El Muro de Adriano es la mayor construcción realizada por los romanos en toda Britannia. Se halla al norte de Inglaterra, entre los condados de Cumbria y Northumberland.
El Vallum Aelium, denominación originaria del Muro, fue levantado en el 122 d.C., siendo gobernador de Britannia, y supervisor de su construcción, Aulus Platorius Nepos. Aunque se ha especulado sobre su objetivo de dividir el mundo bárbaro del romano, la opinión más extendida es que su función sería la de proteger esta zona del Imperio de los saqueadores y establecer puntos aduaneros fortificados desde los que poder controlar el flujo de personas y poder cobrar tasas e impuestos. En su construcción participaron las tres legiones que se encontraban en Britannia (Legio II Augusta, Legio VI Victrix y Legio XX Valeria Victrix) junto con destacamentos de la classis Britannica, la flota naval de las islas.
Inicialmente la construcción del Muro fue diseñada para ser realizada en piedra desde Pons Aelius (Newcastle) hasta el río Irthing, y de ahí hasta Maia (Bowness-on-Solway) hacia el oeste con tierra y madera, alcanzando una extensión de 118 Km. El Muro contaba con una anchura de 3m. (posteriormente reducida a 2,4m.) y una altura de 4,5m. y se hallaba reforzado por un foso en V hacia el Sur. A cada milla romana (1.480m.) se hallaban establecidos puestos de guardia, que podían dar acomodo a una veintena de soldados, y entre éstos se situaban dos torres de vigilancia. A partir de los años 124-125 d.C. se reforzó el entramado defensivo con la construcción de fuertes de mayor tamaño, cada siete millas (once kilómetros), reemplazando las antiguas edificaciones de la era de Agrícola. Igualmente, se alargó por el Este, desde Pons Aelius (Newcastle) hasta Segedunum (Wallsend). Durante los años treinta se continuó reforzado el muro, restaurando en piedra aquellas zonas levantadas inicialmente con materiales más ligeros. También se construyeron carreteras que facilitaran la comunicación entre las diferentes fortificaciones. El Muro fue abandonado entre los años 138-139 debido a las exitosas campañas contra los pictos, que llevaron las fronteras imperiales más hacia el Norte. La fallida conquista de las tierras caledonias (Escocia) devolvió al Muro de Adriano su protagonismo como la frontera más septentrional del Imperio Romano, circunstancia que se mantuvo hasta el progresivo abandono de Britannia por parte de las legiones romanas. A principios del siglo III d.C. varios fuertes fueron objeto de restauración pero hacia finales del siglo IV d.C. la mayor parte del Muro y de sus fuertes se hallaban en mal estado.
El área mejor conservada del Muro de Adriano es su tramo central, al noroeste de Hexham (Northumberland). En esta zona se encuentran los fuertes más interesantes, como Housesteads y Chesters, y el fuerte y vicus de Vindolanda, cuyo museo cuenta con una fascinante colección de objetos, entre los que destacan las famosas "Cartas de Vindolanda".
Fuente:
Viator Imperi
Una gigantesca obra para su tiempo. Aunque no hay impedimento capaz de contener el avance de las masas decididas a pasar al otro lado.
ResponderEliminarParece que esta vez nos hemos puesto de acuerdo en el tema del "muro".
Un saludo.
El Muro de Adriano era una idea genial pero era complicada de llevarse a cabo. En el fondo la idea de retirarse al sur de la isla, a la zona mas "civilizada" y mas facil de defender era una idea genial. El problema es que un muro sin mas no retiene a la gente si no hay nadie que lo defienda, y esto fue lo que al final hizo que Gran Bretaña volviera a la barbarie tras la epoca romana. Simplemente el muro, por si solo, no pudo contener el avance barbaro.
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