5 de julio de 2011

Las armas de los íberos: la falcata ibérica

La falcata es una espada de hierro originaria de Iberia, y relacionada con las poblaciones indígenas ibéricas anteriores a la conquista romana. Muy usada entre los pueblos íberos o los celtíberos limítrofes con los primeros, siendo las espada de "antenas" más común en la zona más céltica de la Península.

Sus dimensiones son similares al gladio romano, de aproximadamente medio metro de hoja. Es muy factible que la estructura y dimensiones de la falcata hayan influido en la espada romana, naciendo así el gladius hispaniensis, cuya evolución tendería hacia la característica forma recta de la hoja. De todas formas es posible que esta influencia sobre las armas cortas romanas viniera dada por la espada de antenas, también frecuente en la Iberia prerromana y de origen celta.

La falcata solía utilizarse como arma de corte al impacto. Gracias a su forma y peso ofrecía una gran potencia a la hora de asestar cortes en el enemigo ocasionando grandes daños en él. Muchas de ellas tenían la parte del contrafilo rebajada lo cual hace pensar que también podía ser utilizada para dar estocadas.

La calidad del hierro con el que se forjaban las falcatas tenía una gran capacidad de corte y flexibilidad, una de las características más estimadas y buscadas. El procedimiento de dicho forjado era el siguiente:

  1. El hierro se sometía a un tratamiento de oxidación (enterrando las planchas bajo el suelo entre dos y tres años) eliminando así las partes más débiles.

  2. La hoja se realizaba forjando tres láminas y uniéndolas en caliente, de las cuales la central presentaba una prolongación para la empuñadura, desplazada normalmente hacia un lado respecto al eje de simetría de la espada, y con forma de cabeza de caballo o grifo. La empuñadura iba decorada con cachas de hueso o marfil, y solía unir la cabeza del animal a la guarda con una cadenilla.

Tras las primeras batallas en la Península Ibérica, se dio la orden a las tropas romanas de reforzar con hierro los bordes de sus escudos, posiblemente para contrarrestar la potencia de corte de las falcatas, muy superior a la de las espadas rectas y los sables.


Fuente:
El cuchillo militar - José E. Cuesta y Juan C. Laguna

1 comentario :

  1. Buen artículo. Didáctico y conciso.

    Al parecer, se especula con el parentesco entre la falcata y armas griegas o macedónicas contemporáneas de aspecto muy similar.

    De hecho, en los balcanes se han conservado hasta el siglo XIX armas blancas con hoja "yatagán", característicamente recurvada hacia abajo.

    También parece haber evidencias que permiten argumentar el posible origen griego-meditarráneo de los cuchillos kukri, característicos de los gurkas nepalíes.

    Me ha alegrado, dada la seriedad de la fuente, no oír hablar de uno de los mitos más absurdos que se suelen repetir de las espadas estriadas o vaciadas en general y de las falcatas en particular: Y es atribuír a las estrías que suelen aparecer a lo largo de la hoja, la finalidad de "provocar deliberadamente la gangrena, al introducir aire en la herida".

    Esta imbecilidad se la he llegado a leer a César Vidal, en un artículo divulgativo sobre los iberos.

    Como es comprensible, la razón de las estrías no es otra que aligerar el arma y aumentar la superficie de la hoja, y con ello su resistencia a los golpes -tanto por la forma como por la mayor penetración superficial del carbono en el proceso forjado-

    Gracias por el artículo y enhorabuena por el blog.

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