El castillo de Ascó (Tarragona) fue centro de una encomienda templaria y más tarde hospitalaria. El castillo, que había pertenecido a los sarracenos en la defensa del paso del Ebro, es mencionado el 1148 en el convenio que firmaran el conde de Barcelona, Ramon Berenguer IV, y el de Urgell, Ermengol VI, acerca de la ciudad de Lleida, que se conquista al año siguiente. Por este convenio, el conde barcelonés daba al urgellés en feudo el castillo de Ascó, que aún así parece que todavía no había sido conquistado. Lo fue hacia el 1151.
El 1153 el conde Ramon Berenguer IV dio a los templarios bienes en Ascó. El 1175 Alfons I les empeñó el castillo de Ascó. El 1182 el monarca dio a los templarios el mencionado castillo, aunque se reservó algunos derechos y, finalmente, Pere I, el 1210, les dio todos los derechos que tenía en los lugares de Ascó y Riba-roja. Es decir, los templarios obtuvieron su plena señoría.
Según Miret i Sans, aunque no se pueda precisar la fecha de establecimiento de la encomienda de Ascó, se sabe que a finales del siglo XII ya existía, porque el 1197 era comendador un tal Folc. Parece que el último comendador templario de Ascó fue Berenguer de Santmarçal (1304). A finales del siglo XIII los templarios de la encomienda de Ascó se habían aliado con los Montcada, señores de Tortosa y de Aitona que tenían casa en Ascó, contra los Entença, los cuales intentaron, sin éxito, arrebatarles Móra d'Ebre. Arrasaron, sin embargo, todas las tierras de cultivo desde Móra a Tivissa.
A principios del siglo XIV, al abolirse la orden del Temple (1312), Ascó se convirtió en una encomienda hospitalaria, dependiente de la castellanía de Amposta. La encomienda hospitalaria de Ascó, según el censo de Pere el Ceremoniós, de la segunda mitad del siglo XIV, integraba las siguientes localidades: Berrús, Riba-roja, Ascó, les Camposines, la Fatarella, Vilalba, Vinebre y la Torre de l'Espanyol.
El comendador de Ascó tenía casa en el pueblo, que se conservaba todavía a mediados del siglo XIX, y según Madoz se llamaba "Casa del Encomendador". El comendador tenía a su cargo el gobierno de la población y tomó parte en la guerra contra Joan II. Al castillo de Ascó se llevó, desde Aitona, al príncipe de Viana Carles de Aragó y desde allí fue trasladado a Zaragoza, todo esto durante el tiempo inmediatamente anterior a la mencionada guerra. Durante ésta, las fuerzas del arzobispo de Zaragoza, partidarios del rey, se apoderaron de Ascó, en 1466.
En la guerra de los Segadors, los comendadores de Ascó enviaron sendos memoriales de agravios al rey francés y al castellano, porque ambos ejércitos habían hecho estragos en la población. Hasta 1716 Ascó perteneció a la vegueria de Tortosa y del 1716 al 1833 al corregimiento de Tortosa. Es del partido judicial de Gandesa.
Tras la conquista cristiana, la población anterior, musulmana, siguió allí en gran número. En 1497 eran moriscas 135 de las 165 familias de la población. El 1610, cuando se decretó la expulsión de los moriscos sólo quedaron 11 familias, hecho por el cual la moreria de Ascó se extinguió y en su lugar se estableció un núcleo de repobladores cristianos, protegidos por unos capítulos que concertaran los hospitalarios con los jurados y el nuevo consejo del pueblo en 1611. Señala el historiador Font i Rius la excepcionalidad de estos capítulos en Catalunya, que tendrían que ser relacionados más bien con los numerosos establecimientos de cristianos en los lugares abandonados por los moriscos que están documentados en la Comundad Valenciana. El término perteneció al partido judicial de Gandesa hasta 1970, que pasó al de Tortosa. La villa sufrió las consecuencias de la proximidad al frente en la batalla del Ebro durante la guerra civil de 1936-39.
Ay que penita, madame, mire lo que queda de un castillo tan interesante.
ResponderEliminarPero bueno, es igual, aunque solo quedara una piedra en pie sería valiosisima por haber contemplado tanta historia.
Feliz fin de semana
Bisous