Hitler no tenía carnet de conducir, por eso necesitaba un chófer para desplazarse en vehículo. Para ello tenía a su disposición varios Mercedes-Benz 770, más conocidos como 'Gran Mercedes', repartidos por toda Alemania. El Fürer empleaba la versión descapotable para desfilar junto a sus tropas.
El Gran Mercedes alcanzó un enorme prestigio nada más presentarse en el Salón del Automóvil de París en 1930. Su precio (unos 42.000 marcos alemanes) equivalía al de un hogar unifamiliar en Alemania. Numerosas casas reales y aristócratas de todo el mundo lo incorporaron a su flota, como el emperador japonés Hirohito y Guillermo II de Alemania en el exilio.
El cuadro de mandos incluía un indicador de velocidad, un cuentakilómetros, un contador de revoluciones y un indicador de la temperatura del agua, la predión y el combustible, entre otros comandos. El claxon se accionaba desde el anillo central del volante, de altura regulable.
Existía la opción de separar mediante una mampara los asientos delanteros de los traseros, así como la de instalar un interfono para comunicarse con el conductor. Disponía de minibar, ceniceros y altavoces. El Mercedes-Benz 770 era tan exclusivo que el cliente podía decidir los acabados interiores y exteriores, como la tapicería, el color y la distribución de los asientos y respaldos, o la inclusión de un maletero trasero o un portaequipajes en el techo, ambos con maletas hechas a mano.
Fuente:
Historia y Vida, número 511
Hitler no tenía carnet de conducir, ni un padre que lo quisiera de chico, ni una escuela de arte que lo quisiera tener de alumno... pero ya se encargaría de "conducir" el país a las bravas, como Benito el Duce, otro conductor sin carnet.
ResponderEliminarUn saludo.