2 de diciembre de 2011

Orígenes del afeitado

En el Antiguo Egipto, sacerdotes y sacerdotisas egipcias debían depilarse el cuerpo entero antes de entrar en los templos. Por razones de estética e higiene, esta práctica era también profesada por la plebe, usando las mujeres cremas depilatorias, fuego, el raspado con piedra pómez, arrancado con hilo o agresivas pociones a base de cal viva. Los hombres utilizaban navajas de sílex, cobre y posteriormente hierro.

Los griegos consideraban que un cuerpo depilado era el ideal de belleza, juventud e inocencia. Es por ello, que en las clases sociales altas, se llevase a cabo esta práctica. Esta costumbre se trasladó a las romanas, habiendo en los baños públicos cuartos para la depilación. Existían esclavos que depilaban en los prostíbulos el vello púbico de las cortesanas.

Alejandro el Grande obligaba a sus soldados a afeitarse para que así sus adversarios no pudiesen tirarles de las barbas. En Rusia, el zar Pedro I el Grande prohibió a sus oficiales que se dejasen barba bajo multa por desobediencia. En Japón, los hombres se afeitan la cabeza para pedir disculpa. Los musulmanes, tanto hombres como mujeres, se depilan para mantener su cuerpo limpio. Sin embargo, los cristianos consideran la depilación de las partes íntimas como un acto pecaminoso.

En España, en el año 840 d.C., un famoso cantante proveniente de Bagdad, Ziryab, abrió el primer instituto de belleza del mundo en la ciudad andaluza de Córdoba. También introdujo el pelo corto en los hombres y el color blanco de la vestimenta en verano e impuso el orden en las comidas, con las sopas de primer plato, las carnes y pescados de segundo, y los dulces de postre.

Fuente:
http://www.cienciapopular.com/n/Ciencia/Historia_del_Afeitado/Historia_del_Afeitado.php

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