El castillo de Tamarit se encuentra junto a la costa y a orillas del rio Gaia, en la localidad de Tamarit, provincia de Tarragona.
La zona donde se asienta el castillo debió contar desde antiguo con un puesto fortificado. La lucha reconquistadora contra los musulmanes y la defensa del ataque por mar de piratas y la protección del comercio mediterráneo fueron las razones que debieron forzar la elección de este lugar para la construcción de un torreón de vigilancia, realizado por la familia Sunyer alrededor del 1051, año en el que el conde Ramón Berenguer les cedió este territorio a cambio de la mitad de la pesca que realizaran en el mar durante un determinado período de tiempo.
Pero fue en el siglo XII cuando los señores de Claramunt construyeron el castillo según el estilo románico. A finales de ese siglo los Claramunt se unieron por matrimonio a los Montoliu, y los descendientes comunes de ambas familias adoptaron como apellido el topónimo de su señorío de Tamarit.
En el siglo XIV, la iglesia de Tarragona compro la fortaleza por 13.000 sueldos a Francisco de Mallgornesa, señor de los castillos de Montoliu y Tamarit. Fue entonces cuando, ya de forma clara, el castillo se destinó a la vigilancia costera para evitar el ataque de los piratas. En 1363, durante el reinado de Pedro IV el Ceremonioso, se rodeó el castillo y la villa con una muralla que nace directamente en las rocas costeras, protegiendo su flanco más expuesto al mar. A lo largo de su historia se le añadieron distintas dependencias, como la llamada Torre de la Mora, construida en 1562 por el maestro tarraconense Juan Miró, con la finalidad de defender la costa de los ataques de los piratas argelinos.
Su estilo es románico con un torreón almenado sin aspilleras. El núcleo central del castillo ha tenido una función religiosa y en él se encuentra la iglesia. Es un bello ejemplo de la arquitectura románica catalana con tres naves y ábside semicircular. Destaca la traza de los arcos, que no arranca del fuste de las columnas, sino directamente del suelo, hallándose esculpidos con detalles finos y originales. Se conserva muy bien la torre del homenaje, llamada de la Mora, y situada fuera del recinto. En su interior se alza una iglesia, dedicada a Sant Martí.
El castillo es de propiedad particular y se ha conservado muy bien hasta nuestros días gracias a las restauraciones que su propietario, Charles Deering, realizó en él.
Fuente:
www.castillosnet.org
Y es que la defensa contra los ataques berberisco fue probablemente la mayor preocupación de los habitantes de las costas mediterráneas durante muchos siglos.
ResponderEliminarUn saludo.
Siempre aprendiendo cosas nuevas con tu blog, Kassiopea. Un saludo.
ResponderEliminarLo conozco y me ha traído recurdos de una excursión hecha por allí. Siempre me ha gustado este castillo por lo raro que resulta encontrárselo en medio de la playa. La vista desde la parte norte, la opuesta a la que se ve en la fotografía, también es más espectacular si cabe. Un saludo Kasiopea.
ResponderEliminarque bonitas fotos ^^
ResponderEliminarun beso
un castillo que me apunto...