El castillo de
Caernarfon está ubicado en la ciudad del mismo nombre al norte del País de Gales.
El castillo se alza desafiante en una penísula rodeada por el estrecho de Menai a orillas del río Seiont, un lugar estratégico ideal para construir una fortaleza.
No sólo fue diseñado para fines de defensa de un área importante, sino también para ser palacio real y centro administrativo del norte de Gales. Era un símbolo del poder del rey sobre los galeses.
Eduardo I ordenó su construcción que comenzó en 1283, completándose la primera fase en 1285; sin embargo la construcción continuó durante otros 50 años. El primer príncipe de Gales, hijo de Eduardo I, nació en Caernarfon en 1284.
El castillo tiene un diseño alargado y a menudo su forma es comparada a la de un reloj de arena.
Posee una serie de torres polgonales unidas por un largo muro. Su característica más impresionante es la
Torre del Águila en el lado oeste y las bandas de color utilizadas en las paredes.
En el siglo XX fue escenario de la investidura en 1911 del nuevo príncipe de Gales, el que sería Eduardo VIII de Inglaterra, y en 1969 tuvo lugar entre sus muros la investidura de Carlos de Inglaterra, actual príncipe de Gales.
Actualmente alberga el
Museo de los Fusileros Reales de Gales, y está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El castillo de Caernarfon está ubicado en la ciudad del mismo nombre al norte del País de Gales.
El castillo se alza desafiante en una penísula rodeada por el estrecho de Menai a orillas del río Seiont, un lugar estratégico ideal para construir una fortaleza.
No sólo fue diseñado para fines de defensa de un área importante, sino también para ser palacio real y centro administrativo del norte de Gales. Era un símbolo del poder del rey sobre los galeses.
Eduardo I ordenó su construcción que comenzó en 1283, completándose la primera fase en 1285; sin embargo la construcción continuó durante otros 50 años. El primer príncipe de Gales, hijo de Eduardo I, nació en Caernarfon en 1284.
El castillo tiene un diseño alargado y a menudo su forma es comparada a la de un reloj de arena.
Posee una serie de torres polgonales unidas por un largo muro. Su característica más impresionante es la Torre del Águila en el lado oeste y las bandas de color utilizadas en las paredes.
En el siglo XX fue escenario de la investidura en 1911 del nuevo príncipe de Gales, el que sería Eduardo VIII de Inglaterra, y en 1969 tuvo lugar entre sus muros la investidura de Carlos de Inglaterra, actual príncipe de Gales.
Actualmente alberga el Museo de los Fusileros Reales de Gales, y está considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Bonito castillo. La verdad es que me gustan casi todos. Sus piedras tienen un halo de misterio, leyenda, romanticismo... que se mezcla con una buena dosis de arquitectura e historia y todo ello, bien agitado en la coctelera del tiempo, viene a nuestro encuentro a sorprendernos siempre.
ResponderEliminarUn saludo.
Por allí debe haber cada uno impresionante. Lo de que esté comparado con un reloj de arena no lo acabo de entender...
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