Con la llegada de Hitler al poder, el Ministerio de Propaganda ideó una campaña para que conocidas mujeres alemanas de la época coparan las portadas de todas las publicaciones. La intención era que el gran público viera el papel que iba a tener la mujer en la nueva sociedad que se estaba gestando.
Pero la realidad era otra. Los líderes nacionalsocialistas dejaban claro el tipo de mujer ideal para el pueblo alemán. Debía ser rubia con ojos azules e ir peinada con un moño o unas trenzas. El rostro no debía ocultarse bajo maquillajes ni adornos. Preferiblemente la mujer debía tener caderas anchas para facilitar el parto, ya que la finalidad última de cada mujer era casarse y tener cuantos más hijos mejor. Tampoco debía fumar: "La mujer alemana no fuma", podía leerse en carteles repartidos por distintos establecimientos públicos.
En 1934 se institucionalizó el 'Día de la Maternidad', fijado el 12 de agosto (nacimiento de la madre de Hitler), y más tarde se impuso el reparto de las 'Cruces de Honor de la Madre Alemana' en función de los hijos habidos.
Una de las metas del régimen era la de glorificar a la madre prolífica. Para alcanzar esta meta era necesario apartar a la mujer del mundo laboral, por lo que se creó un amplio abanico de ayudas familiares. Las mujeres que abandonaban su puesto de trabajo para casarse podían recibir préstamos de hasta 1.000 marcos (el salario medio de un año), que se cancelaban en un 25% por cada hijo que nacía. Además, las facturas de los servicios básicos podían reducirse hasta en un 50% por las mismas razones. Entre 1933 y 1937 la natalidad aumentó en un 40%.
Algunas maestras se acogieron a tales medidas, lo que redujo el número de profesoras en la enseñanza básica en más de un 20%. De la universidad desaparecieron casi por completo. Peor fue la centralización de los contenidos lectivos. Se intentó dirigir a las alumnas hacia "enseñanzas que les eran propias", como Enfermería o Ciencias Domésticas. Las ingenierías les estaban vedadas. Para compensarlo se crearon organismos específicamente femeninos, como el Instituto de la Moda que tuvo gran éxito.
Como miembros de la Juventud Hitleriana, a los 10 años las niñas ingresaban en la Liga de Muchachas Jóvenes, pasando a los 15 propiamente a la BDM, la Liga de las Jóvenes Alemanas. Durante su estancia, además de las clases de formación política y salud racial, las chicas recibían nociones de economía doméstica, puericultura o dietética.
En 1935 se reinstauró el servicio militar y al año siguiente se prolongó el tiempo en filas, lo que provocó que poco a poco las mujeres volvieran a integrarse en el mercado laboral, pero casi nunca en puestos de responsabilidad y siempre con sueldos más bajos que los hombres.
La llegada de la guerra cambió la mentalidad de la mujer alemana. Al principio, el régimen se opuso a la incorporación de la mujer al esfuerzo de guerra, pero el creciente número de bajas condujo a la incorporación de muchas mujeres al esfuerzo bélico desde finales de 1943, aunque no como combatientes sino en tareas auxiliares.
Con la guerra la imagen de la mujer alemana cambió. Ahora aparecía a menudo ataviada con un mono de trabajo y un cigarrillo en la comisura de los labios. Trabajaba en fábricas y talleres o desescombrando las ciudades derruidas.
La mujer alemana se desinhibió. Las relaciones sexuales con trabajadores extranjeros, penadas, aumentaron sin cesar sobre todo en el entorno rural. A falta de hombres jóvenes, crecieron las relaciones entre muchachas y hombres maduros.
Pero el cambio más significativo se dio en Berlín el 27 de febrero de 1943. Este día fueron arrestados los últimos judíos que quedaban en la capital. La mayoría no habían sido deportados por estar casados con una mujer aria. Cuando corrió la voz, sus esposas se presentaron en el lugar donde estaban retenidos para pedir su liberación. Lo hicieron durante días, a pesar de la presencia de la Gestapo. Por fin, Joseph Goebbels accedió a su liberación. Muchos sobrevivieron gracias a este acto de resistencia.
Fuente:
Historia y Vida nº 539, reportaje de Sergi Vich Sáez
Para saber más:
Libro: Historia social del Tercer Reich (Richard Grunberger)
ME PARECE MUY INTERESANTE LA RESEÑA QUE REALIZAS , CREO QUE UN TEMA BASTANTE HUERFANO EN LAS AULAS DE HISTORIA SUELE SER EL VINCULADO A LA EVOLUCION DEL PAPEL DE LA MUJER EN EL PERIODO DE ENTREGUERRAS, DIFERENTE EN LAS DEMOCRACIAS UN TANTO AJADAS DEL PERIODO ,AL DE LAS MUJERES DE LOS REGIMENES TOTALITARIOS , PERO SOMETIDAS A ESPACIOS MUY REDUCIDOS EN LA VIDA PUBLICA. LOS ROLES DE MADRES ABNEGADAS O DE MUJERES AL SERVICIO DE LOS INTERESES DE LA NACION.....SEAN LOS QUE SEAN SE HICIERON PRESENTES EN TODA EUROPA DEPUES DE LA PRIMERA GUERRA MNDIAL,LA DESMOVILIZACIONDE LA MUJER Y SU REINTEGRACION EN EL HOGAR SE ENCUENTRA PRESENTE EN LAS NACIONES EUROPEAS.LO CURIOSO ES QUE LAS IMAGENES DE LAS FLAPPERS (SIEMPRE NA EXCEPCION) E HAN CONVERTIDOEN ICONO DE LOS AÑOS 20.
ResponderEliminarUN CORDIAL SALUDO
ANA AUIRREGOITIA
No sean mentirosos, la mujer alamana no se deshinibió, sino que con la llegada de los aliados, comenzaron a ser violadas especialmente por los bolcheviques
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