglo XX marca un período de prosperidad; para los aficionados al vino, una edad de oro con abundancia de buenos caldos a precios relativamente razonables. Las víctimas de esta evolución son sin duda los productores de vinos baratos.

4 comentarios :

  1. Menudo invento, eh madame?
    Se ha mantenido a lo largo de los siglos, siempre de moda, siempre apreciado. Y lo que se llega a pagar por una botella!
    Debo decir que yo no soy muy aficionada. Todo sera que un dia me aficione, jiji.

    Buenas noches, madame

    Bisous

    ResponderEliminar
  2. Este si que es un invento que no pasa de moda

    ResponderEliminar
  3. Muy buena tu entrada. Veo que coincidimos en algunas cosas.
    Hace tiempo hice un par de entradas sobre el alcohol en nuestra historia y en la literatura.
    Te las recomiendo por si te apetece echarles un vistazo.
    Un saludo.

    http://latinajadediogenes.blogspot.com/search/label/El%20alcohol%20en%20la%20Historia

    ResponderEliminar
  4. El descubrimiento del vino fue probablemente accidental, siendo el resultado inesperado e inevitable del almacenamiento de bayas durante los meses de invierno.

    De ese modo comenzó la historia de la viticultura y la enología.

    Aproximadamente desde el año 4.000 a. C., el cultivo de la vid y las técnicas de elaboración de vino se extendieron desde Transcaucasia hacia el Asia Menor.

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario.

Creative Commons License
Paseando Por la Historia está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España.