24 de junio de 2013

El 'teléfono rojo' de la Guerra Fría

El “teléfono rojo” de la Guerra Fría, una línea directa entre Estados Unidos y la Unión Soviética, fue una necesidad nacida de la crisis de los misiles en Cuba, cuando los líderes de las potencias se dieron cuenta de la importancia de un canal expreso de comunicación.

Los angustiosos días vividos en octubre de 1962 dispararon intensas especulaciones sobre las verdaderas intenciones de ambos rivales, en tiempos en que los mensajes entre Moscú y Washington tardaban horas en traducirse y entregarse.

Una carta de los soviéticos del 26 de octubre de 1962, en la cual esbozaban una posible salida al conflicto, fue recibida por el embajador estadounidense en Moscú a las 09:42 hora local de Washington, pero no fue sino después de las 21:00 que llegó al Departamento de Estado, después de ser traducida y encriptada. Estos mensajes, además, estaban redactados en el lenguaje opaco de la diplomacia de una superpotencia, que impedía al redactor admitir cualquier debilidad o equivocación.

Para agilizar la comunicación y reducir el riesgo de una guerra nuclear, los dos gobiernos establecieron el 30 de agosto de 1963 lo que llegó a conocerse como el “teléfono rojo”, pero que no era otra cosa que un cable que transmitía mensajes escritos. En la década de 1970, se agregó una línea telefónica vía satélite, que permitía compartir mapas, documentos y fotos entre ambos gobiernos.

La Casa Blanca y el Pentágono guardan bajo llave el secreto de cuántas veces fue usado el “teléfono rojo”, pero los líderes de ambas potencias lo utilizaron durante las guerras entre árabes e israelíes en 1967 y en 1973 y durante la invasión soviética a Afganistán en 1979.

Moscú y las capitales europeas establecieron posteriormente sus propias líneas directas de comunicación. En 1996, China instaló su “teléfono rojo” con Rusia, antes de hacerlo dos años más tarde con Estados Unidos. En 2005, India y Pakistán los imitaron.

En septiembre de 2011, Estados Unidos propuso a Irán, su actual mayor antagonista, una línea directa para evitar cualquier confrontación que pueda derivarse del polémico programa nuclear iraní, al que Occidente acusa de perseguir un arma nuclear, pero Teherán declinó la oferta.


Fuente:
Publimetro.pe

19 de junio de 2013

La pintura al óleo

Alrededor del año 1420 el pintor Jan van Eyck (Juan de Brujas), hablaba en su taller a un grupo de artistas del momento. Les hablaba en flamenco:

"Seguimos pintando como hace cien años, doscientos, trescientos años, con todos los convencionalismos y prejuicios del gótico. Encuadrando las figuras con fondos de oropel, vacíos, sin vida, ajenos a la realidad y a la verdad. Os propongo que pintemos los hombres, las mujeres, los árboles y los campos tal como son realmente. Os propongo que pintemos la vida cotidiana, la verdad que nos rodea" (1).

El grupo estuvo de acuerdo. Allí estaban el Maestro de Flemalle, Van der Weyden, Petrus Christus... y todos se esforzaron desde entonces en pintar con ese realismo predicado por Juan de Brujas. Y crearon la escuela Flamenca, continuada y afirmada por figuras como Bouts, van Goes, Memlinc, Bosch, Bruegel, Rubens, Jordaens, Rembrandt.

No es extraño que Juan de Brujas fuera el elegido para iniciar un nuevo movimiento en el arte de la pintura ya que diez años antes había descubierto algo trascendental. Hasta 1410, todos los artistas pintaban sus retratos con pintura de temple al huevo. Muchos años antes, en el libro Diversarum artium schedula escrito por Teófilo (1200), se comentaba la posibilidad de dar una fina capa de aceite de oliva al cuadro terminado. Se había experimentado que después de aplicar una capa de aceite sobre la pintura al temple con huevo, los colores revivían como recién pintados. Esta técnica planteaba un problema que hasta entonces no se había podido resolver. Después de aplicado el aceite, la pintura secaba con gran dificultad y se debía exponer el cuadro al sol varios días con el posible riesgo de deterioro de la pintura, de ennegrecimiento de los colores y de pérdida de intensidad de los blancos.

El matrimonio Arnolfini  (Van Eyck)
Cierto día, Juan de Brujas aplicó aceite a su pintura y después de dejarla secar al sol se cuarteó. Desde ese momento, Juan no cejaría hasta hallar un aceite que secara a la sombra. Continuó sus experimentos hasta comprobar que mezclando una pequeña porción de barniz blanco de Brujas con aceite de linaza obtenía una solución que secaba a la sombra sin ninguna dificultad.

Jan van Eyck probó entonces disolver con esa solución los colores que se utilizaban para pintar al temple. Comprobó que los colores podían ser aplicados claros o espesos, en veladuras o en capas cubrientes. Vio también que mientras secaban podían rectificarse matices y colores, que mantenían su integridad e intensidad de brillos y que a la vez secaban sin la necesidad de exponer el retrato al sol. El gran paso se había dado. Jan van Eyck había descubierto el mejor medio para pintar, la pintura al óleo. La pintura al óleo daba a los colores una luminosidad, una profundidad y una transparencia desconocidas hasta entonces e hicieron que la pintura de Van Eyck fuera considerada la más realista que se había hecho hasta entonces.

Durante los siglos XV y XVI, los venecianos crearon unas resinas menos duras y más suaves que las empleadas por la escuela flamenca. Basadas en aceites más finamente depurados, éstas facilitaron el uso de la tela como soporte, en lugar de las pesadas tablas. Este nuevo soporte para el cuadro dio un gran impulso a la pintura y aumentó tanto el consumo de las obras de arte como el número de los encargos artísticos.

Sin embargo, la innovación veneciana fue más allá, y cambió también la manera en que se aplicaba el color. Dejó de lado la aplicación de finas veladuras propuesta por la pintura flamenca e introdujo la aplicación de colores pastosos y rugosos en pinceladas densas y fuertes a gusto personal de quien pinta el retrato. Más que la luminosidad y la transparencia, esta escuela buscó la reflexión del color. Tiziano fue, quizá, uno de los más claros exponentes iniciales de esta técnica en la que las pinceladas aparecen claras y nítidas y que luego sería la que se utilizara en el arte del período Barroco.

(1) Este diálogo en concreto es imaginario pero basado en hechos reales.


Fuente:
Retrato garantizado

9 de junio de 2013

Novelas históricas

Hoy traemos una nueva recopilación de novelas históricas.

Catalina de Lancaster. Primera Princesa de Asturias (María Teresa Álvarez)

En 1388, en Castilla contraen matrimonio dos jóvenes príncipes: Catalina de Lancaster, una muchacha de quince años llegada de Inglaterra, y Enrique de Trastámara, apenas un niño de nueve. Su unión no sólo sellará la paz entre los dos países, sino, sobre todo, entre dos familias rivales. Ella es depositaria de la legitimidad de la corona de Castilla; él, el heredero de los Trastámara, la rama bastarda que arrebató el trono a Pedro I, el abuelo de Catalina. Su regalo de bodas será muy especial: un título nobiliario que los convertirá en los primeros Príncipes de Asturias.


El rey de la ciudad púrpura (Rebecca Gablé)

Jonah, un joven huérfano, que trabaja como aprendiz de comerciante de telas al servicio de su pérfido primo Rubert, se convierte en el único heredero de su abuela Cecilia. Pero antes de iniciar una nueva vida, debe esperar a que su primo apruebe su liberación y, para ello, primero tiene que emprender un peligroso viaje a Norvich.



Los jinetes del águila (Alejandro Blanco)

Noega, cerca de la actual Gijón, año 9 d.C. Cuatro hermanos astures se ven obligados a escapar de su castro natal, perseguidos por una familia rival que ha asesinado a su familia y cuenta con el apoyo del gobernador romano de la provincia.

Los cuatro juran vengar con sangre la injusticia cometida. En su huida se verán forzados a alistarse en las legiones romanas como auxiliares. Allí serán destinados a Germania, donde tomarán parte en la legendaria batalla de Teutoburgo. Servirán al general Julio Cesar Germánico, heredero del emperador Tiberio, en su guerra contra Arminio, el caudillo germano.

Bajo su mando directo se verán envueltos en conjuras que cambiarán el destino del Imperio romano.


Victus (Albert Sánchez Piñol)

Una novela histórica que se sitúa a inicios del XVIII y narra la Guerra de Sucesión a través de un joven barcelonés, Martí Zuviría. Es la tragedia de un individuo que se convierte en un genio en las artes de fortificación y expugnación propias del siglo XVIII, pero a quien el destino le lleva a fortificar y expugnar su propia ciudad: Barcelona.



La Rosa de Asturias (Iny Lorentz)

Asturias, en los albores de la Edad Media. Tras asesinar a su más acérrimo rival, el conde Roderick secuestra a Maite, la hija del líder vascón. Aunque ésta logra escapar, su odio hacia el conde y su familia no se apaga. Años después, cuando Maite conoce las intenciones de la hija del conde, la Rosa de Asturias, de casarse con un franco, comprende que ha llegado el momento de vengarse.

3 de junio de 2013

Personajes históricos: Marco Polo (1254-1324)

Marco Polo fue miembro de una ilustre familia de mercaderes de la próspera República Veneciana, que ambicionaba comerciar con el pueblo tártaro de Oriente.

Su padre y su tío emprendieron conjuntamente una expedición hacia Oriente en el año 1255. Cuando hubo noticias de la llegada de los mercaderes al territorio, el emperador mongol Kubilai Kan los mandó llamar, dado que la presencia de unos latinos constituía un hecho extraordinario. Durante catorce años permanecieron entre los mongoles. De regreso, los Polo actuaron como embajadores del emperador y visitaron al Papa en su nombre, para transmitirle el deseo de Kubilai Kan de que éste enviara sabios y sacerdotes a visitar su Imperio.

En el año 1271 y con la bendición de Gregorio X, los Polo, incluido Marco, que a la sazón contaba diecisiete años, comenzaron su segundo viaje por tierras orientales. Atravesaron Israel, Armenia, llegaron a las regiones de la actual Georgia y luego al golfo Pérsico. Desde allí remontaron hacia el norte, cruzaron Persia y después se adentraron en las montañas de Asia Central, siguiendo el itinerario de la ruta de la seda. La travesía del Pamir los condujo a los dominios del Gran Kan. Tras superar los desiertos que rodean Lob Nor llegaron a Kancheu, la primera ciudad realmente china, donde establecieron contacto con una civilización que practicaba una religión casi desconocida para Occidente, el budismo. Permanecieron en el lugar un año, durante el cual se dedicaron al comercio.

Itinerario del viaje de Marco Polo

Reemprendieron entonces el viaje, acompañados de una escolta enviada por el Gran Kan para conducirles al nordeste de Pekín, donde el emperador tenía su residencia de verano. Pronto el soberano tomó a Marco Polo bajo su protección personal, le demostró una confianza absoluta, y le comenzó a asignar todo tipo de misiones: así, por ejemplo, ingresó en el cuerpo diplomático de la corte y se convirtió en gobernador, por tres años, de la ciudad de Yangzhou. Su padre y su tío se dedicaron a los negocios, al tiempo que actuaban como consejeros militares de Kubilai Kan.

Se desconocen los detalles de este período de la vida de Marco Polo; sin embargo, mientras permaneció al servicio de Kubilai Kan, tuvo oportunidad de viajar por todo el territorio de la dinastía mongol, que por entonces se hallaba en pleno apogeo, y adquirir conocimientos sobre la cultura y las costumbres de China. Destacaban el esplendor de la capital, su organización administrativa y la de todo el país, el sistema de correos, la construcción de obras públicas, el trabajo artesanal de la seda y el uso de papel moneda.

Cuando la familia Polo manifestó el deseo de partir, Kubilai Kan no se opuso, aunque les confió todavía una última misión: escoltar hasta Persia, en un trayecto por vía marítima, a una princesa china que iba a casarse con un kan persa. En el año 1295 los Polo llegaron a Italia, donde fueron recibidos con tantas muestras de interés como de incredulidad, por lo que se vieron obligados a exponer sus riquezas para que la gente creyera sus historias.

Más adelante, en el transcurso de una batalla naval entre las flotas de Génova y Venecia, Marco Polo, capitán de una galera veneciana, fue capturado por los genoveses. Durante los tres años que permaneció prisionero dictó el relato de su viaje a un compañero, escritor de profesión. El material se recopiló bajo el título de El descubrimiento del mundo, también conocido como El millón o Libro de las maravillas del mundo. Estas narraciones constituyen el primer testimonio fidedigno del modo de vida de la civilización china, de sus mitos y sus riquezas, así como de las costumbres de sus países vecinos, Siam (Tailandia), Japón, Java, Cochinchina (que corresponde a una parte de Vietnam), Ceilán (hoy Sri Lanka), Tíbet, India y Birmania.


Fuente:
Biografías y Vidas

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