Los fenicios disponían de una marina muy eficiente en todo lo referente a la circulación de hombres, bienes y culturas.
La marina fenicia llegó a imponerse sobre todo gracias a la competencia de sus carpinteros, que sabían construir cascos sólidos y estancos. Además de la quilla, las cuadernas y los clavos, el empleo de betún para calafatear ya se había extendido por todas sus atarazanas.
Por otro lado, el marino fenicio sabía orientarse y conocía aquellos itinerarios que le podían evitar los escollos antrópicos o naturales: piratas, arrecifes, corrientes rápidas y difíciles de dominar.
Los marinos se valían de las experiencias acumuladas que iban enriqueciéndose sin cesar. Según parece, los fenicios sobresalían en saber leer el firmamento. Higinio (64 a.C.-17 d.C.), esclavo liberto de tiempos de Augusto, les atribuye el mérito de haber sabido decodificar el mensaje de la Osa Menor, que ayudaba a encontrar el norte. De hecho, parece que Higinio no es el autor del manual de astronomía en el que se habla de los fenicios y de la Osa Menor, pero poco importa. En desquite, como para reconocer a los fenicios el mérito de haber facilitado la navegación nocturna, los griegos bautizaron a la estrella del norte phoeniké. El poeta Manilio (siglo I d.C.) alude a ello en su obra Astronomica:
"La Osa Menor da vueltas sobre un círculo más pequeño; es menos grande y menos brillante, pero más importante que la Osa Mayor, según los marinos fenicios; para los cartagineses es el guía más seguro, cuando en el mar buscan una orilla que no pueden ver" (I, 297-300).
Fuente:
Grandes marineros estos fenicios y expertos en el arte de la salazón del pescado. ¿Qué sería del bacalao y la mojama sin ellos? Un saludo.
ResponderEliminarNo conocía el blog, bueno enhorabuena por el post, todo un triunfo ;)
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