13 de marzo de 2009
Roma imperial: la urbe y sus gentes
La historia de la Roma antigua se desarrolla a lo largo de un milenio aproximadamente, y el estilo de vida de los romanos fue cambiando a medida que cambiaba la estructura del Imperio.
Fuera de Roma, ni los juegos del circo eran tan frecuentes ni la distribución de alimentos y dinero al pueblo tan abundante. En la gran urbe, en cambio, era una práctica frecuente que los hombres importantes se ganaran el favor de los ciudadanos repartiendo sumas de dinero.
El llano existente entre el foro y el Tíber llegó a convertirse en la mayor zona comercial de Roma, donde se efectuaban los grandes y pequeños negocios de compraventa. A esta zona del Tíber llegaban las embarcaciones procedentes de Ostia, cargadas de mercancías que se vendían rápidamente.
Al otro lado del foro, en el llano que llega hasta la ladera del Esquilino, creció un barrio muy laborioso pero muy plebeyo, donde se asentaron todos los artesanos.
En cuanto a la alimentación, la frugalidad de los primeros romanos había desaparecido por completo en la época imperial, aunque la abundancia de manjares dependía siempre del poder adquisitivo del comensal.
Los romanos de clase elevada desayunaban (ientaculum) a base de pan, queso, huevos y leche, y hacia las doce almorzaban (prandium) ligeramente con los restos de la cena del día anterior o con algunos fiambres. La comida principal tenía lugar hacia la hora décima, es decir, las cuatro de la tarde y en algunos casos podía durar hasta el anochecer.
La cena era la ocasión normal que tenía un romano para reunirse con sus amigos. Se recostaban en los triclinium; el plato se sostenía con la mano izquierda y con los dedos de la derecha se llevaban la comida a la boca.
Los pasatiempos romanos de los que se tiene más información son los baños en las termas y los espectáculos del circo. Las termas eran el mayor centro de la vida mundana de la ciudad.
Entre las diversiones del circo, dos de ellas eran particularmente crueles e inhumanas. Una era la lucha de gladiadores, prisioneros adiestrados expresamente para el espectáculo. El vencedor salvaba su vida hasta la próxima lucha y la suerte del vencido dependía del humor del público, que decidía el perdón o la condena.
Otra era la lucha de un gladiador con una fiera, generalmente tigre, león o toro. En esta modalidad la suerte del hombre estaba echada desde el primer momento; por eso muchas veces se hacía servir como instrumento de ejecución pública de delicuentes.
El anfiteatro Flavio presenció las más sangrientas escenas circenses de todo el Imperio.
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Otro pasatiempos romano muy extendido eran las bacanales que montaban en honor a "BACO" (Dios del vino), comida,bebida y sexo jeje.
ResponderEliminarUn abrazo Kassio, me ha encantado el post.
Me encanta.Es la época de la historia donde me gustaría haber nacido.
ResponderEliminarNo debia de estar mal vivir en Roma, siendo ciudadano romano, claro esta.
ResponderEliminarNo creo que yo hubiese sido una habitual de las luchas de gladiadores, pero bueno, seguramente encontraria muchos otros alicientes en la ciudad.
Bisous
La última foto de "Gladiator"... qué peliculazo!! Es una de mis favoritas y se ve muy bien la vida de los gladiadores.
ResponderEliminarRespecto a lo de las bacanales que decía Fayna, cuando estuve en Pompeya, me llamó muchísimo la atención que había "vomitorios", sí, se llamaban así, un cubículo de 1m cuadrado donde se iba a vomitar para luego seguir comiendo.
Gran blog. Se aprende historia de forma amena. Enhorabuena!
ResponderEliminarun saludo