Después de la infructuosa segunda Cruzada, la situación de los Estados cristianos de Oriente continuó suscitando serios temores. Las luchas intestinas entre los príncipes, las intrigas cortesanas, las disputas de las órdenes religioso-militares y los intereses privados, constituían causas de debilidad para los cristianos y favorecían la nueva ofensiva de los musulmanes. Antioquía y Jerusalén -los centros más importantes de las posesiones cristianas- carecían de fuerzas suficientes para defenderse sin ayuda ajena. Nur-ed-Din Mahmud, enérgico soberano de Siria, se adueñó de Damasco y en la segunda mitad del siglo XII amenazó Antioquía. Pero el verdadero peligro provino de Egipto, donde el kurdo Saladino, jefe de talento y político sutil y de amplias miras, había derribado al último Fatimita, fundando la dinastía Eyubida. A la muerte de Nuredin, Saladino conquistó Siria y gran parte de Mesopotamia, amenazando así el reino de Jerusalén por el Este, el Sur y el Norte.
En aquella época Jerusalén era presa de turbulencias que Saladino no desconocía. Informado de que una caravana musulmana, con la que viajaba su hermana, había sido atacada por los cristianos, Saladino pasó la frontera del reino de Jerusalén y en 1187, junto al lago de Tiberíades, en Hittin (Hattin), batió a las tropas cristianas. El rey de Jerusalén y otros príncipes reinantes cayeron prisioneros. Saladino ocupó varias plazas del litoral, como Beirut, Sidón, Jaffa y otras, impidiendo de este modo la llegada de refuerzos a los cristianos. Después marchó sobre Jerusalén, que sin gran dificultad tomó en otoño del mismo año (1187). De manera que todos los sacrificios de Europa y todo su entusiasmo religioso no habían servido de nada. Jerusalén había pasado de nuevo a manos de los infieles y se imponía una Cruzada más.
Mapa de la Tercera Cruzada |
En 1187 el Papa Gregorio VIII convocó una nueva Cruzada. A la Cruzada pronto se unieron Enrique II de Inglaterra y Felipe II Augusto de Francia. Más tarde también se unió el emperador Federico I Barbarroja.
La respuesta al llamamiento a la Cruzada fue buena, porque había un gran fervor religioso en toda Europa. Los reyes de Inglaterra y Francia acordaron una tregua en la guerra que les enfrentaba, e impusieron a sus respectivos súbditos un "diezmo de Saladino" para financiar la empresa. En Gran Bretaña, Balduino de Exeter, arzobispo de Canterbury, viajó a Gales, donde convenció a 3.000 guerreros de que tomaran la cruz.
Enrique II de Inglaterra murió el 6 de julio de 1189, tras ser derrotado por su hijo Ricardo y el rey de Francia. Ricardo I, más conocido por su sobrenombre "Corazón de León", heredó la corona y de inmediato comenzó a recaudar fondos para la Cruzada.
Federico I Barbarroja fue el primer rey en partir hacia Tierra Santa, en mayo de 1189. Federico había reunido un ejército tan numeroso que no pudo ser transportado por el Mar Mediterráneo, y tuvo que atravesar a pie Asia Menor. El 10 de junio de ese mismo año, al atravesar el río Saleph, Federico cayó de su caballo y se ahogó por la pesada armadura. Su hijo Federico VI llevó a su ejército a Antioquía, y dio sepultura a su padre en la iglesia de San Pedro de dicha ciudad. En Antioquía, muchos de los supervivientes del ejército alemán murieron de peste bubónica.
Asedio de San Juan de Acre |
Los cruzados ingleses llegaron a Acre desde donde se dirigen hacia Jaffa a través de la costa. Algunos kilómetros a las afueras de Acre la caballería turca de Saladino atacó la parte posterior de la formación cruzada pero el ataque fu repelido.
El avance de la columna cruzada se vería entorpecido por el continuo acoso sarraceno. El hostigamiento duró varios días hasta que llegaron a Haifa. El campamento cruzado fue instalado junto al río recibiendo las provisiones de la flota que avanzaba por la costa.
Al amanecer del 7 de septiembre de 1191 los cruzados levantaron su campamento y cruzaron el río Rachetaillee, encontrándose con un gran ejército sarraceno que bloqueaba su avance. El ejército sarraceno se dirigió hacia el flanco izquierdo cruzado y Ricardo procedió a la organización de su ejército en cinco divisiones.
La caballería turca de Saladino, apoyado por lanceros árabes y arqueros nubios, continuó su ataque al flanco izquierdo pero Ricardo aguantó y contuvo el ataque, esperando el cansancio de las monturas sarracenas.
Ricardo I 'Corazón de León' |
A media tarde los caballeros hospitalarios y franceses no resistieron la presión y se lanzaron a la carga contra el ala derecha de la caballería de Saladino. Ante el éxito inicial Ricardo envió a los templarios, bretones y angevinos en una segunda carga hacia el flanco izquierdo sarraceno. Viendo los resultados del contraataque cruzado, Saladino envió a su guardia personal a la lucha. Los cruzados aguantaron una vez más el empuje y continuaron con su ataque lo que provocó la derrota de buena parte de las tropas sarracenas mientras que el resto se dispersó hacia las colinas cercanas a Arsuf. Las bajas de Saladino se cifraron en unos 7.000 soldados.
Después de la victoria los cruzados se dirigieron hacia Jaffa sin oposición, alcanzando la ciudad en tres días. Desde allí se dirigieron a Jerusalén, llegando hasta 20 kilómetros de la Ciudad Santa. Debido a las fuertes defensas, a la cercanía del ejército de Saladino en la retaguardia y al mal tiempo reinante, el rey Ricardo decidió retirarse hacia Ascalón.
La tercera Cruzada finalizaría con el pacto entre Saladino y Ricardo por el que se garantizaba a comerciantes y peregrinos el libre acceso a Jerusalén, manteniendo la ciudad en manos sarracenas. La franja de terreno entre Tiro y Jaffa quedaba en manos cruzadas al igual que la isla de Chipre.
Fuentes:
- Artehistoria
- Biblioteca Tercer Milenio. Historia del Imperio Bizantino (Alexander A. Vasiliev)
- www.erain.es
- Wikipedia
Para saber más:
Vidasdefuego.com - Biografía de Saladino, el defensor del Islam
Sin duda es la más famosa de todas las Cruzadas y la que ha dado lugar a
ResponderEliminarmás literatura, con personajes de primera como Ricardo Plantagenet y Saladino, por cierto, muy reivindicado por el fallecido Bin Laden.
Un saludo.