Al igual que ocurría con sus intermediarios en la tierra, los dioses del Nilo practicaban la endogamia frecuentemente. Según creían los egipcios, todo lo que existe surge de un único demiurgo que en su soledad tiene que masturbarse para procrear la primera pareja divina, dos hermanos que al alcanzar la pubertad contraen matrimonio. A partir de ahí comienza la saga de incestos entre las distintas divinidades, cuyas relaciones se van complicando con el paso del tiempo. Por ejemplo, el dios Horus tiene como esposa a Hator, pero mantiene relaciones con siete concubinas, lo que provoca celos y continuas peleas conyugales. Las mismas trifulcas domésticas que debieron producirse en los atestados harenes de los palacios reales del antiguo Egipto por alcanzar o perder el lecho real. El comportamiento del dios Seth aporta algunos datos sobre cómo era percibida la homosexualidad a orillas del Nilo. Una de las versiones del mito desvela sus coqueteos con el dios Horus, del que alaba su espalda, y como éste confía a su madre Isis las inquietantes insinuaciones de Seth. Aunque la madre le aconseja olvidar el asunto, Horus termina cediendo a las proposiciones de Seth.
Otros textos parecen sugerir que la relación homosexual es sobre todo un acto de supremacía del poderoso sobre un inferior o un subordinado. Los egiptólogos han descifrado jeroglíficos que desvelan la íntima relación del faraón Pepi II con uno de sus generales, llamado Sasenet. La aventura amorosa entre los dos aguerridos varones encaja de alguna manera con la que mantienen los dioses Seth y Horus en el Olimpo egipcio. Los investigadores también han aportado información sobre las relaciones homosexuales entre algunos sacerdotes del templo de Jnum en Elefantina. Otras evidencias parecen sugerir que la homosexualidad fue rechazada por el pueblo, aunque consentida entre las clases dirigentes. El Libro de los Muertos, la guía indispensable del Más Allá, califica de virtuosa la abstinencia de las prácticas homosexuales, pero no aclara si esas prácticas eran ocasionales o muy frecuentes, ni cuál era su consideración social.
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Endogamia e incesto. El origen de muchas cosmogonías. La mitología griega también nos habla de esto. Gea y Urano, hermanos y esposos, al igual que Zeus y Hera. En la biblia, los hijos de Adán y Eva tendrían descendencia con sus hermanas.
ResponderEliminarUn saludo.
Ya ve, madame, ya estamos con una vara de medir para las clases dirigentes y otra para el pueblo.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Estoy inmersa en la lectura del mismo, y de momento me tiene enganchada.
ResponderEliminarBesos
Nela