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22 de enero de 2010

Graffittis en Pompeya

La trágica erupción del Vesubio supuso que ciertos aspectos de la vida cotidiana de esta ciudad de 25.000 habitantes quedasen congelados y que hayan llegado inalterados hasta nuestros días. Paradójicamente, la muerte de miles de personas tuvo como contrapartida la perpetuación de unos restos arqueológicos de valor incalculable, que de cualquier otro modo se habrían perdido, y que nos permiten conocer la civilización desde su vertiente más cotidiana. Una de estas manifestaciones de la vida cotidiana son los graffittis, escrituras populares con que los romanos tenían por costumbre adornar las paredes. Sus motivos eran variados, desde comentarios mordaces sobre política local, hasta explícitos anuncios de servicios de prostitución, desde declaraciones de amor, hasta hechizos y maldiciones contra personas. Lo que es cierto, es que esta es probablemente la única y en todo caso la mejor manifestación que nos ha quedado de la voz del pueblo llano del Imperio romano. Ni la literatura ni el teatro nos permiten captar la realidad del día a día de unas personas que vieron trágicamente truncadas sus vidas hace 1928 años. Aparte de la variedad de temáticas, y del hecho en sí de que se haya conservado este tipo de inscripciones y epigrafía, destaca el hecho de que estaban realizadas por personas de las cuales no se esperaría este nivel de alfabetización. Por ejemplo, en uno de los burdeles se han encontrado hasta 120 graffittis diferentes, realizados en gran parte por las mismas prostitutas. Aunque otros graffittis nos permiten intuir el uso de escribas de pared, como los anuncios políticos o de juegos en el circo, el gran volumen de anotaciones anónimas y sobre temáticas más ordinarias nos demuestra que el conocimiento del latín por parte de la población era extenso, y que si muchos lo sabían leer, no eran muchos menos los que lo sabían escribir. Estos testimonios escritos en las paredes de Pompeya son un crisol de realidades sociales del más alto valor. Nos proporcionan una fotografía del personaje anónimo, de sus inquietudes y sus motivaciones, que de ninguna otra manera hubiéramos podido llegar a conocer. Fuente: www.historiaclasica.com

4 comentarios:

  1. Queda un poco feo copiar un artículo de forma tan descarada, aunque sea mío.

    Ramiro

    www.historiaclasica.com

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  2. Ramiro, lo he puesto porque me ha parecido interesante. Además había citado la fuente, que en ningún momento lo he publicado como mío.

    Pero si te molesta compartirlo lo quito, no hay ningún problema.

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  3. Es cierto, aquel desastre que ocurrió, nos ha permitido ver cómo vivían en realidad aquellas personas que tuvieron un final tan trágico.
    Saludos

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  4. Todos reaprovechamos artículos de terceros. Yo cuando lo hago cito como mínimo 2 veces, antes y después del texto "copiado", siempre poniendo el link a la fuente, en el mismo tamaño de fuente que el resto del post. Si no parece que quieras aparentar que el artículo es tuyo... es tan sólo una cuestión de cortesía bloguera...

    ... tampoco le deis más importancia, pero rutinas de este tipo ayudarán a que la gente no vea a los blogueros como un atajo de copiones sin escrúpulos.

    Por cierto, buen blog, al que llevo suscrito bastante tiempo.

    Ramiro

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