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6 de febrero de 2011

De la alpargata al seiscientos (Juan Eslava Galán)

"Años cincuenta. Después de la prolongada miseria de la posguerra, los españoles atisban la luzal final del túnel: al confesionario, el botijo y la pandereta se agregan la Coca-Cola y el frigorífico, la tele y el gas butano.
Banqueros y constructores se forran en las cacerías de la Escopeta Nacional. Franco se afianza en el poder a cambio de ceder a los americanos amplias parcelas de la antes irrenunciable soberanía nacional (las bases).
Las calles se pueblan de vehículos (el mítico Biscúter, la Vespa, el Seat 600...). Un ministro que mea agua bendita firma un Concordato que perpetúa los privilegios de la Iglesia y le otorga incluso el poder de secuestrar niños (en este libro se aportan las pruebas). Los prohombres del gobierno solicitan un capelo cardenalicio para el Caudillo. Regresan los prisioneros de la División Azul; marchan los soldados de reemplazo que van a morir en la silenciada guerra de Ifni. Media España escapa de la miseria del campo para hacinarse en asentamientos chabolísticos en torno a las ciudades. El mulero Dionisio Cosculluela se beneficia a la primera turista sueca sobre el capó de un Citroën 2-CV... En España empieza a amanecer".

La vida cotidiana de los años 50 en España, narrada a través de diferentes personajes y en distintos puntos del país. Un libro muy revelador sobre todo para los que no hemos vivido esa época, y muy ameno de leer.

3 comentarios:

  1. Y no es penoso, que todos esos avances de la clase baja-media, que tanto a costado promovidos desde luego por los trabajadores, empecemos poco a poco a retroceder sin estar en una dictadura ¡Que está pasando!

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  2. Me encanta Eslava Galán.
    Al hilo de lo que dice Josefine, está claro para mí que el capitalismo salvaje ha perdido el miedo y se da cuenta de que es la única fuerza que gobierna el mundo. Ya no tienen complejos.
    Un saludo.

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  3. Cayetano, lo que me di cuenta al leer este libro es que hay cosas que no han cambiado tanto: banqueros y empresarios ricos y con mucho poder, el Concordato que sigue vigente, el Opus metido en las altas esferas... da un poquito de miedo todo eso.

    Por lo demás, es divertido leer este libro por el lenguaje muchas veces irónico que emplea el autor, y el sentido del humor que le pone.

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