19 de abril de 2011

Pueblos íberos: Los carpetanos

Los Carpetanos eran un pueblo que habitaba la Meseta sur, desde la sierra de Guadarrama hasta el Tajo.

Muchas de sus ciudades se hallaban asentadas en riscos y escarpaduras con cuevas naturales o artificiales que servían a la gente de mansiones. Plutarco habla de la ciudad de los Caracitanos (Taracena, cerca de Guadalajara), que no estaba compuesta de casas, sino que en realidad era un monte bastante alto y de cierta extensión con muchas cuevas orientadas hacia el norte. Otros poblados encerraban casas agrupadas sin orden, construidas en parte de piedra y en parte de madera y adobes o tapial.

Medusa de Titulcia, pieza arqueológica realizada en oro
y plata, que perteneció a los carpetanos
Al parecer contaban con un sistema económico bastante más diversificado que los pueblos colindantes, pues aunque su base era la agricultura contaban con un cierto nivel de ganadería, sobre todo de cápridos, y también explotaban ciertos minerales, los que se daban en su zona, sobre todo oro y plata, debido a que el hierro y el cobre se daban en la parte norte de la Meseta. Además, sus hombres eran empleados como mercenarios de otras poblaciones. También recolectaban en el bosque, y complementaban su alimentación con lo que cazaban, sobre todo jabalís, conejos y liebres. Lo que cultivaban principalmente era la vid y el olivo. No destacó, sin embargo, el pueblo carpetano, en la industria textil, así como en el trabajo de los metales, de los que solo realizaron algunas piezas de orfebrería.

La moneda apareció a finales del siglo III a.C. o comienzos del siglo II a.C., debido fundamentalmente a los contactos de los carpetanos con los romanos y con los cartagineses, que hicieron frecuente el uso de la moneda entre ellos. Pero hasta la mitad del siglo I a.C. no se tiene constancia de que acuñaran moneda propia.

Los hombres vestían ropajes negros y ásperos de lana, y arrolladas a las piernas llevaban espinilleras de piel. En caso de guerra se cubrían la cabeza con un casco de bronce, adornado de una gran cresta de color rojo, y en una mano llevaban un escudo redondo y ligero. Sus espadas eran de dos filos y los puñales de un palmo de longitud: de éstos se servían para la lucha cuerpo a cuerpo. Sus únicas industrias eran las del hierro y el tejido de sagos, piezas ásperas de lana parecidas en su aspecto a la de las cabras salvajes.

Marco Porcio Catón, Catón el Viejo, fue el procónsul romano encargado de romanizar este pueblo. En torno al año 195 a. C. dirigió las operaciones militares destinadas a eliminar la alianza militar de carpetanos, vetones, vacceos y otras tribus celtíberas. En el 193 a. C. las legiones de Marco Fulvio Nobilior llegaron a sitiar Toletum, la capital de los carpetanos, para conquistarla al año siguiente, tras derrotar a un ejército aliado vetón. Nobilior capturó al rey carpetano Hilerno, quien había reunido en torno a él a una confederación de vacceos, vettones, olcades y carpetanos.

En el verano del 185 a. C. un ejército aliado de carpetanos, lusitanos y vetones derrotaron a los romanos dirigidos por Quinto Crispino y Cayo Calpurnio. Y al año siguiente fue derrotado en Titulcia el cónsul Aulo Terencio Varrón. En el 180 a. C. pacificó la zona Tiberio Sempronio Graco firmando con los carpetanos una tregua por 25 años. A partir del 153 a. C. las treguas de Graco se rompieron y las luchas continuaron. Sólo acabarían con la caída de Numancia, en 133 a. C. ante las legiones de Publio Cornelio Escipión.


Fuentes:
- www.liceus.com
- www.madridejos.net
- Wikipedia

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