6 de agosto de 2009

Esparta

Los griegos de Esparta y Atenas hablaban diferentes dialectos y desarrollaron distintos sistemas políticos. Los espartanos buscaban estabilidad y conformismo, por lo cual hacían hincapié en el orden. Los atenienses, por su parte, toleraban las diferencias individuales y daban énfasis a la libertad. Aunque los dos estados compartían una herencia común, sus diferencias se hicieron tan profundas que estuvieron dispuestos a entablar una lucha a muerte con tal de sustentar sus distintas concepciones. Una vez que lo hicieron, el mundo griego resutó ser el gran perdedor. Localizados en la parte suroriental del Peloponeso, en un área conocida como Laconia, los espartanos ocuparon originalmente cuatro villas pequeñas, que con el tiempo se unificaron en una sola polis. Esta unificación convirtió a Esparta en una comunidad fuerte en Laconia, y permitió a los espartanos conquistar a sus vecinos y hacerlos sus sirvientes. Conocidos como ilotas, a estos vecinos conquistados se les ligó a la tierra y se les obligó a trabajar en las granjas y como sirvientes domésticos. Cuando la tierra de Laconia resultó insuficiente para mantener a la creciente población de ciudadanos espartanos, éstos buscaron tierras cercanas y a principios del año 730 a.C., emprendieron la conquista de Mesenia a pesar de su tamaño y población mayores. Después de su conquista, los mesenios fueron reducidos a servidumbre y forzados a trabajar para los espartanos. Para asegurar el control sobre sus ilotas conquistados, los espartanos tomaron la decisión consciente de crear un estado militar. En algún momento entre el año 800 y 600 a.C., los espartanos llevaron a cabo una serie de reformas que se vinculan con el nombre del legislador Licurgo. Aunque los historiadores no están seguros de su existencia histórica, no cabe la menor duda de los resultados de tales reformas. Esparta se transformó en un campo militar perpetuo. A partir de ese momento la vida de los espartanos estaba rígidamente organizada. Cada niño, cuando nacía, era examinado por funcionarios estatales, quienes decidían si era apto para seguir viviendo. A los clasificados como no aptos se les dejaba morir. A los niños se les separaba de sus madres a la edad de siete años y eran puestos bajo el control del estado. Vivían en unos cuarteles de tipo militar, donde vivían sujetos a una férrea disciplina con el fin de hacerlos rudos, y donde se les proporcionaba una educación que ponía énfasis en el entrenamiento militar y en la obediencia a la autoridad. A la edad de veinte años, los varones espartanos se alistaban en el ejército para cumplir su servicio militar regular. Aunque se les permitía contraer matrimonio continuaban viviendo en los cuarteles militares. Todas las comidas se ingerían en comedores públicos, en comunión con sus camaradas. A los treinta años, a los hombres espartanos se les reconocía como personas maduras y se les permitía votar en la asamblea y vivir en casa; pero seguían en el servicio militar hasta que cumplían sesenta años. Mientras sus esposos permanecían en los cuarteles hasta los treinta años, las mujeres espartanas se quedaban en casa. Debido a esta separación, las espartanas gozaban de una mayor libertad de movimiento y de mayor poder en el hogar de lo que era común en otras zonas de Grecia. Se las alentaba a hacer ejercicio y a mantenerse en forma para engendrar y educar niños saludables. Al igual que los hombres, las espartanas ejercitaban su cuerpo al desnudo. Muchas mujeres exaltaban los estrictos valores espartanos, esperando que maridos e hijos fueran valientes en la guerra. La estructura social espartana estaba rígidamente organizada. En la cima se encontraban los esparciatas, que eran los ciudadanos con plenos derechos. Cada ciudadano poseía un terreno para su sustento económico, el cual era trabajado por los ilotas mesenios. Después de los esparciatas seguían los periecos; aunque eran libres, carecían de los privilegios de la ciudadanía y eran pequeños comerciantes y artesanos. Sin embargo, estaban obligados a cumplir el servicio militar. En la parte más baja de la escala social se encontraban los ilotas, que cultivaban la tierra y daban a sus amos la mitad de lo que producían. Una especie de policía secreta vivía entre ellos, y se permitía matar al ilota considerado peligroso. Con objeto de legalizar este asesinato, al comienzo de cada año el estado declaraba oficialmente la guerra a los ilotas. (Fuente consultada: Civilizaciones de Occidente/Western Civilizations - Spielvogel)

3 comentarios :

  1. Madame, la verdad que no me hubiera gustado nada que me tocara ser espartana. La vida de los espartanos no parecía ser precisamente una juerga, de ahi que haya pasado el termino como sinonimo de austero.
    Bisous

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  2. Una vida muy dura la de este pueblo. Lo de "educación espartana" ha quedado para la posteridad. Es cierto que practicaban la eugenesia: los que nacían débiles o con alguna malformación los tiraban desde el monte Taigeto. Desde pequeños los bañaban en pleno invierno en las heladas aguas del río Eurotas. En los campamentos, los niños se veían obligados a robar muchas veces si querían comer, etc. Así se iba seleccionando un grupo de gente fuerte, resistente a las penalidades que luego serían formidables guerreros como vemos en la película los 300, de la que nos traes algunos fotogramas.
    Un saludo, pero no espartano.

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  3. Una educación demasiado estricta. No me extraña que se adueñasen del Peloponeso y más si se lo hubiesen propuesto. Lo que yo me pregunto es cómo podían aguantar tan dura vida (sobre todo la masculina) hasta edades tan elevadas, teniendo en cuenta la dieta (aunque creo que comían frugalmente), la higiene y el escaso adelanto médico.

    Saludos

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