15 de junio de 2009
Boudicca, la reina guerrera
Aunque la sociedad celta era patriarcal y guerrera, las mujeres gozaban de un margen de libertad bastante amplio en comparación con otros pueblos. Poseían derechos como el de heredar y administrar los bienes de sus padres y maridos.
Los celtas de Gran Bretaña tuvieron dinastías de sucesión femenina, como en el caso de Boudicca (o Boadicea), reina de los icenos, pequeña tribu que ocupaba el actual territorio de Norfolk, al norte de Londres.
Boudicca era la esposa del rey de los icenos, Prasugatos, que era aliado de Roma. Y como solía ocurrir con los aliados, había sido forzado a declarar al emperador romano (en este caso Nerón) heredero de sus tierras, conjuntamente con sus dos hijas. A cambio de esto, los icenos se habían librado de ataques y destrucción. Pero a la muerte de Prasugatos los romanos no respetaron el tratado. Se apropiaron del territorio iceno, ya que Roma no reconocía a las mujeres derechos hereditarios.
Boudicca, la viuda del rey, pretendía que se mantuviese el pacto firmado por su difunto esposo, por lo que provocó un levantamiento ante el que los romanos reaccionaron con toda la brutalidad de la que fueron capaces: azotando a la reina y violando a sus hijas. Los jefes icenos fueron desprovistos de sus derechos y esclavizados. Las tierras fueron asoladas y el ganado sacrificado.
Estos actos tan infames hicieron que muchas tribus tomaran sus armas. Corría el año 60.
Boudicca encabezaba a los suyos subida en su carro de guerra, llevando tras ella a otras tribus vecinas. Llevaba el estandarte con el símbolo sagrado de Andrasta, diosa de la victoria: una liebre con la luna llena. Al mando de su ejército hace gala de su apodo: "La Victoriosa".
Atacó y arrasó las principales ciudades romanas en territorio británico, derrotando a la Legión Hispana, masacrando a sus habitantes y sacrificando a la diosa Andrasta los supervivientes. No hubo piedad. No hubo prisioneros. Todo el odio retenido se descargó contra el invasor y sus colaboradores.
La visión de Boudicca en su carro de guerra, con su pelo flamígero ondeando al viento, y tal vez con el busto al aire teñido de azul, debía ser terrible.
De todas formas, no era la primera vez que los romanos veían a una mujer de armas tomar, ya que algunos de sus historiadores lo habían reflejado en sus escritos.
Según Estrabón, "una mujer celta enfadada es capaz de partir avellanas con un chasquido de sus dedos". Y Amnianus Marcellinus nos cuenta que "si un galo está en peligro, su mujer acude en su ayuda, hincha su cuello, rechinan sus dientes, agita sus pálidos brazos en el aire y da golpes como si fuera una bestia desbocada".
Para combatir a Boudicca, Suetonio reunió dos legiones, en total unos diez mil hombres. Ambos bandos se entregaron a la lucha con todo su ardor, pero la disciplina y el orden de los legionarios romanos pudo con la fuerza bruta de los celtas.
Boudicca, viendo que su huida no era posible, decidió poner fin a su vida. ¿Qué no hubieran sido capaces de hacer con ella en caso de encontrarla viva?
(Fuente consultada: Breve historia de los celtas - Manuel Velasco)
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Madame, este personaje me fascina. Por cierto que, si no ha leido aun Aguilas y Cuervos, de Pauline Gedge, se la recomiendo fervientemente. Trata sobre los celtas britanos, y aparece esta mujer. Una novela apasionante.
ResponderEliminarBisous
Vaya, pues otro libro que me apunto jeje.
ResponderEliminarMe ha encantado la historia de esta reina "de armas tomar"...
ResponderEliminarUna mujer guerrera de los pies a la cabeza, porque no todos los grandes generales de la época eran capaces de derrotar a las bien preparadas y disciplinadas legiones romanas. Contaría, imagino, con el factor sorpresa y el conocimiento pleno del terreno.
ResponderEliminarBesos
Sí, me imagino que de primeras los romanos debieron subestimar a la reina, y más después del castigo infringido a ella y a sus hijas. Al menos pudo saborear la venganza, aunque al final fuese derrotada.
ResponderEliminarPartiendo avellanas asi cualquiera le lleva la contraria
ResponderEliminarYa te digo, no debían tener mala leche ni nada las celtas.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe apasionan las historias sobre mujeres heroícas. Imagino las caras de los hombres ante la magestuosidad de su autoridad, la fuerza de su carácter y el coraje que mostraban, ya que para ellos era inconcedible que una mujer sirviera más que para criar hijos.
ResponderEliminarEsta historia me recuerda a otra maravillosa mujer que fue también protagonista de la misma autora. Llevó a la ficción a una gran mujer histórica adentrándose en su carácter y personalidad únicos. Esa mujer pertenece a otro tiempo, a otro pueblo. El título del libro es La Dama del Nilo, de la misma autora Pauline Gedge, y la protagonista, la faraona egipcia Hatshepsut, . Os lo recomiendo.
Y si queréis un avance curioso visitad esta página, el relato acerca mucho a la realidad:
http://travianmagazine.net/Revistas/ES-010-may-10.pdf
p.d. espero no estar infringiendo ninguna norma al postear este enlace