5 de abril de 2011

Aleister Crowley, "el hombre más malvado del mundo"

Siempre que se indague acerca del ocultismo del siglo XX, ya sea en investigaciones de la Segunda Guerra Mundial, de la iglesia de Satán instituida por Anton Lavey o de la Golden Dawn, siempre se tendrá que recurrir en algún punto al nombre de Aleister Crowley, quien fue llamado por los diarios sensacionalistas ingleses y por su madre "El Hombre más malvado del mundo", y aunque en muchos textos lo catalogan como simple escritor y poeta radical dejando de lado sus actividades dentro de la magia, su drogadicción y su bisexualidad, la realidad es que la forma en que este personaje escribió su nombre en los libros de historia es bastante singular.

Edward Alexander Crowley nació el 12 de Octubre de 1875 en Leamington Warwickshire, Inglaterra. Hijo de un rico cervecero galés, a corta edad quedó huérfano y heredero de una vasta fortuna. Como consecuencia de esto fue criado por dos tías solteras en un ambiente extremadamente puritano y severo ya que pertenecían, al igual que sus padres, a Los Hermanos Plymouth, una secta evangélica, conservadora y puritana.

Estudió en Cambridge, pero nunca llegó a graduarse, sin embargo pudo sentirse libre por primera vez en su vida y comenzó su tarea de escritor y poeta. Se dice que también fue ahí donde Aleister Crowley comenzó a rebelarse y se declaró enemigo acérrimo de la iglesia cristiana anteponiendo la magia como un mejor medio de alcanzar la realización espiritual. Además expresó su odio hacia sus padres, a los que siempre quiso hacer daño, por lo que no es de extrañar que su propia madre le llegara a llamar "La Bestia".

El interés de Crowley por lo oculto comenzó al leer al autor Carl Von Eckartshausen, cuyo libro "La nube sobre el Santuario" lo impactó notablemente, al hablar de una supuesta hermandad de adeptos que trabajan por el bienestar de la humanidad.

Crowley llamó Iluminismo Científico al sistema que desarrolló para la A.A. (Astrum Argentum) y cuyo lema es "El método de la Ciencia, el objetivo de la Religión", en el cual según él "(si se interpreta correctamente) está expresado todo". Para difundir su mensaje publicó una serie de revistas llamada "El Equinoccio"..

Sugirió a Winston Churchill que usara el signo de la victoria (el famoso "thumbs up" o pulgar hacia arriba) afirmando que le haría ganar la guerra. Asimismo, publicó un pequeño panfleto que contiene poemas relacionados con el tema, titulado "Thumbs Up: A Pentagram - a Pentacle to win the war" para que también lo usaran los soldados.

Dentro de las asociaciones ocultistas a las que perteneció Aleister Crowley se cuenta la Golden Dawn, donde después de escalar rápidamente los niveles inferiores tuvo altercados con otros miembros de la misma orden. Es en la Golden Dawn donde Crowley comienza a practicar los rituales mágicos guiado por una traducción de Samuel Liddel Matters de un manuscrito del siglo XV, llamado "El Libro de la Magia Sagrada de Abra Melin el Mago".

Aleister Crowley fue rápidamente expulsado de la Golden Dawn y fundó después la A.A. (Astrum Argentum) llegando también a ser personaje importante de la OTO (Ordo Templi Orientis) así como de otras muchas sociedades ocultistas.

Se retiró a Escocia, donde compró una casa a orillas del lago Ness a la que llamó Palacio de Boleskine y de acuerdo a la tradición escocesa se hizo llamar "Laird" (terrateniente) de Boleskine y Abertarff. Años más tarde Jimmy Page del grupo Led Zeppelin compraría la misma casa en que habitó Aleister Crowley.

A Crowley le gustaba cambiarse el nombre contínuamente, y por ello a lo largo de su vida fue conocido con sobrenombres como La bestia 666, Master Therion, Perdurabo (El que permanecerá), Conde Vladimir Svareff, Príncipe Chioa Khan, Baphomet, Lord Boleskine, etc.

En cuanto a las acusaciones en su contra de practicar la magia negra y la misa negra, Aleister Crowley dijo en una declaración al diario inglés "London Sunday Dispatch" lo siguiente:

Para practicar magia negra tienes que violar todo principio de la ciencia, decencia, e inteligencia. Debes estar obsesionado con una idea demente de la importancia del mezquino objeto de tus detestables y egoístas deseos. Se me ha acusado de ser "mago negro". No se ha hecho jamás afirmación más tonta sobre mí" ...

No obstante, también se sabe que la personalidad de Aleister Crowley era la de un tipo muy hablador e irresponsable, que en ocasiones decía cosas por decirlas sin tomárselas demasiado en serio, lo cual se observa en su comportamiento en ocasiones contradictorio, como cuando durante la Primera Guerra Mundial decía estar de parte de los alemanes mientras que durante la Segunda se mostraba abiertamente a favor de Inglaterra.

Aleister no sólo dedicó su vida al estudio, práctica y divulgación de la magia, sino que también se dedicó a muchas otras actividades que podía desempeñar gracias a la fortuna que le habían dejado sus padres. Era un jugador experto de ajedrez y practicaba también el alpinismo llegando incluso a participar en expediciones pioneras en su tiempo, como la expedición liderada por Oscar Eckenstein al segundo pico más alto del mundo después del Everest: el K2, en la india, con 8611 metros de altura. Si bien la expedición en la que participó no alcanzó la cima, sí se considera como el primer intento serio de alcanzarla llegando a una altura aproximada entre 6600 y 6705 metros de altura, sin tanques de oxígeno. También se dice que practicaba el ciclismo y el piragüismo entre otras disciplinas deportivas, además de ser un viajero que recorrió el mundo residiendo en varios países.

Además de escribir textos oculstistas también fue novelista, poeta y ensayista con más de 80 libros escritos, la mayoría de ellos sobre magia, cábala y esoterismo.

Al final de su vida, Aleister Crowley estaba en bancarrota. Murió en una casa de huéspedes en Inglaterra, el 1 de Diciembre de 1947, atacado por el asma que padeció durante gran parte de su vida y que se intensificó en sus últimos años. Sus últimas palabras antes de morir fueron: "A veces me odio a mí mismo".


Fuente:
Vidas de Fuego

3 de abril de 2011

El primer coche eléctrico de la historia

Muchos creen que la idea de un coche eléctrico es relativamente reciente, pero lo cierto es que se trata de un concepto casi tan viejo como la industria automotriz. El primer coche eléctrico funcional fue estrenado el 31 de agosto de 1894. Fruto del trabajo conjunto de un ingeniero llamado Henry Morris y su amigo Pedro Salom, un químico tan joven como él, fue construido casi 100 años antes de que la idea de un coche eléctrico fuese considerada como una alternativa seria por la industria. Cuando estos dos inventores sacaron su coche a la calle, en un caluroso viernes de verano, los peatones detuvieron su paso para verlo. No era para menos: su coche era el primero -de cualquier clase- en toda Filadelfia.


El medio de transporte habitual en esa época era el caballo, así que las calles de la ciudad estaban llenas de perfumado estiércol, y el coche avanza zigzagueando entre las boñigas. El “Electrobat”, tal como lo habían bautizado, era bastante feo. Morris y Salom construyeron el Electrobat en sólo dos meses. Había sido diseñado para poder transitar sin problemas por las desparejas calles de la ciudad, con ruedas delgadas y altas, más parecidas a las de un carro que a las de un coche moderno. Como es lógico, utilizaron los elementos que tenían a su alcance y el motor, por ejemplo, era un modelo utilizado algunos barcos. El coche completo tenia un peso superior a las dos toneladas, y parecía un carro al que le han robado los caballos. Solamente las baterías, de plomo y ácido, pesaban más de 700 kilogramos. Habría que esperar casi un siglo para disponer de las de polímero de ion de litio, más livianas y con mayor capacidad de carga, pero así y todo, el Electrobat se las arreglaba para recorrer hasta 160 kilómetros con cada recarga. Durante las pruebas realizadas en los meses siguientes a su presentación en sociedad, este prototipo recorrió miles de kilómetros sin mayores problemas. Disponía de dos asientos delanteros, situados casi arriba de las ruedas delanteras, y tenia espacio para tres o cuatro personas en la parte de atrás.

Como ha ocurrido con otros inventos, la historia suele atribuir la paternidad del coche eléctrico a más de una persona. Muchos libros se refieren al pequeño triciclo de 150 kilogramos de peso construido por Philip W. Pratt, en Boston, como el primero, pero el Electrobat fue anterior. Y para ser justos, si bien Morris y Salom construyeron uno perfectamente funcional y con gran autonomía, lo cierto es que en otros países se presentaron prototipos más o menos parecidos varios años antes. Dejando de lado estos “pequeños detalles” lo cierto es que el Electrobat fue un verdadero adelantado y la historia cuenta que diez años después de ser construido el Electrobat, solamente había 500 coches -todos impulsados por gasolina- en Filadelfia. Los dos amigos abandonaron el prototipo y construyeron una nueva versión, el Electrobat 2, que pesaba unos 800 kilogramos en total y era mucho más pequeño. Solo podía transportar al conductor, y sus baterías, de menor autonomía, pesaban 90 kilogramos. Sin embargo, el avance de los coches impulsados por gasolina, fabricados en serie, prácticamente eliminó el desarrollo de los coches eléctricos durante los 70 u 80 años siguientes.


Fuente:
Neoteo

2 de abril de 2011

El Osario de Sedlec

Kutná Hora alberga uno de los lugares más curiosos del planeta creados por el hombre. Una pequeña iglesia románica construida en 1400 y redecorada posteriormente con más de 40.000 esqueletos humanos.

Kutná Hora es una ciudad de Bohemia Central, región de la República Checa. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta localidad aún guarda la esencia del Medievo en sus calles, las cuales conservan su trazado original. Importante en el siglo XIII por la explotación de las minas de plata que se encuentran en las proximidades, Kuntá Hora tuvo una explosión económica que le permitió competir con Praga.

Muchos son los monumentos que comprenden la oferta cultural de Kutná Hora, como por ejemplo la Casa de Piedra, el Castillo Real (Patio Italiano) o la iglesia de Santa Bárbara, que es quizá la iglesia gótica más famosa de toda Europa Central. No obstante, y sin desmerecer el resto de construcciones quizá la más sorprendente sea el Osario de Sedlec. Una capilla llena de macabra belleza que encierra en su interior más de 40.000 esqueletos humanos a la vista de los turistas.


Esta capilla se encuentra situada bajo el suelo del Cementerio de Todos los Santos, y cuenta con una particular historia que nace con el viaje que el abad del monasterio de la Orden de Císter de Sedlec, realizó a tierra santa por orden del rey Otakar II de Bohemia. El abad Henry, que así se llamaba, decidió traer de Golgotha un puñado de tierra santa que roció por el suelo de la abadía. Al parecer esta anécdota se extendió por toda Europa Central, de tal forma que todo el mundo quería ser enterrado en esta localidad. Debido a la difusión de esta historia y a las víctimas de la peste negra y las guerras husitas, el cementerio se vio desbordado. Este fue el motivo por el que se vieron obligados a ampliarlo por primera vez.

En 1400 se decidió construir una iglesia gótica en el centro del cementerio. Esta iglesia tenía dos niveles, un primer nivel donde se realizaban los actos religiosos y un segundo nivel que se planteó como osario de los restos humanos que se encontraban dispersos en una fosa común en el cementerio. La exhumación de la fosa tuvo lugar en 1511, no obstante varios siglos después, los huesos humanos seguían apilados en la parte inferior de la iglesia sin saber muy bien qué hacer con ellos.

En 1870 la familia Schwarzenberg corrió con los gastos de una nueva reforma, esta vez de la iglesia construida en mitad del cementerio. Para ello contrató a Frantisek Rit, un tallista de madera, que sería el encargado de redecorar la capilla. El artista pasó una larga temporada encerrado literalmente entre los muros del osario, hasta que finalmente dio por terminada su obra. Había utilizado todos esos huesos, apilados por el paso del tiempo, para crear una decoración tan macabra como única en el mundo. Con los huesos construyó muros, pequeños y grandes elementos decorativos que formaban cruces e incluso lámparas de araña. También realizó un escudo en honor a la familia que había hecho posible la obra. Finalmente el resto de calaveras las incrustó en la cúpula para dar por terminada su obra. El resultado de esta obra quizá pueda parecer macabra, pero lo cierto es que esta pequeña iglesia recibe nada más y nada menos que 150.000 turistas al año. ¿Una verdadera obra de arte o un macabro culto a la muerte?




Fuente:
Yamelosé

1 de abril de 2011

Origen del chocolate

Muchos siglos antes de que Cristóbal Colón llevara el chocolate a Europa, en el año 600 antes de Cristo los mayas establecieron las primeras plantaciones de cacao en la zona de Yucatán. Mascaban las semillas, lo que les proveía de una gran energía.

Los aztecas retomaron la tradición del cultivo. Con el fruto de la planta, al que denominaban "cacahuatl", preparaban una bebida llamada "xocolatl" (xoco: amargo y atl: agua), hirviendo en agua las semillas tostadas y molidas, y mezclándolas con harina de maíz y especias como canela, vainilla o guindilla. Es decir, era un potaje amargo pero extremadamente energético.

El fruto del cacao era muy valioso entre los aztecas. Sus semillas se utilizaban como moneda de transacción y unidad de cálculo.

Una leyenda azteca dice que las semillas de cacao fueron traídas desde el Paraíso por el dios Quetzalcóatl, "la serpiente emplumada", quien enseñó su cultivo a los hombres. Por esta razón, el chocolate se utilizaba en rituales y sólo era bebido por la nobleza y las clases militares. Se consideraba que suministraba una energía extraordinaria, y hasta se le atribuían poderes afrodisíacos. Tal es así, que según relató el conquistador Hernán Cortés después de conocer la corte de Moctezuma en México, el emperador azteca sólo tomaba un potaje de chocolate aromatizado con vainilla y especias, antes de entregarse a su harén.


Fuente:
Todo con chocolate - Aurora Roldán

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