28 de septiembre de 2017

La Semana Trágica de Barcelona (1909)

En 1909 España estaba regida por una monarquía parlamentaria bajo el reinado de Alfonso XIII, y regulada por la Constitución de 1876. El parlamento era elegido por sufragio universal desde 1885, pero bajo esta apariencia democrática se escondía un sistema oligárquico controlado por dos partidos, el liberal y el conservador, que llevaban casi 30 años turnándose en el poder. Se utilizaba un sistema de elecciones amañadas por los diversos caciques locales. A partir de la crisis internacional de 1898 que dio lugar a la pérdida de las colonias, surgió un movimiento intelectual conocido como regeneracionismo, cuyo máximo exponente fue el político Joaquín Costa. Este movimiento trató de reformar el corrupto sistema electoral. Pero las medidas regeneracionistas no atacaron la raíz del problema, que no era otra que el sistema estaba montado de forma que la oligarquía formada por la alta burguesía, la aristocracia, el ejército y la Iglesia se mantuviera en el poder haciendo oídos sordos a la voluntad del pueblo.

Ciudadanos levantando una barricada

La decadencia del régimen se produjo principalmente por tres factores. En primer lugar la falta de líderes carismáticos al frente de los dos partidos que se turnaban en el poder. Antonio Maura (conservador) y José Canalejas (liberal) no estaban a la altura. En segundo lugar, la pretensión de Alfonso XIII de influir en las decisiones políticas, lo que originó graves crisis. Y en tercer lugar, la promulgación de la Ley de Jurisdicciones, que dictaba el sometimiento a la justicia militar de los implicados en delitos contra la patria, lo que produjo una intromisión militar en la vida política y civil.

En este contexto tuvo lugar el grave conflicto colonial en Marruecos, donde tribus rifeñas atacaron en Melilla las obras del ferrocarril. La resistencia rifeña y la derrota del Barranco del Lobo en el monte Gurugú, obligó al envío de reservistas a la zona.

Cabe destacar que en aquella época, el que era rico y podía pagar 6.000 reales se libraba de la llamada a filas. El que no disponía de ese dinero (el sueldo de un obrero no pasaba de los 10 reales al día) estaba obligado a abandonar familia y trabajo para incorporarse al ejército, quedando la familia en la miseria.

Los reservistas que el Gobierno decidió enviar a Marruecos eran mayoritariamente de Cataluña. Los primeros embarcaron en el puerto de Barcelona en naves propiedad del marqués de Comillas, y algunas damas de la aristocracia les regalaban escapularios y detentes, que eran piezas de ropa con la imagen de Jesucristo y la inscripción "detente, bala", para que los soldados se los pusieran en el pecho y librarse así de las balas enemigas.

Embarque de reservistas en el puerto de Barcelona

En este escenario fue convocada una huelga general el lunes 26 de julio, para protestar contra la política del Gobierno en Marruecos. La huelga se inició de madrugada y se fue extendiendo desde la periferia de la ciudad hacia las fábricas del centro. Junto con la huelga se convocaron manifestaciones que degeneraron en una revuelta popular de carácter antimilitarista y anticlerical, llegando a quemarse algunos conventos y parroquias. En muchos casos se dejó marchar a las comunidades religiosas antes de prender fuego a los edificios. El Gobierno entonces decretó el "estado de guerra" y reforzó a la policía con la Guardia Civil.

La revolución finalizó el sábado 31 de julio, dejando un balance de 87 muertos y 81 edificios asaltados. Terminada la revuelta, la represión por parte del Gobierno fue importante: hubo más de 2.000 personas detenidas, se clausuraron más de 130 centros y entidades considerados subversivos, entre los que había escuelas laicas y sedes republicanas, y 1.725 personas fueron procesadas en tribunales militares.

Se dictaron 59 cadenas perpetuas y 17 condenas a muerte, 12 de las cuales se conmutaron por cadena perpetua. Finalmente hubo 5 ejecuciones: Josep Miquel Baró, líder de la revuelta en Sant Andreu; Antoni Malet Pujol, acusado de quemar objetos de una iglesia; Eugeni del Hoyo, guarda de seguridad que disparó contra el ejército; Ramon Clemente García, un carbonero con deficiencia mental que bailó con el cadáver de una monja, y Francesc Ferrer i Guàrdia, que a pesar de quedar claro y comprobado que no tuvo ningún tipo de participación, fue condenado.

Flores para el carbonero discapacitado que fue condenado a muerte y ejecutado

La Semana Trágica se llevó por delante al presidente Maura, que tuvo que dimitir. A partir de entonces se estableció un estado de crisis permanente en los partidos de turno. El cinismo político posterior a la revuelta, facilitó la entrada en 1923 del dictador Miguel Primo de Rivera.


Fuentes:
* http://semanatragicadebarcelona.blogspot.com.es
* http://lameva.barcelona.cat/barcelonablog/es/insolito/la-semana-tragica-de-1909
* http://www.laalcazaba.org/la-semana-tragica-de-barcelona
* http://iris.cnice.mec.es/kairos/ensenanzas/bachillerato/espana/alfonsoXIII_02_01.html

Fotos: Archivo Fotográfico de Barcelona


3 comentarios :

  1. Nada que ver con el momento actual. Lo otro era llevar a la gente al matadero, a una guerra que no se podía ganar. Era lógico que hubiera rebelión.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por suerte no tiene nada que ver. Tampoco tiene nada que ver lo que se cuenta en los medios con la realidad que se vive en Barcelona. Están manipulando mucho toda la información. Ni hay disturbios, ni revueltas ni ambiente hostil hacia nadie. La gente va a lo suyo como siempre.

      Un saludo.

      Eliminar
  2. Muy interesante exposición sobre la Semana Trágica de Barcelona. Si le interesa puede visitar mi blog, donde expongo historias curiosas y reales, aun son escasas pues estoy iniciándome en este mundo, un saludo.

    ResponderEliminar

Gracias por tu comentario.

Creative Commons License
Paseando Por la Historia está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España.