30 de junio de 2011

Machu Picchu, la ciudad perdida de los incas




El Machu Picchu es una misteriosa maravilla encaramada en una meseta de los Andes peruanos, a unos 500 metros por encima de un río. Allí, sin la ayuda de ruedas o de herramientas de hierro, los obreros incas construyeron una ciudad de piedra. Ese lugar es el mejor ejemplo de la ingeniería inca.

Los arquitectos construyeron más de 600 terrazas para evitar que la ciudad se deslizara por la montaña. Los ingenieros diseñaron un sistema de suministro de agua con una longitud de casi 1 km., y los albañiles erigieron templos en los que pueden verse los trabajos de mampostería más impresionantes del Nuevo Mundo.

Para los incas la arquitectura era especialmente importante. Los templos, construidos en los alrededores de la ciudad, están orientados para captar los rayos del sol naciente. La inclinación de los techos reflejan el Huayna Picchu, el monte que emerge tras ellos. Sin embargo, el Machu Picchu ha guardado muy bien sus secretos, ocultando durante más de 400 años su verdadero significado y finalidad.

Abandonado en el siglo XVI e invadido por la selva andina, se convirtió en un lugar perdido en el tiempo y fue olvidado incluso por la gente que lo construyó. Intacto durante siglos, Machu Picchu es una ventana al pasado, a través de la cual podemos conocer a quienes lo construyeron: los incas, una antigua civilización que creó el imperio más poderoso de Sudamérica.


En los tiempos en que Colón llegó al Nuevo Mundo, los incas controlaban todo el territorio que se extendía desde Colombia hasta Chile, un área mucho más grande que aquella controlada por los aztecas de México. Podría decirse que el imperio inca era la civilización más poderosa del Nuevo Mundo. Su dominio en Sudamérica empezó en 1438 cuando Pachacuti, un gran guerrero y líder, llegó al poder. Pero más allá de sus conquistas militares, Pachacuti inició un gran proyecto de construcción: ciudades, templos, grandes edificaciones y carreteras.

Durante siglos, Machu Picchu estuvo oculto al resto del mundo. Los conquistadores españoles nunca lo encontraron, y los diezmados incas que sabían dónde estaba acabaron olvidándolo.

Quienquiera que escogiera la ubicación de Machu Picchu, no pudo elegir un lugar más imponente. La ciudad está peligrosamente encaramada en una meseta entre los montes Huayna Picchu y Machu Picchu. Es una pendiente escarpada situada a unos 500 metros por encima del río. Diseñar y construir algo de tal magnitud en este remoto lugar fue una tarea monumental. Se necesitaron miles de trabajadores para despejar el lugar, poner los cimientos, construir terrazas y erigir las edificaciones.


La ciudad cuenta con unas 170 edificaciones, miles de escalones, varios templos y 16 fuentes. Los incas usaron cientos de miles de piedras para construir la ciudad, algunas enormes. Afortunadamente no tenían que ir muy lejos para encontrar los materiales de construcción, pues allí mismo existe una cantera. La calidad de la mampostería inca es legendaria. Las edificaciones muestran una precisión a la hora de encajar las piedras, que no tiene explicación. 500 años después, es imposible insertar la hoja de un cuchillo entre las piedras. Increíblemente, sin herramientas de hierro, los incas usaban rocas para tallar la roca.

Algunas de las rocas utilizadas en Machu Picchu pesan más de 20 toneladas. Las edificaciones más importantes dependían de que las rocas encajaran con precisión y de que su enorme peso las mantuviera en el sitio, pero hay pruebas de que en edificaciones menos importantes usaron argamasa hecha con una combinación de arcilla, tierra y pequeñas piedras.

Además del trabajo de mampostería de la ciudad, otra característica distintiva de Machu Picchu es el sistema de terrazas. Las terrazas tienen dos propósitos: proporcionaban un lugar para cultivar, y también evitaban que la ciudad se deslizara por la montaña. La construcción estratificada permitía que el agua de lluvia se filtrara suavemente a través de las terrazas. El principal cultivo era el maíz, junto a las patatas y los aguacates.

La ciudad estaba dividida en un sector agrícola y otro urbano. Los arquitectos incas diseñaron Machu Picchu para que estuviera en simbiosis con la naturaleza y muchos rasgos resaltan el paisaje. Los incas veneraban la naturaleza, la tierra para ellos estaba llena de un poder sagrado.


3 comentarios :

  1. Debe ser una maravilla poder visitar esas ruinas y esa mole en plenos Andes. Lo malo, según cuentan, es el "mal de altura" que los del lugar creo que llaman "soroche".
    Un saludo.

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  2. Muy interesante entrada, ademas de ilustrativa. Este es otro de mis sueños, poder visitar Machu Pichu.
    Un saludo y mis agradecimientos.

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  3. Hola!
    Tengo el placer de haber viajado a Perú y conocer esta maravillosa cuidadela.

    Es un viaje muy místico, sentía que cada escalón que pisaba o cada espacio que miraba tenía algo que contarme.
    La guía que teníamos era increíble y nos lleno de información, como por ejemplo que la mezcla que utilizaban para unir las piedras de algunas construcciones además tenía pelos de llama.
    Machu Pichu es imponente, mística, misteriosa...
    Les recomiendo el viaje, serán una nueva persona luego de conocer su historia in situ.

    Saludos.-

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