En julio de 1518, una mujer llamada Frau Troffea entró en una calle de Estrasburgo, Francia, y comenzó a bailar desenfrenadamente sin parar entre cuatro y seis días. Al finalizar la semana otras 34 personas se habían unido a su baile, y al cabo de un mes el número de bailarines ascendía a 400.
Consultadas las autoridades de la ciudad, se prescribió que los danzarines debían bailar más para curar sus cuerpos atormentados, por lo que se habilitaron salones de baile e incluso se contrataron músicos y bailarines profesionales para animar la fiesta. Pero a finales del verano decenas de personas habían fallecido en la ciudad alsaciana a causa de infartos, derrames cerebrales o agotamiento provocados por esa irrefrenable actividad.
Durante siglos, este extraño acontecimiento conocido como la plaga del baile de 1518, ha dejado perplejos a los científicos, que han intentado encontrar una causa para este baile sin sentido, intenso y mortal en última instancia. El historiador John Waller, autor de un libro sobre el tema, cree que estas personas se encontraban en estado de trance, de lo contrario no habrían podido aguantar tanto tiempo bailando sin parar.
Otros autores han buscado un origen biológico o químico a este suceso, como por ejemplo que los habitantes de Estrasburgo hubiesen ingerido cornezuelo, un hongo con propiedades psicotrópicas que crece en los tallos de centeno húmedos.
Se da la circunstancia de que una serie de hambrunas provocadas por duros inviernos y veranos abrasadores que arruinaron las cosechas precedieron al baile demencial, lo que según algunos expertos pudo provocar esta especie de histeria colectiva.
La Iglesia de la época llegó a atribuir el suceso a que alguien había provocado la ira de San Vito, santo siciliano martirizado en el año 303, que sería quien envió la plaga.
Fuentes:
- Discovery
- BBC Today
Claro, ahora me explico eso de "le ha entrado el baile de San Vito." De ahí viene.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy interesante!
ResponderEliminarSaludos
Curiosísimo.
ResponderEliminarSaludos.
Vaya, no conocía estos hechos. Es realmente sorprendente y difícilmente explicable. Al menos, les dio por bailar y no por algo peor.
ResponderEliminarUn saludo.