14 de septiembre de 2009

Castillo de Carcassonne

Situada a orillas del río Aude y rodeada por poderosas murallas, la ciudad de Carcassonne posee un interesante Château Comtal, protagonista a lo largo de los siglos de importantes acontecimientos históricos. Fue el vizconde Bernard-Anton de Trencavel quien, a comienzos del siglo XII, decidió abandonar la antigua residencia familiar del Château Narbonnais, emplazado junto a la Puerta Narbonense, para instalarse en el Château Comtal, situado en la extremidad occidental del espolón rocoso, en el punto más alto de la Cité. La nueva residencia condal surgió sobre los restos de edificios del período romano, como demuestran los mosaicos galo-romanos descubiertos en los cimientos. El Castillo Condal se articulaba en dos edificios de una sola planta, dominados por una torre cuadrada y dispuestos en ángulo recto en torno a un patio cerrado al este por una empalizada, reconstruida en la década de los años cincuenta del siglo XX. Desde el patio hoy se pueden ver las partes más antiguas del castillo, caracterizadas por arquitecturas medievales románicas y góticas: el ala occidental, el ala sur y la planta baja de la "Tour Pinte", una torre de vigilancia de diez pisos y 28 metros de altura. Del patio principal se pasa luego al patio "de Mediodía", en su origen una gran habitación demolida en el siglo XV: de ella quedan las monumentales chimeneas y el solado de lastrones. En 1150 en el lado norte se construyó la capilla privada de los vizcondes, la Capilla de Santa María, de la que se conservan los restos del ábside. El espacio ocupado antaño por el castillo era mucho más pequeño que el actual: reconstruido y ampliado varias veces a lo largo de los siglos, el castillo alcanzó la extensión que presenta hoy sólo en el siglo XIII tras la incorporación de la ciudad a la Corona de Francia; en la actualidad es el mejor ejemplo existente de arquitectura militar. Con la creación del Senescalado Real entre 1228 y 1239, los conquistadores franceses establecieron su cuartel general en el castillo, que se convirtió en "una fortaleza en la fortaleza": se le añadió entonces un nuevo cerco de murallas, con saeteras y torres redondas horadadas por aspilleras. Este cerco de murallas, restaurado según el proyecto del arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, todavía se puede apreciar: a lo largo de la fachada este, donde se abre la puerta de entrada, los muros están jalonados por cinco torres semicilíndricas articuladas en cuatro pisos, los dos primeros con bóveda cupulada. La segunda puerta de acceso al castillo se encuentra en la cara oeste y estaba destinada al paso de los carros. El castillo está rodeado por un foso, profundo y vacío, necesario para impedir el acercamiento de las máquinas de guerra. En su origen, el actual puente de piedra llegaba hasta 2 metros antes de la barbacana: la parte final era de madera, removible. La barbacana semicircular presenta dos puertas, una exterior y otra interior, para mayor protección. La doble hilera de agujeros cuadrados que se aprecia en la parte superior de los muros servía para fijar las garitas: estructuras de madera techadas y en voladizo, destinadas juntamente a servir de defensa y de atalaya. En el suelo de las mismas se habían practicado aberturas para observar y hostilizar al enemigo. Las torres estaban protegidas por doble puerta, doble rastrillo y doble matacán. El primero de agosto de 1209, Simón de Monfort puso sitio a Carcassonne: la ciudad fue expugnada pocos días después, sus habitantes fueron proscritos y el vizconde Raimond-Roger de Trencavel encerrado en una torre de la Cité, donde murió el 10 de noviembre. Después de la muerte de Simón de Monfort, en 1218, su hijo Amaury no logró conservar los territorios conquistados por su padre. Siguieron períodos de luchas intestinas hasta 1240, cuando la ciudad fue reducida a escombros por las tropas del rey de Francia. A lo largo del siglo XIII, el Castillo Condal fue dotado de nuevos sistemas de defensa. Hasta 1659, año del Tratado de Paz de los Pirineos, firmado entre las monarquías de España y Francia, el bastión de Carcassonne fue utilizado para defender la frontera entre Francia y Aragón. Cuando perdieron su importancia defensiva, las fortificaciones fueron gradualmente abandonadas. En 1844, el arquitecto Viollet-le Duc - famoso por haber restaurado la iglesia de Notre-Dame de París - fue encargado de dirigir las obras de restauración de toda la ciudad. La imponente obra fue terminada en 1890, y la ciudad recobró así el aspecto que la caracterizaba en la época medieval. En la primera planta del castillo hay un interesante museo, el Museo Lapidario, en el que se exponen estatuas, cruces de piedra y sarcófagos descubiertos en el área de la ciudad. (Fuente consultada: Los castillos cátaros. Ciudadelas de vértigo)

5 comentarios :

  1. Ay, madame, que belleza de lugar, un conjunto monumental tan grande y con tanta historia apasionante. Habla de unos tiempos que me son muy queridos. Aun resuenan los ecos de los cataros y de aquella dorada Occitania.

    Buenas noches

    Bisous

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  2. Sí Dame Masquée. Estuve allí hace dos semanas. Es precioso.

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  3. Entras allí y parece que estés en otra época, verdad? Es una pasada y de noche, iluminado, es precioso.

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  4. Hola!!

    Que bonito es Carcassonne, sin duda, espero verlo. Luego colgaré mis fotos en http://www.trivago.es/carcassonne-36191 como lo han hecho miles de viajeros y donde he visto información para mi viaje. Un saludo

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