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25 de septiembre de 2011

Castillo de Marchenilla


El castillo de Marchenilla se encuentra sobre una altura poco pronunciada, a unos 5 kilómetros de Alcalá de Guadaira, en la provincia de Sevilla.

Las excavaciones realizadas en los enormes terrenos de Gandul están sacando a la luz importantes yacimientos correspondientes a asentamientos humanos que podrían pertenecer al periodo Calcolítico.

Con la llegada primero de los griegos, que la denominaron Hienipo, y luego de los romanos, que la llamaban Ordo Hienípensis, se empieza a tener referencias más claras sobre este asentamiento. Pero no cabe duda que fue en el periodo musulmán cuando Alcalá adquirió un gran desarrollo y una gran importancia estratégica. La cultura árabe era por aquella época muy superior a la castellana en arte, filosofía, ciencia y sobre todo en el modo de vida.

De época musulmana quedan los dos elementos más importantes de Alcalá, como son la muralla urbana y su castillo o alcázar, pieza clave para la conquista de Sevilla, y sus molinos de harina situados en la ribera del río, que proporcionan a la ciudad, además de una floreciente industria panadera, de la que hoy vive orgullosa, una fisonomía peculiar. Las aguas de esta zona eran conducidas desde épocas musulmanas hasta Sevilla y su acueducto partía del manantial de Santa Lucía.


Fernando III el Santo conquistó Alcalá en el año 1247 pocos días después de la festividad de San Mateo, por lo que se ha reconocido a este Santo como su Patrón. En el año 1262, en el repartimiento de Alfonso X el Sabio, esta villa fue cedida a la ciudad de Sevilla. En el año 1477 tuvo lugar aquí una famosa batalla entre las huestes de los Ponce de león y los Guzmanes.

La presencia de restos de construcciones romanas alrededor del castillo de Marchenilla indica que el lugar fue poblado desde antiguo. Existió población en tiempo de los árabes. El castillo es de tipo gótico, del siglo XV, y perteneció al Duque de Medina Sidonia.


Actualmente el castillo de Marchenilla está formado por construcciones de varias épocas, en algunas de las cuales parecen haberse aprovechado partes y materiales de construcciones más antiguas.

El recinto es de planta casi cuadrada, posee torreones en las esquinas y garitones en el centro de cada lienzo, una fuerte torre del homenaje y muros y torres almenados. En el interior hay salas con bóvedas de crucería.

La torre del homenaje constituye por sí sola un interesante monumento. Es de planta rectangular (8,60 x 7,10 metros), tiene 27 metros de altura y está construida en hormigón y reforzada en ciertas partes con sillares y ladrillos. Tiene 2 plantas y una azotea. La entrada se realiza por una estrecha puerta que da al lado sur. La primera planta está cubierta por una bóveda vaída, tiene en dos de sus costados un poyo o asiento corrido y al norte un gran arco en forma de hornacina, cuyo trasdós presenta hoy una moldura de yeso de tipo gótico decadente. Es posible que el torreón sea resto del Calachibencarro, situado entre Alcalá de Guadaira y Carmona, primer mojón de los señalados en el privilegio de Alfonso X para delimitar el término de Carmona.

El primitivo recinto debió ser lo que hoy día corresponde a las habitaciones del cortijo, capilla y graneros, estando defendido en el ángulo noreste por una torre fuerte y teniendo probablemente su entrada principal por la puerta, que aún hoy subsiste al lado de Poniente de la citada torre, como indican los matacanes de su parte superior, que caen sobre esta entrada. Un amplio patio rodeado de muros de hormigón, reforzados en las esquinas por sillares, corría a todo lo largo del costado oriental del recinto.


El castillo sufrió reformas y ampliaciones de importancia en la segunda mitad del siglo XV, quizás, al entrar a formar parte de las posesiones de linaje de los Velasco, cuyas armas campean en uno de los torreones. Se le agregó entonces por el lado norte un segundo recinto rectangular con dos torreones circulares en los ángulos, coronados por matacanes volados, sostenidos por elegantes arcos trilobulados góticos de gran efecto decorativo; entre ambos torreones y en el centro del lienzo de muralla almenada que flanquean, hay un balcón o garita semicircular.

En el castillo hay una capilla dedicada a San Isidro Labrador, presidida por una valiosa pintura de la Virgen Guadalupe.


Fuente:
Castillosnet

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