20 de abril de 2012

Las Cruzadas (II): La Primera Cruzada (1096-1099)

En marzo de 1095, el Papa Urbano II recibió una petición de ayuda del emperador de Bizancio Alejo I Comneno, que le solicitaba el envío de mercenarios cristianos para combatir a los selyúcidas, que se habían adueñado de Asia Menor y habían ocupado los Santos Lugares. Para debatir el asunto, el Papa Urbano convocó en noviembre de ese mismo año el Concilio de Clermont, donde pronunció un dramático llamamiento dirigido a todos los cristianos occidentales para que tomasen las armas y acudiesen a defender Tierra Santa.

Los terratenientes que participaran en la expedición tenían garantizada la defensa de sus tierras por parte de la Iglesia hasta su regreso. Los delincuentes verían perdonados sus delitos y los nobles de vida disipada verían olvidados sus deslices. En definitiva, todo aquel que cayera luchando por la verdadera fe, obtendría el perdón a todos sus pecados.

Los caballeros que oyeron la exhortación papal cortaron unos paños rojos en forma de cruz y se los colgaron en el pecho como signo de que querían participar en la expedición que proponía Urbano II. Al grito “Deus vult!” “¡Dios lo quiere!”, se ponía en marcha la Primera Cruzada.

Roberto II de Normandía luchando contra los musulmanes durante el
Sitio de Antioquía

Al mismo tiempo que Urbano II, varios predicadores entre los que destaca Pedro el Ermitaño, encendieron los ánimos de la gente más humilde llegando a reunir un gran ejército de campesinos, artesanos, mujeres y niños que pretendía conquistar Jerusalén por su cuenta. Este ejército desorganizado y sin ningún tipo de preparación militar fue duramente masacrado.

En junio de 1097 se conquista Nicea, capital de Rum, el sultanato turco de Asia Menor, que queda bajo soberanía bizantina. A esta primera victoria le sigue una durísima marcha hacia Siria, con el triunfo en la crítica batalla de Dorilea el 1 de julio. Luego, entre octubre de 1097 y junio de 1098 se estanca ante las murallas de Antioquia.

Cruzada de Pedro el Ermitaño
La victoria, el 28 de junio, facilita el camino hacia el sur, pero los príncipes, en lugar de avanzar, permanecen en la región mientras de disputan el botín. El gran triunfador es Bohemundo, que obtiene el gobierno de Antioquia en detrimento del conde de Tolosa. En vez de marchar hacia Jerusalén, tras la conquista de Antioquia los jefes cruzados pasaron meses disputándose el botín. 

El día 6 de julio, el provenzal Pedro Desiderio comunica que el obispo Ademaro se le había aparecido. Afirma que el eclesiástico insta a los jefes cruzados a ceder en su egoísmo, a ayunar y a marchar descalzos en torno a Jerusalén, tras lo cual conquistarán la ciudad al cabo de nueve días. El asalto comienza en la noche del 13 al 14 de julio, a cargo de 12.000 infantes y 1.200 o 1.300 caballeros. El viernes 15 de julio, el ejército cruzado conquista Jerusalén. Dos días después, los cruzados eligen al gobernante de Jerusalén Godofredo, cuyo enfrentamiento con Raimundo de Tolosa marcará el final de la cruzada. El nuevo patriarca de Jerusalén expulsó de la iglesia del Santo Sepulcro a todos los sacerdotes de ritos orientales.

La primera cruzada fue la única que triunfó de las ocho que hubo a lo largo de dos siglos. El despropósito duró tres años, empleados en la toma de Nicea, Antioquía y Jerusalén, logros a los que ayudó la división interna del enemigo musulmán. El gran desconocimiento geográfico de los cruzados hizo que se embarcaran ingenuamente en un viaje de proporciones que excedían a su imaginación.


Fuentes:
- Imperio Romano
- www.mgar.net
- Wikipedia
- Historia Universal

Para saber más:
Cruzadas. Trabajo sociales - La Cruzada popular
De Reyes, Dioses y Héroes - Pedro el Ermitaño
www.oocities.org - Discurso de Urbano II en el concilio de Clermont de 1095

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