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3 de enero de 2010

Palacio de Catalina

El Palacio de Catalina es la residencia de verano rococó de los zares de Rusia, ubicada en la ciudad de Tsárskoye Seló (Pushkin), a 25 km al sureste de San Petersburgo, Rusia. Sin duda, es un monumento absolutamente fascinador de arquitectura y de jardinería del s XVIII. La residencia tiene su origen en el año 1717, cuando Catalina I de Rusia contrató al arquitecto alemán Johann-Friedrich Braunstein para construirle un palacio de verano para su distracción. La emperatriz Isabel, sin embargo, consideró que la residencia de su madre estaba pasada de moda y era incómoda y en mayo del año 1752 pidió a su arquitecto de corte, Bartolomeo Rastrelli que demoliera la antigua estructura y la reemplazara con un edificio mucho más grande en un llamativo estilo rococó. El edificio se articula en varios edificios, el mayor de los cuales tiene una longitud de 340 m. Sus fachadas están decoradas con profusión de atlantes, columnas y grandes ventanales ornamentales, para los que se recurrió al ya característico contraste de colores del barroco ruso: azul, blanco y dorado. Es un palacio diferente a lo que se está acostumbrado a ver en la Europa Occidental, quizás demasiado recargado, pero que no deja de ser espectacular en todos los sentidos. En vida de Isabel, el palacio ganó fama por su exterior obscenamente lujoso. Se usaron más de 100 kilos de oro para dorar la sofisticada fachada de estuco y numerosas estatuas erigidas sobre el tejado. Incluso se rumoreó que el tejado del palacio estaba construido enteramente de oro. Aunque los interiores neoclásicos de Stasov y Cameron son soberbias manifestaciones del gusto de finales del XVIII y principios del XIX, el palacio es conocido sobre todo por el gran conjunto de habitaciones formales de Ratrelli, conocidos como la Enfilada Dorada. Comienza en el espacioso y aéreo salón de baile, la «Gran Sala» o la «Sala de Luces», con un techo espectacularmente pintado, y comprende numerosas habitaciones menores distintivamente decoradas, incluyendo la reproducida Cámara de Ámbar. Entre las estancias del palacio destaca el gran Salón Dorado o Salón del Trono. La visita a este salón puede abrumar por la profusión de dorados que están presentes en cada minúsculo detalle de esta estancia, y que se multiplican hasta el infinito por la multitud de espejos. El Salón Dorado o Salón del Trono, llamada en el siglo XVIII Galería Ligera, es una estancia formal en el estilo barroco ruso diseñado por Bartolomeo Rastrelli entre 1752 y 1756. El Salón del Trono estaba pensado para albergar las recepciones más importantes como bailes, cenas de gala y mascaradas. El salón estaba pintado en dos colores y tiene una superficie aproximada de 1.000 m2. Por la tarde se encienden 696 bombillas sobre 12-15 candelabros ubicados cerca de los espejos. En el techo podemos ver el fabuloso plafón de Giuseppe Valeriani "El triunfo de Rusia" de 1755. Durante siglos este palacio fue la residencia oficial de los zares en verano, y fue aquí donde el último zar Nicolás II vivió arrestado hasta poco antes de su ejecución. Desafortunadamente, la Segunda Guerra Mundial hizo estragos en el palacio. Cuando las fuerzas del ejército alemán se retiraron del sitio de Leningrado, hicieron destruir la residencia intencionadamente, dejando solamente la concha vacía del palacio detrás de ellos. Antes de la SGM los archivistas rusos consiguieron trasladar una fracción de sus contenidos, que demostraron tener gran importancia al reconstruir el palacio. Aunque la mayor parte de la reconstrucción se acabó a tiempo de Tricentenario de San Petersburgo en 2003, aún se requiere mucho trabajo para restaurar el palacio a su anterior gloria. LA CÁMARA DE ÁMBAR Si hay algo sorprendente en este palacio sin duda es Sala de Ámbar, a la que se conoce como la octava maravilla del mundo. Se trata de una habitación completa, cubierta de paneles de ámbar, brillantes y reflejando la luz del sol. El rey alemán Friedrich Wilhelm I de Prusia obsequio la habitación como un regalo diplomático al zar Pedro el Grande, en 1717. Primeramente la habitación fue instalada en el Palacio de Invierno, pero en 1755 la Emperatriz Isabel (Elizabeth) ordeno trasladarla al Palacio de Catalina en Tsarskoye Selo. Los paneles individuales de ámbar fueron transportados desde San Petersburgo a Tsarskoye Selo por 76 soldados a cuestas durante 6 días. No había suficientes paneles para decorar toda la superficie de 100 metros del nuevo interior, por eso los mosaicos y los espejos fueron añadidos y la parte inferior de la sala fue pintada imitando el ámbar. Durante la Segunda Guerra Mundial las tropas nazis se llevaron los paneles de ámbar y existen muchas leyendas e historias sobre la suerte de la Sala de Ámbar, pero parece más real el hecho que los paneles fueron escondidos en una de las minas de la Costa Báltica o que se quemaron. Un equipo de maestros de ámbar de "Tsarskoselskaya Yantarnaya Masterskaya" ha trabajado desde 1972, para recuperar la magnifica sala. Su idea era no sólo recuperar los paneles, sino también encontrar y repetir la manera original de los autores de la sala. Mientras que su misteriosa desaparición durante la Segunda Guerra Mundial sigue excitando a los cazadores de tesoros de todo el mundo, la Cámara de Ámbar ya ha recobrado su antigua grandeza y esplendor gracias al trabajo de los restauradores contemporáneos. Fue inaugurada en el verano 2003 cuando San Petersburgo celebraba su 300 aniversario, al que asistieron grandes personalidades de todo el mundo. Como curiosidad, en la película de animación de 1997 “Anastasia”, el Palacio de Catalina está representado, erróneamente, como el hogar de la familia imperial.

5 comentarios:

  1. Con tanto lujo y cosas brillantes hay que ir con gafas de sol como minimo

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  2. increíble!!! estoy tan acostumbrado a mi casa que ese palacio se me queda... XD

    que maravilla

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  3. Pedazo de palacio tenia, madame!
    No me extraña que se considerara como la octava maravilla del mundo ese salon!
    Un pais que aun me falta por conocer. A ver para cuando.

    Feliz domingo

    Bisous

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  4. Hola niña... una maravilla de post y un maravilla de palacio..

    Bellos sueños, 2010 y Reyes

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  5. Una riqueza y obra de arte extraordinaria y también casi insultante para la extrema pobreza de tantas personas en el mundo. Sobre todo porque era un arte reservado a unos poquísimos privilegiados. Con todo, es aborrecible la tendencia (o las órdenes) de todos los ejércitos de destruir lo que caracteriza al enemigo. Una entrada magnífica. Feliz año y saludos cotrdiales.

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