30 de abril de 2011

El collar de María Antonieta

El asunto del collar de María Antonieta fue una estafa perpetrada contra el cardenal de Rohan, en la que se vio implicada la propia reina.

Jeanne Valois de la Motte, hija de un noble venido a menos, había nacido en la miseria y era obligada por su madre a ejercer la mendicidad. En una ocasión, mientras pedía limosna cerca de París, Jeanne se cruzó con la marquesa de Boulainvilliers, a la que relató su historia. La marquesa se apiadó de ella y le encontró plaza en un internado para hijas de nobles pobres, donde se la educó para ser monja. Pero Jeanne era ambiciosa y el ambiente religioso no iba con ella, de modo que con 22 años escapó del internado y conoció a un oficial del ejército llamado Nicolás de la Motte, con el que se casó.

De la Motte también era pobre, por lo que Jeanne decide utilizar su ascendencia noble para escalar puestos en la sociedad y acude de nuevo a su antigua protectora, la marquesa de Boulainvilliers, quien le presenta al cardenal de Rohan, el clérigo más poderoso de la Corte de Versalles, pero al que la reina aborrecía.

Jeanne se las ingenia para introducirse en Versalles como supuesta condesa de Valois aunque sin conseguir llegar hasta la reina, y hace creer al cardenal que por su mediación conseguirá recuperar el favor perdido ante la soberana, a cambio de que la ayude económicamente. A partir de ese momento el cardenal de Rohan no deja de desembolsar ingentes cantidades de dinero para pagar las deudas contraídas por la supuesta condesa y su esposo.

Por aquél entonces, los joyeros de la corte Charles Boehmer y Marc Bassenge, se ven en un gran aprieto económico. Luis XV había encargado para su amante Madame du Barry un soberbio collar de diamantes a estos dos joyeros. Sin embargo, la muerte de Luis XV frustró la operación, y los joyeros tuvieron que quedarse con el costosísimo collar. Desesperados, lo habían ofrecido a la corte de España, y, ante la negativa de Carlos III a pagar los dos millones de libras que pedían por él, de nuevo a Versalles, en donde el collar había despertado la admiración de María Antonieta ya en 1782, quien, por lo demás, tampoco se hallaba en condiciones de desembolsar el millón setecientas mil libras que habían pedido los joyeros. Incapaces de vender el collar pese a rebajar fabulosamente el precio, los joyeros estaban a punto de deshacer el collar cuando su existencia llegó a oídos de la condesa Jeanne de Valois de la Motte.

Usando su nombre y supuesta amistad con la reina, la condesa consigue que los dos joyeros le muestren el collar. Ensimismada ante tal magnificencia, la condesa decide hacerse con el collar por medio del cardenal. Le hace saber que la reina, antes de la reconciliación, necesita un último favor del cardenal: desea comprar un lujoso collar, pero carece de efectivo para ello; propone al cardenal de Rohan que lo compre en su nombre, y que posteriormente ella le abonará el coste del collar conforme lleguen los plazos; esto es, plantea al cardenal de Rohan que actúe como su avalista y testaferro en la compra del collar.

El cardenal accede, compra el collar por un millón seiscientas mil libras pagaderas a dos años en cuatro plazos semestrales, y se lo entrega a la de la Motte, quien, a su vez, se lo da en presencia del cardenal, y en medio de un gran secreto, a un supuesto lacayo de la reina (en realidad un cómplice).

Conforme se acerca el día del primer pago, la condesa se va dando cuenta de que el joyero va a exigir el pago. Desesperada, decide destaparles a los joyeros el fraude: les envía una carta en la que reconoce que la garantía de pago que el cardenal posee en nombre de la reina es falsa, pero que el cardenal, siendo rico, puede pagarles él mismo el collar. Sin embargo, los joyeros desconfían del cardenal, que siempre anda endeudado, y desesperados como están, se presentan ante la reina, creyendo que es ella la que posee el collar.

Boehmer se presenta en Versalles, María Antonieta lo recibe, y en menos de un minuto descubre el joyero que la reina ni tiene el collar, ni ha sabido nunca nada del asunto. Al interrogar a Boehmer, descubre que el collar fue comprado por el cardenal de Rohan en su nombre; María Antonieta, que, por influencia de su madre desprecia profundamente a de Rohan, se siente ultrajada por esa estratagema, en la que cree ver una venganza del propio cardenal, a quien considera su enemigo. No se muestra dispuesta a pasar por alto cómo de Rohan ha usado, supuestamente, su nombre en su propio provecho, mezclándola en una estafa.

Así, la reina María Antonieta informa de manera casi inmediata a su marido Luis XVI, y le exige que actúe inmediatamente contra el cardenal de Rohan, a quien acusa de haber usurpado su buen nombre. Al día siguiente, el 15 de agosto, cuando el cardenal –que es capellán del rey- se prepara para celebrar con gran ceremonia la fiesta de la Asunción es detenido.

Al detener al cardenal de Rohan de manera pública estalla un gran escándalo. La nobleza francesa, desde siempre enemistada con la reina, se siente atacada e insultada por tal maniobra. El cardenal de Rohan es miembro de una de las primeras familias de Francia, y el trato que ha recibido, siendo detenido de manera pública como a un vulgar ladrón, indigna profundamente a la nobleza. Finalmente es procesado y absuelto, hecho que provoca la indignación de la reina, que ve el asunto como una venganza de la nobleza contra ella.

La condesa de Valois también es detenida y condenada a cadena perpetua, aunque logra escapar y huye a Inglaterra.


Fuentes:
- Bloglujo
- Wikipedia
- Carla Montero Manglano

29 de abril de 2011

La imprenta

Hay quien coloca la fecha de 1453, en que salieron impresos los primeros ejemplares de la Biblia editada por Gutenberg, como el hito que inicia la Edad Moderna. Lo cierto es que el descubrimiento de la imprenta es mucho más que el avance de una técnica humana. Cambió el mundo hasta extremos impensables.

El uso de caracteres grabados en tacos de madera que, mojados en tinta, servían para imprimir signos sobre una hoja de papel nació como obra de un grupo de monjes budistas chinos, al parecer en el año 593. La primera obra impresa, con ilustraciones, también en China, data del año 868. El logro fue importantísimo, pero no se desarrolló especialmente desde entonces. La razón es sencilla: la escritura china requiere caracteres muy complicados, y tan numerosos -son más de diez mil- que la tarea de grabarlos, ordenarlos y manejarlos resultaba extraordinariamente difícil.

Allá por el siglo XI los monjes cristianos, sin saber nada de los chinos, idearon el mismo sistema con un alfabeto mucho más sencillo. Con todo, apenas lo utilizaron más que para imprimir la letra inicial, generalmente con tinta roja, de sus preciosos manuscritos caligráficos. También se hicieron xilografías -grabados hechos con madera- representando figuras reales o alegóricas. La utilización de escritos impresos con caracteres móviles habría de esperar todavía muchos años, hasta el siglo XV. Hay quien atribuye el mérito al holandés Laurens Coster. Otros creen que empezaron antes los grabadores de Estrasburgo. Lo cierto es que una máquina de imprenta realmente eficaz y de una cierta capacidad industrial no aparece hasta Gutenberg.

Johannes Gutenberg
Johannes Gutenberg (1395-1467) era natural de Maguncia y se dedicaba, entre otras actividades, a la grabación de monedas con destino a su acuñación. Este oficio estimuló su inventiva. Inventó un aparato de imprimir con caracteres móviles que, debidamente alineados, se introducían en una prensa. Pero la realización de la idea no era tan sencilla. Los tacos de madera se manchaban de tinta y después de usarlos muchas veces era casi imposible limpiarlos. Gutenberg recurrió a piezas metálicas que era preciso fundir en un molde de hierro. La dificultad de su trabajo obligó a Gutenberg a asociarse al banquero Johann Fust. Como esa primera imprenta no dio los beneficios esperados, Fust puso pleito a su compañero y lo ganó. Gutenberg vio incautada su imprenta y tuvo que partir otra vez de cero. Posteriormente se asoció al dibujante P. Schöffer. En 1447 logró imprimir un pequeño calendario, y entre 1450 y 1453 consiguió sacar a la luz el primer libro impreso propiamente dicho.


Era una Biblia completa, cuya edición le llevó tres años de trabajo. No era fácil preparar los plomos, alinearlos, ajustarlos, elegir la tinta, encajar los tipos y elegir la prensa (al principio Gutenberg usó una prensa para uvas del Rhin). Pero aquella Biblia fue una maravillosa obra de arte.


Fuente:
Historia sencilla de la ciencia - José Luis Comellas

28 de abril de 2011

Pirro de Epiro, el terror de Roma

Pirro de Epiro había crecido en el mundo político que sigue a la muerte de Alejandro Magno, en el que la audacia y la fortuna proporcionaban coronas y creaban reinos. Las fuentes antiguas lo caracterizan como uno de los mejores estrategas de su tiempo. Los motivos que le empujaron a acudir a Tarento permanecen oscuros; tradicionalmente se considera que la empresa era un paso previo para una supuesta unificación de Italia bajo su hegemonía, intentando en Occidente las conquistas que se le habían impedido en el mundo griego. En cualquier caso, en el 280 a.C., Pirro, con un ejército reclutado y equipado con todos los adelantos de la técnica militar helenística, desembarcaba en Tarento.

El primer encuentro de Pirro contra las fuerzas romanas, cerca de Heraclea, resultó favorable al caudillo griego, que utilizó con eficacia la táctica de la falange macedonia y el uso de elefantes, animales desconocidos para los romanos. Las asustadizas ciudades griegas, que Roma había ganado a su causa, abandonaron a su reciente aliado mientras los pueblos itálicos del sur se apresuraban a unir sus fuerzas a las de Pirro. Pero las ciudades de Campania y el Lacio permanecieron fieles a Roma, y la victoria militar no tuvo resultados prácticos.

Un segundo encuentro, al año siguiente, en Ausculum Piceno, a orillas del Ofanto, volvió a demostrar las dotes estratégicas de Pirro, pero de nuevo sin resultados decisivos. Pirro, consciente de haber vencido sólo una batalla pero no la guerra, intentó un acuerdo diplomático que le permitiera abandonar Italia para acudir a la más prometedora Sicilia, donde las ciudades griegas de la isla solicitaban su concurso para combatir a Cartago. Y, aunque Roma no cedió, Pirro pasó con su ejército a la isla, mientras Roma firmaba con Cartago un tratado de alianza.


Así, mientras Roma -con el apoyo cartaginés- continuaba la guerra contra los pueblos itálicos del sur y contra Tarento, Pirro comenzaba su campaña siciliana de la que sólo interesa su rotundo fracaso: el entusiasmo inicial con el que fue recibido el caudillo griego, dio paso rápidamente a la desilusión y, finalmente, al enfrentamiento cuando Pirro exigió los primeros sacrificios y la incondicional sumisión de las ciudades a su autoridad. Amargado y desilusionado, hubo de regresar a Italia.

De nuevo, el rey epirota enfrentó su potente máquina militar contra Roma. Cerca de Benevetum el ejército romano resistió con éxito y Pirro comprendió las dificultades que le esperaban si continuaba la guerra. Decidió así abandonar Italia mientras los romanos asediaban Tarento, que capituló en el 272 a.C.

El episodio de Pirro significó para Roma la aceleración del proceso de unificación de Italia. En los años siguientes se produjo la definitiva sedimentación de las conquistas y el ensamblaje de las distintas piezas en una unidad política bajo hegemonía romana. Con ello, la ciudad del Tíber se convertía en potencia mediterránea.


Fuente:
Historia de Roma - José Manuel Roldán Hervás

27 de abril de 2011

Descubren en Egipto la estatua más grande del faraón Amenhotep III


Arqueólogos egipcios han descubierto la estatua más grande encontrada hasta ahora del faraón Amenhotep III, en la ciudad de Luxor, a unos 700 kilómetros al sur de El Cairo, ha informado el ministro de Estado para Antigüedades Zahi Hawas.

La estatua fue hallada en excavaciones llevadas a cabo en el área de Qarna, donde se encuentra el templo de Amenhotep III (1390-1352 a.C.), en la ribera oeste del río Nilo, en Luxor, precisa el ministro en un comunicado difundido por su oficina. El coloso, que está esculpido en cuarcita pintada, y que mide 13 metros de altura y casi 6 metros de ancho, está compuesto por siete grandes fragmentos, precisa Hawas en la nota.

La estatua era una de las dos que flanqueaban la entrada norte del templo de Amenhotep III y es probable que se desplomara durante el terremoto que sacudió Egipto el año 27 a. C. Actualmente se efectúa la limpieza y restauración de los siete fragmentos para volver a emplazar el coloso en su lugar original, pero la cabeza aún continúa sepultada en la arena, por lo que los expertos seguirán con las excavaciones para encontrarla, ha indicado el ministro.

Hawas no descartó la posibilidad de que sea encontrada la segunda estatua de Amenhotep III durante la temporada actual de trabajo arqueológico en la zona. Esa pieza fue descubierta por primera vez en 1928 por un arqueólogo egipcio y otro alemán, pero fue olvidada en una zona agrícola hasta que fue cubierta por la tierra.

Por su parte, el supervisor de las excavaciones, el arqueólogo Abdel Gafar Wagdi, dijo que los expertos descubrieron también una estatua de la diosa de la Curación, Sejmet, fabricada en granito negro, de 185 centímetros de largo y 74 de ancho. La escultura fue hallada al norte del templo de Amenhotep III, que mandó construir muchas estatuas de Sejmet, después de que enfermara en los últimos días de su vida, recordó Wagdi.

Amenhotep III, uno de los faraones más destacados de la dinastía XVIII, fue padre del rey Akenatón y abuelo de Tutankamón.


Fuente:
El Periódico

26 de abril de 2011

El Monasterio de Sant Pere de Rodes


El origen del monasterio se encuentra envuelto por las leyendas, que unidas a los interrogantes arqueológicos e históricos, hace que el lugar tenga un cierto aire de misterio. Estas leyendas hablan también del cuerpo, o de las reliquias, de san Pedro y de otros santos, depositadas en este lugar desde la antigüedad.

Lo cierto es que junto al monasterio se conservan unas estructuras de origen muy antiguo, posiblemente romano, y que de este lugar proceden pequeños fragmentos marmóreos decorados, de aquella época, reutilizados más adelante.

Las primeras noticias históricas las encontramos en el año 878, en un precepto del rey Luis II el Tartamudo, donde el lugar es citado como celda monástica dependiente de Sant Esteve de Banyoles. En esta época Sant Pere formaba parte de un conjunto de cuatro celdas (con las de Sant Joan Ses Closes, Sant Cebrià de Penida y Sant Fruitós de lo Vall de Santa Creu), objeto de disputa entre Banyoles y Sant Policarp de Rasès, en el Languedoc. En esta época debían existir construcciones muy simples, de las que se han encontrado algunos vestigios. El último prior de este centro fue Tasi, que encontramos citado en el 944 con este título. En aquel momento Santa María de Roses era dependiente de éste.

El 947 obtuvo la independencia y su primer abad fue Hildesind (947-991), hijo de Tasi. Comenzaba entonces la vida de un gran monasterio, se levantó la iglesia, que fue consagrada en 1022 y parcialmente modificada posteriormente, es la que todavía vemos.

A partir del 1100, y durante todo el siglo XII se llevaron a cabo obras de reforma de las dependencias, quizás motivadas por los efectos destructivos de las disputas entre las casas de Peralada y Empúries, que afectaron al monasterio. Es entonces que se levantó la galilea, una nueva portada, y más adelante la tercera, la del Mestre de Cabestany, que hay que situar entre el 1160 y 1163. Esta obra se destruyó con el abandono del monasterio y ahora se conservan algunos fragmentos, el más importante el del Museu Marès de Barcelona, con la Aparición de Cristo a los apóstoles, y un bello capitel en el Museo de Peralada. También se hizo el nuevo claustro.


Tuvo una gran vitalidad hasta el fin del siglo XIV, pero luego entró en franca decadencia, con la relajación de la vida comunitaria, falta de donaciones a favor del monasterio ... lo que hay que añadir los efectos de la peste negra (1345), que se llevó a veinticuatro monjes. El miedo a la piratería hizo que el lugar se fortificara.

A partir del 1447 el centro fue dirigido por abades comendatarios, lo que agravó su decadencia. En 1654 el lugar se abandonó durante seis años debido a la guerra, hecho que marca el inicio del expolio de sus bienes. Los efectos de los enfrentamientos bélicos con los franceses llevaron a sucesivos saqueos. La Biblia de Rodes, ahora en la Biblioteca Nacional de Francia, fue expoliada en 1693.

En el siglo dieciocho se llega a un estado de decadencia total. En 1726 es nuevamente saqueado y en 1798 la comunidad se traslada a Vila-sacra y de ahí a Figueres (1809).

Los vestigios más antiguos que se conservan pueden datarse en la época romana, más recientes son los primeros restos monásticos, que incluso podrían situarse hacia el siglo VIII. La iglesia que aún se conserva es, básicamente, la que se comenzó hacia el año 1000. De siempre se han producido controversias sobre esta iglesia debido a que sale de los sistemas constructivos habituales de la época.

Se trata de un edificio de tres naves (las laterales muy estrechas), con crucero y tres ábsides, el central con deambulatorio y de planta parabólica, los laterales están en el crucero. La nave central está cubierta con bóveda de cañón soportada por pilares con columnas adosadas, sobre un basamento de mucha altura.


La portada principal, antiguamente decorada en mármol por el Maestro de Cabestany, comunica con una galilea. Esta galilea se construyó con posterioridad a la obra de la iglesia. La fachada primitiva era al aire libre y tenía una portada, parece que decorada, y tres ventanas, una para cada nave.
También se levantó entonces el primer claustro, descubierto recientemente, bajo uno de posterior. Era de planta cuadrangular y se basaba en una construcción sólida con grandes arcos y bóvedas de cañón. De ahí se podía acceder a las diversas dependencias que desaparecieron con la construcción del claustro nuevo.

Las obras siguieron con la construcción del segundo claustro, que se ha restaurado aunque los capiteles se encuentran dispersos en lugares muy diversos. Hay que mencionar también el campanario, posiblemente levantado entre los siglos XI y XII. Hace pareja con una torre de defensa, o torre del homenaje también antigua, del siglo X, con modificaciones posteriores.

El conjunto monumental del monasterio, aunque ha sufrido todo tipo de expoliaciones y que se encuentra en ruina, todavía hace fuerte impresión gracias a las restauraciones ya la belleza singular de su iglesia.


Fuente:
http://www.monestirs.cat/monst/aemp/cae42rode.htm



20 de abril de 2011

Vacaciones de Semana Santa


Queridos amigos, estamos en Semana Santa y como la mayoría seguro que estáis disfrutando de unas merecidas vacaciones, nos tomamos un pequeño descanso.

Pasadlo bien, y si salís a la carretera sed prudentes. Nos vemos el próximo martes.

19 de abril de 2011

Pueblos íberos: Los carpetanos

Los Carpetanos eran un pueblo que habitaba la Meseta sur, desde la sierra de Guadarrama hasta el Tajo.

Muchas de sus ciudades se hallaban asentadas en riscos y escarpaduras con cuevas naturales o artificiales que servían a la gente de mansiones. Plutarco habla de la ciudad de los Caracitanos (Taracena, cerca de Guadalajara), que no estaba compuesta de casas, sino que en realidad era un monte bastante alto y de cierta extensión con muchas cuevas orientadas hacia el norte. Otros poblados encerraban casas agrupadas sin orden, construidas en parte de piedra y en parte de madera y adobes o tapial.

Medusa de Titulcia, pieza arqueológica realizada en oro
y plata, que perteneció a los carpetanos
Al parecer contaban con un sistema económico bastante más diversificado que los pueblos colindantes, pues aunque su base era la agricultura contaban con un cierto nivel de ganadería, sobre todo de cápridos, y también explotaban ciertos minerales, los que se daban en su zona, sobre todo oro y plata, debido a que el hierro y el cobre se daban en la parte norte de la Meseta. Además, sus hombres eran empleados como mercenarios de otras poblaciones. También recolectaban en el bosque, y complementaban su alimentación con lo que cazaban, sobre todo jabalís, conejos y liebres. Lo que cultivaban principalmente era la vid y el olivo. No destacó, sin embargo, el pueblo carpetano, en la industria textil, así como en el trabajo de los metales, de los que solo realizaron algunas piezas de orfebrería.

La moneda apareció a finales del siglo III a.C. o comienzos del siglo II a.C., debido fundamentalmente a los contactos de los carpetanos con los romanos y con los cartagineses, que hicieron frecuente el uso de la moneda entre ellos. Pero hasta la mitad del siglo I a.C. no se tiene constancia de que acuñaran moneda propia.

Los hombres vestían ropajes negros y ásperos de lana, y arrolladas a las piernas llevaban espinilleras de piel. En caso de guerra se cubrían la cabeza con un casco de bronce, adornado de una gran cresta de color rojo, y en una mano llevaban un escudo redondo y ligero. Sus espadas eran de dos filos y los puñales de un palmo de longitud: de éstos se servían para la lucha cuerpo a cuerpo. Sus únicas industrias eran las del hierro y el tejido de sagos, piezas ásperas de lana parecidas en su aspecto a la de las cabras salvajes.

Marco Porcio Catón, Catón el Viejo, fue el procónsul romano encargado de romanizar este pueblo. En torno al año 195 a. C. dirigió las operaciones militares destinadas a eliminar la alianza militar de carpetanos, vetones, vacceos y otras tribus celtíberas. En el 193 a. C. las legiones de Marco Fulvio Nobilior llegaron a sitiar Toletum, la capital de los carpetanos, para conquistarla al año siguiente, tras derrotar a un ejército aliado vetón. Nobilior capturó al rey carpetano Hilerno, quien había reunido en torno a él a una confederación de vacceos, vettones, olcades y carpetanos.

En el verano del 185 a. C. un ejército aliado de carpetanos, lusitanos y vetones derrotaron a los romanos dirigidos por Quinto Crispino y Cayo Calpurnio. Y al año siguiente fue derrotado en Titulcia el cónsul Aulo Terencio Varrón. En el 180 a. C. pacificó la zona Tiberio Sempronio Graco firmando con los carpetanos una tregua por 25 años. A partir del 153 a. C. las treguas de Graco se rompieron y las luchas continuaron. Sólo acabarían con la caída de Numancia, en 133 a. C. ante las legiones de Publio Cornelio Escipión.


Fuentes:
- www.liceus.com
- www.madridejos.net
- Wikipedia

18 de abril de 2011

Independencia de la India

Entre las potencias coloniales del siglo XIX, el Imperio Británico era el más importante. Entre todas sus posesiones, la India era su dominio más preciado. Desde el período de entreguerras existía el Partido del Congreso, que reunía sectores tradicionales con otros más progresistas y reivindicaba la independencia de la India. Bajo el liderazgo de Pandit Nehru, y sobre todo del Mahatma Gandhi, el partido creció espectacularmente con la integración de los campesinos y las clases populares urbanas. Gandhi elaboró una teoría de lucha y resistencia conocida como la no violencia y la desobediencia civil. Consistía en movilizar a las masas hindús en un movimiento de resistencia y enfrentamiento con el Imperio. En 1942, el Partido del Congreso fue ilegalizado y sus dirigentes y militantes perseguidos. Por su parte, la minoría islámica había creado la Liga Musulmana, liderada por Muhammad Ali Jinnah, que aspiraba a la creación de un Estado propio.

En 1945, la llegada al poder en Gran Bretaña del laborista Clement Attlee, más proclive a la descolonización que los conservadores, facilitó el inicio de negociaciones y fijó el año 1948 como fecha límite para abandonar la colonia. Lord Mountbatten, el último virrey de la India, se reunió con los líderes del Partido del Congreso y de la Liga Musulmana, y todos acordaron un proceso de cesión del poder, que fue revalidado por el Parlamento británico. Finalmente, en agosto de 1947, la India accedió a la independencia, pero la antigua colonia británica quedó dividida en dos Estados: Unión India y Pakistán, poblados, respectivamente, por hindús y musulmanes.


Fuente:
Historia del Mundo Contemporáneo

16 de abril de 2011

Los sitios de Zaragoza

Napoleón pretendía dominar Europa militarmente con los ideales de la revolución francesa. Entre sus aspiraciones entraba la península Ibérica, elaboró un plan para colocar en el trono de España a su hermano José.
Tras la invasión, en Madrid, el 2 de Mayo de 1808, el pueblo se rebeló contra la presencia francesa queriendo proteger a los Reyes españoles Carlos IV y Mª Luisa de Parma, que habían sido enviados camino de Bayona (Francia) como rehenes del Emperador francés.

En la Zaragoza de 1808, habitada entonces por 55.000 personas, conocidos los sucesos de Madrid algunos ciudadanos importantes de la ciudad prepararon un levantamiento contra los representantes del gobierno de España, siendo todavía para esas fechas el máximo mandatario del reino el favorito de los reyes, Manuel Godoy, hombre de ideas ilustradas y liberales.
La política seguida por su gobierno en su mayoría no era aceptada por el pueblo, que solo veía encarecer los productos y subir los impuestos. Para colmo de males, hubo tres años de malas cosechas. Todos estos acontecimientos, unidos a las noticias que llegaban de lo ocurrido en Madrid, hicieron estallar la insurrección en Zaragoza. Era el 24 de Mayo del año 1808.

Palafox y su familia eran queridos y respetados por los ciudadanos zaragozanos. Esta noble familia era de ideas absolutistas y fieles al Rey de España. El futuro Capitán General en esos días se encontraba en la ciudad huido de los franceses, y con la misión encomendada por Fernando VII de sublevar Aragón contra las tropas imperiales.
Gran parte de los ciudadanos, creyendo que era justo lo que hacían, se sublevaron contra las máximas autoridades Godoístas de la ciudad, eligiendo a José Palafox Capitán General, conviertiéndose entonces en mandatario y primera cabeza en Aragón.

Por el contrario, los franceses veían en Zaragoza una ciudad a conquistar, estando situada en un enclave estratégico importante para continuar su avance por la península.

El primer asedio comenzó el 15 de Junio de 1808; a la defensa se sumó en masa la población civil de Zaragoza, quienes tomaron las armas enfrentándose a los imperiales con arrojo. Hay que destacar que la defensa, en su mayor parte, fue obra de  voluntarios sin apenas instrucción militar. Loa franceses, tras perder la batalla de Bailén (Jaén) el 19 de Julio, se vieron forzados a retirarse, levantando el asedio el 14 de Agosto tras dos meses de penosos esfuerzos y numerosas bajas entre sus fuerzas (ni que decir tiene que las bajas entre los defensores fueron muchisimo más altas).

Los franceses volvieron a Zaragoza por segunda vez el 21 de Diciembre de 1808, mucho mejor preparados y conscientes de la tarea a la que se tenían que enfrentar. Este segundo asedio fue mucho peor, los galos habían aprendido del anterior y cambiaron su estrategia, disponiendo también de tropas experimentadas y resueltas a no dejarse derrotar por lo que asemejaba a una turba de ciudadanos.

Por contra, los defensores de la ciudad apenas tuvieron tiempo de reparar las defensas.En cambio recibieron refuerzos que esta vez sí fueron militares en su mayor parte. La presencia militar quizá fue excesiva, pues fueron introducidos demasiados soldados en una ciudad que no estaba preparada para recibir y mantener a tal número de personas para el largo sitio que se avecinaba.

Los franceses consiguieron cerrar el cerco por completo a la ciudad. Lo peor para los defensores, mención aparte de los asaltos y bombardeos propios de la batalla, fue la epidemia de tifus que diezmó a la población, incluso Palafox cayó enfermo. La situación era desesperada, hambre, frío, la epidemia y el Capitán General contagiado. En estas circunstancias se creó una Junta de Defensa que decidió capitular y rendir la ciudad el 21 de Febrero de 1809, tras dos meses de heroica resistencia.

Gran parte de la ciudad de Zaragoza quedó destruida, así como la economía y el capital humano, falleciendo en el segundo asedio 55.000 defensores. Todas las clases sociales quedaron deshechas, tardando muchas décadas en recuperarse. Zaragoza comenzó su vida "normal" después de la capitulación con tan sólo 12.000 habitantes.


Fuente:
Satrapa

12 de abril de 2011

La primera gran basílica de Florencia


Santa María Novella es la primera gran basílica construida en Florencia y a la vez es la mayor iglesia que poseen los dominicos en dicha ciudad.

La iglesia, el claustro contiguo y la sala capitular contienen grandes tesoros artísticos y de carácter funerario. Son especialmente famosos los frescos realizados por maestros del gótico y del Renacimiento temprano. Estas obras fueron financiadas gracias a la generosidad de las familias más importantes de Florencia, que de esta forma se aseguraban la sepultura en las diferentes capillas.


Esta iglesia fue llamada Novella (nueva) porque se construyó en el mismo sitio que un antiguo oratorio del siglo IX, Santa Maria delle Vigne. Cuando el lugar fue asignado a la orden dominicana en 1221 se decidió construir un nuevo templo y un claustro adyacente. La iglesia fue diseñada por dos frailes dominicos, Fray Sixto Fiorentino y Fray Ristoro da Campi. La construcción se inició alrededor de 1246 y se finalizó alrededor de 1360 bajo la supervisión de Fray Iacopo Talenti. En aquel momento sólo la parte inferior de la fachada gótica estuvo acabada. Los tres portales están atravesados por arcos de medio punto, mientras que al resto de la parte inferior de la fachada la atraviesan arcos ciegos, separados por pilastras. La iglesia fue consagrada en 1420.


Battista Alberti, famoso arquitecto del siglo XV, diseñó la parte superior de la fachada. Alberti intentó armonizar detalles clásicos con la fachada medieval ya existente. Introdujo las ventanas redondas y la vidriera.


11 de abril de 2011

Señales de humo


A pesar de que la utilización de fogatas para enviar mensajes se ha convertido en uno de los símbolos de los pieles rojas, no parece que realmente fuera una fórmula de comunicación demasiado utilizada por las tribus. La razón es que las nubes de humo podían ser atisbadas desde varios kilómetros de distancia y era posible que el enemigo descifrara su significado. Por eso, se utilizaban exclusivamente para transmitir ideas precisas y urgentes, como la victoria o derrota en una batalla o para avisar de que un enemigo se encontraba al acecho.

Cuenta el escritor indio William Camus que el proceso comenzaba con la elección de una colina que fuera suficientemente elevada. Allí se preparaba un fuego utilizando generalmente leña húmeda, que producía un humo de mayor densidad. Mientras dos nativos sostenían una manta tensada sobre las llamas, un tercer hombre llamado “el que conserva el secreto de las señales” iba agregando diferentes clases de hierbas que proporcionaban el tipo de humo deseado. Primero dejaban elevarse una recta y densa humareda blanca que indicaba que el mensaje comenzaba. A partir de ahí se intercalaban globos humeantes de distintos tamaños, separados por espacios perfectamente calculados. La cadencia y el grosor de estos aros, así como el color del humo emitido poseían un sentido preciso. Por ejemplo, una humareda blanca significaba victoria, felicidad o paz, mientras que, entre los sioux, las nubes negras indicaban desgracia o derrota.


Fuente:
Muy Interesante

9 de abril de 2011

Viviendas urbanas en la Edad Media

En la Edad Media la gente no vivía tanto en sus casas como acampaba en ellas. Los nobles poseían muchas residencias y viajaban mucho. Al desplazarse, enrollaban los tapices, llenaban los arcones, desmontaban las camas y se llevaban todo con ellos. Eso explica por qué tantos muebles medievales son portátiles o desmontables. En castellano, francés e italiano, las palabras relativas a muebles, mobiliers y mobilia significaban precisamente "lo que se puede mover".

Los burgueses de las ciudades eran menos móviles, pero también necesitaban muebles transportables, aunque por diferentes motivos. La casa medieval era un lugar público, y no privado. La sala estaba en constante uso para cocinar, comer, recibir invitados, hacer negocios y, por la noche, para dormir. Esas diferentes funciones se realizaban mediante el cambio de sitio de los muebles según se necesitaran. No había "mesa de comedor", sólo una mesa que se utilizaba para preparar la comida, comer, contar el dinero y, de ser necesario, para dormir. Por la noche se quitaban las mesas y se sacaban las camas. El resultado era que no se hacía ningún intento de ordenar los muebles de forma permanente. Los cuadros de interiores medievales reflejan una improvisación en la colocación desordenada de los muebles, que sencillamente se ponían al lado de las paredes cuando no se utilizaban. Salvo la butaca, y más tarde la cama, da la impresión de que se atribuía escasa importancia al mobiliario, se lo trataba más como equipo que como posesiones personales apreciadas.


Pero lo que sorprende de las casas medievales no es la falta de muebles, sino la multitud y el pulso vital que había en su interior. Aquellas casas no eran necesariamente grandes -salvo si las comparamos con las chozas de los campesinos-, pero estaban llenas de gente. Ello se debía en parte a que, como escaseaban los hoteles, bares y restaurantes, servían de lugares de reunión pública para recibir y para hacer negocios, pero asimismo también eran muchos los que las habitaban. Además de la familia inmediata había empleados, sirvientes, aprendices, amigos y protegidos; no eran raros los hogares de veinticinco personas. Como toda esa gente vivía en una habitación, la intimidad era inexistente.

No sólo había muchas camas en la misma habitación, sino que generalmente dormían varias personas en cada cama. Era normal que midiesen hasta tres metros de lado.

Sin embargo, la vida doméstica en las ciudades medievales no era "primitiva". Por ejemplo, bañarse estaba muy bien visto y muchas casas burguesas contaban con un sistema de desagüe y con pozos negros subterráneos, aunque no había alcantarillas. Estos pozos se vaciaban periódicamente y el material que allí había se llevaba al campo para ser utilizado como abono.


Fuente:
La casa, historia de una idea - Witold Rybczynski

8 de abril de 2011

Dos nuevos libros

Vamos a hablar de un par de libros que no tienen absolutamente nada en común. Uno es el testimonio de Simon Wiesenthal, cazador de nazis, y el otro es una novela, la sexta y última parte de la serie 'Los hijos de la tierra' de Jean M. Auel.

Los asesinos entre nosotros (Simon Wiesenthal).

Simon Wiesenthal, fallecido en 2005, fue un arquitecto judío nacido en Polonia y que durante la Segunda Guerra Mundial pasó por una docena de campos de concentración. Toda su familia fue exterminada. Una vez acabada la guerra decidió buscar a los principales criminales nazis para que no quedasen impunes. Se ofreció para trabajar en la Oficina de Crímenes de Guerra de los norteamericanos y así empezó sus investigaciones. Durante el resto de su vida se dedicó a perseguir incansablemente a muchos nazis importantes que habían escapado de Alemania y se refugiaban en diferentes países, sobre todo de Latinoamérica. Algunos de ellos fueron detenidos y juzgados gracias a su labor. En este libro relata sus memorias y recoge testimonios de muchas personas que sufrieron la barbarie nazi.

La tierra de las cuevas pintadas (Jean M. Auel).

Sexta y última parte de la serie 'Los hijos de la tierra'. Ayla, la niña cromañón que fue criada por el Clan del Oso Cavernario y posteriormente expulsada, después de recorrer casi toda Europa en compañía de su compañero Jondalar y de sus caballos y su lobo, se ha establecido finalmente en la Novena Caverna de los zelandonii, la tribu de su compañero. Mientras atiende a la hija de ambos, también se prepara para ser líder espiritual de la caverna. No siempre es fácil para ella compaginar el cuidado de su familia con las tareas que se le exigen para pasar las pruebas que la llevarán a la élite espiritual, y la relación con su pareja se empieza a resentir. Una novela que muestra la vida en la Era Glacial, aunque antes de leerla yo recomendaría leer las cinco anteriores para coger bien el hilo de la historia.

7 de abril de 2011

Don Juan José de Austria (1629-1670)

Don Juan José de Austria nació el 7 de Abril de 1629, en Madrid, hijo natural de Felipe IV y de la actriz María Calderón, llamada "La Calderona", que actuaba en uno de los teatros populares más frecuentados por el monarca.

Cuando se le bautizó -en medio de la expectación de la corte- en la parroquia de los santos Justo y Pastor fue inscrito sin más nombre ni filiación que “Juan hijo de la tierra”. Pasó su primera infancia en León y fue criado después en Ocaña, donde recibió una esmerada y polifacética formación, seguida por su padre, a cargo de maestros escogidos.

En 1642 Felipe IV le reconoció como hijo suyo y sólo un año después tenía ya puesta, con gran esplendor su “Casa Serenísima”. Posteriormente fue armado caballero de la orden militar de San Juan e investido de la dignidad de Gran Prior de Castilla y León, tras pronunciar los votos eclesiásticos reglamentarios. El castillo de Consuegra era la sede del Priorato y allí aguardó Don Juan José nuevos favores regios, que no tardaron en llegar.

Partida de nacimiento de don Juan José

A pesar de asumir su paternidad, el monarca mantuvo una continua distancia física con su hijo, tanto por los problemas de protocolo que su presencia causaba en la Corte, como por la difícil posición de la reina doña Isabel de Borbón que nunca aceptaría el reconocimiento de "su hijo" ni el formulismo de dirigirse a él como tal. Más radical sería aún la posición de la segunda esposa de Felipe IV, doña Mariana de Austria, que se mostraría mas intransigente con el hijo ilegítimo de su esposo. De igual modo, don Juan José tampoco llegaría a tener contacto afectivo con sus hermanos.

Por ello su presencia en palacio siempre fue corta y esporádica, siéndole siempre encomendadas misiones lejos de Madrid, como su nombramiento de Príncipe de la Mar en marzo de 1647, que le hacía jefe de las flotas y armadas de la corona con contínuos desplazamientos a Nápoles, Sicilia, Flandes o Cataluña.
La muerte de su padre -Felipe IV- en 1665 agravaría su posición personal, pues en su testamento ratificado el 14 de septiembre, tres días antes de morir, no le dejó ningún puesto de relevancia política; mientras que a doña Mariana la dejaba como regente del reino, pues el heredero príncipe don Carlos (futuro Carlos II) aún no había cumplido los cuatro años de edad. El mismo testamento disponía que la reina fuese asesorada por una Junta de Gobierno, donde ella consiguió colocar a su confesor, el jesuita Everardo Nithard, de origen alemán llegado a España con motivo de sus esponsales, personaje no bien visto por la aristocracia ni por el pueblo español.

Busto de D. Juan José de Austria
(Museo Cerralbo, Madrid)
En este contexto don Juan José fue ganando adeptos por parte de los nobles que le consideraban la persona más capacitada para hacer frente tanto a la reina como a Nithard y conseguir parte de la posición política perdida, al tiempo que las clases populares lo veían como el salvador de la situación caótica por la que atravesaba la monarquía en aquellos difíciles años.
En febrero de 1667 consiguió respaldo suficiente para instalarse en el Palacio del Buen Retiro, siendo finalmente aceptado como Consejero de Estado para resolver el conflicto de Flandes. Acusado de conspiración, buscó refugio en Aragón y Cataluña, desde donde avanzó con 300 jinetes hasta Madrid donde la situación fue tan tensa que la reina acabó por firmar la destitución de Nithard (25 de febrero de 1669). La popularidad y proximidad de don Juan José seguía siendo un peligro para la regente, que decidió nombrarlo virrey y capitán general del Reino de Aragón, y vicario general de los reinos de aquella corona para alejarlo de la Corte una vez más. Y en 1670 la reina decidió su traslado a Flandes como gobernador de aquella provincia, a lo que don Juan José se negó excusándose en su delicada salud.

El de Austria volvió a ser la esperanza de la nobleza española ante el ascenso al poder de Fernando de Valenzuela, oscuro personaje antes al servicio de Nithard y ahora confidente de la reina doña Mariana. Ante la sublevación popular de Mesina don Juan José, que no tenía rival para ponerse al frente de las tropas españolas, manifestó su deseo de actuar militarmente. No obstante consiguió demorar el asunto, quizás por el hecho de la próxima proclamación de Carlos II como rey de España, una vez acabado el período de regencia. Una fecha que señalaría el fin de doña Mariana como Regente y para don Juan José la posibilidad de alcanzar un puesto en el gobierno de la nación. El 6 de noviembre de 1675 Carlos II cumplía 14 años de edad, y la Junta de Gobierno continuó con sus funciones bajo la presidencia de doña Mariana, que nombró a Valenzuela gentilhombre de cámara de su majestad y primer ministro. Don Juan José se volvió a convertir en la esperanza de todos; los grandes consiguieron alejar al rey, trasladado al palacio del Retiro; Valenzuela fue encarcelado, y don Juan José finalmente nombrado primer ministro, cuando cumplía 46 años y su hermano Carlos II tenía sólo 15.

Su ministerio fue de gran actividad, promoviendo acciones sociales importantes, aunque la falta de resultados inmediatos hizo que muchas ilusiones se fueran desvaneciendo. A poco más de dos años en el poder, en 1679, don Juan José se siente indispuesto de una enfermedad de la que ya no se recuperaría, falleciendo el 17 de septiembre de ese mismo año, mientras su hermano estaba en fiestas por los preparativos de su boda con doña María Luisa de Orleans.


Fuentes:
- Cataluña y el gobierno central tras la guerra de los segadores – Fernando Sánchez Marcos
- Retratos de la Historia
- Enciclopedia.us.es


Esta entrada forma parte de la iniciativa puesta en marcha por el blog Reinado de Carlos II para conmemorar el 382º aniversario de D. Juan José de Austria.

6 de abril de 2011

Tarraco

En la época prerromana el territorio del Campo de Tarragona estaba ocupado por la tribu de los cosetanos, siendo uno de sus asentamientos más importantes Kese, que probablemente constituyó el precedente más inmediato de la ciudad romana de Tarraco, la actual Tarragona.

En el año 218 a.C. con motivo de la II Guerra Púnica entre romanos y cartagineses, el ejército romano a las órdenes de Escipión desembarcó en Ampurias, colonia griega aliada de Roma. Simultáneamente se funda Tarraco, como asentamiento de invierno de los ejércitos romanos en Hispania, iniciándose un largo y complejo proceso de incorporación de las tierras peninsulares al nuevo orden político, cultural y económico de Roma, en el cual Tarraco jugó un papel fundamental en todo momento.


En la segunda mitad del siglo I a.C. se le concedió el estatuto de colonia de derecho romano, tomando la denominación de Colonia Iulia Urbs Triunphalis Tarraco. En el año 27 a.C. le fue concedida la capitalidad de la provincia Tarraconense, dentro de la nueva organización provincial propiciada por Augusto. Éste residió en Tarraco durante dos años, siguiendo desde allí las operaciones militares que se llevaban a cabo en la cornisa cantábrica. Se inició entonces la aplicación de un programa dirigido a dotar a la colonia de un alto nivel urbanístico y monumental acorde a la importancia y significación de la ciudad.

Anfiteatro de Tarraco

La vitalidad de la ciudad se mantuvo con plenitud hasta mediados del siglo III d.C. Como consecuencia de la crisis general y de las primeras oleadas de invasores germánicos se inició un proceso de recesión progresiva tanto en el aspecto demográfico como en el urbanístico. Esto significó la destrucción y abandono de gran parte de la ciudad, excepto de la parte alta que se convirtió en el núcleo principal.

Durante esta época, la pérdida de importancia de Tarraco primero respecto a Tolosa, después respecto a Barcino (Barcelona) y finalmente respecto a Toletum (Toledo), supuso un alejamiento de la ciudad de los centros políticos decisivos. Este alejamiento no menguó su importancia urbana, fundamentada en su condición de sede eclesiástica metropolitana y en el mantenimiento de sus instalaciones portuarias hasta la llegada de los musulmanes a la ciudad en el año 713-14. Este hecho señala definitivamente la entrada de la ciudad en la Edad Media.


Fuente:
Museu Nacional Arqueològic de Tarragona

5 de abril de 2011

Aleister Crowley, "el hombre más malvado del mundo"

Siempre que se indague acerca del ocultismo del siglo XX, ya sea en investigaciones de la Segunda Guerra Mundial, de la iglesia de Satán instituida por Anton Lavey o de la Golden Dawn, siempre se tendrá que recurrir en algún punto al nombre de Aleister Crowley, quien fue llamado por los diarios sensacionalistas ingleses y por su madre "El Hombre más malvado del mundo", y aunque en muchos textos lo catalogan como simple escritor y poeta radical dejando de lado sus actividades dentro de la magia, su drogadicción y su bisexualidad, la realidad es que la forma en que este personaje escribió su nombre en los libros de historia es bastante singular.

Edward Alexander Crowley nació el 12 de Octubre de 1875 en Leamington Warwickshire, Inglaterra. Hijo de un rico cervecero galés, a corta edad quedó huérfano y heredero de una vasta fortuna. Como consecuencia de esto fue criado por dos tías solteras en un ambiente extremadamente puritano y severo ya que pertenecían, al igual que sus padres, a Los Hermanos Plymouth, una secta evangélica, conservadora y puritana.

Estudió en Cambridge, pero nunca llegó a graduarse, sin embargo pudo sentirse libre por primera vez en su vida y comenzó su tarea de escritor y poeta. Se dice que también fue ahí donde Aleister Crowley comenzó a rebelarse y se declaró enemigo acérrimo de la iglesia cristiana anteponiendo la magia como un mejor medio de alcanzar la realización espiritual. Además expresó su odio hacia sus padres, a los que siempre quiso hacer daño, por lo que no es de extrañar que su propia madre le llegara a llamar "La Bestia".

El interés de Crowley por lo oculto comenzó al leer al autor Carl Von Eckartshausen, cuyo libro "La nube sobre el Santuario" lo impactó notablemente, al hablar de una supuesta hermandad de adeptos que trabajan por el bienestar de la humanidad.

Crowley llamó Iluminismo Científico al sistema que desarrolló para la A.A. (Astrum Argentum) y cuyo lema es "El método de la Ciencia, el objetivo de la Religión", en el cual según él "(si se interpreta correctamente) está expresado todo". Para difundir su mensaje publicó una serie de revistas llamada "El Equinoccio"..

Sugirió a Winston Churchill que usara el signo de la victoria (el famoso "thumbs up" o pulgar hacia arriba) afirmando que le haría ganar la guerra. Asimismo, publicó un pequeño panfleto que contiene poemas relacionados con el tema, titulado "Thumbs Up: A Pentagram - a Pentacle to win the war" para que también lo usaran los soldados.

Dentro de las asociaciones ocultistas a las que perteneció Aleister Crowley se cuenta la Golden Dawn, donde después de escalar rápidamente los niveles inferiores tuvo altercados con otros miembros de la misma orden. Es en la Golden Dawn donde Crowley comienza a practicar los rituales mágicos guiado por una traducción de Samuel Liddel Matters de un manuscrito del siglo XV, llamado "El Libro de la Magia Sagrada de Abra Melin el Mago".

Aleister Crowley fue rápidamente expulsado de la Golden Dawn y fundó después la A.A. (Astrum Argentum) llegando también a ser personaje importante de la OTO (Ordo Templi Orientis) así como de otras muchas sociedades ocultistas.

Se retiró a Escocia, donde compró una casa a orillas del lago Ness a la que llamó Palacio de Boleskine y de acuerdo a la tradición escocesa se hizo llamar "Laird" (terrateniente) de Boleskine y Abertarff. Años más tarde Jimmy Page del grupo Led Zeppelin compraría la misma casa en que habitó Aleister Crowley.

A Crowley le gustaba cambiarse el nombre contínuamente, y por ello a lo largo de su vida fue conocido con sobrenombres como La bestia 666, Master Therion, Perdurabo (El que permanecerá), Conde Vladimir Svareff, Príncipe Chioa Khan, Baphomet, Lord Boleskine, etc.

En cuanto a las acusaciones en su contra de practicar la magia negra y la misa negra, Aleister Crowley dijo en una declaración al diario inglés "London Sunday Dispatch" lo siguiente:

Para practicar magia negra tienes que violar todo principio de la ciencia, decencia, e inteligencia. Debes estar obsesionado con una idea demente de la importancia del mezquino objeto de tus detestables y egoístas deseos. Se me ha acusado de ser "mago negro". No se ha hecho jamás afirmación más tonta sobre mí" ...

No obstante, también se sabe que la personalidad de Aleister Crowley era la de un tipo muy hablador e irresponsable, que en ocasiones decía cosas por decirlas sin tomárselas demasiado en serio, lo cual se observa en su comportamiento en ocasiones contradictorio, como cuando durante la Primera Guerra Mundial decía estar de parte de los alemanes mientras que durante la Segunda se mostraba abiertamente a favor de Inglaterra.

Aleister no sólo dedicó su vida al estudio, práctica y divulgación de la magia, sino que también se dedicó a muchas otras actividades que podía desempeñar gracias a la fortuna que le habían dejado sus padres. Era un jugador experto de ajedrez y practicaba también el alpinismo llegando incluso a participar en expediciones pioneras en su tiempo, como la expedición liderada por Oscar Eckenstein al segundo pico más alto del mundo después del Everest: el K2, en la india, con 8611 metros de altura. Si bien la expedición en la que participó no alcanzó la cima, sí se considera como el primer intento serio de alcanzarla llegando a una altura aproximada entre 6600 y 6705 metros de altura, sin tanques de oxígeno. También se dice que practicaba el ciclismo y el piragüismo entre otras disciplinas deportivas, además de ser un viajero que recorrió el mundo residiendo en varios países.

Además de escribir textos oculstistas también fue novelista, poeta y ensayista con más de 80 libros escritos, la mayoría de ellos sobre magia, cábala y esoterismo.

Al final de su vida, Aleister Crowley estaba en bancarrota. Murió en una casa de huéspedes en Inglaterra, el 1 de Diciembre de 1947, atacado por el asma que padeció durante gran parte de su vida y que se intensificó en sus últimos años. Sus últimas palabras antes de morir fueron: "A veces me odio a mí mismo".


Fuente:
Vidas de Fuego

3 de abril de 2011

El primer coche eléctrico de la historia

Muchos creen que la idea de un coche eléctrico es relativamente reciente, pero lo cierto es que se trata de un concepto casi tan viejo como la industria automotriz. El primer coche eléctrico funcional fue estrenado el 31 de agosto de 1894. Fruto del trabajo conjunto de un ingeniero llamado Henry Morris y su amigo Pedro Salom, un químico tan joven como él, fue construido casi 100 años antes de que la idea de un coche eléctrico fuese considerada como una alternativa seria por la industria. Cuando estos dos inventores sacaron su coche a la calle, en un caluroso viernes de verano, los peatones detuvieron su paso para verlo. No era para menos: su coche era el primero -de cualquier clase- en toda Filadelfia.


El medio de transporte habitual en esa época era el caballo, así que las calles de la ciudad estaban llenas de perfumado estiércol, y el coche avanza zigzagueando entre las boñigas. El “Electrobat”, tal como lo habían bautizado, era bastante feo. Morris y Salom construyeron el Electrobat en sólo dos meses. Había sido diseñado para poder transitar sin problemas por las desparejas calles de la ciudad, con ruedas delgadas y altas, más parecidas a las de un carro que a las de un coche moderno. Como es lógico, utilizaron los elementos que tenían a su alcance y el motor, por ejemplo, era un modelo utilizado algunos barcos. El coche completo tenia un peso superior a las dos toneladas, y parecía un carro al que le han robado los caballos. Solamente las baterías, de plomo y ácido, pesaban más de 700 kilogramos. Habría que esperar casi un siglo para disponer de las de polímero de ion de litio, más livianas y con mayor capacidad de carga, pero así y todo, el Electrobat se las arreglaba para recorrer hasta 160 kilómetros con cada recarga. Durante las pruebas realizadas en los meses siguientes a su presentación en sociedad, este prototipo recorrió miles de kilómetros sin mayores problemas. Disponía de dos asientos delanteros, situados casi arriba de las ruedas delanteras, y tenia espacio para tres o cuatro personas en la parte de atrás.

Como ha ocurrido con otros inventos, la historia suele atribuir la paternidad del coche eléctrico a más de una persona. Muchos libros se refieren al pequeño triciclo de 150 kilogramos de peso construido por Philip W. Pratt, en Boston, como el primero, pero el Electrobat fue anterior. Y para ser justos, si bien Morris y Salom construyeron uno perfectamente funcional y con gran autonomía, lo cierto es que en otros países se presentaron prototipos más o menos parecidos varios años antes. Dejando de lado estos “pequeños detalles” lo cierto es que el Electrobat fue un verdadero adelantado y la historia cuenta que diez años después de ser construido el Electrobat, solamente había 500 coches -todos impulsados por gasolina- en Filadelfia. Los dos amigos abandonaron el prototipo y construyeron una nueva versión, el Electrobat 2, que pesaba unos 800 kilogramos en total y era mucho más pequeño. Solo podía transportar al conductor, y sus baterías, de menor autonomía, pesaban 90 kilogramos. Sin embargo, el avance de los coches impulsados por gasolina, fabricados en serie, prácticamente eliminó el desarrollo de los coches eléctricos durante los 70 u 80 años siguientes.


Fuente:
Neoteo

2 de abril de 2011

El Osario de Sedlec

Kutná Hora alberga uno de los lugares más curiosos del planeta creados por el hombre. Una pequeña iglesia románica construida en 1400 y redecorada posteriormente con más de 40.000 esqueletos humanos.

Kutná Hora es una ciudad de Bohemia Central, región de la República Checa. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, esta localidad aún guarda la esencia del Medievo en sus calles, las cuales conservan su trazado original. Importante en el siglo XIII por la explotación de las minas de plata que se encuentran en las proximidades, Kuntá Hora tuvo una explosión económica que le permitió competir con Praga.

Muchos son los monumentos que comprenden la oferta cultural de Kutná Hora, como por ejemplo la Casa de Piedra, el Castillo Real (Patio Italiano) o la iglesia de Santa Bárbara, que es quizá la iglesia gótica más famosa de toda Europa Central. No obstante, y sin desmerecer el resto de construcciones quizá la más sorprendente sea el Osario de Sedlec. Una capilla llena de macabra belleza que encierra en su interior más de 40.000 esqueletos humanos a la vista de los turistas.


Esta capilla se encuentra situada bajo el suelo del Cementerio de Todos los Santos, y cuenta con una particular historia que nace con el viaje que el abad del monasterio de la Orden de Císter de Sedlec, realizó a tierra santa por orden del rey Otakar II de Bohemia. El abad Henry, que así se llamaba, decidió traer de Golgotha un puñado de tierra santa que roció por el suelo de la abadía. Al parecer esta anécdota se extendió por toda Europa Central, de tal forma que todo el mundo quería ser enterrado en esta localidad. Debido a la difusión de esta historia y a las víctimas de la peste negra y las guerras husitas, el cementerio se vio desbordado. Este fue el motivo por el que se vieron obligados a ampliarlo por primera vez.

En 1400 se decidió construir una iglesia gótica en el centro del cementerio. Esta iglesia tenía dos niveles, un primer nivel donde se realizaban los actos religiosos y un segundo nivel que se planteó como osario de los restos humanos que se encontraban dispersos en una fosa común en el cementerio. La exhumación de la fosa tuvo lugar en 1511, no obstante varios siglos después, los huesos humanos seguían apilados en la parte inferior de la iglesia sin saber muy bien qué hacer con ellos.

En 1870 la familia Schwarzenberg corrió con los gastos de una nueva reforma, esta vez de la iglesia construida en mitad del cementerio. Para ello contrató a Frantisek Rit, un tallista de madera, que sería el encargado de redecorar la capilla. El artista pasó una larga temporada encerrado literalmente entre los muros del osario, hasta que finalmente dio por terminada su obra. Había utilizado todos esos huesos, apilados por el paso del tiempo, para crear una decoración tan macabra como única en el mundo. Con los huesos construyó muros, pequeños y grandes elementos decorativos que formaban cruces e incluso lámparas de araña. También realizó un escudo en honor a la familia que había hecho posible la obra. Finalmente el resto de calaveras las incrustó en la cúpula para dar por terminada su obra. El resultado de esta obra quizá pueda parecer macabra, pero lo cierto es que esta pequeña iglesia recibe nada más y nada menos que 150.000 turistas al año. ¿Una verdadera obra de arte o un macabro culto a la muerte?




Fuente:
Yamelosé

1 de abril de 2011

Origen del chocolate

Muchos siglos antes de que Cristóbal Colón llevara el chocolate a Europa, en el año 600 antes de Cristo los mayas establecieron las primeras plantaciones de cacao en la zona de Yucatán. Mascaban las semillas, lo que les proveía de una gran energía.

Los aztecas retomaron la tradición del cultivo. Con el fruto de la planta, al que denominaban "cacahuatl", preparaban una bebida llamada "xocolatl" (xoco: amargo y atl: agua), hirviendo en agua las semillas tostadas y molidas, y mezclándolas con harina de maíz y especias como canela, vainilla o guindilla. Es decir, era un potaje amargo pero extremadamente energético.

El fruto del cacao era muy valioso entre los aztecas. Sus semillas se utilizaban como moneda de transacción y unidad de cálculo.

Una leyenda azteca dice que las semillas de cacao fueron traídas desde el Paraíso por el dios Quetzalcóatl, "la serpiente emplumada", quien enseñó su cultivo a los hombres. Por esta razón, el chocolate se utilizaba en rituales y sólo era bebido por la nobleza y las clases militares. Se consideraba que suministraba una energía extraordinaria, y hasta se le atribuían poderes afrodisíacos. Tal es así, que según relató el conquistador Hernán Cortés después de conocer la corte de Moctezuma en México, el emperador azteca sólo tomaba un potaje de chocolate aromatizado con vainilla y especias, antes de entregarse a su harén.


Fuente:
Todo con chocolate - Aurora Roldán

Creative Commons License
Paseando Por la Historia está bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No comercial 3.0 España.