Todo comenzó en 1850, cuando se inauguró el edificio del Congreso de los Diputados. En el lugar donde hoy se encuentra los leones, se colocaron un par de grandes farolas que no fueron del agrado de los parlamentarios. Faltos de ideas, solicitaron los servicios de uno de los escultores de moda en la época, Ponciano Ponzano, que además tenía fama de realizar trabajos rápidos y de calidad.
A Ponzano se le ocurrió la idea de colocar un par de leones, pero como España no se encontraba en esos momentos en un buen momento económico, decidieron que los leones debían ser de yeso y pintados con una pintura que simulara el bronce.
En 1851, se colocaron éstos leones con la ovación de todos, pero prácticamente un año después se encontraban en un estado deplorable. Tras los ataques de la prensa por el estado de las figuras, los políticos decidieron que había que reemplazarlos por unos leones fundidos en bronce de calidad, y se pusieron de nuevo en contacto con Ponzano, quien realizó un presupuesto excesivamente alto para las pretensiones del país.
Al romper las negociaciones con el escultor, decidieron poner dos leones en piedra, realizados por José Bellver. Fue otro fracaso, eran demasiado pequeños y más que leones parecían dos perros falderos. Los leones fueron vendidos.
Todo se solucionó el 23 de marzo de 1860, cuando el ejército español consiguió una gran victoria en la Batalla de Wad-Ras, que culminó la campaña que España libraba contra las bandas rifeñas que atacaban la ciudad española de Ceuta. Los cañones capturados a las tropas marroquíes fueron fundidos y entregados a Ponzano para que los tornara en los dos leones que se ven en el congreso.
Fuentes:
- www.demo.opennemas.com
- ¡Que no se diga!
Información relacionada:
Wikipedia. Palacio de las Cortes
Buena presa aquella, quién podía imaginar entonces que esos dos leones iban a convertirse en uno de los símbolo de la política española.
ResponderEliminarSaludos.
Como vemos una vez más, los españoles piensan bien tras meter la pata unas cuantas veces. Ahora que... cualquier día vienen los tataranietos de los propietarios de los cañones y se llevan los leones a su casa. Jejeje.
ResponderEliminarUn saludo.
Curiosa historia esa que desconocía. Sí sabía lo de la materia prima de la batalla de Wad Rass, pero no sabía los antecedentes y cómo el pájaro ese del Ponciano quería hacer su agosto a costa nuestra.
ResponderEliminarSaludos.
Los leones de piedra, destinados inicialmente, como dices, al Congreso, y desestimados por su pequeñez están hoy en los jardines de Monforte de Valencia, decorando una pequeña escalinata en la parte posterior del palacete que hay en estos jardines, que se utiliza para la celebración de matrimonios civiles. Un abrazo.
ResponderEliminarPues en este momento los leones custodian a una banda de facinerosos, deberían ser cambiados por una pareja de la Guardia civil hasta que cambien los signos de los tiempos
ResponderEliminarhttp://lapoliticadegeppetto.blogspot.com/
Curiosa historia que desconocía, con tu permiso tomo nota para mi blog.
ResponderEliminarSaludos.