8 de junio de 2010

Barcino

La Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino, situada en una pequeña loma desde donde se divisa todo el llano, desde el mar cercano hasta los bosques y las lejanas montañas, no es una ciudad grande, aunque su destino es convertirse en una de las más populosas y conocidas, ya que la situación geográfica es perfecta para convertirla en un baluarte del comercio y de la defensa de los territorios adyacentes.

Barcino no es una ciudad cualquiera, por su robustez es posible que la creara el mismísimo Hércules. El anfiteatro es una buena muestra de ello, en él se desarrollaron grandes espectáculos, como las luchas entre gladiadores o de éstos contra animales salvajes, tiene forma circular y se elevan tres gradas en las que el público se sitúa por su importancia social. En la prima cavea los nobles romanos; en la media cavea, los ciudadanos, y en la summa cavea, la clase más humilde. Desde el anfiteatro se vislumbra un camino principal que comunica con las rutas de comercio de la Tarraconensis imperial.

Los romanos son muy adeptos al deporte y a la buena vida. Los ciudadanos no tienen más preocupación que vivir en sus majestuosas casas y celebrar lujosas fiestas.


Atravesando una de las cuatro puertas de la ciudad y dejando atrás el anfiteatro, se cruza la muralla y se llega al foro, el punto neurálgico de la urbe, en la parte más alta de la pequeña loma. Barcino está formada por la intersección de dos calles principales que se cruzan en la plaza del foro, la Cardo y la Documanos.

Los máximos representantes de los barceloneses romanos dedican sus horas a impartir la justicia y el gobierno desde el Senado de la ciudad, el Ordo Decurionum, formado por unos cien miembros divididos en: duumviri o magistrados supremos máximos representantes de la ciudad, y los aediles, que se ocupan de los menesteres directos de la urbe.

Sin embargo, no sólo caminan los máximos dirigentes de Barcino, también es lugar de paso de todos aquellos que van hacia el puerto o hacia sus casas, aquí conviven gran cantidad de libertos, esclavos liberados, que habitan en paz y con fortuna compartiendo su espacio con la más alta clase política.


El gran edificio que corona el foro, es el templo dedicado a Augusto, y se alza con magnificencia. Quizás la Barcino romana no es tan importante dentro del Imperio como para merecer un templo tan grande. Las seis columnas principales de la entrada envuelven el templo como los dioses protegen a Roma.

Barcino es famosa por su comercio de vino, cerámicas, sal de las minas de Cardona y alimentos, sobre todo de pesca, con otras ciudades del Imperio. La ciudad es importante por sus factorías de salazón de pescado, en las que se confecciona el garum, pasta resultante de la maceración de restos de pescado y sal. Pero no sólo el garum es importante; el vino y la cerámica son vitales para la economía y el desarrollo del comercio de Barcino.

Barcino ha de convertirse en el nexo de unión entre Roma y la Hispania Ulterior, la ciudad que distribuya el comercio, el lugar indicado para proteger las mercancías y a los mercaderes. Con este objetivo se crean diversas vías de comunicación, como la Vía Augusta, para cruzar y enlazar las distintas ciudades del litoral hasta llegar a los Pirineos.

Desde Roma a Barcino se podía llegar perfectamente por vía terrestre, pues de cada puerta de Barcino salía un camino que podía decirse que conducía a Roma.
Más de 70 torres flanquean los muros, dándoles aspecto de ser totalmente inexpugnables. Sobresalen unos tres metros del muro, lo que facilita así la defensa de la ciudad, ya que desde las ventanas situadas en la parte más alta se puede disparar o tirar cualquier tipo de objetos con facilidad. La muralla, además, cuenta con una guarnición militar que ejerce una vigilancia permanente de la ciudad. Barcino se convierte en una verdadera fortaleza, en una ciudad inexpugnable.


Fuente:
Historia breve de Barcelona - David Agustí


2 comentarios :

  1. Ya vendrá don Quijote a darse una vuelta por Barcino, junto al mar. Por cierto ¿cómo sería el latín con acento catalán? Jejeje.
    Un saludo.

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  2. Pues no lo sé Cayetano, porque no hablo latín jejeje.

    Cómo ha cambiado Barcino en todos estos siglos...

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