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1 de abril de 2009
La Bocca della Verità
La conocida Bocca della Verità o Boca de la verdad se encuentra desde el año 1632 en la pared del pórtico, justo antes de la entrada, de la iglesia de Santa Maria in Cosmedin (Roma).
La Bocca della Verità es un medallón de mármol pavonazzetto, datable alrededor del siglo I, que representa un rostro masculino con barba (interpretado como representación de varios personajes: Júpiter, el dios Océano, un oráculo o un fauno) en el cual los ojos, la nariz y la boca están perforados y huecos. Tiene unas dimensiones de 1,75 metros de diámetro, 20 centímetros de grosor y 12 toneladas de peso.
No se sabe muy bien su origen ni su utilidad; hay quien dice de ella que era una antigua tapa de alcantarilla, aunque la tesis más firme es la que dice que formaba parte de una antigua fuente romana. Sin embargo, lo cierto es que los agujeros por los que supuestamente fluía el agua no están desgastados como deberían haberlo estado como consecuencia de la fuerza de la erosión del agua.
No obstante, su fama se la debe sobre todo a su leyenda, que comenta que la Boca de la Verdad se utilizaba durante la época medieval para comprobar si alguien decía la verdad o mentía. Se introducía la mano de la persona que se creía que había cometido algún delito punible en la época y se le preguntaba sobre ello. En caso de contestar una mentira, y siempre según la leyenda, la boca del medallón le cortaba la mano.
El episodio de la leyenda más curioso fue el día en el que una hermosa dama fue conducida a ella bajo la acusación de adulterio: su vecina aseguraba que un joven entraba en su casa de noche, en ausencia del marido. De camino a la Boca, el amante salió de la multitud y la besó apasionadamente; ella, indignada, comenzó a gritar pudorosa por el hecho de que la hubieran besado sin su consentimiento. Apresado por los guardias, el amante confesó que "no se había podido resistir" ante la belleza de la inculpada. Y así la dama pudo meter la mano tranquilamente en la Boca y jurar que nadie la había tocado jamás salvo su marido y "aquel hombre impulsivo". Era la verdad.
Te puedes creer que yo cuando estuve en Roma no la vi? Y eso que pasé varias veces muy cerca.
ResponderEliminarAy que bueno, jijiji. Ya decia yo que muy sinceros eran en la edad media, porque no creo que resultaran cortadas muchas manos de ese modo.
ResponderEliminarPero ahora veo que tenian sus truquitos ingeniosos!
Bisous
Creo que los politicos si metieran la mano saldrian mordidos por la famosa boca
ResponderEliminar¿pero sabes encontrarla? enfrente de el Templo de vesta hay una rotonda y al otro lado una iglesia(allí)
ResponderEliminarYo por la rotonda esa pasé 40 veces, y tengo fotos del templo de Vesta y todo, pero no encontré el momento de acercarme.
ResponderEliminarPues yo fui expresamente para verla, pero la verja estaba cerrada y no pude meter la mano, la vi desde fuera.
ResponderEliminarPues a mí me impactó un pelín: por su tamaño y lo sucio que estaba. Me daba repulsión meter la mano allí, pero no por la leyenda... jajaja
ResponderEliminarAgggggg, me da rollo....
ResponderEliminarPues se me acaba de ocurrir una idea pa un post... jejeje... je.
ResponderEliminarEs que las mujeres (y los amantes impulsivos) suelen ser muy ingeniosas. La bocca tiene su morbo, ya ves las colas enormes que se forman para meter la mano dentro. Saludos cordiales.
ResponderEliminarKassio! No me dejes con la intriga!
ResponderEliminarAzahara, visitaste la cripta de los Capuchinos? Tengo que rebuscar, que de eso tengo hasta un librito que me compré...
ResponderEliminarQué picardia ladeestos dos amantes.
ResponderEliminar¿Cuántos se animarán ameter la mano allí?
Cuando visité la iglesia y vi "la Boca de la verdad", pensé: "que listos (y cabrones) estos romanos!". . .aunque: Siempre será mejor (para el cesar) que un "supuesto" delincuente pierda la mano en "la boca de la verdad", que El Cesar ordene cortársela . . .eso da mala imagen! ,jejeje.
ResponderEliminarSaludos
Jim